
Capítulo 16ཻུ⸙͎
Hermione permaneció llorando en cama por tres días. Se había reportado enferma en el trabajo por esos días. Fue al cuarto día, un sábado, cuando Hermione escuchó el sonido de pies subiendo las escaleras.
Se escondió debajo de las sábanas cuando la puerta se abrió de un golpe. "¡Tía Mione, tía Mione!" Dos vocecitas gritaron al unísono.
James terminó de decir lo que los mas pequeños empezaron. "Mamá dijo que si no bajas a desayunar, va a venir a buscarte."
Albus se subió a la cama y tocó la parte de la sábana en donde estaba la cabeza de ella. Susurró en voz alta. "No vas a querer que mami venga a buscarte. Siempre se enoja cuando tiene que ir a buscarnos."
Hermione hizo un gestito al escuchar esa vocecita susurrar tan fuerte. "¿Es un hecho? Bueno, díganle a su madre que bajaré cuando quiera bajar."
"¿Y por qué no se lo dices tú misma?" Dijo una voz femenina desde el pasillo que hizo que Hermione gruñera.
"Vete Ginny." Dijo ella, todavía oculta dentro de su cálido capullo de sábanas.
"Chicos. ¡Por qué no bajan? Dejé el desayuno sobre la mesa. Papá y yo bajaremos en un rato con la tía Hermione." Dijo Ginny provocando otro gruñido en Hermione.
¡Mierda! ¿Harry también estaba allí? Hermione tanteó buscando su varita. "Juro que hechizaré al que se le ocurra echarme agua encima o me quite las sábanas."
"Mione, solo estamos sorprendidos de encontrarte sola. Vine antes que los niños para asegurarme que estuvieras decente." Dijo Harry. "¿Dónde está Severus?"
Hermione emitió otro gruñido y se dio la vuelta, todavía escondida mientras lágrimas frescas le llenaban los ojos y se deslizaban sobre las mejillas.
Ginny refunfuñó, claramente molesta. "¿A quién le importa en dónde está él? No me malentiendas Mione. Ya entendí que lo quieres, pero quiero respuestas. ¿Cómo pudiste ocultarme que estabas embarazada? Pensé que éramos como hermanas."
Hermione no había tenido tiempo para pensar en el embarazo. Había estado tan metida en su desconsuelo sobre lo que descubrió de Severus y en hacérselo pagar, que se le había pasado por alto.
Suspiró un par de veces, con las lágrimas todavía corriéndoles por las mejillas, y el ruido alertó a los otros dos en la habitación. Harry y Ginny se miraron sorprendidos y se acercaron a la cama. Ginny se sentó y alargó una mano para tocarla.
Puso la mano sobre el hombro de Hermione y le hablo con suavidad. "Hermione, amor, ¿qué te pasa? No estoy tan enojada. Es que Harry ha estado actuando tan raro estos últimos días...hasta que lo presioné para que me dijera qué era lo que pasaba. Me lo dijo porque yo lo obligué."
Hermione suspiró de nuevo, así que Harry se arriesgó a enfrentarse a su ira y le quitó la sábana de encima. Ambos gimieron cuando la vieron con la carita hinchada y llena de lágrimas, y con los ojos rojos e hinchados también.
"¿Mione, qué pasó? ¿Snape lo tomó mal? Juro que lo voy a hechizar hasta que sangre." Dijo Harry con los dientes apretados.
Hermione se echó a llorar mas fuerte. Severus todavía no sabía que había un bebé en camino. "No. Él no lo tomó mal...Yo...yo...descubrí algo acerca de él y lo confronté. Luego me fui y le bloqueé la entrada de la red floo. No he dejado la cama desde ese momento, así que no se siquiera si ha intentado venir a hablarme." Lloriqueó otra vez y una nueva andanada de lágrimas comenzó a fluír.
Harry se sentó en la cama y su pie golpeó contra algo que estaba en el piso. Se agachó y levantó lo que había tocado. Se sorprendió al ver que era un pequeño frasco y que no se había roto cuando le puso el pie encima. Luego vio que había otros cuatro frascos iguales junto al que había pisado. Parecía que estaban llenos de la misma poción.
"Mione, ¿por qué hay frascos con pociones en el piso?" Preguntó Harry, todavía observando el frasco que tenía en la mano.
Hermione se echó a llorar con mas fuerza. Giny miro el frasquito que sostenía su esposo y luego miró a Hermione. "Mione, ¿qué hay en los frascos?"
La castaña respondió hipando. "Poción multijugos."
Ginny y Harry se miraron confundidos. ¿Por qué tendría Hermione cinco frascos de Poción Multijugos?
Como ninguno de los dos sabía la respuesta, Harry preguntó. "¿Y para qué es esta poción multijugos?"
Hermione se secó las lágrimas de la cara, pero mas seguía saliendo de sus ojos. "Son para que alguien mas se vea como yo, aparentemente." Dijo ella, sentándose en la cama.
De nuevo, la pareja quedó en la confusión. "¿Por qué?" Preguntaron los dos al mismo tiempo.
Hermione abrió la boca para responder, pero su rostro se puso verde de pronto. Harry, sabiendo lo que esa cara significaba, se apartó con rapidez de la cama al tiempo que Hemrione salía disparada hacia el baño.
Ginny suspiró y fue tras ella para ayudarla. Le puso una toalla mojada con agua fría en la nuca, mientras Hermione vomitaba. Cuando hubo terminado, Ginny uso el la toalla para limpiarle el rostro. Luego, enjuagó la toalla y la puso nuevamente en la nuca.
"¿Mejor?" Le preguntó Ginny a su castaña amiga, observando que el color regresaba al rostro de Hermione.
Ella asintió y apoyó la frente sobre la tapa del retrete, ahora cerrado. Era la primera mañana que se sentía enferma. Se preguntó si se debía a que había estado pensando en el embarazo de nuevo o porque, finalmente, se había levantado de la cama.
Harry entró en el cuarto de baño y ayudó a Hermione a levantarse y a guiarla de nuevo hasta la cama. "Te traeré un poco de la poción para las náuseas que guardé para Ginny, de cuando estaba embarazada de los chicos. Estoy seguro que será suficiente hasta que puedas conseguir mas. Creo que, por lo menos, tendrás para un mes. A menos que necesites tres por día como Ginny."
Hermione le sonrió. "Gracias Harry. Lo aprecio mucho."
Ginny le estaba acariciando la espalda con delicadeza. "¿Qué pasó Mione? ¿Qué hay con las pociones?"
Hermione tomó una gran cantidad de aire y comenzó a relatarles lo ocurrido en la noche en la que confrontó a Snape. No dejó ningún detalle afuera, incluyendo el cómo lo había averiguado a través de Ron y cómo había ido hasta el establecimiento de Madame Laura para recuperar el resto de las pociones. Incluso les contó que le había dejado un frasco a Severus para que tuviera un último encuentro.
Harry y Ginny permanecieron en silencio durante todo el relato, aunque el rostro de Harry estaba rojo de furia hacia el final de la historia. Lo único que evitó que estallara fue que la mano libre de Ginny sostenía la suya.
Cuando Hermione finalizó, estaba exhausta y quería regresar a la cama. Ginny, siendo ella misma, y siendo la hija de su madre, hizo que la castaña tomara una ducha antes.
Tan pronto como Hermione dejó la habitación, Harry explotó. "Ese hijo de..."
"Harry." Advirtió Ginny con tranquilidad. Hermione todavía podía escuchar, y también los niños. No quería que sus hijos repitieran esas palabras.
Harry se calmó un poco. "Creo que esta vez voy a matarlo. ¡Mira lo que le hizo! Ni siquiera reaccionó así de mal con Ron."
Ginny parpadeó, después de todo, era su hermano. "Lo se. Pero no es la misma situación. Está embarazada y tiene todas las hormonas a flor de piel. Eso puede ser lo que causa este comportamiento."
Harry hizo una mueca. "Oh, por favor, Gin. ¿Acaso no viste cómo se miraban el uno al otro cuando fueron a cenar a casa? ¿No viste la expresión en los ojos de ella cuando nos contó lo que él había hecho?"
Harry se pasó una mano por el desordenado cabello, exactamente como lo hacía cuando era un adolescente. "Ginny, tú no le viste la cara cuando se enteró del bebé. Estaba shockeada, pero es entendible. Pero cuando de verdad lo pensó...se podía ver el amor en sus ojos. Ella lo ama."
Ginny suspiró. "Si, creo que si lo ama. Entonces, ¿qué vamos a hacer para ayudarla?"
Harry dejó de pasear por la habitación y fue a sentarse al lado de su esposa, pasando uno de sus brazos sobre los hombros de la pelirroja. "No se Gin. ¿Qué podemos hacer por ella? Tú eres mujer. Tú debes saber cuál es el siguiente paso que deberíamos tomar."
Ginny le dedicó una mirada asesina y él alzó las manos para disipar el enojo de su mujer rápidamente. "Por favor, no te enojes conmigo. Sabes a qué me refiero. Tú tienes mas experiencia en lo que respecta a mujeres con el corazón roto que yo."
Ginny se encogió de hombros y le sonrió, sabiendo que tenía razón. De verdad tenía mas experiencia que él en eso. "No se, la verdad. Normalmente, la llevaría a embriagarse hasta que se sintiera mejor, pero ahora, con el bebé, no podemos."
Harry sacudió la cabeza. "no, no podemos."
Ginny se quedó en silencio por unos momentos, pensando. "Veamos que pasa, por ahora. Veamos cómo se siente después de la ducha y despué de traerle un poco de comida. Tal vez podamos convencerla de llevarla con nosotros por un tiempo, para que no esté sola ahora. Si no quiere, podemos venir nosotros aquí. Aunque sea, por un par de semanas, para ver como sigue. Después de todo, hay lugar de sobra."
Harry sonrió. "Suena a un buen plan, para mí. Veamos cómo lo toma. No sé si le agrade que estemos sobre ella todo el tiempo."
Ginny hizo un gesto. "La puedo amenazar con decrle a mamá si no nos deja ayudarla."
Harry se rió con ganas. "Si eso no la hace cambiar de opinión entonces nada lo hará."
Harry escuchó que el agua en la ducha se cerraba, así que salió de la habitación para darle un poco de privacidad a las chicas. Bajó a la cocina para asegurarse que los chicos no la estuvieran destruyendo.
Hermione asomó la cabeza por la puerta del baño, dándose cuenta que no había llevado ropa que ponerse.
Ginny la vió y le sonrió. "Harry fue a la cocina. Solo estamos tú y yo."
Hermione asintió y salió envuelta en una toalla. Fue hasta la cómoda y sacó ropa interior limpia, dejando caer la toalla. Ella y Ginny habían compartido habitación por mucho tiempo, así que ya no sentía ninguna timidez una de la otra.
La joven castaña se sentó en la cama y tomó su cepillo para peinar su cabello. Comenzó a desenredarlo y se detuvo. Miró el cepillo en su mano por un largo rato y se echó a llorar de nuevo.
Ginny se acercó y la abrazó, mientras su amiga lloraba su desconsuelo y ella le susurraba palabras suaves a su amiga.
Cuando a Hermione se le termianron las lágrimas, se apartó un poco y miró de nuevo al cepillo. Así es como conseguía mi cabello a través de los años. Nunca, ni por un momento, pensé al respecto. Este es el primer cepillo que no pierdo. El primero que no se rompe cuando encuentro algún nudo de esos que suelen hacerse en mi cabello. Normalmente, antes de este, rompía o perdía unos cinco al año. Debí darme cuenta que había algo raro en este."
Ginny suspiró y le quitó el cepillo de la mano. Tomó una taza de plástico que había sonre la mesita de noche y la transfiguró en un cepillo nuevo. "Entonces te consigo uno. No tenías razón para preguntarte tal cosa Hermione. Yo misma, nunca le presto tanata atención a mi cepillo."
Hermione inhaló y tomó el nuevo elemento para cepillarse el cabello, el cual casi se rompe dos veces y Hermione sintió que las lágrimas volvían a sus ojos. Necesitaba poder pasar por lo menos veinte minutos sin llorar. Era increíble que todavía le quedaran lágrimas.
Una vez que su cabello estuvo peinado, ginny la llevó a la cocina. Los retratos de la casa estaban inusualmente callados, algo que atrajo la atención de Hermione. Se dio cuenta que todavía había una pintura en su habitación que ella habia volteado para que no pudiera verla cuando estaba allí, así que era mas que probable que el resto de las pinturas supieran lo que había pasado.
Ginny la guió hasta la cocina y la hizo sentarse en una silla vacante. Los niños todavía estaban picoteando su desayuno y cada uno de ellos le dedicaron a Hermione una mirada llena de picardía.
Hermione pudo ver mucho de sus tíos en los ojos de esos pequeños. No solo de Fred y George. También de Sirius y Remus. La picardía de los Merodeadores estaba presente en esos pequeños. Tal vez había heredado eso de los genes de James. Seguramente se meterían en problemas cuando fueran a Hogwarts.
La castaña les sonrió y les guiñó un ojo a cada uno, aunque un poco forzada. Se enfocó en su desayuno, revolviendo la comida mas que comerla. Pasó un rato hasta que se dio cuenta que el gran ramo de flores que Ron le había traído, no estaba sobre la mesa. Supuso que Ginny se había deshecho de él. Como Hermione no lo quería, entonces no le importaba lo que Ginny había hecho con esas flores.
De nuevo, Hermione se enfocó en su comida, y en algún punto, se dio cuenta de lo hambrienta que estaba. Había pasado un par de días sin comer y ahora estaba famélica.
Devoró todo lo que le habían servido de desayuno y, por suerte, Ginny había preparado mas, tal cual su madre le había enseñado, solo por si acaso. Hermione comió una segunda ronda de todo lo que le sirvieron, hasta que quedó llena.
Harry y Ginny la miraban sin decir una palabra. Ambos sabían que era demasiado pronto para estar comiendo por dos, pero era mas que evidente que no había comido nada en los últimos días, convenciéndolos que de verdad, su amiga necesitaba que alguien cuidara de ella por un rato.
Después de su segunda taza de café, Ginny se la cambió por una de té caliente. Hermione iba a protestar, pero cambió de opinión cuando vió la expresión de determinación en el rostro de su amiga.
Los chicos terminaron de desayunar y descubrieron que había muchas habitaciones para explorar. Harry y Ginny, con la ayuda de Hermione, habían explorado toda la casa y se habían desehecho de cada artefacto u objeto que pusiera ser peligroso. Incluso encontraron la forma de quitar el retrato de la madre de Sirius. Había sido requerida una inmensa cantidad de energía, pero lo lograron. También había descolgado las cabezas de los elfos domésticos de antaño.
Así que los adultos presentes sabían que era seguro dejar que los pequeños vagaran y exploraran la casa, en tanto no se metieran en la habitación de la Tía Hermione. Allí había cosas que no quería que se rompieran.
Cuando los niños se fueron, Ginny le habló a Hermione. "Mione, nena, Harry y yo pensamos que tal vez sería bueno que vinieras a quedarte con nosotros por un tiempo. Aunque sea hasta que te sientas mejor."
Hermione les sonrió a los dos. "Gin, ya les he dicho que no quiero que se sientan obligado. Ustedes necesitan tiempo con su familia. Tiempo para ser una pareja y para ser una familia. Yo estoy bien. Estaré bien."
Harry se puso serio. "Mione, sabes que te amamos. Solo queremos estar seguros que estarás bien. Si no te parece mudarte con nosotros a Godrick, entonces nosotros vendremos aquí."
Hermione se rió un poco. "¡Qué tontería! No hay necesidad de hacer tal cosa y hacer un lío para empacar y trasladar todo hasta aquí. Les digo que estoy bien. Ya tuve mis días de llorar mi desgracia y ahora estoy bien."
Ginny sabía que Hermione se opondría. "Hermione, sabes que no vamos a dejar que esto pase así nada mas. Podemos mudarnos sin tener que hacer tanto problema. Técnicamente, esta es nuestra casa."
La castaña sonrió, sabiendo lo que Ginny quería decir. "Se que lo es, Gin. Si ustedes quieren mudarse, entonces háganlo. Puedo encontrar otro lugar en donde vivir si ustedes necesitan vivir aquí."
Harry frunció el ceño. Así no era como se suponía que tenía que ser. "Mione, bien sabes que no es eso lo que quiso decir. No queremos que estés sola, ahora que estás deprimida. Además, encontrarás que tener un poco de ayuda cuando las náuseas matutinas se pongan peor, un alivio."
Hemrione miró a su mejor amigo, quien era lo mas cercano a tener un hermano. "Harry, cuántas veces tengo que repetirlo. Estoy bien. No neceitan venir aquí a rescatarme. No necesito que me rescaten. Es cierto, los últimos días fueron malos, pero ya estoy mejor ahora."
Ginny comenzaba a enfadarse. Odiaba que la gente discutiera con ella. "Hermione Granger, si no dejas de decir que estás bien, juro que meteré a mi madre en el asunto. Apuesto que ella hará de tu vida un infierno en comparación con tener que vivir con nosotros."
Hermione alzó una ceja en dirección de Ginny. "¿De verdad? Bueno, entonces, díselo. Seguro que todavía está enfadada conmigo y que no le importará nada."
La pelirroja bufó. "¿Sabes cómo se puso mamá con Ron el día que fui a la Madriguera y lo confronté? Ella se puso de tu lado. Y papá también. Ella no está enfadada contigo. Además, está bien harta de Ron también."
Hermione se quedó helada. No había esperado que Molly y Arthur la perdonaran, mucho menos ponerse de su lado. "No sabía nada. Ron dijo que tú lo enfrentaste, pero nunca mencionó a tu mamá."
Ginny revoleó los ojos. Todavía no podía creer lo que Hermione les había contado sobre lo que Ron le había hecho Ron en esa cocina, aquella noche. "Juro que la voy a llamar como sigas negándote."
Hermione se puso de pie y se acercó a la pelirroja para abrazarla. "Ginny, te quiero mucho, eres como mi hermana. Pero no voy a dejar que se muden ni a irme con ustedes. Llama a tu madre. Ella tampoco podrá obligarme a hacer algo que no quiero."
Había sido una amenaza vacía. Ginny no tenía la menor intensión de llamar a su madre. Molly llegaría como un tornado y mas que seguro también aparecería Ron, y eso era lo último que Hermione necesitaba.
Ginny se apartó un poco y miró a Harry a los ojos. Él se encogió de hombros y suspiró, como dando a entender que dejarían las cosas como estaban...por el momento. Su esposa miró a su amiga nuevamente. "Está bien. Tú ganas."
Hermione sonrió y la abrazó de nuevo. "Gracias por cuidarme Ginny. De verdad lo aprecio. Los quiero mucho." Se alejó y miró a Harry. "Los quiero mucho a los dos. Ustedes son mi familia y me ayuda mucho saber que puedo contar con ustedes. Estaré bien."
A ninguno de los dos le gustaba la idea, pero decidieron que lo dejarían pasar, por el momento. Ginny sabía que vendría diariamente a ver como estaba su amiga y hermione terminaría deseando haberse mudado con ellos.
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