Capítulo 14ཻུ⸙͎
Hermione llegó tarde a casa ese día, pero sintiéndose muy bien. Se sentía excitada y nerviosa por partes iguales. ¿Cómo le iba a dar la noticia a Severus? Le echó una mirada al reloj que estaba en la cocina mientras bebía un poco de agua.
Estaba pensando en que él estaría pronto en casa cuando recordó de repente que estaría ocupado toda la noche con su poción. ¡Mierda! Pensó.
Bueno, tal vez sea algo bueno, después de todo...Pensó algunos segundos después, ya que eso significaba que tendría un poco mas de tiempo para pensar exactamente cómo decirle que iba a ser padre. Hermione no estaba segura de querer decirle ahora mismo la noticia.
Debía decírselo directamente en cuanto lo viera? Algo así como '¡Hola! ¡Qué bueno es verte de nuevo! ¿Cómo sigue la poción? ¡Ah! ¡Y vas a papá pronto!' No. Esa sería una manera horrible de decírselo.
O qué tal así: 'Severus, ¿recuerdas cuando me preguntaste si todos los niños eran como Albus y James? Bueno, lo vas a averiguar en unos siete meses.' No. Eso tampoco estaba bien. En realidad, eso sonaba mas bien...estúpido. Aunque pensar en la cara que iba a poner la hizo reír.
Hermione suspiró. Ya se le iba a ocurrir algo. Tenía toda la noche para pensar sin interrupciones. Eso, asumiendo que Severus no pudiera completar la poción y le enviara su cuervo para avisarle o simplemente llegara para celebrar.
Fue al piso superior para tomar una ducha. Quería quitarse las tensiones del día de su piel y esperaba que la ducha la ayudara a relajarse para poder pensar en la mejor manera de decirle a Severus que iba a ser papá.
Se lavó el cabello y se rasuró las piernas mientras estaba bajo el agua. Podría haber usado magia, pero aún le gustaba hacer ciertas cosas al estilo muggle.
Cuando terminó se envolvió en una gran y afelpada toalla y fue a buscarse algunas prendas para vestirse. Se puso unos shorts recortados y una musculosa amarilla brillante. Secó su cabello y lo sujetó al estilo francés. Eso mantendría el cabello lejos del cuello.
Estaba descendiendo las escaleras para ir a prepararse la cena cuando escuchó que alguien golpeaba la puerta. Suspiró. Como no había almorzado, estaba ansiosa por ir a cenar. Solo había podido mordisquear unas galletas para mantener el hambre a raya.
Se acercó a la puerta y se tropezó con una porción de alfombra que estaba un poco ajada. Maldijo y abrió la puerta sin siquiera ver quien estaba del otro lado por la mirilla.
Lo que encontró del otro lado fue un enorme ramo de flores, de toda clase. Había rosas, claveles, margaritas y muchas otras que no recordaba como se llamaban. El ramo era tan grande que ocultaba a la persona que lo sostenía.
Hermione se echó a reír. "Por Dios" Creo que nunca había visto tantas flores juntas en un ramo. ¿Crees que puedas entrar solo?"
Un apagado 'mmm-hmmm', fue la unica respuesta.
Ella se preguntó si Severus había dicho que trabajaría hasta tarde para poder sorprenderla. O tal vez Harry estaba ofreciendo sus 'felicitaciones, estás frita'. De cualquier modo, a Hermione le encantaba recibir flores.
Ayudó a quien fuera que estaba detrás de las flores usando su voz e indicándole que la siguiera hasta la cocina para que pudiera dejar las flores en algun lado sin romper nada.
La persona puso las flores sobre la mesa y retrocedió. Hermione todavía estaba observando el arreglo y no había visto a la persona que las había traído.
No había lilas. Oh, bueno. No se puede tener las flores favoritas todo el tiempo. Así que o Severus no había podido encontrar las flores que mas le gustaban a Hermione o Harry no conocía ese dato.
Se volvió para sonreírle a la persona que se las había traído y su sonrisa quedó congelada en el rostro mientras el shock la llenaba entera. "¿Ronald?" Preguntó, al tiempo que comenzaba a llenarla el enfado. '¿Qué está haciendo él aquí?'
Ron le sonrió tímidamente. "Hola Mione. Esperaba que pudiéramos hablar."
Ella alzó una ceja. "¿Hablar? ¿De qué carajos piensas que podríamos hablar tú y yo?"
Ron se encogió de hombros. "Quería decirte que lo siento mucho. Sobre todo lo que pasó."
La otra ceja de Hermione se unó a la que ya estaba alzada y ahora estaba mas sorpendida que antes. "¿Quieres disculparte?" Preguntó incrédula.
Él asintió, poniendo lo mejor de sí para verse muy compungido. "Así es. No te culpo por dejarme Mione. ¿Fui un completo idiota, así que, podemos hablar?"
Hermione se quedó allí, totalmente confundida. Nunca hubiera esperado que él reconociera que se había comportado mal, ni hablar de disculparse por ello. Ella asintió torpemente.
Ron la tomó de la mano y la llevó hasta el otro lado de la mesa. Retiró una silla para ellay lo que mas shockeo a Hermione fue que la asistiera para sentarse en ella. Ese detalle de la dichosa silla había sido sugerencia de su padre.
Arthur le había dicho que a las damas les gustaba que las trataran como damas. Les gustaba que les abrieran la puerta, que les ayudaran a sentarse y cosas por el estilo. Nada de eso tenía sentido para Ron. '¿Es que tiene las manos rotas o qué?' Había pensado, pero de cualquier modo lo hizo solo para complacer a Hermione, esperando ganar algunos puntos extra por caballerosidad.
Volvió a tomarla de la mano mientras ella seguí mirándolo sin palabras. Él supuso que el silencio era algo bueno. "Mione, he sido un esposo terrible."
Ella asintió lentamente, todavía en silencio, así que Ron continuó. "Nunca, en todo nuestro matrimonio, hice algo para ayudarte. No te ayudaba para cocinar, ni a limpiar y, lo peor, nunca te ayude con las cuentas y gastos de la casa."
Ella tragó saliva sin quitarle la mirada de encima, todavía sorprendida, y asintió nuevamente. Él le sonrió con suavidad, pensando que la tenía comiendo de la mano. "He sido un total idiota y estoy muy apenado por eso Mione. Tu mereces mucho mas, no toda esa porquería que te hice durante años. ¿Podrás perdonarme?"
Hermione necesitó un momento para encontrar su voz. "Ron, no puedo creer que recién ahora te hayas dado cuenta de lo que hiciste mal. Lo cual hace mas difícil de creer que de verdad estés diciendo que lo sientes. ¿Por qué ahora?"
Ron se sintió llenándose de furia al recordar a su hermana, pero mantuvo la carita de compungido, haciendo que luciera avergonzado. "Ginny me fue a ver y me gritó todo en la cara un día. Ella me contó sobre como sabía la verdady eso hizo que tuviera que enfrentarme a todas las cosas que hice."
Hermione se mordió el labio al pensar en eso. Había sido cuando Ginny había llegado y la había encontrado en la cama con Severus. Esa mañana en la que ella le había mostrado su pensadero. "Oh...umm..¿así que, ahora que?" Preguntó ella, insegura de lo que inny le había dicho.
Ron le sonrió. "Ahora lo dejo a tu elección." Hermione frunció el ceño levemente, pero él continuó. "Quiero mostrarte lo mal que me comporte te quiero que veas que puedo hacerlo bien. Te conseguí dos boletos para un hermoso resort. Es famoso por sus grandes bibliotecas y piscinas de agua caliente. Ademas, te consentirán bien allí. Masajes, fiestas, paseos a caballo por la playa, e incluso, gente que te abanica y te sirve tragos mientras lees. Es perfecto Hermione. Es lo que siempre quisiste."
Era algo muy caro y tuvo que pedirle prestado a sus hermanos una buena parte del dinero. Ellos le habían pedido detallada información sobre lo que pensaba hacer con el dinero y Ron, avergonzado, había tenido que confesar que era para que Hermione lo perdonara. Los gemelos se habían reído de él, diciendo que dudaban que eso funcionara, pero igual, le prestaron el dinero.
Hermione estaba perpleja. Eran las vacaciones perfectas, Era todo lo que había querido. Era algo que la hubiera hecho feliz antes de dejar a Ron.
"Ron, no tenías que hacer esto." Dijo ella.
Ron encogió los hombros como si no fuera nada. "Ya lo hice Hermione. Tenía que enmendarme por la... tontería que hice con nuestro dinero para las vacaciones. Ahora, podemos tomarnos unas vacaciones que realmente te gusten."
Hermione se puso seria. "¿Nosotros?" Dijo, confundida.
Ron sonrió y se acercó a ella para arrodillarse frente a Hermione. "Si. Nosotros. Podemos hacerlo como una segunda luna de miel. Mione, quiero que funcione. Quiero que seamos un verdadero matrimonio. No me importa la casa, podemos comprar otra. ¿Qué dices?" Estaba mintiendo en grandes cantidades, pero él suponía que estaba funcionando, así que siguió con la charada.
Hermione se miró las manos. Ron no entendía nada. Tal vez se había dado cuenta de sus errores, pero ya era tarde. Ella estaba enamorada de otro hombre y estaba esperando a su bebé.
Ron se aguantó las ganas de festejar. Estaba seguro que la tenía justo en donde quería, en la palma de su mano. Levantó el mentón de Hermione para poder mirarla a los ojos. Sabía que la tenía.
"Mione, amor, todo estará bien ahora. Iremos a este viaje juntos y luego, cuando regresemos, veremos como sorteamos los demás escollos. Podemos vivir en La Madriguera, con mamá y papá, o puedo quedarme aquí, contigo, hasta que encontremos un lugar en donde vivir juntos." Dijo Ron.
Hermione suspiró. "Ron...no puedo vivir en La Madriguera y tú no puedes vivir aquí."
Ron sonrió. "Hermione, estoy seguro que a Harry no le molestara. Podemos ir a hablar con él antes que traiga mis cosas aquí, si de verdad no quieres ir a vivir con mamá a La Madriguera."
Hermione sacudió la cabeza. "No, Ron. No entiendes. No es que no quiera vivir con Molly o Arthur. Los adoro. Y nos es que crea que Harry ponga alguna objeción tampoco. YO no quiero que vivas aquí conmigo, ni quiero vivir CONTIGO en La Madriguera."
Ron la miró con la boca abierta. "¿Qué?"
Hermione suspiró de nuevo, mientras tomaba las manos de él entre las suyas, tratando de hacerlo entender sin lastimarlo. "Ron, nuestro matrimonio se ha terminado, desde hace mucho tiempo ya. Incluso desde antes que te dejara esa noche."
Ron retiró su mano. "¿De qué estás hablando? No. No se ha terminado. El divorcio no es el punto final. Podemos hacer que funcione. Conseguí lo que querías. Nos conseguí unas vacaciones aburridísimas, que tú querías, para que vieras que estoy dispuesto a hacer concesiones."
Hermione se mordió los labios para no dejar escapar la enojada respuesta que amenazaba con escapar de su boca. "Ron, sé que hiciste algo lindo por mi, pero es muy tarde. No quiero volver a estar casada contigo. Ya no estoy enamorada de ti. Siempre te voy a querer, pero solo como mi amigo, como siempre debió ser."
Ron se puso de pie. "Mira, Mione, necesitas pensarlo."
Hermione le dirigió una triste sonrisa. "Ron, no quiero herirte, De verdad, no quiero. No es como que no te pudiste arreglar sin mi. Sé muy bien que has estado viendo a otras mujeres y está bien. Yo también estoy viendo a alguien."
Ron torció el gesto. "Ah, si...el murciélago de las mazmorras..." Ante la sorprendida mirada de ella, Ron retrucó. "Ah, si, sé todo con respecto a Snape y a ti. Personalmente, no puedo creer que dejes que ese bastardo te toque, pero estaba dispuesto a dejarlo pasar. ¿Mione, en qué estabas pensando cuando lo dejaste acercarte a ti?"
Hermione se puso de pie, con la furia a flor de piel. "Ron, no tienes idea de lo que estás hablando. No lo conoces y tampoco lo conocía yo. No deberías juzgarme por a quién dejo que me toque o no. Tu te acuestas con mujeres que han sido manoseadas por peores personas que Severus a diario, varias veces al día. Severus es un buen hombre y no quiero que lo insultes."
Ron hizo un ruido. "Si, claro, un buen hombre que ha estado cogiéndose a prostitutas a las que les hacía beber una poción para parecerse a ti, durante años."
"Ron, tienes que irte. Necesitas..." Hermione se quedó callada cuando las palabras del pelirrojo entraron de lleno en su cerebro. "¿Qué? ¿Qué dijiste?"
Ron sonrió. "Tu buen hombre ha estado yendo con Madame Laura, por lo menos por siete años, haciendo que putas bebieran una poción para que se parecieran a ti. Luego, se las cogía hasta el hartazgo. Incluso, sé que tiene una provisión de esa poción. Madame Laura todavía tiene unas seis botellas, listas para usarse."
Hermione sintió como si la hubieran apaleado. Ron tenía que estar mintiendo. Severus no le haría algo así. ¿Cómo podría? Ron estaba hablando de la poción multijugos y se necesita un cabello de la persona para que funcione. No había forma de que Severus tuviera un stock de su cabello para la poción.
Hermione tragó saliva mientras mas pensamientos la inundaban. No lo había visto por varios años antes de esa noche en el burdel...desde cuando, no recordaba bien, pero habían pasado años. De hecho, la última vez que recordaba haberlo visto, había sido en Hogwarts. ¿Ocho años, tal vez? Era imposible.
Ella le echó una mirada asesina a Ron que todavía la miraba con suficiencia. "Ron, tienes que irte. No voy a tolerar tus mentiras. Vete antes que comience a lanzarte hechizos. Y no pienses que no voy a hacerlo."
Él se volteó para irse, pero se dio vuelta y sacó un frasquito vacío del bolsillo que había traído por si lo necesitaba. Tomó su varita y ella alzó la de ella, por si acaso. Ron apoyó su varita contra la sien y retiró una hebra plateada, dejándola caer dentro del frasco antes de taparlo.
Le entregó el frasquito a Hermione. "Ten esto. Si quieres saber la verdad, aquí la tienes. Escuché la conversación y luego hice algunas preguntas. Tendrás que aguantar verme cogiéndome a otra mujer en ese recuerdo antes que empiece a hablar sobre Snape. Nunca dijo su nombre, pero tú sabrás de lo que habla después de ver el principio del recuerdo."
Hermione lo tomó, a pesar de no querer hacerlo. "Por favor, vete ya." Dijo la castaña-
Ron se encogió de hombros de nuevo. "Sabes donde encontrarme en caso que cambies de parecer. Estaré en La Madriguera, donde estoy la mayor parte del tiempo. Adiós Mione."
Con esas palabras, se fue, dejando la cocina primero y un momento después, se escuchó la puerta de entrada siendo golpeada. Hermione se quedó de pie en medio de la enfermantemente dulce habitación, rodeada de flores que ya no quería.
Observó el frasquito que tenía en la mano. Sabía que no había sido alterado, primero, porque Ron no tenía idea de cómo hacer tal cosa, y segundo, porque lo había sacado de su cabeza frente a eela, así que no había tenido tiempo de hacer nada con el recuerdo.
Apreto el envase de vidrio en su mano y corrió escaleras arriba, hasta su cuarto. Buscó en su closet y sacó su pensadero para depositarlo sobre la cama. Destapó el frasco y derramó su contenido dentro del pensadero de piedra.
Tomando una gran inhalación, se sumergió en el recuerdo. Observó detenidamente. Vió cómo Ron escuchaba de lejos la conversación entre la madama y una de sus chicas, que hablaban sobre Severus. Cuanto mas escuchaba, mas molesta se ponía. ¡Ese bastardo!
Hizo lo mejor que pudo para no mirar a Ron acostándose con la prostituta, pero escuchó de lo que estaban hablando. Escuchó como la chica le daba detalles a Ron de lo que hacía un cliente para tener a la chica de sus fantasías.
Cuando todo terminó, Hermione se encontró de nuevo en su habitación, con las lágrimas corriéndole por el rostro. De alguna manera, él había logrado conseguir su cabello y lo había utilizado para satisfacer alguna retorcida fantasía. Y lo peor, lo había hecho durante años.
Dejó que las lágrimas corrieran sobre sus mejillas mientras sentía de que manera le dolía el corazón. El estómago se le retorcía, pero ella lo ignoró. Tenía que hacer algo. Necesitaba mas pruebas que la que tenía entre sus manos.
Usó su varita para limpiar la evidencia del llanto de su rostro. Tenía una idea de cómo conseguir la prueba que quería. Con un sonido como de trueno, desapareció de su habitación.
Llegó al Callejón Diagon con un leve ruido y, lentamente, se dirigió hacia donde quería llegar. Se mantuvo entre las sombras todo el tiempo. Cuando vio el cartel del establecimiento que buscaba, entró. Se mantuvo alerta, en caso que alguien que ella conociera estuviera allí.
"¿Qué estás haciendo?" Dijo una voz. "NO hemos sabido nada de él por varios meses. ¿Por qué tomaste la poción?" Una mano hizo presa del brazo de Hermione y la hizo voltearse con brusquedad.
Hermione reconoció a la mujer de los recuerdos de Ron. Esa era Madame Laura y se la veía furiosa. Antes que Hermione pudiera hablar, la madama continuó. "Es mas, ¿cómo te las arreglaste para conseguir la poción? Cuando lo averigüe, muchacha, te voy a hechizar hasta el día del juicio final."
Hermione alzó una ceja. Eso también servía como prueba, pero todavía no era suficiente. "Si no le molesta, Laura, quisiera recuperar mi brazo, por favor."
La madama destuvo su embestida. Sus chicas no decían 'por favor' ni hablaban con tanta elocuencia, o se conducían con tanto orgullo. Oh-oh. Pensó Laura mientras observaba los ojos de la pequeña castaña y notaba la diferencia de la expresión.
"Oh, discúlpeme. Pensé que era alguien mas." Dijo la madama, tratando de enmendarse.
Hermione le obsequió a la mujer una billante sonrisa. "Está bien. Se que a veces es difícil decir cual es la copia y cual la real."
A pesar de saber que era inútil, Laura trató de fingir ignorancia. "¿Qué quiere decir Srta. Granger?" Se aguantó las ganas de morderse la lengua al decir el nombre de la chica antes de decidir que posiblemente todo el mundo la conociera debido a sus actividades en la guerra. Era posible que Laura la conociera solo por ese hecho.
Hermione sonrió de nuevo. "Srta. Laura, ¿hay algún lugar en donde podamos hablar en privado?"
Laura comenzó a ponerse nerviosa, pero accedió de cualquier modo. Llevó a la castaña hasta su oficina privada, pero en el camino, un hombre muy ebrio, alcanzó a Hermione y la atrapó de la cintura, sentándola en su regazo.
"Hola bonita. Tú eres muy linda...¿quieres ir arriba y divertirte un rato?" El tipo apestaba a lo que sea que estuviera bebiendo.
Laura estaba a punto de gritarle al tipo, pero la sonrisa de Hermione la detuvo. ¿Qué se trae esta pequeña entre manos?
Hermione le sonrió al hombre. "Siempre estoy dispuesta a divertirme. Por supuesto, su definición de lo que es divertido y la mía tal vez no tengan puntos en común."
El hombre preguntó entonces, "¿Y cómo te diviertes tú, niña bonita?"
La sonrisa de Hermione se ensanchó notablemente. "Bueno, me gusta usar mi varita para torturar hombres que no sabes de decoro o que no tienen modales, o que no saben mantener las manos quietas, lenta y dolorosamente. Le aseguro que para cuando termine con usted, habrá perdido un par de capas de piel y una buena cantidad de dientes. ¿Le parece eso divertido?"
El hombre se puso pálido y rápidamente, la dejó ir. "Umm...lo siento srta. No quise ofenderla. Pensé que era una de las chicas que trabajan aquí."
Laura ocultó una sonrisa de satisfacción. Le gustaba esta chica. Severus había hecho bien al escogerla. Solo esperaba que Hermione no estuviera aquí para preguntarle sobre Snape. No quería tener que mentirle a una jovencita tan bonita.
Cuando llegaron a la oficina de Laura, la madama cerró la puerta. "¿Quieres beber un trago?"
Hermione negó con la cabeza, mientras se acariciaba el abdomen inconscientemente. "No, gracias. No le robaré mucho tiempo. Solo vine por negocio, luego me ire."
Laura alzó una ceja. "¿Qué negocios pueden ser esos? Dudo muchísimo que quieras un trabajo aquí."
Hermione sonrió y se rió un poco, pero sintiendo náuseas de solo pensar en trabajar en aquel lugar. "No. No estoy buscando trabajo, Lo que me trae aquí es un asunto mas delicado."
"¿Y qué asunto podrá ser ese?" Preguntó Laura, sospechando.
Hermione se acercó un poco a la mujer, "Estoy aquí porque se que usted y Severus son buenos amigos." La castaña no lo sabía a ciencia cierta, pero sospechaba que así fuera para que él le confiara las pociones.
Laura frunció el ceño, insegura de lo que estaba a punto de ocurrir. "Si, así es. Hemos sido amigos por varios años. ¿Severus está bien?"
Hermione asintió. "Oh, si. De hecho, está en el castillo, trabajando en una poción. Creo que etará finalixzando pronto. Se supone que me enviará a su cuervo para avisarme y para que podamos celebrar propiamente."
La jovencita permitió que se le sonrojaran las mejillas al decir esto. Todavía estaba muy enojada y estaba haciendo un gran esfuerzo para no mentir. Las mejores mentiras, después de todo, son las que guardan un dejo de verdad.
Laura sonrió. "Eso es maravillosos. Espero que no te moleste si pasa por aquí para que le obsequie un trago de felicitaciones cuando la termine."
Hermione sonrió. "Para nada. Me alegra saber que Severus tiene una amiga tan buena. De hecho, necesito hablarle como su amiga. Severus me contó de...bueno, las poiciones que dejó aquí con usted."
La sonrisa de Laura se desvaneció, mientras maldecía mentalmente. "¿Pociones?" Sabía que no tenía objeto mentir, pero tampoco sabía que tanto conocía al respecto la chica sentada frente a ella.
La castaña asintió nuevamente. "Si. Usted sabe...las pociones que Severus hacía que sus chicas bebieran para que se parecieran a mi por tantos años. Creo que...desde que era su estudiante." De nuevo, Hermione estaba suponiendo.
Como Laura no dijo nada, ella continuó. "Bueno, verá usted, después que me dijo lo de las pociones, me enojé muchísimo, como se podrá imaginar, pero luego, él me explicó...bueno, y yo entendí."
Laura suspiró de alivio. Gracias a Merlín, Severus le explicó antes que la chica lo averiguara de alguna otra fuente. "Entonces, ¿qué es lo que necesitas de mí, querida?"
Hermione se sonrojó otra vez. "Bueno, verá...temo que alguien pudiera conseguirlas por accidente. Imagínese el horror que sería que algún...pervertido tuviera acceso a esas pociones. Le pedí a Severus que viniera por ellas...pero está tan metido en su proyecto, que casi no se toma tiempo siquiera para dormir o comer. Tuve que forzarlo a tomar un descanso."
Laura sonrió. Sabía que Severus era un hombre que se perdía en sus pasiones. "Estoy segura que no te costó demasiado obligarlo. El hombre está loco por ti."
Hermione sonrió, mordiéndose el labio para no dejar escapar la furia que sentía. "Lo se. LO que quiero decir es que en este momento, está super ocupado, así que vine a buscar las pociones yo misma. Odiaría que alguien tuviera acceso a ellas, o que alguien dejara escapar el rumor y que llegara a oídos de alguien del Profeta. ¿Se puede imaginar lo que escribirían?"
Laura se puso seria. Ella había estado preocupada por eso mismo por años. "¿Así que viniste para llevarte ls dos pociones restantes?"
Hermione hizo una pausa. ¿La estaba probando o le estaba mintiendo? "¿Dos? Él dijo que eran seis. ¿Tal vez se equivocó? ¿No se perdió alguna, verdad?"
Laura sonrió. Seguramente Severus le había dicho cuantas eran, de otro modo, ¿cómo podía saber cuántas eran? "Tienes razon, querida. Son seis. ¿Es que estaba pensando? Te las traeré de inmediato."
La mujer se puso de pie y fue hasta una cabinete que mantenía cerrado. Quitó los encantamientos que Severus le había enseñado y saco las botellas. Se las pasó a Hermione, quien, según Laura obesró, tragó nerviosamente antes de toamrlas.
La castaña movió una mano y les puso un hechizo para encoger los envases, junto con un hechizo para que no se rompieran. Suspiró , empujando la tristeza y la furia hasta el fondo, por el momento.
"Gracias. Temía que, aún encogidas, no entraran en mi bolsillo." Dijo Hermione cuando vio que Laura la observaba con curiosidad.
Laura asintió mientras la miraba y observaba que llevaba puestos unos shorts demasiado apretados. "Por favor, no dudes en regresar. Se que es un poco extraño venir aquí, pero de verdad pienso que eres perfecta para Severus. Pareces una buena persona y por lo que recuerdo haber leído sobre ti, también tienes un gran corazón. Severus necesita alguien como tú a su lado. Si te hace sentir mejor, tal vez podríamos encontrarnos en un lugar, digamos...mas respetable." Le dijo Laura con uan sonrisa dulce.
Hermione le devolvió la sonrisa. Laura parecía una buena persona también, y eso hizo que la castaña se sintiera culpable por mentirle. "Eso estaría bien. Tal vez podamos vernos para tomar el té alguna vez."
Las dos mujeres se despidieron y Hermione regresó a su casa. Las lágrimas le resbalaban por el rostro. ¿Cómo había podido hacerle eso? Pociones para prostitutas. Era horrible.
Hermione se hundió en la cama y lloró.
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