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Capítulo 10ཻུ⸙͎

Algunas semanas mas tarde, Ron estaba sentado en la barra del bar de Madame Laura. Estaba enfadado y deprimido. Ginny había ido a verlo la semana anterior, a la Madriguera, solo para comenzar a reclamarle a los gritos.

Eso había sido algo malo, pero lo peor había sido que su madre y su padre estaban en la cocina, escuchando todo. No como que Ron y Ginny se habían dado cuenta que estaban gritándose el uno al otro.

"¡No puedo creer que nos hayas mentido así Ron!" Le gritó Ginny. "¿Cómo pudiste tratar a Hermione de esa manera?"

Ron no estaba seguro de lo que su hermana sabía, así que se hizo el tonto. "¿De qué carajos estás hablando Ginny?"

La pelirroja lo miró de arriba a abajo. "¡No te hasgas el idiota conmigo Ronald Weasley! Sabes muy bien de que estoy hablando. Nos mentiste a todos. Dijiste que Hermione te estaba engañando. No hizo tal cosa, ni una sola vez, en todo el tiempo que estuvieron juntos. Dijiste que se había llevado todo lo que habías comprado, que había vendido la casa que le habías comprado, actuando como si fueras la víctima en medio de todo este lío." Reclamó Ginny con los ojos encendido de furia.

Ron suspiró. "Mira Gin, no tengo idea de lo que estás hablando. Tú no estabas ahí. No puedo creer que te pongas de su lado. Ella solo te dice que no lo hizo y tú le crees. Gracias hermanita, es bueno saber a quien le eres leal."

Ginny bufó. "Tú, imbécil...no le creí nada. Fui a la casa y le dije cosas horribles. me dijo su parte de la historia y yo seguí de tu estúpida parte. Dijo que tomaría Veritaserum o que me mostraría su pensadero. ¿Serías tu capaz de mostrarme los recuerdos de tu matrimonio? ¿Beberías el suero de la verdad?"

Ron la miró con desprecio, mientras intentaba pensar rápido. Eso no era precisamente su punto fuerte. "No debería tener que probar mi inocencia contigo o con quien sea. Soy tu hermano. Pensé que me amabas. Pensé que creías en mi. Que haya ofrecido hacerlo no significa que lo haya hecho. Solo lo dijo para que le creas."

Ginny casi se rió. Al menos tengo que darle crédito por intentarlo. "Claaarooo...seguro que se ofreció para quedar bien. ¿Cómo se me pasó eso?" Dijo ella con sarcasmo.

Ron sonrió, ignorando el sarcasm en la voz de su hermana. "Bien, me alegra que veas las cosas claras ahora. Creo que me debes una disculpa."

Ginny se quedó con la boca abierta. El tipo de verdad es un idiota.

"Ron, condenado imbécil, ¡estaba siendo sarcástica! ¿De verdad crees que iba a creer solo en su palabra en un asunto tan delicado? ¡Ella me dejó ver sus recuerdos!"

La sonrisa de Ron se desvaneció. "¿Qué quieres decir con que te dejó ver sus recuerdos?"

Ginny suspiró. "Ron, me mostró su pensadero."

Ron bufó, tratando de mantener la pelota de su lado. "Pudo haber flasificado los recuerdos. Sé que eso puede hacerse. Después de todo, somos gente mágica."

Ginny sacudió la cabeza y revoleó los ojos. "Es bastante difícil falsificar o modificar una memoria cuando la están colocando de la cabeza al pensadero directamente."

Ron pensaba en algo con que retrucarle, pero no se le currió nada. No había sido tan buen estudiante, así que no conocía todas las maneras de modificar un recuerdo.

Como él guardó silencio, ella continuó. "Me mostró como compró la casa y como tú ni sisquiera la ayudaste a elegirla. Me mostró como tenía que pagar por todo. TODO Ronald! Las cuentas, la comida, TODO! Gastabas todo tu dinero y nunca le dabas una mano. Ella tenía que hacer todo, cocinar y limpiar, mientras tanto tú te sentabas en tu flojo trasero."

Ron se estaba poniendo cada vez mas rojo a medida que se iba poniendo mas enfadado, pero Ginny no se dejó intimidar y siguió con sus reclamos. "Esas vacaciones en las que clamaste habías gastado todo el dinero que tanto te había costado ganar. En realidad era su dinero. Dinero que ella ahorró sin tu ayuda. Y tu lo gastaste en quidditch! Todo el mundo sabe que Hermione odia el quidditch. Ni siquiera lo consultaste con ella antes de gastarte el dinero. No te importó si a ella le iba a gustar o no. Lo hiciste porque eres egoísta Ron."

El pelirrojo se quedó callado mientras su rostro se ponía cada vez mas rojo. Ginny hizo una pausa para respirar y siguió. "Si, ella se llevó todo de la casa, pero ella pagó por esas cosas. Si, vendió la casa, pero porque tú te negaste a dejarla así que la única opción era sacarte de esa manera."

En ese punto, Molly y Arthur estaban en la puerta con cara de pasmados. Ginny apenas los miró antes de seguir hablando. "Incluso la culpaste por no tener hijos. Eras tú el que no los quería. Ella quería pero tú insistías en que siguiera bebiendo la poción anticonceptiva. Nos mentiste sobre todo! Todo este tiempo creíamos que querías hablar con ella para arreglar las cosas, para volver con ella, aún cuando nos parecía que era un poco absurdo, teniendo en cuenta lo mala que había sido contigo, según lo que nos contaste. Pero en lugar de eso, estabas paseando por burdeles."

Molly se atragantó. "¡Ronald Weasley! ¿Es eso verdad? ¿Es todo eso verdad?"

Ron miró a su madre, y su cara roja se puso pálida de inmediato, al darse cuenta que sus padres estaban allí mismo, escuchando todo. "¿Mami?"

Molly se acercó rápidamente a su hijo y lo miró de arriba a abajo, con las manos en la cadera. "¿Nos has mentido con respecto a Hermione? ¿Nos has hecho odiar a la pobre chica sin ninguna razon?"

Ron solo pudo asentir lentamente. No recordaba haber visto a su madre tan enojada. Ginny tenía mal genio, pero era nada en comparación con el de Molly Weasley cuando estaba furiosa.

"Ron, te eduqué para ser mejor que esto. ¿Cómo pudiste hacerle algo así a Hermione? ¿Cómo pudiste mentirnos de esa manera? ¿Cómo es que te atreviste a visitar un lugar de pecado como esa?" Preguntó Molly con la voz espantosamente calma.

Ron tragó saliva con nerviosismo. "No s-se...no podía admitir que Hermione me dejó porque soy un idiota. Fui a la casa de Madame Laura porque...bueno, porque tengo necesidades. Las chicas allí son muy buenas en lo que hacen."

Molly se estaba poniendo escarlata de furia. Ginny vio la cara de su mamá y se alegró de no ser ella la destinataria de la ira de su madre. Pero Ginny tenía curiosidad por saber algo mas. Ron dijo que Hermione lo había engañado, cuando en realidad, fue él quien lo hizo.

"Ron, ¿ibas a ese lugar cuando todavía estabas casado con Hermione?" Preguntó Ginny, mirando a su hermano como a un bicho.

Ron suspiró. "Si."

Se hizo un silencio. Fue Molly la que habló, después de varios minutos. "¿Por cuánto tiempo estuviste engañando a la pobrecita niña?"

Ron tragó saliva. "No sé..un año. Tal vez dos."

La habitación quedó en silencio nuevamente. De pronto Molly chilló. "¡DOS AÑOS!"

Todo el mundo pegó un salto del susto, incluso Arthur. Ron tragó saliva antes de asentir nuevamente. Molly se quedó mirándolo sin poder creer que su hijo hiciera semejante cosa. Pero lo había admitido.

Molly cerró los ojos y se los frotó. Los volvió a abrir y miró a su hijo con desdén. "Ron, te sugiero que encuentres un lugar en donde pasar la noche, y tal vez mañana también. No quiero verte aquí en este momento."

Ron se puso mas blanco. "¿Me estás echando?"

Molly inhaló con fuerza. "Necesito un día o dos para calmarme antes de verte otra vez." Se volvió hacia Arthur. "Dale a nuestro hijo un poco de dinero para que se consiga una habitación o algo así, Arthur, por favor."

Arthur asitió, todavía shockeado por las cosas que había escuchado. Fue hasta su oficina y sacó dinero suficiente para que se consiguiera una habitación decente y un poco mas de dinero para comida. Se la dio a Ron quien miraba a sus padres azorado.

"Si fuera tú me iría antes que tu madre saque su varita y te apunte." Le dijo Arthur en voz baja.

Ron gruñó mientras se ponía de pie y sacaba su varita, desapareciendo con un ruido.

Ahora, sentado en la barra de Madam Laura, estaba furioso. Todo había sido culpa de Hermione. Bebió otro trago de whisky de fuego y se quedó rumiando su desgracia.

Vió que la Madama del establecimiento conversaba con una de las chicas. Giró la cabeza y se puso a escuchar.

"Laura, han pasado semanas desde la última vez que vino. ¿Crees que le haya pasado algo?" Dijo una chica, apenas vestida.

Laura se rió. "Estoy segura que está bien. No te preocupes por él."

"Pero Laura, él siempre viene cada fin de semana. Siempre viene. ¿Crees que se haya quedado sin cabellos para sus pociones? Porque todavía tenemos por lo menos seis botellas disponibles." Preguntó la chica.

Laura sonrió. "Lo dudo. Es un Maestro de Pociones. Nunca ha tenido ese problema y han sido siete años. ¿De verdad crees que ya no le quedan? Además. No viste quién vino esa noche en la que se fue y ya no volvió. Dejó a Giselle esperando por él y nunca fue a verla esa noche."

La chica frunció el ceño. "¿No, quien?"

La sonrisa de Laura se ensanchó. "Ella. No tengo idea de porqué vino, pero lo hizo. Marie vino a decirme que le parecía que había visto a Giselle aquí abajo y vestida con ropa muy extraña, no la lencería que él siempre pide. Así que envié a Marie arriba a cambiarse, diciéndole que él se pondría como loco porque Giselle bebió la poción antes de tiempo."

La chica volvió a fruncir el ceño. "¿Y qué si vino ella? ¿Eso no significa nada, no?"

Laura sonrió. "Bueno, si significa algo, sobre todo cuando Giselle bajó y demandó saber a quien mas le había dado la poción. Parece que Giselle salió de la habitación y se lo encontró besando como loco a una chica que parecía que también había tomado la poción. Giselle iba a encarar a la chica pero él le indicó que se fuera. Como no quería molestar a un buen cliente, se metió en la habitación de nuevo, pero él nunca fue a verla."

La chica sonrió. "¿Así que estaba besando a la verdadera? ¿Y eso cómo explica que no haya regresado?"

Laura se rió. "Bueno, Marie me dijo que lo vio salir temprano esa noche y que luego vio a quien supuso era Giselle irse también. La única razón por la que Severus Snape no regresó con las chicas transformadas en ellas, es porque está con la verdadera."

Ron se quedó allí escuchando todo. Así que el murciélago de las mazmorras le pagaba a prostitutas para beber una poción y verse como alguien mas y cogerla hasta el cansancio. Se rió con ganas, preguntándose quién sería la chica de la poción.

Laura y la chica apenas vestida se quedaron allí, pensando. De pronto, la chica sonrió. "Bueno, ¿quién lo iba a pensar? Severus Snape y la infame Hermione Granger."

Ron se atragantó con el whisky que ahora le estaba quemando los pulmones. ¿Hermione y el murciélago grasiento? No. Imposible. Hermione nunca dejaría que ese bastardo se le acercara.

"Estoy feliz por él. Me apena perder a un buen cliente, pero merece ser feliz. Solo espero que ella sepa lo afortunada que es de tenerlo. " Dijo Laura antes de alejarse para atender a su clientela.

Ron, finalmente, logró que un poco de aire fresco antrara en sus pulmones. La misma chica que había estado hablando con Laura, se acercó a él. "Hola amor. ¿Te gustaría un poco de compañía esta noche?"

Ron la miró de arriba a abajo. No era lo que normalmente escogía. Tenía pechos pequeños y no tan bonita como las que acostumbraba, pero tal vez podría conseguir un poco de información de ella.

"Claro hermosa. Vamos a tu habitación y charlemos un poco." Dijo Ron, pasándole un brazo por la cintura.

La chica lo guió. "Mi nombre es Tina, ¿y el tuyo amor?"

Ron no quería arruinar sus chances con la información. "Nombre. Mi nombre es Ron. Ron Longbottom." Hizo su mejor esfuerzo para no parpadear al usar el nombre de Neville.

Tina sonrió. "¿Longbottom? Nombre raro. Pero me suena familiar. ¿Nos conocemos?"

Ron le dedicó un gesto de suficiencia mientras entraban en la habitación y él rogaba que no recordara de dónde conocía esos nombre. "No creo amor. Estoy seguro que recordaría a alguien tan bonita como tú."

Un par de horas después y luego de dos satisfactorias rondas de sexo, Ron salió sonriendo del burdel hacia el hotel. Había obtenido bastante información de la muchacha. Y la chica ni siquiera sabía a quien se la había proporcionado.

Tina nunca usaba nombres, pero Ron sabía que estaba hablando de sabía como había conseguido Snape el cabello de Hermione, que había estado usando por siete años. Se preguntaba si Hermione sabía. También se preguntaba si podría llegar a utilizar esta información para que Hermione lo viera con simpatía nuevamente.

Necesitaba ponerse a pensar. Descubrir cómo utilizar su conocimiento esra ahora mas valioso que el oro mismo.

Subió al ascensor hasta su piso. Una vez allí, sacó una botella de whisky que había comprado el día anterior. Ya estaba casi vacía, pero podría ir a casa mañana. Necesitaba pensar en como clamar a su madre también.

Se bebió lo que quedaba del licor, mientras pensaba, hasta que se quedó dormido.

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