Capítulo 9: La Familia Real
Hace un buen tiempo publiqué el capítulo de su primera vez, que era el número 9, y el primero en el que salen sus hijos luego de nacer es el 9😂😂😂
Coincidencias locas de la vida, juro que no fue intencional 😂
Aprecien lo tierna y graciosa que es la imagen en multimedia 😂😍💜💙
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Mal's POV:
Tuve la impresión de no tener los brazos de Ben rodeándome cuando desperté. Y no me equivoqué, ya que al abrir los ojos y darme la vuelta no estaba conmigo. Pero si había una nota.
"Mi reina,
Lamento no haber podido quedarme con ustedes hasta que despertaras, pero Lumière dijo que mis padres me necesitaban así que tuve que dejarlos solos.
No quise despertarte así que por eso no te avisé.
Subiré tan pronto como pueda. Y no te preocupes por nuestros hijos, me aseguré de cambiarles sus pañales antes de salir. Espero poder estar pronto con los tres."
Dejé la nota sobre mi mesa de noche y miré las pequeñas cunas a mi lado. Sonreí al ver a Ava y a Max (ellos le dicen Max a Mason como apodo) profundamente dormidos. Me levanté con cuidado de no despertarlos y me dirigí al baño para darme una ducha.
Ha sido duro adaptarnos a todo lo que conlleva tener que cuidar a dos bebés de apenas un mes, más que todo en las noches. Casi siempre les da hambre a uno y poco después a otro. Pero el problema llega cuando por ejemplo le da hambre a Ava y cuando al fin volvemos a dormirnos se despierta Max.
También han habido dos incidentes. Dos noches se despertó uno llorando y automáticamente despertó al otro. Y a pesar de eso, durante el día son unos angelitos.
Rara vez lloran durante el día al menos que sea para comer, dormir o que les cambiemos los pañales. Es algo normal que solo sea por eso teniendo en cuenta que apenas tienen cinco semanas. Es duro pero todo sea por el bienestar de los dos.
Al salir de la clínica no faltaron los paparazzis y reporteros. Pudimos esquivarlos hábilmente, con la ayuda de mi esposo. Hemos ido solo a tres eventos con ellos y han sido de día, porque sabemos que es cuando están tranquilos.
Salí del baño ya vestida y caminé hacia las cunas. Mason seguía dormido pero Ava comenzaba a despertarse. Vi como estiraba sus manitas y abría sus ojitos verdes.
Se rió levemente al verme.
-Buenos días, princesita.
La agarré con cuidado y la puse entre mis brazos. Al instante empezó a mirar mis ojos insistentemente.
-Adivinaré, ¿tienes hambre?
Sabía que no obtendría una respuesta. Me senté en el sillón que está frente a la cama y comencé a amamantarla. Se notaba que tenía mucha hambre ya que se despertó una vez menos de lo normal en la noche.
Acaricié su mejilla y besé su frente.
-Tal vez diga esto porque soy tu mamá y te amo, pero eres la bebé más hermosa del mundo-volvió a observarme- De hecho, eres la niña más linda. La única que podría igualarte sería alguna hermana que podrías tener en el futuro. Pero falta mucho para eso y mientras tanto, seguirás siendo la única niña en mi corazón.
Dejó de comer y acomodé de nuevo mi camisa. Le saqué los gases y la tuve cargada un rato. Oí los ruidos que hacía su hermano así que me levanté.
Dejé a Ava en el sillón, luego de haberme asegurado de que no hubiera ningún riesgo de que se cayera, y busqué a mi hijo.
Él, como su hermana, rió un poco al verme. Agarré los peluches en las cunas de ambos y los traje conmigo. Ava abrazó al instante el peluche de dragón bebé morado y Max también abrazó su peluche de bestia. Fueron regalos de Doug e Evie el día de su nacimiento.
La tomé con mi brazo libre luego de que Mason comiera y le sacara los gases, de modo que tenía a cada uno en un brazo.
Me levanté y me fui al cuarto de los dos. Como aún están muy pequeños, duermen en la habitación que Ben y yo compartimos. Pero esperamos que en menos de un mes ya estén listos como para poder dejar que duerman solos. Aunque de todos modos su cuarto está a muy pocos pasos del nuestro así que no hay de qué preocuparse.
Dejé a Ava en su cuna y le quité su pijama a Max. Busqué entre la ropa que Evie había hecho para ellos, la cual es más que suficiente a decir verdad, y le puse lo que me pareció más conveniente.
Cuando estaba terminado de acomodarle a Ava su vestido sentí un brazo tomar mi cintura.
-Buenos días, amor.
Sonreí al sentir los labios de Ben impactar sobre mi mejilla. Agarré a Ava con cuidado y me di la vuelta. Ni me di cuenta de en qué momento entró, ya que tenía a Max en su brazo libre.
Lo besé unos segundos y rocé nuestras narices.
-¿Pudiste resolver lo que necesitaban tus padres?-le pregunté.
Ya teníamos unos minutos aquí y él acomodaba las cosas que necesitamos para salir con los bebés.
-Sí, solo querían que los ayudara a terminar de organizar su viaje. Ya sabes, no han hecho ninguno que sea grande desde mucho antes de nuestra boda.
-Les encanta viajar, y luego de veinte años de reinado, cuidando de ti, ayudándonos durante nuestra luna de miel y cuidando a los mellizos cada vez que tenemos que salir, merecen tomar vacaciones cuando quieran.
Lo ayudé a tomar las cosas que tenemos que llevarnos y bajamos a desayunar. Mis suegros habían venido a saludar luego de que Ben llegara y dijeron que podían bajar a sus nietos con ellos mientras que organizábamos todo.
(...)
-Entonces, sus majestades, ¿están cien por ciento seguros de querer incrementar esta ley?-preguntó Genio, bastante emocionado.
No pudimos responderle ya que oímos el llanto de unos de los bebés. Tomé a Ava y besé su cabeza. Su llanto disminuyó.
-Sentimos la interrupción, dennos un momento-dijo Ben.
Nos miró a ambas luego de haberse asegurado de que Mason siguiera dormido.
-Necesito que me pases uno de los biberones-le pedí en voz baja.
Él asintió. Buscó dentro del bolso y me lo entregó. Al introducirlo en la boca de mi hija dejó de llorar.
Ya habíamos previsto esto. Tuvimos que traerlos ya que los padres de Ben ya tenían un compromiso y no podían estar con ellos. Y aunque sabemos que la Señora Potts podía cuidarlos, preferimos traerlos con nosotros. Queremos que pasen todo el tiempo posible con sus padres.
Ava estaba en su coche al lado de mi trono y Mason estaba al lado del de Ben.
Todos los presentes nos miraban con ternura a los cuatro. Como han hecho todos los habitantes del reino que nos han visto con ellos.
-Ya que la princesa Ava se calmó-dijo Flora, admirando a la bebé en mis brazos-, todos queremos saber si su proclama es algo temporal o será solo para casos específicos.
Evie, quién hoy vino a cumplir su deber como consejera y quería estar aquí en el momento en que anunciáramos esto, nos animó con la mirada a que respondiéramos.
-Respondiendo a la pregunta de Genio, sí. El uso de la magia será permitido en el reino. Así que sí, sí estamos cien por ciento seguros de querer hacer esto-dijo Ben y puso su mano sobre mi rodilla cariñosamente.
Nos sonreímos unos breves segundos antes de que continuara hablando.
-Y respondiendo a su pregunta, Flora. Será para todos los habitantes de este lado de la barrera que tengan poderes mágicos-dije.
-Ellos han estado pensando y trabajando en esto desde hace más de un año. Solo que con los sucesos de hace unos meses, no había sido posible-me siguió Evie.
Todos asintieron.
-Sabemos que sonará extraño debido a la ley que había estado ejerciéndose hasta el día de hoy, la cual habían declarado mis padres, pero las cosas han cambiado desde ese entonces. En su momento se tomó esa decisión para proteger al reino en su recién transformación.
-Y sí, han habido eventos malos causados por la magia, pero para evitarlos hay que ayudar a la gente que tiene poderes-tomé una pausa- Ya han pasado dos décadas y media. Pero habiendo analizado todos los registros del uso de la magia, sabemos cuáles serán las limitaciones que habrán-dije.
-Conocemos las consecuencias que pueden suceder al haber uso excesivo de ella-me miró, sabiendo que entendía porque lo decía como algo personal- No queremos que se repitan. Así sea a igual o mayor magnitud.
Dejé de nuevo a Ava en su coche y la acomodé para que pudiera descansar.
-Creo que hablo por el resto de los presentes si digo que me parece una decisión madura y adecuada por parte de ambos-nos dijo el Hada Madrina.
Le sonreímos.
-Sabemos que hay muchos niños y adolescentes que nacieron con magia. Es necesario para el bienestar de todos pero sobre todo para su bienestar personal, que sepan manejarlos. Es por eso que en todas las escuelas del reino habrán clases para que puedan aprender a controlarlos desde una temprana edad y que no creen una dependencia a la magia-aclaré.
Jane y yo hubiéramos querido poder tener esa oportunidad. Más que todo Jane, ya que ella nunca pensó que la tendría. Yo llegué a suponerlo desde pequeña ya que he podido poner mis ojos a brillar desde que tenía dos años.
-No queremos que hayan personas con resentimientos por no poder ser quienes son. La magia puede ser hermosa pero peligrosa, debe haber un equilibrio para que no surjan más villanos.
Poco después de que Ben dijera eso la reunión finalizó. Todos los miembros del consejo se retiraron. Evie se quedó ya que la llevaríamos a su casa. Estaba afuera de sala de juntas hablando con Doug, así que la esperábamos.
-Ya que hablábamos de poderes mágicos y demás pensé en algo-me dijo Ben.
Estaba sentado en su trono mientras que le daba de comer a Max con el biberón. Yo estaba sentada frente a él con las piernas cruzadas, sobre la mesa.
Ya teníamos todo listo para irnos así que los coches estaban uno junto al otro.
-Cuéntame.
-¿Has pensado en el hecho de lo poderosos que pueden llegar a ser nuestros hijos?-me preguntó.
-En cierto modo sí lo había hecho. Y sé que no lo dices solo por el hecho de que son los herederos al trono de nuestro reino.
Sonrió por lo que dije.
-Exacto. Piénsalo, yo puedo convertirme en una bestia, aunque no sea por las mejores razones-reí un poco- Y tú eres la persona con más poderes que conozco.
Negué con la cabeza sonriendo.
-Eso no es cierto. Conoces al Hada Madrina, a Merlín, Yen Sid, mi madre-tragué en seco al nombrarla y Ben tomó mi mano-, Jane, Genio y a muchos más.
-Yo considero que sí eres la más poderosa. Heredaste los poderes de tu mamá, convertirte en dragón y ser un hada. Además de ser una semidiosa por tu papá. Y si quieres agregarle algo más, la reina de Auradon y mi corazón.
Reí y mis mejillas se ruborizaron levemente por lo último.
-Lo digo en serio.
Puso a Mason en el coche libre y se levantó. Rodeó mi cintura y yo su cuello.
-Me desconcentraste completamente de lo que quería decir con eso.
Rió y besó mi cabeza.
-Pero, me encantaría que nuestros hijos hereden los poderes de alguno de los dos-dije.
Miramos en dirección a los coches, donde ellos dormían ajenos a nuestra conversación.
Nuestros rostros estaban a centímetros del otro cuando Evie abrió la puerta.
-Tórtolos, dejen eso para cuando ni mis sobrinos ni yo estemos y así no los trauman.
Los tres reímos ante su comentario y todos salimos de ahí.
(...)
Ben y yo teníamos unas cuantas horas metidos en la oficina. Leyendo y firmando documentos. Trajimos un monitor para poder saber cuando los mellizos necesiten algo.
Como hemos hecho desde hace mucho tiempo, yo estaba sentada sobre su regazo a pesar de que tenemos sillas para los dos. Sé suponía que debíamos leer unas cuántas páginas entre los dos. Pero él sólo me miraba a mí desde hace unos minutos.
-¿Qué tanto me miras? - pregunté curiosa.
Puse el papel que tenía en mis manos sobre el escritorio. Miré sus ojos y salió de su trance.
-¿Acaso no puedo mirar a mi esposa y madre de mis hijos con amor? - preguntó.
Sonreí. Seguí mirándolo para que me dijera.
-Está bien, puede que no solo te esté mirando de ese modo en este momento-dijo y reí.
Apoyé mi cabeza en su hombro, sin dejar de mirar sus ojos.
-Ha pasado bastante desde que hemos podido hacer algo solos. Y teniendo que cuidar de los niños, es más difícil-le dije.
-Es por eso que estoy así.
Acunó mi cara entre sus manos y acercó sus labios a los míos.
-Ah, ah. Ni pienses en eso-lo frené, sabiendo a donde iban sus intenciones.
-¿No quieres que volvamos a estar juntos? - me preguntó triste.
-Amor, sabes que nunca me cansaré de ello. Jamás pasará. Siempre voy a querer que podamos estar así-pude notar el alivio en sus ojos.
-¿Entonces qué pasa?-me preguntó y quitó un mechón de mi rostro.
-Aún no podemos. ¿Lo olvidas? Faltan algunos días para cumplir con lo que me dijo la doctora.
-Lo entiendo. Antes de cualquier cosa quiero que estés lista para eso-besó mi frente- Aunque ya te has recuperado muy bien de todo lo demás.
Tiene razón. Los primeros días luego de dar a luz a nuestros hijos estaba más agotada de lo normal. Pero ya estoy mucho mejor. Me siento como antes del embarazo.
-No me molestaría que tomemos un descanso ahora y hagamos algo juntos.
Sonrió por lo que le dije.
-Podríamos salir a caminar un rato por los jardines o...
-¿O?- le pregunté.
No obtuve respuesta ya que se levantó de la silla, cargándome.
Reí. Se sentó en el sillón y me dejó a su lado. Sentí como sus manos me hacían cosquillas luego de eso.
Terminé con la espalda sobre el asiento, riendo a carcajadas.
-Amor... Para-dije sin dejar de reír- Para.
-Conoces la condición, cariño.
Acercó sus labios a los míos. Cuando estuvieron por pegarse a los míos giré rápidamente la cabeza y besé su mejilla.
-Mal-se quejó.
Me reí otra vez. Puse una mano en su nuca y uní nuestras bocas. Él siguió mi beso al instante.
Quedamos totalmente sumergidos en nuestro mundo. Ya no oía a las aves en el jardín, solo oía los acelerados latidos de nuestros corazones.
Ambos sonreímos en medio del beso. Pasó sus brazos alrededor de mi cintura.
Se oyó un golpe suave en la puerta y nos separamos.
-¿Quién es? - preguntó Ben.
-Soy yo, señor-dijo Lumière.
-Espera un momento-dije.
Ben se sentó y me ayudó a hacer lo mismo. Me dio un pico y sonreí.
-Pasa.
Lumière ingresó a la habitación.
-Siento interrumpir su descanso, mis reyes.
Se acercó a nosotros y me extendió un sobre.
-Es de mi padre, ¿cierto?-le pregunté.
-Eso supongo.
-Gracias por traerla-le dije.
Él asintió. Hizo una reverencia y salió, cerrando la puerta detrás de si.
Observé el sobre entre mis manos y suspiré.
-No tienes que abrirlo si no te sientes cómoda haciéndolo.
Ben me abrazó y posó su cabeza sobre mi hombro.
-Debo hacerlo. Es la quinta que envía y creo que en algún momento tendré que responderle.
Envío una cada mes luego de la primera y pocos días después de que nacieran los niños envió la cuarta.
-Es tu decisión, así que has lo que creas mejor para ti.
Levanté el sello que estaba en la parte delantera del sobre y lo abrí. Agarré el papel entre mis manos.
"Querida hija,
Es la quinta vez que te escribo y espero algún día tener una respuesta de tu parte. Así no vengas a verme. Me basta con que respondas mis cartas.
Paso todos los días arrepintiendome de todo lo que te he causado. Ningún padre merece ser llamado así luego de haber abandonado a su propia hija cuando apenas era una bebé indefensa. Ya que aunque me enteré gracias a Facilier y no por ella, si estuve en tus primeros meses de vida. Dejándote al cuidado de una madre que tampoco debió llamarse como tal.
Facilier ha estado viniendo a mi guarida desde que su hija se fue para Auradon hace 3 años. Desde lo que ocurrió hace meses, cada vez que llega algún periódico o revista que hable de ti y de mis nietos le pido que me lo traiga.
Has creado una hermosa familia junto a tu esposo y mereces tenerla. Después de todo, nunca tuviste a la familia que mereces.
He visto unas pocas imágenes de mis nietos y son demasiado hermosos. Sobretodo la niña, pienso que es muy parecida a ti cuando eras bebé.
No desaprovechen jamás la oportunidad que tienen para darles una vida digna y feliz. Lo que debimos haberte dado tu madre y yo. Te mereces toda la felicidad que posees ahora y yo merezco estar aquí encerrado en esta Isla.
En serio quiero que algún día me respondas, hija. Y sé que puedes haber estado leyendo todo lo que te he enviado como puede que te desahagas de todas las cartas. No te culparía por hacerlo.
Te escribiré pronto.
-Hades, el padre que jamás mereciste tener".
Dejé caer la hoja al suelo y comencé a sollozar. Las lágrimas ya caían por mis mejillas y dificultaban mi lectura desde el segundo párrafo.
Escondí mi cabeza en el pecho de Ben y él me permitió que me refugiara en él. Pasaba sus manos por mi espalda, sabiendo que en algún punto lograría calmarme.
-Escribió muchas de las cosas que he soñado que me diga en todos estos años. Solo que jamás me las dijo en cara cuando tuvo la oportunidad. Desaprovechó todas las ocasiones en que pudo volverse el papá que necesité-dije cuando estaba más tranquila.
Ben me escuchaba atentamente.
-Quisiera preguntarle por qué me hizo todo lo que me hizo. Por qué me abondonó a mí también si solo iba a dejar a mi mamá.
Besó mi cabeza y alcé la mirada. Quitó las lágrimas que cubrían mi rostro.
-Puedes averiguarlas cuando quieras. Sólo espero que tomes una buena decisión de como vas a hacerlo. No soportaría que te haga más daño, ya te ha hecho mucho como para que siga haciéndolo-dio un beso sobre la punta de mi nariz- Cuentas conmigo tomes la decisión que tomes.
-Gracias.
Lo abracé con todas mis fuerzas, sin querer soltarlo.
Oímos unos ruidos parecidos a balbuceos a través del monitor.
-Creo que ya despertaron-le dije.
Agarró la carta y la puso sobre el sillón. Se levantó y agarró mi mano para que lo siguiera.
De camino al piso de arriba nunca dejó de abrazarme y acariciar mi espalda con cariño.
Entramos a nuestra habitación y caminamos hacia las cunas. Los dos rieron en cuanto nos vieron.
Tomé con cuidado a Max y Ben a Ava.
-Mis amores, les prometo que siempre estaré para ustedes. No importa la edad que tengan.
Besé la cabecitas de ambos y Ben me pegó más a él.
En algo tenía razón mi papá, Ben y yo no desaprovecharemos la oportunidad que tenemos. Le vamos a dar a nuestros hijos la vida que yo no pude tener. Seremos para ellos todo lo que mis padres nunca fueron para mí. Y lo haremos juntos.
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Debo admitir que estuve a poco de llorar escribiendo la carta de Hades para Mal😢
Pero morí de ternura escribiendo las escenas de ellos con sus hijos😍😍💜💜💙💙
Hay muchas cosas que debo definir para lo que sigue de la historia y empiezo las clases en pocos días, así que espero poder actualizar el próximo fin de semana.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 16/09/2019.
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