Capítulo 5: Un gran anuncio
Ya van a descubrir quién fue a hablar con ellos.
Este capítulo será algo especial para ambos, así que en serio espero que disfruten leerlo💜💙.
----------------------------------------------
Mal's POV:
Me aferré a los brazos de Ben. Todos mis sentidos se pusieron alerta al ver quien era.
-Alena-dijimos ambos.
Mis ojos brillaron durante unos segundos. Ben, al notarlo, comenzó a acariciar mis brazos para calmarme.
-Rey Ben, Reina Mal-dijo e hizo una reverencia.
Mi esposo y yo nos miramos algo confundidos y sorprendidos. Ella jamás ha sido formal conmigo, ni siquiera respetuosa.
-¿Podría hablar con ustedes? - preguntó.
Ben me miró. Tomé aire y asentí.
-Sí, si puedes.
Nos separamos un poco y caminamos a nuestros asientos.
Alena nos miró entre sorprendida y apenada al poderme ver completamente.
Para todas las reuniones y veces que hemos salido del castillo, he usado ropa holgada o que disimula muy bien mi estómago. Aunque no ha sido difícil encontrar cosas así por el frío que está empezando a hacer por estar en comienzos del otoño.
-Creo que debo felicitarlos, sus altezas.
Ben y yo nos sentamos y pasó un brazo por mis hombros. Sabe que no estoy tranquila con la presencia de la rubia. Y ella también lo sabe.
-Gracias, Alena-dijimos serios.
Ninguno de los dos confía en ella después de todo lo que ha hecho.
-No quiero sonar irrespetuosa, ¿pero exactamente a qué viniste? - pregunté, cruzándome de brazos.
-Vine porque creo, más bien, ciertamente, les debo una disculpa a ambos. En especial a usted, reina Mal.
Los ojos de ambos se abrieron mucho por la sorpresa.
-Sé que deben estar sorprendidos por esto luego de todo lo que les hice en el pasado-dijo con la mirada baja.
-Tienes razón-le dijo Ben.
-Pero en serio, en serio lamento todo lo que hice y quiero remendar mi error-dijo con voz sincera.
Ahora sí nos miraba a ambos.
-Te escuchamos.
Nos miró, probablemente preguntándose si de verdad quería oírla. Asentí.
-Hace unos dos, casi tres años, hice que discutieran por mi culpa ya que me entrometí en una sorpresa que él quería darle. Y luego la traté de manera muy irrespetuosa en la fiesta de Audrey y en el cumpleaños de mi madre.
Hizo una pausa.
-Además de que los hice discutir nuevamente y puse en riesgo su relación por un capricho mío. Viralicé y difundí una mentira solo para alejarlos y acercarme al rey. Volví a tratarla de manera irrespetuosa en su cumpleaños-dijo refiriéndose al cumpleaños de Ben- E hice cosas de las que jamás me creí capaz de hacer con tal de perjudicarlos, ayudando a Maléfica.
Su voz demostraba culpabilidad y arrepentimiento, algo que jamás pensé que oiría ni vería en ella.
-El punto es, que de verdad quiero disculparme con ambos. Por todo el daño que les hice, que le hice a su familia-dijo mirando rápidamente mi estómago-, y que le hice al reino. Si hay algo que pueda hacer para remediarlo, lo haré. Y si no quieren perdonarme aún, lo entenderé perfectamente-dijo con sinceridad.
Agarré la mano de Ben y nos miramos unos segundos, intentando descifrar que era lo que pensaba el otro al respecto.
-Voy a hablar solo por mí y aceptaré tus disculpas-le dije.
Me miró sorprendida.
-¿En serio? - preguntó emocionada.
-Así es. A nadie le hace bien guardar rencor por otra persona. Y eso es lo que menos quiero hacer ahora que debo mantenerme sin ningún tipo de estrés o molestia.
Guíe mi mano entrelazada con la de Ben hacia mi estómago. Él y yo nos miramos sonriendo.
-Yo también acepto tus disculpas, Alena-dijo Ben.
-Gracias, en serio muchísimas gracias.
-Y con respecto a lo que dijiste sobre como poder remediar lo que hiciste, me parece que podrías volver mañana al mediodía-le dijo Ben.
-Sí, necesitamos de tu ayuda para poder completar la investigación de todo lo que hizo... - tomé aire y Ben apretó mi mano- mi madre. Vamos a necesitar que nos digas todo lo que sabes y lo que hiciste. ¿Estás bien con eso? - le pregunté.
-Claro que sí, les prometo que ayudaré en todo lo que pueda y haré que valga la pena la oportunidad que me dieron.
-Eso esperamos que hagas-le dijo mi marido.
-Ya puedes retirarte. No olvides venir mañana al mediodía.
Se levantó y asintió.
-Lo haré. Muchas gracias, Rey Ben, Reina Mal.
Hizo una última reverencia y cerró la puerta detrás de ella.
Suspiré de alivio.
-Creo que ambos pensamos que tendríamos que llamar a los guardias para que se la llevarán-dijo Ben.
Me reí y bostecé.
-¿Estás cansada? - preguntó acariciando mi cabello.
-Sí, no es fácil aguantar todo un día entero sin tomar una siesta teniendo que cuidar a dos pequeños dentro de mí.
Ben sonrió y dio un beso sobre mi cabeza.
-Entonces vayamos a descansar, podemos completar estos documentos más tarde antes de cenar.
Sonreí agradecida.
(...)
Me desperté al sentir unos labios sobre los míos.
-Amor.
Me tapé más con las sabanas.
-Princesa.
Gruñí y oí como Ben se reía.
-Mi reina, es hora de despertar.
-Pero no quiero levantarme. Déjame en paz-me quejé.
Volvió a reírse.
-No decías lo mismo anoche, Igna.
Sentí como mis mejillas se sonrojaban y abrí los ojos.
-¡Ben!
Siguió riéndose.
-Sé que ya anoche te lo había dicho, pero quisiera volver a hacerlo-dijo abrazándome- Feliz aniversario.
Sonreí y di un beso en sus labios.
-Feliz aniversario, mi rey.
Nos dimos varios besos y lo abracé con fuerza.
Los últimos días luego de la conversación con Alena han sido muy estresantes para ambos. Ella confesó todo lo que había hecho para ayudar a mi madre frente al Consejo Real. Eso involucró romper unas cuantas leyes y ser cómplice de sus hechizos. Ella asumió toda la culpa de lo que hizo así que solo será castigada con algunas horas de servicio comunitario.
Hemos tenido que revisar muchos documentos y hacer muchas videoconferencias. Apenas anoche pudimos estar solos y hacer lo que quisiéramos.
Los únicos momentos de paz que teníamos eran para comer o cuando él me acompañaba a que durmiera un rato.
El primer trimestre del embarazo consistió en que vomitara casi todas las mañanas, muchos mareos y cuatro desmayos. Sin contar mi aumento de apetito y los comienzos de mis cambios de humor.
En lo que va de este trimestre, las náuseas han sido muy pocas, al igual que los mareos. Pero mi apetito aumentó aún más y cada vez me canso más rápido. Tengo sueño en muchos momentos del día.
Ni hablar de mi estómago. Los bebés han crecido más de lo que creímos que lo harían para este punto. En nuestra boda era muy difícil que te dieras cuenta al menos que te pusieras a prestarle atención durante un rato. En la luna de miel, muy pocos días antes de que volviéramos, comenzaron a crecer cada vez más. Siguieron haciendo lo mismo en las últimas dos semanas.
Ha sido demasiado difícil disimularlo estando en público.
-Voy a extrañar esto en pocos meses-dije acariciando su cabello- La barriga apenas nos va a dejar poder dejar abrazarnos. Y no vamos a poder, ya sabes, tener nuestras sesiones de amor.
Suspiré frustrada.
-Lo sé. Pero tendremos que hacerlo así, aunque no nos agrade mucho la idea, para que nuestros angelitos y tú estén bien.
Dio un beso en mi frente.
-Igualmente, voy a estar ahí para ustedes en todo lo que necesiten. No importa cuantas veces más me tenga que despertar a mitad de la noche para buscar tus antojos-dijo e hizo leves cosquillas sobre mi barriga, haciéndome reír- Ni cuantas veces deba quedarme despierto para asegurarme de que duermas bien. Lo único que me importa es el bienestar de ustedes tres.
Sonreí enternecida.
-¿Puedo darte uno de mis regalos?-le pregunté.
Él sonrió.
-Claro que puedes.
Agarré la sabana para cubrirme y me dirigí a nuestro closet, donde tengo escondidos sus regalos entre mis cosas.
-Sabes que no debes cubrirte por mí, bebé.
Reí. Me asomé por el umbral de la puerta.
-No lo hago por ti, lo hago porque tengo frío - dije y le guiñé un ojo.
Él se rió.
Volví y me senté sobre sus piernas. Él me envolvió con sus brazos y nos cubrió a los dos con la sabana.
-He estado trabajando en esto los últimos días mientras que descansaba.
Le extendí la hoja que tenía en la mano.
-Cielo, esto es hermoso-dijo sonriendo.
Besó mi mejilla y sonreí.
Es un dibujo que hice de los dos. Lo hice imaginándonos en una de las tantas caminatas que tuvimos en la playa. Estamos debajo de una de las palmeras, con las olas y el cielo del atardecer de fondo.
Él está arrodillado frente a mí. Con una de sus manos entrelazada con la mía y la otra sobre mi estómago. Ambos estamos mirándonos directo a los ojos sonriendo.
Justo como ahora.
-Lo amo.
Sonreí.
-Dale la vuelta.
Hizo lo que le indiqué.
"Mi amor,
Sé que generalmente eres tú el que suele escribirme cartas a mí, pero considero que tú también te mereces que me tome un tiempo y plasme todo lo que me haces sentir en papel.
Yo me prometí que jamás me enamoraría. Pero heme aquí, viviendo el cuento de hadas que jamás soñé que tendría.
Recuerdo una de mis primeras noches aquí en el castillo, eran las 3 am y nos reíamos sin parar. Esa fue una de las innumerables ocasiones en las que me has hecho sentir feliz, como si fuera la primera vez.
También he tenido que recordar los momentos malos. Como la última vez que peleamos. Eran las 12 después de las dos y yo seguía ahí, con miles de ideas en la mente y con lágrimas en el rostro. Preguntándome que estaba mal en mí. Porque no había confiado en ti como debí hacerlo en ese momento. Fue una de las cosas más dolorosas por las que tuve que pasar. Y aún así, recuerdo el momento en que llegaste y nos reconciliamos, perdonándonos por lo orgullosos que habíamos sido ambos. Comprobando una vez más, que no podemos vivir el uno sin el otro.
Desde el momento en que me pediste que me mudara contigo, que diéramos ese gran paso en nuestra relación, una de las primeras cosas que pasó por mi cabeza fue esto: Quiero despertar a los 2 am, dar la vuelta, ver tu cara y saber que estoy en donde debo estar. Y en estos años, he comprobado que estando a tu lado o entre tus brazos, es el único lugar al que puedo llamar hogar.
Jamás olvidaré lo que dijiste luego de una de nuestras primeras discusiones: No quiero que esto termine, lo digo en serio. Quiero estar a tu lado mucho tiempo más. Quiero poder resolver junto a ti todos los obstáculos que me ponga la vida. Quiero quedarme junto a ti, te lo digo desde el fondo de mi corazón.
Esa frase quedó grabada en mi cerebro desde ese día.
No me enamoré de ti por tu físico, me enamoré de tu forma de tratarme, de tu forma de pensar, de lo complicados que somos, de tu manera de comprenderme, de tu sentido del humor, de tus chistes y de tus bromas; de como soy cuando estoy contigo, más real, más sincera y menos amargada.
Una de las cosas que más amo y que ha hecho que me enamore más de ti, es el hecho de que me amas como soy, porque has visto lo malo de mí y aún así te has quedado a mi lado.
Puedo ser un desastre y aún así estás ahí para mí sin importar qué. Gracias por amarme tan dulce e incondicionalmente.
Sé que estando contigo, voy a ser feliz por el resto de la eternidad. Gracias por haber tomado la decisión de volverme tu novia y tu esposa. Y gracias por hacer realidad este sueño de ambos, estar juntos para siempre y formar una familia juntos.
Te amo con todo mi corazón,
- Mal. "
Me miró con muchísimo amor luego de que le leyera la carta, ya que él me lo había pedido.
Quité las pocas lágrimas que habían caído sobre mis mejillas. Besó mis labios durante varios minutos hasta que a ambos nos hizo falta el oxígeno.
-Creo que es momento de que yo te entregue uno de mis regalos-me dijo rozando su nariz con la mía.
Asentí. Se estiró un poco, sin dejar de sujetarme con cuidado, y sacó un sobre de uno de los cajones de su mesa de noche.
-¿Podrías leermelo? - le pregunté sonriendo.
Ben aceptó. Apoyé mi cabeza en su hombro y él abrazó mi estómago.
"Mi reina,
Estoy aprovechando este momento en que te encuentras dulcemente dormida, descansando después de varias horas trabajando a mi lado, para poder escribirte esto.
Desde aquel sueño que tuve, donde aparecía aquella chica de cabello morado y ojos verdes hipnotizantes, supe que había caído a sus pies. Desde el momento en que te vi y tus manos estrecharon las mías, supe que eras tú la chica de mis sueños.
Te miré... Y puedo jurarte que ya no me quedaron ganas de mirar a nadie más. En ese preciso momento comprendí que los ojos siempre, le pertenecerán a la persona que los hace brillar. Y eso lo que tus ojos provocan a los míos.
Cada vez que te veo sonreír, no sé quién de los dos es más feliz. Tu sonrisa ilumina mi universo, nuestro universo.
No quiero perderte. No quiero dejar de escuchar tu risa. No quiero dejar de leer tus mensajes todo el día. No quiero dejar de tener la posibilidad de ver tus ojos de cerca. No quiero dejar de sentir como se acelera mi corazón cuando te tengo a mi lado. Te amo y no quiero vivir con la compañía de tu ausencia.
No importa los años que pasen o los errores que ambos cometamos. Estamos destinados para estar juntos y no habrá nada ni nadie que lo impida.
Mi amor, quiero que sepas que solo me gustas tú, solo me gustan tus ojitos, solo me gustan tus labios, solo me gusta tu sonrisa, solo me gusta tu forma de ser, en pocas palabras... Solo tengo ojos para ti.
Es hermoso saber que en tan solo unos meses, tendremos a dos pequeñas personitas corriendo por nuestro hogar que serán mitad yo y mitad de la mujer más imperfectamente perfecta del universo.
Los amo a tus ustedes tres con todo mi ser, son mi vida y siempre lo serán.
Con amor - Ben".
Ben quitó con sus pulgares las lágrimas que rodaban por mis mejillas.
Lo abracé con mucha fuerza.
-Gracias por estar en mi vida-susurré.
Besó mi cabeza. Agarró mi mentón suavemente. Ninguno de los dos rompió el contacto visual hasta que poco a poco fuimos acercando nuestros rostros. Unimos nuestros labios en un beso tierno y a la vez lleno de pasión y amor.
No nos separamos hasta que sentí un movimiento dentro de mí.
Ambos nos miramos sorprendidos.
-¿Eso fue lo que yo creo que fue? - preguntó Ben ilusionado.
Asentí con los ojos cristalizados. Ben se puso a la altura de mi estómago. Agarró una de mis manos y con la otra hacia caricias sobre mi vientre.
Sentí patadas en dos lugares. Los dos nos miramos llorando.
-¡Amor, es la primera vez que me patean! - exclamé feliz.
Dio un rápido beso sobre mis labios y volvió con los bebés.
-Hola mis amores, ¿pueden oírme? - preguntó usando ese tono de voz tan cálido y tierno que hace que quiera comerlo a besos.
Volvieron a patear y solté una risita.
-Creo que ni su mami ni yo lo esperábamos. Habíamos pasado mucho tiempo esperando a que esto pasara. En estos momentos ni siquiera sé qué decir por lo conmocionado que me encuentro. Pero quiero que sepan que hoy todo el mundo sabrá sobre ustedes dos, ya no tendremos que ocultar nada y los demás podrán ver la hermosa pancita que tiene su mamá.
Sonreí y apreté su mano.
-Los amo tanto. Espero que hoy no sean tan tercos como su mamá y nos dejen saber que son.
Volvieron a patear y ambos nos reímos.
Besó todo mi estómago varias veces. Luego hizo lo mismo con mis labios.
-Te amo-dijo juntando su frente con la mía.
-También te amo.
(...)
Miré a través de las cortinas del gran ventanal, observando a todos los invitados que ya nos esperaban. Las cerré rápidamente al ver que dos personas miraban hacia acá.
Mis manos sudaban por los nervios, algo que jamás me pasa. Intenté regular mi respiración y puse una mano sobre mi estómago.
Evie confeccionó un hermoso vestido púrpura con detalles de escamas de dragón en el pecho y capaz de tela en la falda. Tengo unos tacones dorados que son lo suficientemente altos y gruesos como para que los aguante las siguientes horas.
Evie y Dizzy se encargaron de peinarme y maquillarme. Evie me aplicó un labial rojo vinotinto sobre los labios y sombras doradas y púrpuras sobre los parpados. Dizzy hizo unas ondas delicadas sobre mi cabello que caen sobre mis hombros y espalda.
Tengo puesto el collar que me regaló Ben en nuestra fiesta de compromiso, braceletes dorados y mis tres anillos. Sobre mi cabeza está la corona que usé en nuestra boda.
Sentí dos suaves brazos rodeando mi cintura. Apoyé mi cabeza sobre su pecho.
-¿Estás nerviosa?
-Bastante.
-Tranquila-me dio la vuelta para que pudiera mirarlo a los ojos- Todo saldrá bien, ¿sí?
Puso su mano sobre la que tengo encima de mi estómago y la otra la entrelazó con la mía.
-Respira.
Hice lo que me pidió. Sonreímos al sentir que daban patadas de nuevo.
-Espero que en la noche estén más tranquilos y nos dejen dormir-le dije riéndome.
Él siguió mi risa.
-Y que la próxima vez que vayamos con la obstetra, no sean tercos y nos dejen ver que son. Ya es el segundo intento.
-Ya sabes lo que dicen, la tercera es la vencida-le dije.
El Hada Madrina entró a la sala donde nos encontramos.
-Chicos, ya es tiempo de que salgan.
Ambos asentimos y se retiró.
-¿Lista?
-¿Listo? - le devolví la pregunta.
Apreté su mano y caminamos hacia la entrada del lugar. A penas nos dio la luz del día todos los presentes comenzaron a aplaudir y a silbar.
Pude oír a nuestros amigos alentándonos entra la gente.
Bella y Adam nos sonrieron cuando pasamos a su lado.
-Suerte-nos murmuraron.
Nos detuvimos frente al borde de piedra. El Hada Madrina nos extendió un micrófono.
-Ciudadanos de Auradon, agradecemos que hayan venido a celebrar junto a nosotros un día tan importante-comenzó a decir Ben.
-Como saben, Mal y yo nos casamos hace poca más de dos meses. Amor-agarró mis manos-, no podría estar más orgulloso ni feliz de llamarte mi reina-sonreímos.
Oí como algunos exclamaban un Aw.
-Hoy ambos, o más bien, la Familia Real-dije y miramos hacia donde están mis suegros. Ellos sonrieron- Tiene un anuncio para darles.
Ben apretó mis manos y asentí. Se arrodilló frente a mí.
-Mi reina y yo estamos esperando no a uno-acarició mi barriga-, sino a dos herederos al trono de Auradon.
Todo el mundo empezó a gritar, aplaudir y silbar. Ben se levantó y nos abrazamos. Escondí mi cara en su cuello.
-Te amo-me susurró.
Saqué mi cara de su cuello.
-Y yo te amo a ti.
Sonreímos y nos dimos un beso. Volví a oír como todos hacían ruido.
-Pueden seguir disfrutando de la fiesta-dije por el micrófono.
Ben se lo devolvió al Hada Madrina y abrazó mi cintura mientras que caminábamos.
Al bajar del palco en donde estábamos, todo el mundo se nos acercó para felicitarnos.
Evie's POV:
Sonreí siendo abrazada por los brazos de Doug mientras que veía como hacían reverencias y felicitaban a mis dos mejores amigos. Ambos estamos sentados en una mesa junto a los demás.
Quisiera que alguna vez Doug y yo tengamos algo así. Que nos casemos y formemos una familia.
Pero ni siquiera me lo ha propuesto aún. Lo hemos hablado, pero a pasado mucho desde la última vez que lo hicimos y tengo miedo de que haya cambiado de opinión.
Suspiré.
-¿Te pasa algo, amor? - me preguntó mi novio.
Salí de mis pensamientos.
-No, ¿porque lo haría? - pregunté.
Doug detectó mi tono de nerviosismo.
-Evie, te conozco más de lo que te conoces a ti misma. Y sé cuando te pasa o te preocupa algo-acarició mi mejilla- ¿Qué tienes?
-No es nada-mentí.
-Sé que no me dices la verdad.
Vi como Ben y Mal se acercaban a la mesa. Intenté que Mal me mirara para que me ayudara, pero ella estaba muy entretenida hablando con él.
-Está bien-tomé aire y lo miré- Si es algo, pero no tiene tanto importancia - volví a mentir.
-Si te preocupa si que la tiene.
¿Porqué tiene que conocerme tan bien?
-Creo que tengo la solución para que dejes de preocuparte por ello...
-¿De qué rayos habl...?
Me quedé muda al ver lo que estaba haciendo. Llevé mis manos a mi boca por la impresión.
Todos nuestros amigos nos miraban sorprendidos, a excepción de los reyes. Quienes nos miraban sonriendo.
No puedo creerlo, Doug, mi príncipe de cuento de hadas, está arrodillado enfrente de mí.
Agarró mi mano y pude darme cuenta de lo nervioso que está.
-Evie, en tantos años juntos, nunca he entendido como es que una chica tan perfecta pudo fijarse en mí, pero aún así tú lo hiciste. Juntos hemos aprendido muchas cosas el uno del otro. Has hecho que mi confianza aumente. Me has hecho feliz en estos cinco años y quiero que lo sigamos siendo el resto de nuestras vidas. Así que,...
(imaginen que es dorado)...
Mi boca se abrió mucho al ver que sacaba una caja azul de su bolsillo. La abrió y ahí se encontraba un hermoso anillo dorado con diamantes que tiene la forma de una corona.
Intenté no gritar.
-... Evie Queen Grimhilde, ¿me harías el honor de convertirte en mi esposa?
Asentí repetidas veces.
-¡Sí! - grité.
Pude notar como todos sus músculos se relajaban. Sacó el anillo de la caja y lo deslizó por mi dedo anular derecho.
Nos levantamos y unimos nuestros labios.
La gente hacia ruido, más que todo nuestros amigos. Pero ninguno de los dos les prestaba atención.
Nos separamos sonriendo. Los primeros en acercarse fueron Jane, Carlos, Jay y Lonnie.
-Felicidades, chicos-dijeron Jane y Lonnie antes de abrazarnos.
-Gracias-dijimos al unísono.
-Así como le advertimos a Ben lo haremos contigo-dijo Jay poniendo una mano sobre el hombro de Doug.
-Cuida mucho a nuestra hermana o paga las consecuencias. ¿Entendiste?-preguntó Carlos en tono amenazante.
Reí al ver que le habían dado más miedo a Doug que a Ben. Negué con mi cabeza.
-No sean idiotas.
Los siguieron los gemelos, Gil, Harry, Uma, Chad, Audrey y Celia.
-¡Me muero por confeccionar los accesorios para tu vestido! - chilló Dizzy emocionada antes de abrazarme.
Doug y yo reímos.
Ben y Mal se nos acercaron sonrientes.
-¿Así que esto era lo que estaban encubriendo ustedes dos?
-Sorpresa-dijo Ben y nos abrazamos.
Mal y yo nos apartamos un poco.
-Se siente tan bien no tener que seguir ocultándotelo-dijo con alivio.
Reí.
-Eres la mejor amiga que cualquier chica puede tener.
Sonrió.
-¿Ves? Te dije que algún día lo haría.
Ambas reímos y nos abrazamos.
---------------------------------------
Ustedes que dicen, ¿el próximo capítulo debe empezar con lo que hicieron Ben y Mal luego de la fiesta?
Desde hace mucho que quería escribir la propuesta Devie y no encontraba el momento para que pasara. Al fin lo hice 💙💚
Doug e Evie son mis favoritos luego de Ben y Mal, por eso quería escribir esta escena de ellos desde el punto de vista de Evie.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 15/08/2019.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro