Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 25: Legado Mágico

Para los que no lo han leído aún, subí el Prólogo de Liar.

Después de analizarlo mucho, tomé la decisión de que publicaré un máximo de 32 capítulos, incluyendo el Prólogo y el Epílogo.

Puede que haya un tercer libro como puede que haga capítulos Extra y un libro de One Shots.

Pero pr ahora no voy a hablar de eso.

Espero que disfruten este capítulo💕

--------------------------------—--------

Narrador Omnisciente:
Una pequeña bebé de ojos verdes se encontraba durmiendo en su cuarto en el Castillo de las Gangas, en la Isla de los Perdidos.

Esa pequeña es la Princesa del Inframundo, descendiente de la Emperatriz del Mal y del Dios del Inframundo.

La Futura Reina de los Estados Unidos de Auradon. Aunque en ese momento nadie sabía que eso sería así.

Ella abrazaba con fuerza su mantita mientras que balbuceaba dormida a través de su chupón.

Del otro lado del "castillo" se encontraban sus padres, Hades y Maléfica.

Era una mañana con una atmósfera demasiado usual en esa casa desde hacía unos meses.

Y no, no era una de felicidad, por si querían saberlo.

Los dos villanos habían estado teniendo constantes desacuerdos luego del nacimiento de su hija.

Pero la culpa nunca fue de la bebé, aunque era la razón principal por la que discutían, sino culpa de sus padres. Específicamente, de su madre.

Maléfica y Hades siempre han sido ambiciosos, de eso no hay duda. Pero cuando se trata de su hija, Hades es el único que piensa sobre las consecuencias que pueden tener sus actos en ella.

Desde el día en que la niña nació, Maléfica ha estado esperando a que crezca para que siga sus pasos. Para que sea la siguiente Emperatriz del Mal.

Hades le ha dicho que sea paciente, que la deje tener una niñez normal- lo que es normal para un Hijo de Villanos, claro está- que algún día seguirá los pasos de los dos.

Pero una de las cualidades de Maléfica jamás fue la paciencia. Y Hades ha tenido eso en claro desde el primer día.

Han estado cuatro años juntos, pero al parecer ya no habrán más años en esa cuenta.

-Mal, debes entenderlo, es una bebé. Por Lucifer, ¿cuantas veces tendré que decírtelo para que te entre en la cabeza?

Él ya estaba harto. Harto de la actitud de su esposa hacia él y hacia su hija. Harto de todas las discusiones que lo único que lograban era hacerle daño a ellos y a su bebé.

¿La ama? Lo hace como jamás había amado a alguien, y aún así, ya no puede aguantar más esa situación.

-¿Y tú crees que no lo sé? Por eso es que quiero que crezca pronto.

Hades rodó los ojos, ya está agotando su paciencia.

-Es mi hija y yo tengo derecho a decir cuando debes ponerle freno a tu mala actitud hacia ella.

-¿Disculpa? Pensé que te había quedado claro que tú no me mandas y mucho menos eres el que manda en esta casa.

-No empieces.

-¿Qué no empiece qué? - preguntó alterada.

-Por favor, te ruego que sigas manteniéndote serena. Es la conversación más tranquila que hemos tenido sobre esto en días.

-Pues no puedo hacerlo. ¿Crees que no sé qué has considerado irte de aquí? - le preguntó con cinismo.

-Maléfica, por favor...

-¡No!-se levantó y le dio un golpe a la mesa- Peleamos día y noche y lo seguiremos haciendo hasta que caigas en cuenta de lo que te digo.

-No lo haré, ¿comprendes? Nuestra hija es mi prioridad, al igual que nuestra relación, pero veo que eso no es así para ti.

-Hasta antes de que esa mocosa llegara a nuestras vidas, tu prioridad eran nuestros planes malvados.

-Eso cambió. Y no le vuelvas a decir así.

-¿Cómo? ¿Mocosa? Ella es eso y cosas peores.

-No te hagas la ruda, he visto como eres con ella cuando crees que nadie te ve. No sé si la amas, pero sé que la quieres. Y si quieres que ella lo haga o que al menos te respete, piensa en lo que te dije.

Maléfica rodó los ojos.

Si algo tienen en común estos dos villanos, es la terquedad y el orgullo.

Los dos son muy orgullosos como para admitir que deben intentar resolver las cosas sin pelear.

-No hables de como debo criar a mi hija.

-Es nuestra hija, y por lo tanto, puedo opinar todo lo que yo quiera.

-Ella no estaría aquí si no fuera porque fuiste tan descuidado.

Para Hades, eso fue algo duro de oír.

Mal es la niña de sus ojos, jamás permitiría que hablaran mal de ella sin que hubieran consecuencias.

Aunque claro, después de lo que pasó ese día y los siguientes años, esa idea fue siendo modificada por culpa del dolor.

-Deja de hablar como si ella fuera un error-le dijo él.

-Para mí, realmente lo es.

-Sabes Maléfica, ya me estoy cansando.

-¿De qué?

-De que hables así de nuestra hija, que no la pongas como tu prioridad, que no la trates como se debe y de nuestras constantes discusiones.

-Si las tenemos es por tu culpa.

-Esto jamás ha sido mi culpa y tú lo sabes perfectamente. He estado pensando en tomar esta decisión desde hace varios días aunque me duela.

Ella entendió a lo que se refería.

-Ni se te ocurra abandonarme con ella.

-Creeme, eso es lo que menos he querido hacer. Pero ya no aguanto más todo esto.

-Si tanto piensas en irte, ¿por qué no te la llevas contigo? - preguntó con dolor.

Le dolía el hecho de que otra vez, el amor le estuviera arruinando la vida. Que otra vez la abandonaran.

Pero hizo todo lo que pudo por no demostrarselo al dios, no iba a mostrarse débil frente a él.

-Por que ella necesita más de ti que de mí. Pero no quiero dejarla, me importa lo suficiente como para saber que ella merece tenerme en su vida independientemente de lo que pase entre nosotros.

A medida que fue diciendo eso, los corazones de ambos se fueron rompiendo en pedazos.

Ella iba a decir algo, pero no pudo. Él ya había salido de la cocina y se dirigía al cuarto de la bebé.

(...)

Ya era prácticamente la media noche.

Hades había guardado sus cosas y las escondió en su guarida luego de la conversación con Maléfica.

Le dolía hacer esto, pero ya no era bueno seguir viviendo juntos.

Cuando habló con su esposa, se dio cuenta que después de tantos días discutiendo, a ninguno le quedaban fuerzas para seguir haciéndolo.

Aprovechó el momento en el que ella estaba dormida para salir de la habitación.

Se dirigió al cuarto de Mal con lágrimas reprimidas en sus ojos.

La oyó sollozar desde el momento en que llegó a su puerta. La abrió y se acercó a la cuna.

Cargó a la bebé con cuidado y la niña se calmó al estar en los brazos de su padre.

-Lo siento, mi niña-dijo con un nudo en la garganta- Hice todo lo que pude para recuperar a tu madre, pero no lo logré. Lo lamento tanto.

Las lágrimas comenzaron a caer por las mejillas del Dios del Inframundo.

La bebé puso una de sus manos sobre la mejilla de su padre y lo miró haciendo puchero.

-Te prometo que te visitaré a diario, jugaré contigo y te contaré historias sobre el Olimpo-ella soltó una risita que logró que él sonriera por unos segundos.

<<Y si en un futuro quieres irte a vivir conmigo, podrás hacerlo. Quiero que sepas que te amo con todo mi podrido corazón, y eso jamás cambiará.

Besó la frente de su hija y la abrazó durante varios minutos.

Esperó a que se durmiera de nuevo y la dejó en su cuna. La cubrió con su manta y la miró unos segundos antes de salir.

<<Esto lo haces solo para que ella no viva en una casa llena de peleas y gritos, ella estará bien.>> Se dijo a sí mismo.

Horas después, la Emperatriz del Mal se despertó, no encontrándose a su esposo al otro lado de la cama.

Se preocupó al recordar lo que habían hablado. Aunque no se lo haya dicho, ella no quería que él se fuera.

Se levantó rápidamente y revisó toda la casa, sin encontrar ningún rastro de él.

Su corazón terminó de romperse.

Entró a la habitación de Mal y la encontró despierta. Al ser una hora temprana de la mañana, eso era raro en ella.

La levantó entre sus brazos y comenzó a llorar.

Esa fue la primera y última vez que se mostró de ese modo en presencia de su hija.

-No puedo creer que el bastardo de tu padre nos haya dejado-dijo con la voz entrecortada- Pensé que no cumpliría con su amenaza. No lo creí capaz, pero me equivoqué.

Recordó momentos de ellos dos juntos. Su sangre comenzó a hervir en el momento en el que recordó lo que él le había prometido.

-Me juró que se quedaría conmigo pasase lo que pasase. Yo fui una ingenua al creer que él cumpliría con su promesa.

Suspiró con pesar.

<<Por eso debí de seguir la regla que yo misma me impuse. No volverme a enamorar. Y como yo no la seguí, lo harás tú. Jamás te enamores, el amor es débil y ridículo.

Y así como esa fue la única vez que su hija la vio llorar, fue una de las últimas oportunidades en las que fue totalmente buena con ella.

El odio hacia el padre de Mal hizo que indirectamente, o en realidad tal vez no tanto, terminara también odiándola a ella.

Ese sentimiento fue aumentando con los años al ver que Hades en serio le hizo caso y no fue tan testarudo como siempre.

Se alejó de ambas para que Mal no sufriera, pero logró todo lo contrario.

(...)

Como Hades le prometió a la bebé, la visitó todos los días después de irse, sin ningún impedimento. Durante una semana.

No duró más que eso ya que Maléfica fue poniendole obstáculos en el camino.

Cuando ya hubo pasado una semana, él apenas podía pasar una limitada cantidad de horas en el Castillo de las Gangas antes de que los súbditos de Maléfica lo echaran.

Ella nunca estaba ahí cuando él iba, salía y volvía apenas Hades regresaba a su guarida.

Estuvieron así durante semanas, hasta que un día, Maléfica decidió enfrentarlo.

No sólo lo evitaba por hacerlo sentir lo que ella sintió el día que dejó la casa, también porque no tenía el suficiente valor para verlo a la cara.

Nunca lo admitió, pero nunca se sintió más débil que en el momento en que él se fue.
Y claramente, tampoco demostró en público cuanto le afectó.

Hades se encontraba jugando con Mal en la sala. La bebé está recostada sobre su estómago sobre una manta en el piso. Estaba intentando tomar con sus manos los pocos juguetes que tiene.

Su padre la alentó hasta que lo logró. La tomó en sus brazos y besó su frente.

-Esa es mi chiquita cruel.

La bébé se río con ganas, al igual que él. Se oyeron los pasos en el pasillo.
Las risas pararon cuando vieron quien era.

Hades se levantó del suelo y abrazó a la niña.

-Maléfica-dijo incómodo.

-Hades-espetó con desprecio.

Mal se comenzó a poner inquieta, así que su papá la apretó más a su pecho, protegiéndola.

-Me sorprende que te dignes a verme.

-No era para menos, dejaste de vivir bajo este techo hace casi un mes-dijo con molestia, cruzándose de brazos.

-¿Podrías no hacer una escena frente a ella otra vez, por favor?

Maléfica se encogió de hombros.

-Esta es la última vez que la verás, tal vez en un buen tiempo o tal vez para siempre, así que te recomiendo que te despidas de ella.

-No lo haré.

-Si lo harás-dijo entre dientes.

Sus ojos comenzaron a brillar intensamente, lo que hizo que Mal empezara a llorar.

-Deja de hacer eso, la estás asustando.

-Por cosas como esta es que digo que es débil. Debe empezar a ser fuerte desde pequeña.

Si las miradas mataran, ella ya estaría a cinco metros bajo tierra.

-Deja de presionarla, es solo una bebé.

La bebé tenía su rostro escondido en el cuello de su padre. Estaba realmente asustada por su madre.

-Tú dijiste que ella me necesita más a mí que a ti ahora, así que...

Se acercó y le quitó a Mal. La niña comenzó a patalear y a llorar.

-Ya te lo dije, vete de aquí por las buenas, o por las malas.

-Mal...

-Nada de llamarme así, te doy la oportunidad de que te despidas de ella de una vez por todas.

Extendió sus brazos y Hades abrazó a su hija como no lo había hecho.

-Lo lamento-dijo con voz entrecortada.

Una lágrima rodó por la mejilla de la pequeña Princesa del Inframundo.

Su padre besó su cabeza y la abrazó unos minutos más.

-Intentaré visitarte de vez en cuando, Mally.

-Oh nada de eso, porque si después de hoy te acercas a mí o a nuestra hija, ella pagará las consecuencias.

Hades miró a la bebé en sus brazos. Jamás permitiría que le hiciera daño por él.

-De acuerdo.

Al separarse de su padre, Mal comenzó a llorar con fuerza. Se abrazó a su madre.

-Idiotas, ya pueden llevárselo.

Los súbditos no tardaron ni diez segundos en aparecer, llevándose a Hades con ellos.

-Nunca lo olvides, hija, te amo. Y a ti también te amo, Maléfica, a pesar de todo.

Esas fueron las últimas palabras que ambas oyeron de él en muchos años.

El resto de la vida de Mal antes de ir a Auradon, fue como si hubiera estado en el mismísimo Inframundo.

Para su madre, ella era un constante recuerdo de su padre

Él poco amor que quedaba en su corazón, se extinguió totalmente ese día, dejando espacio al odio y resentimiento más grande que pudo tener.

Y lamentablemente, su hija pagó las consecuencias.

Actualmente en Auradon...

Mal's POV:
Me desperté sobresaltada por lo que recordé durante mi sueño.

No puedo creer que eso aún siga en mi mente, apenas era una bebé cuando todo pasó.

Eso me pasa por ponerme a recordar lo que hablé con mi papá hace un par de meses, antes de irme a dormir.

Ben y yo lo estuvimos hablando ya que mañana nos reuniremos con Yen Sid en la tarde.

Y hablando de Ben, se despertó.

-Lo siento, no quería despertarte.

Encendió la luz y se sentó, rodeándome con sus brazos. Cerré los ojos.

-¿Todo bien?

Negué con la cabeza y me refugié en sus brazos.

Le conté todo lo que había recordado.

-Tu papá te habló de ello cuando fuiste a verlo, sólo que no entró en tantos detalles. Y después de tantos años, merecías saberlo.

-Puede ser...

Secó mis lágrimas y besó mi frente, haciéndome sonreír.

-Si necesitas hablar de algo más, solo dímelo. Pero si no, ambos debemos dormir. Mañana es un día largo.

-Creo que prefiero dormir.

Me abrazó por la cintura y puso su cabeza sobre la mía.

-Gracias, por todo.

Sentí como sonrió.

-No tienes porqué agradecerme, sabes que haría lo que sea por ti.

Sonreí antes de volver a quedarme dormida.

(...)

Ya terminamos con todas las reuniones de hoy.

Los padres de Ben están en el castillo junto con el Hada Madrina. Nos ofrecieron llevarse a los niños con ellos, pero les dijimos que queríamos que se quedaran con nosotros.

-En serio le agradecemos mucho todo lo que ha hecho por nosotros, Yen Sid.

-No es nada, Ben. Sé que este tema es importante para ambos.

-Es cierto.

Quitó sus brazos de mi cintura y nos sentamos en nuestros tronos. Sentamos a los niños sobre nuestras piernas.

-¿Con qué quieren empezar?

Ben me miró.

-Con lo de la magia.

-Muy bien.

Yen Sid se sentó y abrió los libros y cuadernos que trajo.

-Tu papá fue de mucha ayuda con esto.

Sonreí y apreté la mano de Ben.

-No he encontrado cosas muy diferentes a lo que supimos la última vez hablamos de esto. Sin embargo, logré crear un árbol genealógico de tu familia, Mal. Lo que significa que logré entender de donde vienen tus poderes.

Me entregó la hoja donde lo había dibujado.

-Al no tener muchos registros de tu familia materna, solo pude poner a tu mamá y a tu abuela, el resto es de parte de tu papá.

<<Es una familia bastante grande>>. Pensé.

-Eres la única descendiente de Hades, lo que significa que tienes poderes más directos de Cronos.

-Supongo que mi papá no quizo hablar mucho de él.

-Así fue-hizo una pausa- Pero aún así  me ayudó con la información sobre sus hermanos y sobre tus abuelos. Tienes muchos primos por...

-Por parte de Tritón y de Zeus.

Él asintió.

-Tu magia ahora es una mezcla de Hada Oscura y de Semi-diosa. En partes iguales.

-O sea que si mi padre algún día decide dejar de reinar el Inframundo, ¿sería capaz de manejarlo?

-Tienes más poderes que tu madre y él juntos, Mal. Estarías más que capacitada para eso.

Intenté procesar esa información.

-Hice una lista con los poderes que posiblemente puedes tener de él. Con el tiempo irás descubriendo cuáles tienes y cuáles no.

-¿Y qué pasa con respecto a los poderes de los niños? - le preguntó Ben.

Ava y Max balbucearon, sabiendo que hablábamos de ellos.

-Ava heredará los poderes de Mal, eso es seguro, pero no con tanta intensidad. Al no ser la descendiente directa de un dios, es más difícil que herede todos esos poderes.

Ava se estiró como pudo y rodeó mi pulgar con su mano.

-Mientras que Mason-el nombrado levantó la mirada de su peluche- Heredará parte de tus poderes y de los de Ben.

-¿Cuál de los dos cree que tendrá más poderes? - le preguntó Ben.

-Ava.

Pasamos unos pocos minutos más hablando sobre eso.

-Y ahora, viene la parte que sé que será más difícil. Después de muchos intentos, logramos entender que fue lo que pasó con tu madre.

Tomé aire y agarré con más fuerza la mano de Ben. Él la llevó a sus labios y dio un beso en el dorso de esta.

-¿Recuerdan el primer día que la visitaron antes de todo lo que pasó?

Asentí con pesar.

-Sus poderes comenzaron a volver pocos días antes de eso. Al parecer, mi hermana no tomó algo en cuenta en tu coronación, Ben.

<<A pesar de que se convirtió al tamaño del amor en su corazón, eso no significaba que no pudiera ser revertido de diferentes maneras.

Sacó otro libro, mucho más viejo que todo los demás.

-Tu padre volvió al Castillo de las Gangas hace unos días, y encontró esto. Él sabía que tu mamá lo leía y nunca supo donde lo escondía, hasta ahora.

Puso el libro frente a nosotros y tuve que soltar la mano de Ava para abrirlo. La caligrafía de mucho de lo que está escrito es parecida a la de mi madre.

-Esto le perteneció a tu abuela hace mucho tiempo. Siempre sospeché que tu madre tenía más de un libro de donde sacar hechizos, y no me equivoqué. La mayoría de los hechizos en este libro eran usados en la época Medieval.

-¿Y porqué jamás me lo dio? Después de todo, fue ella quien me entregó el otro libro.

-No lo hizo ya que casi todos los hechizos que están en este los reescribió en el que estaba en el museo.

El libro con un dragón en el centro y pintura verde y morada estaba al lado de él. No me he atrevido a tocarlo, no después de lo que hice.

El Hada Madrina nos lo entregó para hoy.

-El encantamiento que transformó a tu madre no tenía un nombre en específico, pero sí diferentes propósitos. Si alguien con buen corazón era reducido, volvía a la normalidad en poco tiempo. Pero si lo hacía alguien con un corazón impuro, podían pasar diferentes cosas.

<<La posibilidad número uno era que con el tiempo, volviera a crecer por que aprendió a amar y logró entender que lo que hizo estuvo mal. Esto es lo más común. Pero...

-¿Pero? - le pregunté.

-En muy pocos casos ha ocurrido lo que pasó con tu madre. En vez de agrandarse por que el amor surgió en su corazón, lo hizo porque el odio fue más grande del que jamás hubo ahí.

<<El hecho de haber sido derrotada y enviada a la Isla, haberse enamorado, que tu papá se haya ido, que tú le recordaras a él, que la vencieras y nunca la devolvieras a su forma normal no ayudaron a que eso no pasara. El odio fue creciendo y creciendo, y con eso, el hechizo comenzó a fallar.

Cerré los ojos y tomé aire.

-No hizo el más mínimo esfuerzo por luchar para que eso no pasara, y siento que en parte fue mi culpa.

-No lo fue, debes estar segura de eso. No tienes la culpa de que ella fuera así-me dijo Ben.

Besó mi cabeza y me apretó más contra él.

-Él tiene razón, Mal. No puedes culparte ni a ti ni a tu papá por todo lo que le pasó a tu mamá. Fue decisión de ella dejar que el odio la cegara.

-¿Podemos seguir hablando de lo del encantamiento, por favor?

Yen Sid asintió.

-El odio fue aumentando cada vez más, lo que hizo que ella fuera volviendo a su forma humana. Ya tenía todo su plan hecho, había logrado hechizar desde la distancia a Hades, a la Reina Malvada, al Doctor Facilier, a Jafar y a Cruella. Y también, a Alena.

<<Se aprovechaba de la mínima cantidad de odio en sus corazones para poder alimentar su magia.

Se levantó de su silla y comenzó a usar magia. No apareció de su color usual, y entendí el porqué al ver las imágenes que reflejaba.

El Ojo del Dragón, el cetro de mi madre, se proyectó en un verde brillante.

-Al volver con su dueña, el cetro se convirtió en su fuente de poder. Por eso es que ella estuvo débil en el momento en que se lo quitaste.

Tanto él como Bella, Adam y el Hada Madrina saben sobre lo que pasó durante la fiesta que se hizo en el castillo de Corona, cuando todos estaban hechizados.

-Era lo que lograba que ella pudiera convertirse en dragón.

Aparecieron llamas verdes y mi mamá en forma de dragón, rugiendo.

Ava y Max se asustaron, ya que se abrazaron a nosotros y comenzaron a llorar.

Los cargamos y ellos se relajaron poco después.

-Lo siento, mi intención no era asustarlos.

-No se preocupe-le dijo Ben.

Besé las mejillas de los niños y ellos sonrieron. Volvimos a acomodarlos y ahora miraron con curiosidad al dragón.

-Cuando tu mamá y tu lucharon, tu magia logró controlar la suya en cierto momento. Tienes más poderes de los que ella tuvo. Y por eso  intentaba vencerte, ella sabía que tú serías su fin, aunque no lo admitiera en voz alta. Tu papá me lo dijo.

<<Y sabiendo todo esto, llegué a la conclusión de que tu siempre fuiste la que estuvo destinada a ponerle fin a los planes de Maléfica.

Miré mis manos y cerré los ojos.

-Sé que todo esto es mucho para procesar, Mal. Pero necesitabas saberlo.

Abrí los ojos y lo miré.

-Lo entiendo.

Ben apretó mi mano.

-¿Hay algo más que debamos saber?-le preguntó.

-No.

Nos levantamos de nuestros tronos.

-Espero que esta charla te haya ayudado a entender algunas cosas.

-A pesar de todo lo hizo. Gracias.

-No es nada-dijo sonriendo.

Miró la hora en su reloj.

-Ya debería irme. Vuelvo a la Isla a primera hora de la mañana.

-Nosotros lo llevamos al castillo, el Hada Madrina sigue allá-le sugirió mi esposo.

Yen Sid aceptó.

Recogió sus cosas y nos fuimos de ahí.

(...)

-¿Mal?

Quité la mirada del televisor y lo miré.

-¿Sí?

-¿Te sientes bien?

-Más o menos.

Ben apagó el televisor. Nos sentamos y rodeó mi cintura.

-Es algo difícil de procesar el hecho de que soy más poderosa que mis padres. Y que además yo debía ser quien la matara.

Me abrazó y me sentí más tranquila.

-Fuiste muy fuerte allá.

Sonreí y quité la lágrima que había caído sobre mi mejilla.

-¿En serio lo crees?

-Ujum.

Besó mi coronilla.

-¿Has pensado en qué quieres que sepan los niños sobre tu pasado?-preguntó mientras que acariciaba mi cabello.

-Realmente, quiero decirles todo. No vale la pena que les mienta, eso solo complicará las cosas. Pero debo esperar a que tengan cierta edad para que sepan que le pasó a mi mamá, no sé si entenderían lo que hice.

Ben acunó mi rostro entre sus manos y dejó un beso en la punta de mi nariz.

-Lo harán. Eres la mejor madre, y entenderán que lo hiciste para protegerte a ti, a ellos y al reino.

Sonreí un poco.

-Eso espero.

Acerqué mi rostro al suyo y acaricié su cabello.

-Te amo.

Me robó un beso y reí.

-Y yo a ti.

Lo abracé y hundí mi cara en su hombro.

-Los niños estarán muy orgullosos de ti cuando sepan todo lo que has podido superar. Así como yo lo estoy desde que te conocí.

Lo miré sonriendo. Nos quedamos así unos minutos hasta que bostecé.

-Vamos a dormir, fue un día largo.

-Y además de que mañana voy a acompañar a Evie para seguir con lo de su boda y su coronación.

Se recostó y me puse frente a él. Sus brazos me rodearon.

-Buenas noches, mi vida.

Sonreí y poco a poco fui cerrando los ojos.

----------------------------------------

No estoy cien por ciento segura de haber explicado bien el porqué Maléfica recuperó sus poderes.

Pero igualmente espero que les haya gustado este capítulo.

Creo que no escribía en un punto de vista externo desde el Prólogo. Y me pareció muy importante que fuera así ya que se trataba de algo en el pasado.

El capítulo final se acerca, y no saben lo triste y feliz que eso me pone❤️🤧

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 19/ 01 / 2020.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro