Capítulo 20: Ataque
Lamento no haberles publicado antes este capítulo.
He estado con muchas tareas, trabajos y exámenes en el último mes. La semana libre que tuve ni siquiera contó como eso ya que de todos modos estuve haciendo cosas de la escuela.
Espero que les guste este capítulo💕
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Mal's POV:
Desperté sintiendo unas manitos tocando mi rostro.
Abrí los ojos y me encontré con los de mi hijo.
-Buenos días, príncipe.
Besé sus mejillas y él se rió. Abracé a Max y me di la vuelta, encontrándome con una Ava más dormida que despierta.
Poco a poco fue abriendo los ojos y soltó una risita al verme.
-Recuerdo que su papá y yo los dejamos en su cuarto anoche. Así que supongo que los trajo para acá. Y hablando de él, ¿mis niños saben donde está su papá? - obviamente sé que no tendré una respuesta.
Les hice cosquillas y se rieron a carcajadas. Besé sus frentes y me senté en la cama.
Ava empezó a moverse, indicando que quería que la cargara. La tomé entre mis brazos y ella apoyó su cabeza sobre mi hombro.
Levanté la vista al oír que la puerta del baño se abría. Intenté apartar mi vista de él pero me fue imposible. Está solo con una toalla amarrada a su cintura y con el cabello mojado.
-Buenas días, amor.
Se acercó a nosotros y besó mi frente.
-Sabes que te vi mirándome, ¿verdad?
Mis mejillas se pusieron ligeramente rosadas.
Max apoyó sus cabeza sobre mi pierna así que tuve una excusa para evitar su mirada.
-Claro que no.
Intenté ser convincente. Pero uno, él me conoce mejor que nadie y dos, mis mejillas solo logran delatarme.
Él se rió. Agarró mi mentón e hizo que lo mirara a los ojos.
-No puedes engañarme, mi reina.
Rozó su nariz con la mía y me dio un corto beso.
Se levantó y fue a vestirse. Habló de nuevo algunos minutos después.
-Quisiera que pasáramos el resto del día relajándonos y jugando con nuestros hijos, pero debemos ir a la reunión con el consejo- me dijo desde el baño.
-¿Es realmente necesario que la hagamos hoy? - le pregunté.
Salió, terminando de ponerse su camisa, y caminó hacia nosotros.
-Lamentablemente sí. Sé que para ti no es el mejor día, pero si salimos de eso temprano, podremos pasar el resto del día descansando y no tendríamos que salir durante el fin de semana.
Suspiré. Se sentó a mi lado y abrazó a Max.
Había logrado olvidar este día hasta ahora. Hoy hubiera sido el cumpleaños de mi mamá.
-Si en serio no estás de ánimos para ir, le diré a mis padres que nos cubran.
Tomó mi mejilla con cuidado.
-No podemos dejar a nuestro reino de lado por un problema personal.
-¿Cien por ciento segura de que quieres ir?
Acarició mi mejilla.
-Debemos hacerlo.
-Está bien. Pero si sientes que debes salir de ahí, avisame a mí o mis padres. ¿Sí?
Asentí.
Nos levantamos para desayunar junto con los padres de Ben.
Llegamos al edificio donde se hacen las reuniones del Consejo de Segundones diez minutos antes de la hora programada.
Ben's POV:
Cada ciertos minutos miro a Mal para ver como está. Está aparentado estar tranquila, pero sé que por dentro no lo está.
Por eso de vez en cuando apreto su mano entrelazada con la mía por debajo de la mesa y acarició sus dedos.
Mis padres están al lado de ella y el coche de Mason y Ava está entre ellos.
Evie no pudo venir ya que hoy se sentía muy cansada. Le dijimos que no había problema ya que lo más importante es que ella y nuestra ahijada estén tranquilas, y en consecuencia, que Doug también lo esté.
Estamos discutiendo sobre nuestras proclamas para mejorar las condiciones de la Isla de los Perdidos.
Se nota que algunos han estado reteniendose sobre si preguntar o no sobre lo que escribimos en la carta cuando volvimos del viaje a la Isla.
Pero siempre hay una excepción.
-Espero no sonar irrespetuosa con lo que voy a decir a continuación, mis reyes, ¿pero en serio están considerando derribar la barrera en algún punto de su reinado?
La que dijo eso fue una mujer rubia. Vino en nombre de Audrey y su familia ya que no pudieron asistir.
-No será pronto, aún así, esperamos que a largo plazo se puede llegar hasta ese punto. Mientras tanto, seguiremos mejorando la calidad de vida y educación en la Isla y queremos traer más niños desde allá-respondí.
Mal me miró sonriendo un poco.
-¿Y están seguros de que esa idea no podría traer malas consecuencias?
-¿A qué se refiere con eso? - preguntó Mal.
Apretó mi mano por debajo de la mesa. Ambos percibimos hacia que dirección van sus preguntas.
-A ver, entiendo que en la primera oportunidad salió muy bien, al igual que en la segunda. También sé que actualmente hay once Hijos de Villanos que residen fuera de la Isla. Pero, ¿quién asegura que la siguiente salga bien?
Respondí antes que mi esposa pudiera hacerlo. Sé que ya se está comenzando a alterar.
-Todos los Hijos de Villanos han demostrado que pueden cambiar para bien o que aquí pueden mostrar su verdadero ser. No dudamos que será así con los próximos.
-¿Y si no fuera así? ¿Qué pasaría? El reino ya ha sufrido muchos percances en los últimos cinco años, y no creo que nadie quiera que se repitan.
-No ocurrirán, se lo puedo asegurar-le dijo Mal, intentando mantener la calma.
-¿En verdad lo cree, Reina Mal? No quiero hablar mal de la gente de donde viene, pero ahí todos son o fueron criados por Villanos. Nadie en ese lugar sabe lo que es la paz.
-No lo saben porque los que quieren conocerla no han podido hacerlo. En la Isla hay niños y adolescentes con mucho potencial. Así como los niños y adolescentes de Auradon son el futuro del reino, ellos también lo son. Además de que muchos villanos se han redimido a lo largo de los años-dije.
-¿Tienen pruebas? Me refiero a que si las tienen, no sean por nadie que esté vinculado con ustedes o sus amigos.
Para este momento, creo que más nadie quiere intervenir ni opinar. Mis papás están atentos en caso de que necesitemos de ellos.
-¿Qué trata de insinuar? - preguntó Mal entre dientes.
Volví a acariciar su mano para tranquilizarla lo más posible. Si esta mujer sigue así, hará que Mal explote.
-Todos los que estamos aquí presentes tenemos en claro la situación entre la mayoría de los villanos y sus hijos. Nos quedó muy clara en la coronación de la señorita Audrey. Sin embargo, meses después viajan a la Isla y visitan a los involucrados en los sucesos. ¿Y no quieren que pensemos que su verdadera razón para viajar no fue por asuntos personales?
Mal comenzó a respirar lo más tranquila que pudo, intentando no alterarse más de lo que ya está.
-El viaje que emprendimos tuvo más de una causa para llevarse acabo, independientemente de lo personal. Usted tampoco sabe qué fue lo que pasó allá, así que no opine si no tiene algo en concreto. Porque a mi parecer, quiere intentar incriminarnos como traidores a nuestro pueblo.
Todos se quedaron callados por lo que dijo Mal.
-¿Y no deberíamos tener razones para hacerlo? Tanto usted como sus amigos estuvieron apunto de traicionar al reino en su primer mes acá. Y luego, la hija de Úrsula hizo lo mismo durante un evento Real. No quisiera pensar mal de usted, pero...
<< ¿Y si en verdad no asesinó a Maléfica para salvar a Auradon? Ella podría estar escondida en cualquier lugar del reino, esperando a que le indiquen cuando será el momento de atacar. Nadie puede probar lo que hicieron todos ustedes ya que el resto de las personas estaban o dormidas, o convertidas en piedra.
Los ojos de Mal comenzaron a brillar intensamente.
Su agarre a mi mano se volvió más fuerte.
-En los últimos casi seis años, he dedicado parte de mi vida a cuidar y proteger este reino, sin esperar nada a cambio. Y tiene razón, nadie más puede probar lo que hicimos, pero no significa que deban desconfiar de nosotros. Este lugar nos ha hecho madurar y crecer como personas.
<<Tampoco tienen pruebas de lo que pasó en la Isla hace unas semanas, pero ese viaje fue para un bien común. Pero no voy a permitir que insinuen cosas sobre mis amigos y mi familia.
El tono de su voz comenzó a aumentar conforme decía la última frase.
-Hice lo que tuve que hacer para salvar al reino, no sólo a mí y a los herederos al trono de Auradon.
Sus ojos dejaron de brillar y su voz se ablandó por un momento al decir eso. Los dos miramos a nuestros hijos, quienes están profundamente dormidos.
-Jamás considéré ni consideraré estar del lado del mal. Creo que han tenido suficientes ocasiones para darse cuenta de ello. Tampoco arrastraré a mi esposo ni a mis amigos a eso.
<<Y con respecto a mi madre, ella nunca más será un problema para nadie.
Sus ojos se cristalizaron levemente al decir eso.
-Lo que no voy a permitir es que me acusen a mí y a los demás de traición al reino. Hemos salvado Auradon en diversas ocasiones sin ni siquiera dudarlo, y eso no cambiará.
Su agarre comenzó a ser menos fuerte, pero no suelta mi mano.
-La cosa aquí es que yo no dudo del Rey, ni de la Consejera Real ni del resto de sus amigos. Yo dudo de usted. Es la hija de la Emperatriz del Mal y el Dios del Inframundo, la maldad corre por sus venas aunque quiera negarlo. ¿Y pretende que crea que nunca ha considerado dañar al reino y a todos los que la rodean?
Ese fue el punto de quiebre de Mal.
Soltó mi mano bruscamente y sus ojos comenzaron a brillar con más intensidad. Se levantó de su trono.
-Escucheme bien, he intentado ser respetuosa con usted, pero mi paciencia tiene límites. Si vuelve a intentar acusarme de algo así, no se lo perdonaré. ¿Le quedó claro?
Toda la sala se quedó en silencio.
Golpeó la mesa con sus puños. Un humo morado verde, morado y azul llenó la sala, aunque no era muy denso.
-Dije... ¿Le quedó claro? - preguntó alzando la voz.
La mujer asintió, asustada.
-Bien.
Mal relajó los puños y el humo desapareció, al igual que el brillo en sus ojos.
Su mente estaba en algo más. Me levanté y la acerqué a mí.
Pero ya era tarde, su respiración comenzó a acelerarse, al igual que su pulso.
-Mal...
Sus manos empezaron a sudar y su cuerpo comenzó a temblar.
Los demás nos miraban atentamente.
-Papá, mamá, por favor saquen de aquí a los demás.
Ellos asintieron e hicieron lo que les pedí.
-Amor, por favor concentrate en lo que te digo.
No me hizo caso.
Miré a mis padres y ellos lograron que las otras personas se apresuraran en salir, ellos los acompañaron.
Tomé sus manos y me miró a los ojos. Los suyos están llenos de lágrimas.
Logré hacer que se sentara y me agaché enfrente de ella.
-Necesito que imites lo que voy a hacer, ¿ok?
Ella asintió lentamente.
Mis padres volvieron a entrar y cerraron la puerta detrás de ellos. Ava y Mason se despertaron llorando.
-Por favor abran las ventanas y cuiden a los niños.
Volví mi vista en dirección a Mal.
-Respira conmigo.
Imitó mi acción. Inhaló y exhaló aire cada cuatro segundos.
Mi mamá y mi papá se pusieron detrás de mí, cargando a sus nietos. Ya los dos se habían calmado.
Esperé unos minutos antes de volver hablarle.
-Sé que estás alterada ahora, pero necesitas hablarme de que fue lo que te pasó para ayudarte a que te sientas mejor.
Acaricie sus mejillas y quité las lágrimas que estaban sobre ellas.
-Re... Recordé muchas cosas de las que me hizo mi mamá. Los golpes, los gritos, los insultos. Recordé lo que le hice-dijo con la voz quebrada- Y mi mente me jugó una mala pasada haciéndome imaginar que hubiera sido de mí si hubiera seguido los pasos de ella.
La cargué y me senté, dejándola sobre mi regazo. Escondió su cara en mi cuello.
-No había sufrido un episodio tan grande desde hace mucho tiempo-dijo llorando.
Mi corazón duele al verla así.
Acaricie su cabello y besé su cabeza.
-Lo que imaginaste no fue real. Tú jamás serás capas de hacer algo así. Estoy seguro de eso.
Levantó la vista y mi corazón dolió aún más al ver sus ojos rojos por el llanto.
-El problema no es solo lo que imaginé y recordé, sino el hecho de que mis poderes se descontrolaron. Pude haber herido a cualquiera. Hasta a tus padres, a ti o los niños...
La abracé con fuerza.
Sé que uno de sus mayores temores es hacerles daño a nuestros hijos. No quiere que pasen por lo que ella pasó, ni siquiera por algo que sea mínimamente similar.
-Eso jamás sucederá.
Mis padres se acercaron a nosotros y se agacharon.
-Querida, no queremos recriminarte nada, pero... ¿Por qué nunca nos habías contado sobre esto? - le preguntó mi mamá.
Ava comenzó a moverse así que la dejó sobre la pierna de Mal. Mi pequeña rodeó a su mamá con sus bracitos.
-Sí, nos preocupamos mucho al verte así y no sabíamos que hacer-siguió mi papá.
Hizo lo mismo que mi mamá con Ava y puso a Max sobre su pierna libre. Él imitó la acción de su hermana pero conmigo.
-No lo había hecho porque no quería preocuparlos. Lo siento.
Ambos tomaron las manos de Mal entre las suyas.
-No tienes por qué sentirlo-le aseguró mi papá.
-¿Desde cuando sufres de esto? - preguntó mi mamá.
-Desde mi cumpleaños número doce. Supongo que los ataques de ansiedad comenzaron a presentarse por culpa de mi mamá. Muchas veces he logrado controlarme y no he llegado a empezarlos, pero no siempre lo logro.
-¿Cuándo sufriste el último como este?
-Antes de venir aquí, creo que unos dos meses antes. Los chicos estaban conmigo y lograron ayudarme. Por los que he pasado aquí nunca han llegado a ser del todo ataques de ansiedad, y los que lo fueron eran leves. Aunque no sé si el día que murió mi madre fue en parte eso y en parte el cansancio por tanto usar mis poderes.
Acarició las manitos de nuestra princesa e intentó no mirar a ninguno de nosotros.
-Esperemos que no vuelvas a pasar por uno, amor. Pero si es así, estaremos aquí para ayudarte-le dije.
-Gracias.
Como sonó su voz fue lo más feliz que la había oído en las últimas horas.
Nos quedamos un rato así hasta que estuvo del todo calmada.
-¿Ya podemos regresar a casa? Me gustaría estar en tranquilidad por el resto del día-nos dijo.
-Claro que sí.
Nos levantamos y mi papá nos pasó el coche de los mellizos. Los pusimos dentro de él y salimos de ahí.
Ellos van unos pasos más adelante, con los brazos entrelazados. Mal va empujando el coche y su mano libre está unida con la mía.
-Por cosas como esta, siempre digo que eres la persona más fuerte que conozco-le susurré.
Besé su frente.
Ella me miró sonriendo. Se puso de puntillas y me besó unos segundos.
Al llegar al estacionamiento, nos subimos a la limosina. Mal se quedó dormida con su cabeza apoyada en mi pecho y yo con mi cabeza sobre la suya.
(...)
Nuestros amigos llegaron para cenar alrededor de las siete de la noche.
Me alegra ver que ya está más contenta y no ha vuelto a pensar en lo que pasó hace unas horas.
En este momento está sentada hablando con Evie. Le está dando de comer a Mason, mientras que Ava duerme a su lado.
La manera en la que se ríe y sonríe hace que mi corazón se acelere.
Me saludó con la mano e imité su gesto. Sentí una mano posarse sobre mi hombro.
-Hiciste un buen trabajo hace unas horas, hermano-me dijo Jay.
El nombrado y Carlos se pararon en frente de mí.
-Sabemos que no debe ser la primera vez que pasa por eso estando contigo. Pero viéndola como está ahora...
Hizo una pausa y los tres miramos como ella e Evie se reían.
-... Creo que no hay nada de qué preocuparnos-dijo Carlos.
-Lo único que me importa es que ella y nuestros hijos estén bien sin importar qué.
Los padrinos de Mason me dieron unas palmadas en la espalda y se sentaron junto a mi esposa y nuestra mejor amiga.
Los demás nos unimos a ellos un rato después.
(...)
-¿Cielo?
Dejó de ver la televisión y levantó su cabeza de mi pecho para verme.
-¿Sí?
-Sé que sonará raro que te pregunte esto pero... ¿Tú eres feliz?
Me miró confundida.
-¿A qué te refieres con eso?
-¿Me refiero a que sí eres feliz conmigo?
-Claro que lo soy-dijo sonriendo- Los niños y tú son lo más importante y preciado que tengo en mi vida. No los cambiaría por nada.
Tomó mi mano.
-¿Por qué lo preguntas?
-Es solo curiosidad.
-Ben, así como tú me conoces a mí como nadie lo hace lo mismo es conmigo cuando se trata de ti. Dime por qué me lo preguntaste.
Suspiré.
-Es que después de lo que pasó hoy, no lo sé, creo que en algún lado de mi mente surgió esa duda.
Se sentó de modo que sus rodillas quedaron a mis costados. Puso su mano sobre mi mejilla.
-Lo que pasó hoy no tiene nada que ver contigo. Ni siquiera yo puedo controlarlo.
-Sé que es así.
-Pero...
-Pero había algo en mi cabeza que quería convencerme de ello.
-Pues no tienes de qué preocuparte.
Su rostro quedó a pocos centímetros del mío.
-Tú eres mi hogar.
Sonreímos. Nos besamos unos minutos y se quedó sobre mí.
Nos quedamos varios minutos abrazados. Viendo como nuestros bebés duermen tranquilamente junto a nosotros.
Apagué el televisor y la acomodé a mí lado cuando noté que se quedaba dormida. Su espalda quedó pegada a mi pecho.
Puse la sabana sobre los cuatro y rodée su cintura con mis brazos.
-Dulces sueños, mis amores.
Sonrió adormilada. No tardé mucho en caer rendido como ella.
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Creo que este es el capítulo que ha sido narrado por Ben durante más tiempo 💙
Por lo general, se me hace más cómodo escribir desde el punto de vista de una chica.
Me pareció importante hablar sobre la ansiedad. Es algo que sufren muchas personas y es natural, no debería ser mal visto.
Entre la posible futura situación del país en los próximos días y la escuela, tal vez publique un capítulo cada dos semanas hasta que sean las vacaciones de diciembre.
Espero que la espera haya valido la pena💜💙
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 16/11/2019.
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