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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟖: 𝐄𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐫𝐞𝐲𝐞𝐬

Tardé más de lo que planeaba en escribir esto ya que aunque tenía todas las ideas, al momento de sentarme a escribir me bloqueaba.

Sin embargo, gracias por su paciencia para esperar cada actualización a pesar de tardarme tanto.

El próximo capítulo será el último antes del salto temporal, así que estoy emocionada por que esa etapa de la historia comience.

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Mal's POV:
Ha pasado un mes desde que visitamos el Olimpo. Ese día fue muy importante para mí, porque conocí oficialmente a mi familia paterna.

A pesar de la conversación de Kore y mi papá, no estoy molesta con ella. Sé que su intención no era herirme ni mucho menos molestarme. Pero, aunque en ese momento dolió, era necesario que pasara.

Han pasado muchas cosas entre mi madre, mi papá y yo. Tanto él como yo aún no soltamos todo lo malo; y lamentablemente a pesar de amarlo y apreciar que ahora esté en mi vida, en una parte de mí siguen existiendo las inseguridades que mi mamá creó durante dieciséis años.

No van a desaparecer de la noche a la mañana, pero al menos me siento mejor con respecto a ese tema después de ese día. De hecho, eso sirvió para que mi papá y yo fuéramos más comunicativos con todo lo que se refiere al pasado.

En cuanto a los niños, cada vez crecen más. Mason y Ava comienzan a pronunciar de manera más clara algunas palabras y nos sorprende lo inteligentes que son para apenas tener un año y medio de edad. Cuentan hasta diez y distinguen muchos colores, figuras o animales.

Mientras tanto, Blair también ha cambiado bastante. Sus cachetes son tan adorables que provoca pellizcarlos. Se ríe y sonríe por todo, reconoce bien a la familia y es bastante tranquila. Su crecimiento está siendo bastante parecido al de sus hermanos mayores, pero sigue siendo una copia de Bella en miniatura.

Ben y yo apenas hemos tenido tiempo de pareja o individualmente desde antes de que nuestra pequeña naciera. De por sí era complicado con los mellizos y el reino, ahora hay que sumarle el hecho de que hay una bebé a la cual cuidar. Amamos a nuestros hijos, así que a pesar del cansancio siempre buscamos así sean unos pocos minutos para pasarlos con ellos.

Ambos tuvimos distintas crianzas, pero estamos de acuerdo en que no queremos hacer de lado a los niños en ningún momento. Son nuestra prioridad número uno.

Aunque siendo honesta, extraño poder pasar algo de tiempo a solas con mi esposo. No hemos tenido ninguna cita desde su cumpleaños, por eso nos alivió saber que la fiesta que hará Evie hoy en la noche solo es para adultos.

Estoy muy orgullosa de ella. Porque en tan solo siete años creó un imperio de la moda solo contando con la ayuda y apoyo de Doug y de nosotros. Tiene sucursales de sus tiendas en gran parte del reino y un gran edificio solo para su compañía. Y ahora que Regina y ella conviven, su madre es su socia junto con Cruella, pero principalmente es la pelinegra.

Mi mejor amiga lanzará una línea de vestidos de fiesta y cocktail hoy, así que hará una fiesta de lanzamiento en uno de los espacios más grandes de su edificio. Asistiremos todos, a pesar de tener responsabilidades queremos apoyarla.

Bella, Adam y mi papá cuidarán a los niños. La Señora Potts a su nieto, al igual que Aurora y Félipe. Regina cuidará a Emma. Y al bebé de Jay y Lonnie la cuidarán Mulán y Shang. Así es, su pequeño retoño nació hace un par de semanas. Nos tomó por sorpresa ya que se adelantó, pero claramente todos le dimos la bienvenida al nuevo integrante de la familia.

Ya que mañana es mi cumpleaños y hoy la fiesta, Ben y yo decidimos tomarnos estos dos días libres. Hicimos todo el trabajo que pudiéramos adelantar para centrarnos en los niños y en nosotros estas horas.

Justamente estamos jugando con ellos ahorita. Max construye un castillo con sus bloques y Ava juega con sus peluches. Blair está sobre las piernas de Ben, entretenida con los juguetes de sus hermanos. Yo hablo por vídeo llamada con mis tres mejores amigos.

-Esto de la vida de adultos apesta - exclamó Jay.

Oí como Lonnie se reía al lado de él, al igual que mi esposo y los chicos.

-Dímelo a mí, yo debo pagar los gastos de un bebé que nace en unos meses y de un perro que se comporta como uno- se quejó Carlos.

Chico, quien estaba en sus piernas, le ladró. El pecoso rodó los ojos, provocando más risas.

-Pero veanle el lado positivo. Todos trabajamos en lo que nos gusta. Nos ganamos la vida en lo que somos buenos - recordó Evie.

-Tienes razón, E. Y hablando de eso, ¿cómo van los preparativos de la fiesta? - le pregunté.

-Todo va genial- volteó la cámara, enseñándonos las imágenes que le enviaban a su laptop para que viera el progreso de todo.

Ben dejó que Ava jugara con Blair, así que se acercó a mí y se unió a la conversación.

-Creí que Doug y tú estarían allí para supervisar- dijo mi marido.

Los chicos y yo hicimos ruidos de asentimiento.

-Así era, pero llevo desde ayer con ganas de vomitar y me siento cansada.

-Nunca te pones así por los desfiles - dijo Jay.

-Es que sospecho que no es por eso.

Las expresiones de sorpresa de los cuatro eran un poema total. Claramente entendimos a que se refería. Justo en ese momento, Doug llegó y se sentó junto a la peliazul.

-Le he insistido en que se haga una prueba, pero no me hace caso.

-No es eso, amor. Solo que no planeabamos tener más bebés hasta que Emma tuviera al menos tres o cuatro años.

-Ese cuento me suena conocido- dijo Ben.

Solté una carcajada.

-Por lo menos no nos pongas en evidencia frente a los niños - dije riéndome.

Los chicos rieron. Evie suspiró.

-Creo que puedo aprovechar ahora que Emma duerme y Doug está aquí.

-Te apoyamos, E. Así que hazla ahora si te sientes lista - sugirió Carlos.

Evie asintió y se levantó de donde estaba. La perdimos de vista cuando entró al baño. Hablamos entre nosotros un rato hasta que Evie salió del baño con dos pruebas en la mano. Volvió a su lugar y tomó la mano de Doug.

-Leanlas ustedes, estoy muy nerviosa para leerlas yo.

Alzó los dos objetos a la cámara. Empezamos a soltar grititos de emoción al ver que una tenía dos rayas y la otra tenía escrito positivo en la pantalla.

Vi como los ojos de la peliazul y de su esposo se cristalizaban.

-¡Vamos a ser padres nuevo! - exclamó Doug, abrazando a Evie.

Evie rió y le devolvió el abrazo.

-Felicidades - les dijimos Ben y yo al unísono.

-Más sobrinos a los cuales malcriar - gritó Jay.

Volvimos a reírnos.

El resto de la llamada nos la pasamos celebrando y felicitando a los futuros padres. Pasamos de ser solo Carlos, Jay, Evie y yo a esto. Nuestra pequeña familia cada vez se agrandaba más.

(...)

El sol comenzó a ocultarse hace un par de minutos, de modo que decidimos comenzar a arreglarnos. Me di una relajante ducha antes de vestirme para sentirme más fresca. Ben se me adelantó para darme tiempo de arreglarme mientras que baña a los niños para dormir.

Todos usaremos atuendos de la nueva colección de Evie, la cual tiene accesorios de Dizzy. Me concentré en colocarme bien las sombras como ellas dos siempre me explican. Apliqué un labial claro sobre mis labios y arreglé mi cabello. Aseguré las tiras de mis sandalias y me levanté de la peinadora para observarme en el espejo.

El vestido y el peinado no son cosas que suela usar, pero me veo realmente hermosa. A pesar de que aún sigo algo hinchada luego del embarazo, me siento bastante cómoda ahora que poco a poco las cosas comenzaron a regresar a su lugar.

Oí como alguien silbaba detrás de mí. Me di la vuelta y sonreí como tonta al observar a Ben. Se ve extremadamente guapo. Sé que probablemente son las hormonas, pero definitivamente puedo apreciar que la paternidad le ha sentado muy bien a mi esposo.

Además, en el último mes se ha dejado crecer algo de barba, y eso solo hace que se vea aún mejor.

Max y Ava estaban en sus brazos, tomando leche de sus biberones. Tomé a mi pequeño cuando extendió sus bracitos hacia mí. Me reí cuando Ben me dio una vuelta con su mano libre y me abrazaba por la cintura.

-Luces extremadamente preciosa- me dijo, se acercó a mi oído y susurró - Y también muy sexy.

Solté una risita y besé sus labios. Nos reímos cuando los mellizos comenzaron a llamarnos, queriendo que nos separaramos.

-Que celosos salieron, mis pequeños dragones- les dije, haciéndoles cosquillas en sus barrigas.

Los dos se rieron. Ya tienen sus pijamas puestas, y se ven adorables en ellas.

Blair se durmió hace poco luego de que le diera de comer, así que estará tranquila por unas cuantas horas.

-Es hora de ir a la cama, pequeños- les dijo Ben.

Caminamos a su habitación y nos acercamos a sus cunas. Los colocamos a cada uno dentro de la suya. Ahora que están más grandes las bajamos para que estén más cerca del suelo y tengan menos riesgo de caerse. Pero planeamos trasnformarlas en sus camas en los próximos días.

Max frotó sus ojitos, bostezando. Ava lo imitó poco después. Les entregamos sus peluches y los arropamos bien.
Les leímos un cuento para tranquilizarlos, uno de los tantos que les tenemos en su librero.

-Buenas noches, mis amores- dije.

-Descansen mucho- agregó Ben.

Besamos sus frentes.

-Bueñas ñoes mami. Bueñas ñoes papi- dijeron al unísono.

Nosotros sonreímos por su esfuerzo de tratarla de decirlo bien. Apagamos la luz y les dejamos su lámpara nocturna.

Pasamos a la habitación para buscar nuestras cosas y caminamos por los pasillos del castillo con tranquilidad. Mi papá roncaba profundamente en su habitación, así que no quisimos molestarlo. Aunque me dio gracia ver que Cerbero estaba igual o más dormido que él a su lado.

Entramos a la biblioteca, buscando a mis suegros. Los dos leían sus libros, pero levantaron sus miradas al notarnos.

-Lucen perfectos, chicos- nos halagó Adam.

-Gracias.

-¿Ya se van? - preguntó Bella.

-Sí, sólo pasábamos a avisarles y a despedirnos - contesté.

-Tengan mucho cuidado.

-Lo tendremos, papá - aseguró Ben.

Nos despedimos con un abrazo a cada uno y nos fuimos directo al estacionamiento. Me coloqué el casco con cuidado de no despeinarme y Ben me ayudó a subirme a la moto. Lo abracé por la espalda y él arrancó el motor. Hace tiempo que no usábamos las motos ya que no queremos subir a los niños por seguridad.

Al llegar a la calle donde están las oficinas de Evie's 4 Hearts, nos encontramos con un montón de autos y motos rodeando el lugar, y eso que estábamos llegando temprano. Estacionamos en donde encontramos lugar.

Después de quitarnos los cascos, Ben me tomó de la cintura para bajarme de la moto. Sonreí cuando noté lo cerca que quedamos del otro. Apoyé mis manos en su pecho y lo miré a los ojos. Él apoyó sus manos a cada lado de mi cintura.

-Estaba pensando en que al salir de la fiesta podríamos tomarnos el resto de la noche para ambos. Ya sabes, para comenzar a celebrar tu cumpleaños a solas- me dijo seductoramente.

Arrugué la nariz.

-Eso suena como el mejor plan de todos. Ya que hace mucho tiempo que no estamos a solas de ese modo- respondí, siguiéndole el juego.

Ben sonrió y nos besamos. Duramos así unos cuantos minutos antes de separarnos. No queremos darle un espectáculo a los paparazzi y los medios. Hay muchos alrededor.

Entrelazamos nuestros dedos y entramos al edificio. No habíamos terminado de dar los dos primeros pasos cuando las luces de las cámaras comenzaron destellar. Caminamos por la alfombra roja sin soltar nuestras manos. A decir verdad estaba algo mareada con tanto brillo, pero no le di importancia ya que me he ido acostumbrando.

Nos paramos a mitad de la alfombra a responder preguntas, no nos dejarían en paz sino lo hacíamos. Nos preguntaron por la colección, por asuntos del reino y por los niños. Esto último fue lo que menos nos costó.
Ben pasó su brazo por mi cintura, dándole una última foto a la prensa y seguimos caminando hasta la fiesta.

Evie, Dizzy, Regina, Doug y Jane se lucieron escogiendo la decoración. Las luces de colores rodean todo el lugar, hay un montón de flores cayendo en enredaderas desde el techo, mesas repletas de comida y dulces, una barra de bebidas enorme, las mesas y sillas están estrategícamente repartidas para que haya suficiente espacio para circular y una gran pista de baile se encuentra en el centro del lugar.

Nos acercamos a la mesa donde estaban sentados nuestros amigos para saludar. Evie se lució con los atuendos de todas.

Los colores iban muy bien con la gama que suele usar cada una. Además, los accesorios de Dizzy destacan a la perfección.

Evie y Doug iban saludando al resto de los invitados mientras que se acercaban.

Sino fuera porque ya lo sé, ni siquiera hubiera notado la ligera pancita que se le está formando a mi mejor amiga. La abracé con fuerza cuando estuvo frente a mí.

-Emma va a estar feliz de tener a alguien con quien jugar - le susurré.

Evie sonrió y tomó mis manos.

-Por el momento solo lo saben ustedes, mi mamá y los padres de Doug. Iremos a la primera consulta esta semana.

Nos sentamos alrededor de la gran mesas, compartiendo un rato. Evie hizo un brindis sobre el escenario del DJ y luego la fiesta continuó. Los meseros trajeron una ronda de bebidas a nuestra mesa. Las únicas en ordenar algo sin alcohol fueron Evie y Jane.

Audrey alzó su copa con un martini hacia el centro de la mesas. Los demás también alzamos nuestras copas y vasos.

-Por Evie, por tener un imperio tan famoso y exitoso que hasta Channel la envidiaría- dijo la castaña.

Nos reímos un poco. Que diga eso es un gran halago ya que ella ama Channel.

-¡Por Evie! - gritamos todos, chocando nuestras bebidas.

(...)

La música retumbaba a todo volumen en mis oídos. Pero sinceramente no me importaba. Estaba sentada sobre el regazo de Ben, con nuestros labios unidos y sin intención de separarse. Mordí su labio cuando sentí como su mano se deslizaba por mis piernas desnudas. La mesa logra tapar eso, pero es evidente que no solo nos besamos.

-Una cosa es besarnos así en público, que ya es bastante, pero otra es hacerlo en donde prácticamente medio reino nos ve- murmuré, tomando su barbilla con mi mano para dejar cierta distancia.

Ben simplemente sonrió, adentrando más sus manos dentro de mi vestido y provocando que me estremezca.

-Solo quería darte un adelanto de lo que haremos más tarde- dijo, besando por detrás de mi oreja y volviendo a colocar sus manos en mi cintura.

Jadeé involuntariamente al oírlo. Tomé el trago de Vodka con frutos rojos que quedaba en mi vaso y me levanté, extendiendo mi mano hacia él. Necesito calmarme un poco para no dar un espectáculo en plena fiesta.

-¿Me acompaña a bailar, señor Beast?-le pregunté.

Él sonrió y tomó mi mano.

-Será todo un placer, señorita Underworld.

Ambos reímos y caminamos hacia la pista, donde se encontraban el resto de los chicos. Nos reíamos y disfrutabamos del momento. Los reporteros solo podían quedarse en la entrada, así que no hay modo de que nos molesten aquí.

Evie quería representar el poder femenino en esta fiesta, así que han puesto música de artistas como Ariana Grande, Ava Max, Billie Eillish, Little Mix, Fifth Harmony y Doja Cat. Las últimas canciones que han puesto son de Doja, pero esta en particular es una de mis favoritas.

-I got delicious taste, You need a woman's touch in your place.
Just protect her and keep her safe.
Baby, worship my hips and waist, So feminine with grace.

Ben estaba pegado a mi espalda, con nuestros cuerpos apenas separados por unos pocos milímetros. Sus brazos rodeaban mi cintura con firmeza.

-... I touch your soul when you hear me say. "Boy, let me be your woman".

Sentía como la temperatura de nuestros cuerpos cada vez aumentaba más. No habíamos bebido prácticamente nada, pero definitivamente comenzaba a hacer efecto el poco alcohol en nuestro sistema.

-Let me be your woman. Woman, woman, woman. I can be your woman. Woman, woman, woman...

La música siguió sonando mientras que bailabamos. Me di la vuelta, sonriendo cuando nos miramos a los ojos. Dejé un casto beso en sus labios.

-Creo que ya es hora de irnos.

-Esperaba que dijeras eso, princesa - me dijo.

Solté una risita. Ben colocó su chaqueta sobre mis hombros ya que hace algo de frío afuera. La acomodé y tomé su mano. Teníamos nuestras cosas con nosotros, así que nos acercamos a despedirnos de nuestros amigos antes de salir.

Comenzamos a acelerar el paso hacia la moto cuando notamos que algunos reporteros comenzaban a acercarse.

-Corre- grité.

Los dos nos reímos a carcajadas hasta el momento en que la moto arrancó. Perdimos de vista a los paparazzi al doblar la esquina.

Me sujeté a él para no caerme y cerré los ojos, disfrutando del aire fresco en mi rostro.

(...)

Estaba a punto de quedarme dormida cuando sentí como las manos de Ben tomaban las mías con suavidad.

-Ya llegamos a nuestro destino, cielo.

Abrí los ojos de a poco, acostumbrándome de nuevo a la luz de las calles. Estábamos en un estacionamiento de lo que parece ser un hotel.

-Pensé que tal vez sería lindo pasar la noche en un ambiente diferente. Además, quedaba más cerca que el castillo para estar por ahí a esta hora.

-Claro, la excusa perfecta, ¿eh? - dije, provocado que él riera.

Ambos bajamos de la moto. Ben la aseguró y entrelazamos nuestros brazos.

-Siempre sabes como sorprenderme, amor.

Mi marido besó mi coronilla y me abrió la puerta para entrar al lugar.

-Solo me gusta ser detallista contigo, te mereces el universo entero.

Mis mejillas se pusieron ligeramente calientes. Tanto tiempo después y sus palabras siguen teniendo ese efecto en mí.

Nos detuvimos frente a un mostrador. La recepcionista hizo una reverencia al darse cuenta de quienes éramos.

-Buenas noches. ¿En qué puedo servirles, sus majestades? - preguntó con amabilidad.

-Buenas noches. Hace un par de días hice una reservación para esta noche con salida mañana a la una de la tarde.

La chica asintió al comprobarlo en la pantalla. Mientras Ben se encargaba de lo que él mismo planeó, yo me dediqué a observar el vestíbulo del lugar. Recuerdo haber venido alguna vez con él a un evento en el salón de fiesta. Creo que fue a una fiesta de cumpleaños. Sinceramente, recuerdo más lo que pasó esa noche que la fiesta en sí. Ya que nos quedamos a dormir aquí porque era de madrugada.

Ben me sonrió con coquetería cuando me voltee a verlo. Evidentemente había decidido venir aquí con toda la intención. Definitivamente lo he corrompido más de lo que pensaba.

Le agradeció a la chica cuando le entregó la llave y dimos unos pasos entrando al ascensor. Al cerrarse las puertas, decidí encararlo.

-Eres un pervertido, mi rey - le dije, dándole un golpe suave en el pecho.

Ben soltó una carcajada.

-Fui honesto al decir que era mejor llegar hasta aquí a esta hora. No quería arriesgarnos a tener algún accidente. Lo que hayamos hecho en este lugar en otra ocasión es una simple coincidencia.

Ahora yo fui quien se rió.

-Y fue mucha coincidencia llegar acá justo unos minutos antes de que comience mi cumpleaños, ¿verdad? - interrogé con malicia.

-Te dije que quería comenzar tu cumpleaños de una manera especial.

Besó mis labios cortamente. Nos separamos justo antes de que las puertas se abrieran. Caminamos por el pasillo, con la tensión entre ambos volviéndose cada vez más grande. Al llegar a nuestra habitación, agarré la tarjeta de sus manos y abrí.

Al adentrarnos a la habitación observé todo con detenimiento. Las grandes ventanas están tapadas con cortinas. En el baño hay una gran tina repleta de pétalos de flores y espuma, con dos copas y lo que supongo que es una botella de vino a un lado. Y la cama es enorme, llena de pétalos. El cuarto y el baño son iluminados por unas cuantas velas.

Me quité los tacones y la chaqueta de Ben, dejándolos sobre una de las sillas junto a la ventana. Guardé los accesorios en mi bolso y saqué mi teléfono, previniendo cualquier llamada que puedan hacernos mi papá o mis suegros.

Él estaba sentado en el borde de la cama, quitándose sus zapatos y aflojando los botones en los puños de su camisa. Casi me puse a babear cuando se quitó la camisa, dejándome ver su perfecto y marcado pecho. A pesar de no tener la misma actividad física de cuando eramos adolescentes, sigue viéndose igual o mejor que antes.

Ben alzó su mirada, sonriéndome con diversión al haberme pillado mirándolo de manera tan descarada. La ligera barba con sus hoyuelos lo hicieron verse más atractivo aún.

-No sé si sean las hormonas, pero...-apoyé mis manos en sus hombros y me senté en sus piernas- Cada día me gustas más- susurré en su oído.

Escuché como un ruido salía de su garganta, casi como un ronroneo. Colocó sus manos sobre mis muslos y comenzó a acariciarlos.

-Esta noche tienes todo el control que quieras. Tú eres la que pasó por el embarazo y el parto, así que no quiero presionarte en qué tan lejos llegaremos.

Sonreí, enternecida porque hasta en ocasiones como esta siempre es atento con respecto a como me siento y mi comodidad.

-Solo quiero que hagamos el amor hasta cansarnos. Quiero que nos amemos como en mucho tiempo no lo hemos hecho- le dije besando la punta de su nariz.

Ben sonrió y deslizó sus manos hacia mi espalda, bajando con delicadeza el cierre del vestido. Alcé mis brazos, ayudándolo a poder levantarlo y quitarmelo de una buena vez.

-Haré lo que mi reina me ordene.

No solo fueron sus palabras, sino el tono en que las dijo que me hicieron lanzarme a sus labios y comenzar a besarlo con desenfreno. Con el paso de los minutos, el ambiente se volvía cada vez más apasionado. Llevé mis manos a su cinturón mientras que él bajaba el cierre de su pantalón. Ambas prendas terminaron tiradas sobre mis cosas al otro lado de la habitación.

Quitó los ganchos de mi sostén, dejándome prácticamente expuesta ante él. Nos levantó de la cama, caminando directamente hacia el baño. Al llegar, me dejó con cuidado sobre el suelo. Nos quitamos nuestras últimas prendas y entramos al agua.

Estuvimos varios minutos en un silencio bastante cómodo hasta que Ben decidió abrir la botella de vino, sirviéndolo en las dos copas. Me extendió la mía y alzó la suya.

-Hoy estás cumpliendo veintitrés años, y creeme que me siento feliz y honrado por ser la primera persona en poder felicitarte. Todos estos años a tu lado han sido los mejores de mi vida, y sé que los que siguen serán igual de buenos e incluso mejores. Te amo con todo mi corazón, Mal- se inclinó hacia delante para darme un beso corto- Feliz cumpleaños, cariño.

Lo tomé de una mejilla y volví a besarlo.

-Te amo.

Unimos nuestras frentes durante varios segundos. Al separarnos, chocamos las copas y le dimos un sorbo. No sé precisamente cuantos minutos pasamos dentro de la bañera, pero fueron totalmente pacíficos. Para nosotros, hacer el amor no es solo el sexo, son estos momentos de intimidad en los que ambos estamos relajados y hablamos de todo y nada. Son los momentos en los que podemos estarnos riendo hasta por la cosa más tonta, pero solo somos nosotros dos.

Es lindo saber que a pesar de llevar casi siete años juntos, las cosas han cambiado para bien. Y lo más simple y delicado sigue exactamente igual.

Tengo mi espalda pegada a su pecho, sintiendo como los acelerados latidos de su corazón se juntan con los míos. Él está dejando algunos besos sobre mi piel, dándome algo de cosquillas por su barba pero dejándome hipnotizada e ida con las caricias que le da al resto de mi piel con sus manos.

Gemí al sentir como una de sus manos tomaba uno de mis pechos y la otra se deslizaba hacia el interior de mis piernas. Cada vez me siento más como una gelatina teniéndolo dándole tanta atención a mi cuerpo.
Pasaron varios minutos en los que solo se oían mis gemidos y jadeos hasta que caí colapsada sobre su cuerpo. Ben besó mi frente, volviendo a acomodar sus brazos en mi cintura.

-¿Quieres ir a la cama? - me preguntó, jalando suavemente el lóbulo de mi oreja con sus dientes.

Asentí frenéticamente, aún excitada luego de lo que acababa de hacerme. Este hombre me volverá loca. Salimos de la bañera, secándonos con unas toallas blancas que estaban junto al lavamanos. Me acercó a él con su mano, acariciando con delicadeza los cabellos que se me habían mojado con el agua.

-¿Te sientes lista?- interrogó con suavidad.

-Muy lista- lo tomé por la nuca- Ambos hemos deseado que este momento llegara desde hace meses. Dejémonos llevar, ¿sí?- le pedí

Ben sonrió.

-Sí.

Los dos sonreímos como tontos enamorados antes de juntar nuestras bocas. Pasaron algunos segundos hasta que nuestras lenguas luchaban por tener el control. Sentí como ambas toallas caían al suelo mientras que nosotros caminábamos hacia la habitación sin separarnos. Me empujó suavemente, haciéndome caer sobre el colchón. Me acomodé a la altura de las almohadas, apoyando mi cabeza sobre ellas. Seguimos besándonos hasta que recordé algo.

-Estoy amamantando a Blair, no puedo tomarme las pastillas de siempre. Debo conseguir otras que me recomendó la doctora.

-Tranquila, ya había considerado eso.

Se fue hacia la silla donde estaban nuestras cosas. Me apoyé sobre mis codos, viendo como sacaba algo del bolsillo interior de su chaqueta. Me reí sonoramente al darme cuenta de que era. Ni siquiera la noté cuando tuve puesta la chaqueta. Colocó la caja en una de las mesas de noche, volviendo a colocarse sobre mi cuerpo. Estuvimos un buen rato dando vueltas en la cama, besando y tocando la piel del otro.

No puedo negar que al principio me dolió un poco luego de tanto tiempo sin hacerlo, pero Ben definitivamente me distrajo de cualquier dolor. Rodee sus caderas con mis piernas, cerrando los ojos con fuerza cuando sentí como empezaba a aumentar el ritmo.

-Espero que no se oiga lo que estamos haciendo en las otras habitaciones, porque sino, les estamos dando un gran espectáculo.

Los dos reímos. Mis mejillas, ya de por sí calientes y rojas, se enrojecieron más aún por lo que dijo.

Arañé su espalda, empezando a sentir como poco a poco mis piernas se debilitaban y comenzaban a temblar. Las de él no estaban muy diferentes a las mías.

-Te amo- le dije cuando apoyó su cabeza en mi hombro.

Ben jadeó.

-Y yo a ti, cielo.

Sentí un cosquilleo en mi estómago antes de soltar un grito. Él hizo lo mismo poco después. Nos quedamos de ese modo por varios minutos, tratando de recuperar el aire.
Cayó a mi lado, con su pecho subiendo y bajando agitadamente. Rodee su torso con mi brazo y apoyé mi cabeza sobre él. Ben besó mi coronilla y me abrazó.

-Valió la pena la espera y empezar tu cumpleaños de este modo, ¿o no?

Me reí y levanté la cabeza para mirarlo a los ojos.

-Esperaba que pasara desde hace mucho, pero quería que tu fueras quien decidiera los límites de esta noche- me dijo.

-Gracias por esto. Por sorprenderme y darme esta gran noche.

Él besó mi mejilla. Me acurruqué a su pecho, dejando que los latidos de su corazón me relajaran hasta caer profundamente dormida.

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Literalmente estaba así escribiendo y releyendo 😳 👁️👄👁️

Desde hace mucho que no hacía un capítulo así de este historia. Y sinceramente, creo que es uno o el más fuerte que he hecho 🤭

El haber introducido el segundo embarazo de Evie y Doug a este capítulo más el nacimiento del bebé de Jay y Lonnie fue una manera de introducirles a algunos de los nuevos personajes de la nueva generación.

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 31/08/2021.

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