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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟑: 𝐅𝐞𝐥𝐢𝐳 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐚𝐧̃𝐨

Lo sé, luego de semanas sin publicar por acá, ahora es que les estoy trayendo un nuevo capítulo.

Y no es que no tuviera tiempo de escribir, simplemente no tenía la inspiración ni las ganas para hacerlo (no ha pasado nada malo, por si pensaban eso).

Yo escribo porque me gusta y lo hago como pasa tiempo, no por obligación. No quería publicar nada forzado ni de relleno. Eso no hubiera sido justo para ustedes los lectores ni mucho menos para mí que soy la que escribe.

Les agradezco su espera, aunque hayan habido algunas personas que insistían sobre saber cuando publicaría. Sé que la mayoría lo hacen con buena intención, pero algunas veces (no en esta ocasión) han sido algo ofensivos al pedirlo.

No es la primera vez que hablo de esto, y probablemente no sea la última, ya que es algo que le ha pasado a la mayoría de las personas que conozco de esta plataforma.

Es bueno que comenten queriendo tener más que leer, pero algunas personas lo hacen sentir como una obligación, y eso no es bueno.

Los que quieran ser lectores fantasmas adelante, ya que están en todo su derecho. Pero los que sí comentan, no se limiten a sólo comentar por las actualizaciones.
Y no lo digo solo para mí, sino también para el resto de los escritores.

Dicho esto, espero que disfruten este capítulo💕

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Mal's POV:
Me moví un poco, abriendo los ojos con pesadez. Dejamos la cortina mal cerrada anoche, así que está entrando un poco de luz desde afuera.

Levanté la cabeza al oír que Ben decía cosas incomprensibles en medio de su sueño. Sonreí al ver lo tierno que se ve. Volví a apoyar mi cabeza en su pecho y cerré los ojos.

Creo que alrededor de media hora después, comenzó a despertarse. Volví a mirarlo.

-Buenos días, mi rey.

Él abrió sus ojos y me sonrió. Besó mis labios cortamente.

-Buenos días, cielo.

Se estiró un poco y volvió a rodearme con sus brazos.

-¿Pudiste dormir bien? - preguntó, pasando una mano sobre mi ya abultado estómago.

-Sí, gracias a que alguien estuvo cuidándonos toda la noche.

Sonrió.

-¿Y tú? - le pregunté, pasando mis manos por su cabello.

-Se podría decir que bien. Cuando me acosté de nuevo me costó mucho quedarme dormido.

-Lo siento, sé que te desperté muy tarde-me disculpé.

-Tranquila, no fue nada. Sabes que estoy dispuesto a despertarme a cualquier hora si el bebé y tú necesitan algo-dijo, besando mi frente.

No pude evitar sonreír al oírlo.

-Aunque ese antojo de comer helado de noche se te ha hecho una costumbre.

Reí.

-Bueno, no puedes quejarte ya que siempre termino dándote varias cucharadas.

-Tienes razón-siguió mi risa.

Conversamos un rato hasta que los niños se despertaron. Nos levantamos de la cama y caminamos hasta el otro lado del pasillo.

Al abrir la puerta y oír nuestros pasos, ambos comenzaron a balbucear.

-Se despertaron con mucha energía-dije riendo.

Nos paramos frente a sus cunas y volvimos a reír al ver que los dos estaban parados, con sus manitas apoyadas sobre el borde de madera.

-Espero que sigan así de contentos cuando los llevemos con su pediatra. No queremos que se repita lo de la última vez-dijo Ben.

Es cierto, ya que la última vez se alteraron mucho al momento de ponerles las vacunas. No pararon de llorar durante un buen rato. De regreso en el auto, Mason seguía llorando y Ava parecía molesta.

Por suerte se tranquilizaron poco después de llegar al castillo.

-Mamá-dijo Ava, extendiendo sus brazos hacia mí.

La levanté con cuidado y dejé que apoyara sus piernas en mi cadera para que no aplastara mi estómago.

-Buenos días, mi amor.

Llené sus mejillas de besos y se rió.

Max estaba igual que ella pero en los brazos de su papá.

Les cambiamos sus pañales y bajamos a desayunar. Tanto mi papá como Bella y Adam nos esperaban en la mesa. Los saludamos y nos sentamos a comer.

Luego de algunos minutos, le serví un poco más de frutas a los niños y dejé que siguieran comiendo solos.

Debemos apurarnos sino queremos llegar tarde a la consulta médica de los mellizos y a mi cita con la obstetra.

-Me gustaría que vengas con nosotros, papá.

El nombrado me miró.

-¿Segura, hija?

-Sí. Nunca has venido a ninguna de las ecografías, y me gustaría que estés ahí hoy.

Tomó mi mano.

-De acuerdo, iré con ustedes.

Sonreí.

(...)

Estamos sentados en una de las salas de espera del hospital. Max está sentado sobre mi regazo y Ava sobre el de Ben.

Mi papá los está entreteniendo, jugando con ellos y sus peluches.

-¿Cómo vamos a hacer ahora que adelantaron tu cita? - me preguntó Ben.

La doctora tuvo que adelantarla una hora y media debido a un parto que programaron de emergencia para ese momento.

-No lo sé. Apenas tenemos diez minutos de diferencia para llegar a cada una, así que es imposible que pueda estar ahí con ustedes.

Hice pucheros y Ben me miró enternecido. Él sabe lo importante que es para mí estar en todo lo que involucra a nuestros hijos.

-Tal vez podría ir yo sólo y los alcanzo a ustedes al salir-pasó una de sus manos por mi mejilla.

-¿Crees que vas a poder sólo con ellos luego de la otra vez?

-Que poca fe me tienes-dijo, haciéndose el ofendido.

Reí y besé su mejilla.

-Sabes que no es eso.

Acarició mi mano.

-Se nota que tu papá está ilusionado por pasar ese momento contigo, así que él debe quedarse.

Observé a mi papá. Está haciéndoles muecas a los niños para hacerlos reír. Ninguno de los tres le está prestando atención a nuestra conversación.

-Bien, pero si algo sale mal tienes que llamarme para que vaya, ¿sí?

Soltó una risotada.

-De acuerdo.

Volví a apoyar mi cabeza sobre su hombro hasta que fue el momento de que se fueran.

Nos pusimos de pie, cargando a los niños. Max puso su mano en mi cabello y comenzó a jugar con él.

-¿Quieren que los lleve yo? - nos preguntó mi papá, imitando nuestra acción.

-No, Ben irá con ellos y tú te quedarás conmigo.

Tomé su mano.

-Adam y Bella han estado con nosotros antes, pero no sabes cuánto esperé que fuera posible que tú estuvieras aquí en un momento como este.

Mi papá sonrió.

-Si es lo que te hará feliz, entonces me quedo.

Lo abracé. Mason balbuceó, llamando nuestra atención, nos separamos riendo.

Pusimos a los mellizos dentro de su coche. Me agaché para quedar a su altura.

-Háganle caso a su papá mientras que su abuelo y yo no estamos con ustedes, ¿ok?

Ava y Max se rieron y me miraron. Puse mi mano frente a ellos y los dos la rodearon con sus manitas.

-Los veo en un rato, mis angelitos.

Besé sus frentes.

Me reí cuando sentí que besaban mis mejillas. Aprendieron a hacerlo hace pocos días.

Mi papá se agachó para despedirse de ellos y Ben me ayudó a levantarme.

-Aunque no vaya a estar ahí, me gustaría que grabes algún vídeo del ultrasonido-acarició con cariño mi estómago.

-Lo haré-le dije sonriendo.

Pasé mis brazos alrededor de su cuello y lo besé. Estuvimos así varios segundos hasta que alguien se aclaró la garganta.

Reímos al ver que mi padre nos estaba observando de brazos cruzados. Aunque pude notar que Ben se puso algo nervioso.

-Creí que ya habíamos aclarado el tema de tus escenas de celos, papá-dije riéndome.

-Y yo recuerdo haberte dicho que costará mucho que me acostumbre a verlos así. Para mí, sigues siendo mi pequeña.

Negué con la cabeza, sonriendo por su actitud.
Abracé a mi esposo unos segundos más y dejé que se fueran.

-Despidánse de su mami y de su abuelo-dijo.

Nuestros hijos levantaron sus manitas y movieron los dedos. Nos reímos e imitamos su gesto.

Cruzaron la esquina en el pasillo y los perdimos de vista.

-Vayamonos de una vez, me vendría bien caminar un poco luego de tanto rato sentada-le pedí a mi papá.

-Ok.

Pasó su brazo alrededor de mí, abrazándome con delicadeza. Comenzamos a caminar.

-¿Tienen planeado hacer algo al salir de aquí? - me preguntó.

-Vamos a dejarle el sobre a Evie para la revelación de género del bebé y de ahí vamos directo al castillo, quedan algunos detalles por arreglar para el cumpleaños de los niños.

-No puedo creer que mis nietos cumplen un año en tres días. Han crecido mucho en estos meses que he estado con ustedes.

Sonreí al oír la nostalgia con la que hablaba.

-Me hubiera encantado estar junto a ustedes tres desde un principio, pero me dejé llevar por lo que siento por tu madre y caí en su hechizo. Sin contar todo lo que les hice estando así-bajó un poco la mirada.

-Papá, tú no tienes la culpa de nada-me miró- Tú mismo lo dijiste, caíste bajo su hechizo. Además de que en ese entonces no sabías lo que pasaba realmente, al igual que yo. Pero estos meses teniéndote de nuevo en mi vida no los cambiaría por nada.

<Nos has demostrado lo arrepentido que estás por todo, y eso es lo único que me importa. Luchaste por estar en nuestras vidas, y te preocupas por ellos y por mí. Eso compensa los años que estuvimos separados.

Se detuvo y me acercó a su pecho de manera paternal. Acepté con gusto el abrazo y sonreí.

-Mi pequeña bebé ya es toda una adulta, y tiene mucha madurez para su edad.

Reí.

Seguimos caminando con tranquilidad hasta llegar al consultorio de la doctora.

Llegamos justo a tiempo. Nos recibió con una sonrisa y nos dejó pasar. Ella es la que llevó el embarazo de los mellizos desde la primera ecografía, así que Ben y yo tenemos toda la confianza en que nos irá igual de bien con este bebé. Además, tanto con Ava y Max como ahora, ha sido totalmente profesional y no ha transmitido nada de información a los medios.

Le presenté a mi papá y comenzamos con la consulta. Fue lo mismo de siempre, preguntar sobre lo ocurrido en este último mes, tomar la presión y pesarme.

-Ya que veo que todo parece estar en orden, es momento de hacer el ultrasonido.

Mi papá tomó mi mano sonriendo.

Nos paramos de las sillas. Me ayudó a acostarme con cuidado y se sentó junto a mí.

-Pareciera que estás más nervioso que yo-me burlé.

-No puedes culparme, es la primera vez que vengo y estoy ansioso por ver a mi nieto.

La doctora y yo nos reímos.

-Créanme, esta reacción es más calmada que la de muchos abuelos que han venido.

Aplicó el gel sobre mi estómago y movió un poco el aparato hasta llegar al lugar correcto.
Se comenzaron a oír los latidos a través del monitor. Mi papá tenía los ojos llorosos, al igual que yo.

-Los latidos de su corazón llevan un ritmo normal.

Le bajó un poco el volumen y enfocó más la imagen. Lloré un poco al ver al bebé. Mi papá estaba igual, se notaba que hacía un esfuerzo por no ponerse así y eso me causó gracia.

Se acercó para besar mi frente y apretó el agarre de nuestras manos.

-¿Quieres averiguar que es ahora?

Sequé un poco las lágrimas de mis mejillas y negué.

-Estamos organizando una revelación para el día del cumpleaños de los niños.

-De acuerdo. Aunque supongo que el rey y sus padres también querrán ver esto, así que haré una grabación del ultrasonido y se las enviaré.

-Gracias.

Después de algunos minutos, ya todo estaba listo. Nos despedimos y salimos del consultorio.

Ben me escribió diciendo que nos esperaban en el estacionamiento, así que nos fuimos directo hasta allá.

Lo abracé y besé la frente de Mason cuando los encontramos.

-Ava se quedó dormida apenas la puse en su asiento.

Solté una risita y me incliné un poco para verla. Está abrazando su peluche y juega con el chupón en su boca. Acaricié su mejilla y sonrió levemente.

-Creo que no es la única con sueño.

Y vaya que mi papá tenía razón, ya que Max estaba haciendo su esfuerzo por no quedarse dormido. Pero a cada rato se le cierran sus ojitos.

-Es hora de dormir, pequeñín.

Lo tomé en mis brazos y caminé hasta el otro lado del auto. Abrí la puerta y lo acomodé en su asiento. No pasó un minuto cuando ya estaba igual que su hermana.

Mi papá se sentó entre ellos dos y Ben y yo nos sentamos adelante. Comenzamos a andar.

-Te compré fresas mientras que los esperábamos.

Besé su mejilla y agarré el envase. Las fui comiendo una por una hasta que se acabaron. Mientras tanto, nos pusimos a hablar.

-La doctora nos va a enviar un vídeo de la cita de hoy. Supongo que podremos verlo al llegar a casa.

Ben sonrió.

-¿Mis nietos te dieron muchos problemas hoy, mini Bestia? - preguntó mi papá.

No pude evitar reírme al oír el apodo.

-Estuvieron muy tranquilos. Lloraron un poco con las agujas, pero se tranquilizaron rápidamente. Están perfectos de salud y me dijo que volvamos en dos meses.

-Eso en un gran alivio, ya que hasta ahora no los habíamos podido traer luego de que se enfermaron-dije.

Hablamos un buen rato hasta que yo también me quedé dormida.

(...)

Ben y yo entramos a la habitación de nuestros hijos, con cuidado de no despertarlos.

Nos paramos frente a sus cunas, admirándolos con amor.

-Están tan grandes-dije en voz baja.

Mi esposo besó mi coronilla y pasó sus brazos alrededor de mí, dejando sus manos sobre mi estómago.

-Ustedes cuatro son mi mundo entero.

Sonreí y lo besé.

Nos miramos a los ojos al sentir algo rozar sus manos. Volvimos a sentirlo y mis ojos se cristalizaron.

-Está pateando-exclamé emocionada.

Ben sonrió. Se arrodilló y besó varias veces mi estómago.

-Que buen día para comenzar a moverte, mi hermoso angelito.

Reí al sentir como el bebé volvía a patear.

-Vas a crecer rodeado de mucho amor, al igual que tus hermanos. Tendrás a tu abuela, a tus dos abuelos, a tus tíos y primos, a dos hermanos mayores que te querrán mucho, a tu mami y a mí.

<< Y créeme, ya tengo a tu mamá tan consentida como cuando tus hermanos estaban en camino.

Volví a reír. Sentía las lágrimas rodar por mis mejillas, y no podría importarme menos en este momento.

-No puedo esperar por saber que eres hoy en la tarde. Y así seas una hermosa princesa o un guapo príncipe, te amo y te amaré con todo mi corazón.

Besó unas cuantas veces más mi estómago y se levantó del suelo. Nos abrazamos con fuerza. Dejé mi rostro entre su cuello y su hombro y me quedé así un buen rato.

Nos separamos al notar que los niños comenzaban a despertarse.

Oímos el pequeño bostezo de Max, seguido por el de Ava. Nos miraron sonriendo al abrir sus ojos.

-Feliz primer año, mis amores-dijo Ben.

Nuestros hijos rieron. Los sacamos de sus cunas y besamos repetidas veces los cachetes de los dos, haciéndolos reír fuertemente.

Los cambiamos y nos sentamos en el sillón. Se nota que tenían mucha hambre, ya que apenas los acomodé para amamantarlos comenzaron a comer.

-Esto me recuerda a la primera vez que los tuvimos en nuestros brazos hace exactamente un año.

Sonreí y apoyé mi cabeza sobre su hombro.

Después de algunos minutos, bajamos hasta el suelo y nos sentamos. Los dejamos que jugaran sobre la alfombra. De vez en cuando nos pasan algunos de sus juguetes, indicando que quieren que los ayudemos.

-Veo que los cumpleañeros ya se despertaron.

Los niños dejaron de apilar los bloques de colores y se giraron al oír la voz de Bella. Adam está a su lado.

-Abue..llos-articularon con dificultad la segunda sílaba.

Los cuatro nos reímos.

Apenas saben decir bien mamá y papá. Intentan decir abuela o abuelo, pero se les corta entre las sílabas o ponen letras de más. Del resto, saben indicar cuando tienen hambre, sueño o quieren jugar.

Se levantaron con rapidez y caminaron hasta sus abuelos.

-Mis pequeños ya han crecido mucho-exclamó mi suegro antes de hacerles cosquillas. 

Bella besó sus frentes y los abrazó.

-Espero que estos pequeños monstruos no se hayan olvidado de su otro abuelo. El más importante, por cierto-dijo mi papá desde la puerta.

Rodee los ojos con diversión por lo último.

Se agachó y extendió sus brazos hacia ellos. Los mellizos volvieron a emocionarse. Se separaron de Bella y Adam y corrieron hacia él.

Nos reímos al ver como se reían a carcajadas porque mi papá los cargó en el aire y comenzó a hacerles cosquillas.

Cuando ya estuvieron más tranquilos, los dejó de nuevo en el suelo. Max y Ava volvieron con sus bloques y peluches, así que Bella, Adam y Ben se sentaron junto a ellos para ayudarlos.

Mi papá se sentó junto a mí y besó mi frente.

-¿Ha sucedido algo nuevo con mi nieto en las últimas horas?

-Sí-dije sonriendo.

Tomé su mano y la guíe hasta mi estómago. Después de unos cuantos segundos, comenzó a patear. Mi papá me miró con emoción.

-Creo que reconoce tu voz, ya que hizo lo mismo cuando le hablaste a los niños.

Me abrazó y acercó su rostro a mi barriga.

-Estoy feliz de que ya sepas quien soy, pequeño. Pero por favor no hagas enojar a tu mamá por tantas patadas, que luego la pagamos los demás.

Le di un leve golpe en la cabeza y se rió.

-Quién lo diría, el Dios del Inframundo siendo tierno-se burló mi suegro.

-Cállate, Bestia. Porque gané la apuesta de a quien reconocería primero.

Todos reímos.

(...)

Nos quedamos jugando con los niños durante un buen rato hasta ya nadie aguantaba las ganas de desayunar.

La Señora Potts se esmeró con hacerles algo especial a mis hijos por este día, ya que hasta les cortó los trozos de fruta con formas.

Desde hace varios días habíamos decidido que pasaríamos unas cuantas horas en familia en el Lago Encantado. Apenas terminamos de comer nos arreglamos y guardamos todo lo necesario para irnos. De modo que cuando volviéramos, aún fuera temprano para revisar los últimos detalles de la fiesta.

No habíamos tenido momentos como ese desde que volvimos de las vacaciones hace un mes, así que fue muy lindo pasar tiempo juntos. Evidentemente no faltaron las competencias entre mi papá y mi suegro, ya que las han habido desde que se abrió la barrera.

Pero sé que hacen lo posible por llevarse bien porque saben lo importante que es para Ben y para mí.

Les dimos algunos de sus regalos a los niños al volver, ya que Bella y Adam no lograron aguantar hasta más tarde. Como apenas tienen un año, son más que todo libros que podemos leerles, juguetes y cosas por el estilo, aún así se pusieron muy contentos y eso no pudo hacerme más feliz.

Los invitados están comenzando a llegar al castillo, así que ya debemos bajar.

Me puse con cuidado los zapatos y me levanté del sillón.

Evie se lució con los bordados del vestido. Como extra, se puede quitar una parte para que quede más corto, lo cual será más cómodo. Y para mi suerte, ella y Dizzy me diseñaron unos tacones que podré aguantar al menos unas horas.

Caminé hasta la habitación de los niños y sonreí al ver que ya estaban listos.

-Están hermosos, mis amores.

Los niños se rieron al oírme. Cargué a Ava con cuidado y Ben tomó a Mason.

-¿Vamos? - me preguntó, extendiendo su mano hacia mí.

La agarré sonriendo.

Bajamos las escaleras. Lumière y Ding Dong anunciaron nuestra llegada. Saludamos a los invitados al entrar al jardín.

Casi todos nuestros amigos ya llegaron, así que nos fuimos con ellos.

-Aquí vienen nuestros sobrinos los cumpleañeros-dijo Carlos.

Todos comenzaron a hacerles ruidos y muecas, los niños se rieron a carcajadas.

-Feliz cumpleaños, campeón.

Jay extendió su puño hacia Max. Mi hijo imitó el gesto y lo chocó.

-Y feliz cumpleaños a ti también, princesita.

Ava se rió cuando la hija de Mulán la cargó y le hizo cosquillas.

¿Recuerdan que Ben y yo hablamos de que Jay y Lonnie andaban raros antes de volver de su luna de miel?
Bueno, pues resulta que ahora voy a ser tía de una mini Lonnie o un mini Jay.

Ellos no quisieron decirnos nada hasta que lo confirmaron con los análisis. Pero nos lo dijeron en el baby shower del bebé de Audrey y Chad.

Audrey ya tiene casi ocho meses de embarazo y Lonnie va a mediados del segundo. Ambas han estado muy apegadas a los niños y a Emma desde entonces.

El resto del grupo los felicitó, así que los niños pasaron de brazo en brazo hasta que volvieron con Ben y conmigo.

-Mi ahijada y mi sobrino se ven hermosos. Y claramente es así, porque yo fui quien diseñó su ropa.

Reí al oír la voz de Evie detrás de mí. La abracé y besé la frente de Emma.

Doug también nos saludó. Todos nos dirigimos a una de las mesas y nos pusimos a hablar mientras que los niños juegan en una manta sobre el suelo.

Tanto mis hijos como mi sobrina se ven demasiado adorables. Me parece muy lindo el hecho de que aunque Emma es varios meses menor que ellos, los tres se llevan muy bien.

Chip y Melody también llegaron hace un rato. Su bebé apenas tiene un mes, así que lo han mantenido durmiendo dentro de su coche.

Tengo mi cabeza apoyada sobre el hombro de Ben mientras que él acaricia mi espalda. Eso me relaja bastante.

-Siento interrumpirlos chicos, pero es hora de que anoten que creen que será el bebé-nos dijo Bella.

-Gracias por avisanos, mamá.

La madre de Ben sonrió y volvió a irse a hablar con el Hada Madrina y los padres de Chad.

Mi esposo me ayudó a levantarme. Los demás ya habían escrito lo que creían cuando llegaron.

Hicimos algo parecido a lo que organizamos para la revelación de los mellizos. En un muro de enredaderas de flores todos los invitados fueron anotando que piensan que será. Sólo que esta vez escogimos poner unas llamas de fuego azules para niño y unas rosas rojas para niña.

Ben y yo sonreímos y pusimos una rosa roja con nuestros nombres.

Esta vez, la única que sabe es Evie ya que ella nos ayudó con esta parte de la fiesta. Se ha mantenido firme y se ha negado a decirnos que es.

Mi papá y Ben estuvieron a punto de abrir el sobre varias veces de camino a la casa de mi mejor amiga, menos mal que me desperté a tiempo y évité que lo abrieran.

Los niños se acercaron a nosotros cuando volvimos a la mesa. Nos agachamos junto a ellos para jugar.

(...)

Pasamos varias de las horas hablando, bailando y jugando con nuestros hijos.

En este momento, estamos sentados con Bella, Adam y mi papá. Ava y Max llevan unos cuantos minutos entretenidos con el cabello de mi papá. Intentan apagarlo soplándolo o moviendo sus manos.

Nos da gracia porque ya les hemos explicado varias veces que eso no funciona, pero igual siguen intentándolo.

-¿Ya escogieron a la madrina y al padrino? - nos preguntó Adam.

-No, aún no, pero esperamos hacerlo en los próximos meses-respondió Ben.

Mason extendió sus manos hacia mí. Lo senté en mis piernas y dejé que jugara con mi collar.

-Chicos, es hora de la revelación-canturreó Evie, poniéndose a nuestro lado.

Ben me sonrió.

Los cinco nos levantamos de la mesa. Ava y Max están caminado con sus manos agarradas a las nuestras.

Tanto nuestros amigos como los demás invitados se acercaron a nosotros. Cargamos a los niños. Los dos nos miran con curiosidad al no entender lo que está pasando.

Evie y Jane le entregaron a todos tubos que contienen humo y confeti.

-Si es morado es niña, y si es azul es niño-explicó la prometida de Carlos.

Ben pasó su brazo por mi cintura. Pude percibir ese brillo en sus ojos, ese que he visto cada vez que sucede algo importante de nuestros hijos.

-A la cuenta de cinco, jalarán las cuerdas-avisó Jay.

Todos siguieron la indicación.

-5, 4, 3, 2, 1 ...

Lo siguiente que oímos, fueron los gritos de emoción de nuestra familia y amigos.

Abracé a Ben y a los niños con fuerza, con las lágrimas recorriendo mis mejillas. Juntamos nuestras frentes sin dejar de sonreír.

A nuestro alrededor se puede percibir todo el humo y confeti morado.

-Tendremos otra princesita-me dijo, con sus ojos igual de cristalizados que los míos.

Reí y uní nuestros labios.

Nuestros hijos balbucearon, haciendo que nos separaramos riendo.

-¿Oyeron eso mis amores? Tendrán una hermanita- les dije.

-Emañita- dijeron al unísono

Volvimos a reírnos y besamos sus rostros varias veces, provocando sus risas.

Pasamos varios minutos abrazados entre los cuatro.

Ben tomó a Max cuando mi papá se acercó a abrazarme.

-Tendré otra nieta.

Sonreí. Escondí mi rostro en su pecho y lo abracé. Luego de algunos segundos me di cuenta de algo.

-¿Papá, estás llorando? - le pregunté.

-Cállate, Igna.

Ambos nos reímos. Besó mi frente y me soltó.

Bella y Adam fueron los siguientes en abrazarme. Evie, Jay y Carlos los siguieron.

Las personas nos felicitaron.

Mason y Ava comenzaron a ponerse inquietos, así que supimos que ya tenían hambre y era el momento de que probaran el pastel.

Los llevamos hasta una mesa debajo de un toldo, donde se encontraban diversos dulces y el pastel. Reunimos a los invitados.

Mi papá se puso a mí lado, cargando a Ava. Mis suegros se pararon al lado de Ben.

Cantamos el feliz cumpleaños. Acercamos con cuidado a los niños para que soplaran la vela. Imitaron el gesto que estábamos haciéndoles y lo lograron.

Todos aplaudieron, incluyendo a Emma y a mis hijos.

-Feliz cumpleaños. Los amo con todo mi corazón-les dije.

-Son uno de los mayores orgullos de su mami y yo-continuó mi marido.

Ellos sonrieron y nos abrazaron.

(...)

Ben y yo estamos bailando una canción lenta. Me cansé de los tacones, así que me los quité. A Ben se le ocurrió que pusiera mis pies sobre los suyos, prácticamente me está cargando para poder llevar el ritmo.

Reí al ver como mi papá y Adam iban por todo el jardín, persiguiendo a los niños.

Cuando voltee mi mirada, me encontré con la de Ben. Está observando todo mi rostro con una sonrisa.

-¿Qué?

-Nada, es solo que no puedo creer todo lo que hemos logrado juntos. Apoyándonos y cuidándonos el uno al otro.

Puse mi mano sobre su mejilla y la acaricié.

-No tengo ninguna duda de que estábamos destinados a estar juntos. Y créeme, no cambiaría nada de estos últimos años a tu lado.

Juntamos nuestras frentes.

-Ya lo creo. Prácticamente cinco años saliendo, alrededor de uno y medio de casados y uno y nueve meses siendo padres. Definitivamente han sido perfectos.

Me reí con ternura. Dimos una leve vuelta.

-Nuestros hijos han crecido rápido, pero estoy feliz de que podamos pasar tanto tiempo con ellos a pesar de todas nuestras responsabilidades.

Sonreímos al ver como se reían a carcajadas cuando sus abuelos los alcanzaron y comenzaron a hacerles cosquillas.

Nos miramos durante varios minutos.
Sus manos están entre mi cintura y mi estómago, así que no fue difícil que sintiera cuando la bebé pateó por su tacto.

Sonrió y besó mi coronilla.

-Te amo tanto-dijo casi en un susurro.

-Y yo te amo a ti.

Unimos nuestros labios y nos quedamos abrazados.

La vida nos ha puesto muchos obstáculos, pero sé que sin ellos nada sería como es ahora. Y amo mi vida tal y como es. Con mis amigos, mis suegros, mi papá, mi esposo y mis hijos.

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¿Quienes se esperaban de que fuera otra niña? 💜😍💜

Aunque no lo crean, tenía esta idea desde que estaba terminando el primer libro. Y empezando este año encontré el nombre ideal para ella, el cual descubrirán pronto.

Es cierto que de verdad no sé quiénes serán los padrinos, así que me ayudaría mucho sí me dan sugerencias acá en los comentarios.

A pesar de que tenía muchas ideas claras, no saben cuánto me costó poder escribir este capítulo.

Espero que no hayan sentido que habían cosas de relleno, ya que fue más largo que los anteriores.

Ya tengo la trama de los próximos dos capítulos, pero tengo un OS en mente y el capítulo seis de Liar, así que poco a poco iré escribiendolos.

¡Nos leemos pronto!

~Con amor, su escritora💕.

Publicado el 15/08/2020.

Editado el 19/07/2021.

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