
𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐: 𝐕𝐚𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬
En el capítulo anterior me pareció muy importante escibrir esa escena de Mal y Bella. Ya que Mal nunca tuvo una buena relación con Maléfica, pero Bella siempre la ha querido y cuidado a pesar de que no es su hija.
Este capítulo tendrá varias escenas de los mellizos y mucho Beal😂😍💜💙
Pronto se sabrá qué es el nuevo bebé, así que quiero que me escriban por acá que piensan que será.
--------------------------------------------------------
❥♛❥
⊱ ────── {.⋅ ✯ ⋅.} ────── ⊰
⊱ ────── {.⋅ ✯ ⋅.} ────── ⊰
❥♛❥
Mal's POV:
Abrí la puerta del auto y dejé mis piernas colgando hacia afuera.
-Papá, estamos bien. Apenas estamos llegando.
-Sólo quería asegurarme, recuerda que se ha dicho que en los próximos días nevará hacia donde están. No es bueno tener nieve en una carretera.
-Quédate tranquilo, los cinco estaremos bien. Solo pasaremos aquí una semana.
-Lo sé, pero no había estado tantos días alejado de ti y de mis nietos desde que llegué.
Me dio ternura la cara que puso.
-Te amo, papá.
-Y yo a ti, mi niña.
Sonreí.
-Debo colgar, los niños se despertaron hace poco y debemos sacar las cosas.
-Está bien.
-Si pueden, tomen fotos de mis nietos con la nieve- se oyó la voz de mi suegro.
Reí.
-Lo haremos.
Me despedí de mi papá y colgué la video llamada.
-¿Lista? - me preguntó Ben.
Asentí.
Tomó mi mano y me ayudó a bajarme.
-Hace bastante frío.
-Por suerte, adentro tenemos una chimenea.
-Sí-hice una pequeña pausa- ¿Queda algo por bajar? - pregunté.
-Sólo a los mellizos. Dejé todo adentro mientras que hablabas con tu papá.
-Te dije que quería ayudarte.
-Y yo te prometí que estas vacaciones serían para que descanses. Sé que puedes hacer muchas cosas por ti misma, pero te mereces unos días de relajación.
Puso una mano sobre mi estómago y sonreí.
Abrimos las puertas traseras del auto.
-¿Durmieron bien, mis amores?
Ambos rieron al oírme.
Tomé las pocas cosas que Ava tenía con ella y la cargué.
Ben aseguró las puertas, con Max en brazos, y caminamos hacia la cabaña.
-¿Aún tienes sueño, pequeña?
Frotó sus ojitos con su puño.
-Tranquila, ustedes podrán seguir durmiendo todo lo que quieran cuando armemos sus cunas.
Besé su frente y me sonrió.
Cerramos la puerta de entrada y me senté sobre el sillón de la sala.
-Nunca los habíamos traído para acá.
Ben y Mason se sentaron junto a nosotras.
-Bueno digamos, que la última vez no hubiera sido buena decisión traerlos con todo lo que hicimos.
Me reí y lo miré.
-Los amo mucho. A ti-puse una mano sobre su mejilla- a estos dos angelitos-los niños rieron al saber que hablaba de ellos- y al bebé.
Besó mi coronilla y nos quedamos abrazados unos minutos.
-Debemos arreglar todo para descansar-le dije.
Bostecé y me apoyé sobre su hombro.
-Creo que tú también necesitas dormir un rato.
Asentí y me pegué más a él. Sentí como sonreía por sobre mi cabeza.
-Ahora debo encargarme de cuatro bebés en vez de dos.
Le saqué la lengua y se rió.
Nos levantamos del sillón y subimos las escaleras.
(...)
Posé mi mano sobre la ventana, viendo como caen unos pocos copos de nieve desde el cielo.
Empezó a nevar anoche, pero ya era muy tarde y no pudimos sacar a los niños a que jugaran.
Es nuestro tercer día aquí, y realmente necesitamos este descanso.
Estoy sentada en un especie de asiento pegado a la ventana de la habitación. Haciendo esto para distraerme, porque no me desperté muy bien.
Desde hace varios años que he intentado superar ese momento. Nadie lo sabe, ni siquiera Ben. Esperaba decírselo más adelante, pero este sueño me dejó peor que las pocas veces que había recordado esto.
Puse mis dos manos sobre mi estómago y suspiré.
Quité las pocas lágrimas que habían sobre mis pómulos.
Sentí las manos de Ben apoyándose sobre las mías y devolví la mirada a la nieve.
-Buenos días, mi reina.
Besó mi mejilla y dejó su cabeza sobre la mía.
-¿Te sientes bien? Porque me pareció raro no encontrarte a mi lado cuando desperté. Hasta que te vi aquí sentada.
Agarré aire y tomé sus manos entre las mías.
-Hay algo que no te he dicho, cariño. Y no sé qué pensarás, porque estuve mucho tiempo ocultándolo.
Me dio la vuelta con cuidado y se agachó frente a mí. Besó mis nudillos y apretó nuestras manos entrelazadas.
-Sea lo que sea no me molestaré contigo. Te entenderé y apoyaré. Siempre lo he hecho y siempre lo haré.
Bajé la mirada y comencé a llorar. Sabía que esto pasaría cuando decidiera contárselo.
Me cargó y me sentó sobre su regazo.
-Lo siento tanto.
Al decir eso escondí mi cara en su cuello.
Pasó sus manos por mi espalda y mi cabello, intentando relajarme.
Luego de unos minutos, me animé a hablarle.
-¿Te acuerdas de la conversación que tuvimos hace casi 4 años? Cuándo recién empezamos a hablar en serio sobre...
-Sobre formar una familia.
-Sí.
Debo decírselo, sino cargaré con esto más tiempo.
-Fue una buena decisión hacernos esas pruebas. Así podíamos estar seguros de que podríamos tener una familia o no. Pero...
-Pasó algo que no me dijiste en esa ocasión, ¿cierto?
Asentí.
-Los días que esperamos por los resultados tuviste que irte de viaje y no dije nada porque no quería preocuparte. Hubieras querido quedarte y era importante que fueras.
-Tienes razón, si me hubieras dicho que algo pasaba me hubiera quedado contigo.
Acarició mi mejilla, indicando que puedo confiar en él para decirle.
-El día que te fuiste, caí en cuenta de cuanto me afectaba haber hecho esas pruebas. Jamás olvidaré tu expresión y lo ilusionado que estabas porque todo saliera bien. Entré en pánico al darme cuenta de que si los resultados no eran positivos, te iba a quitar eso, la posibilidad de tener hijos propios.
<<Y sí, sé que hablamos de considerar la opción de adoptar si no era posible. Pero también sé que soñabas con que pudiera quedar embarazada y estar a mi lado en todo ese proceso.
<<Tenía miedo de que te decepcionaras si no se podía. Porque era un sueño que teníamos para nuestro futuro.
Secó mis lágrimas.
-Yo jamás he estado ni estaré decepcionado de ti. Y si no se hubiera podido, hubiéramos encontrado la solución. Además de que también podría haber sido yo el que no pudiera tener hijos.
-Lo sé. Pero es que... - tomé aire y me calmé- Estaba muy asustada por los resultados. Siempre tuve el miedo de ser como mi madre, de dañar a las personas. Y sé que hubiera sido muy duro para ambos.
<<Antes de estar contigo, estaba segura de que no tendría hijos. Porque sabía que existía la probabilidad de ser como ella, un monstruo y... Cambie de opinión al darme cuenta de que podía ser algo más que su sombra. Tú me hiciste darme cuenta de eso.
Lo miré a los ojos e intenté no seguir llorando.
-Y jamás me hubiera perdonado si te hubiera quitado ese sueño, no podía luego de todo lo que has hecho por mí.
Sollocé.
-Me hubiera gustado que me dijeras esto antes y no te lo hubieras guardado por tanto tiempo. Pero aprecio mucho que me lo digas ahora, porque demuestra que confías en mí-me dijo.
Me acurruqué más sobre su pecho.
-Lo que tenemos no lo cambiaría por nada. Y aunque las cosas hubieran sucedido de otra manera, no me apartaría de tu lado. Nunca.
Llenó mis mejillas de besos y me sonrió.
-Te tengo a ti y a unos hermosos hijos, mi vida es perfecta tal y como es.
-Gracias por todo lo que has hecho por mí. Te prometo que más nunca te ocultaré algo como esto. Eres mi esposo, mereces saber todas estas cosas.
-No tienes nada porqué agradecerme- dejó una mano sobre mi estómago y lo acarició- Está bien que algunas cosas no me las digas desde un principio, tienes derecho a tener cosas que solo tú sabes.
-No hay más nada que ocultar-le dije, con una pequeña sonrisa.
Lo besé y volví a esconder mi rostro en su cuello.
Se levantó, conmigo en sus brazos, y caminó hasta la cama.
Puso las sábanas sobre nosotros y dejó sus labios sobre mi coronilla.
-Te amo muchísimo, Ben.
Al mirar sus ojos, no pude evitar perderme en ellos.
Me siento tan segura y protegida cuando estoy con él.
-Y yo te amo a ti, mi vida.
Cerré los ojos y me quedé dormida.
(...)
-¿Dónde están mis bebés?
Aparté la cobija de mi rostro.
-Aquí están.
Max y Ava rieron y balbucearon.
Estoy sentada en el piso frente al sillón, ellos están a poco más de un metro de mí.
-¿Dónde están mis bebés?- volví a preguntar.
Sentí como sus manitas jalaban la cobija.
-Aquí están.
Volvieron a reír y dieron unos pocos pasos hasta mí.
-Los amo mucho a los dos, mis amores.
Los abracé y ambos rieron.
-¿Puedo unirme al abrazo?
Sonreí.
-Claro que puedes, amor.
Se agachó, pasó un brazo por mis hombros y otro por sobre nuestros hijos.
Besó las frentes de cada uno.
-¿Están listos?
Miramos a los niños.
Mason tiene unas botas negras, guantes amarillos, pantalones oscuros, una camisa manga larga azul y amarilla, un gorro azul oscuro, un abrigo del mismo color y una bufanda amarilla.
Ava está vestida muy parecida, solo que tiene una falda sobre los pantalones y los colores son morado, negro y verde.
Obviamente todo esto es confección de Evie, quien se los regaló para el viaje.
-Se ven adorables.
Les tomé una foto con mi teléfono.
Nos levantamos del suelo y cada uno cargó a uno de los mellizos.
Luego de colocarnos nuestros abrigos, Ben abrió la puerta y salimos al patio.
Los dos se pusieron inquietos al ver su alrededor.
-Tranquilos, esperen un momento-dijo mi esposo riéndose.
Llegamos a la parte cerca de los árboles y los dejamos en el suelo. Saqué mi teléfono para grabar. Ben se puso a su altura y tomó una mano de cada uno.
-Hagánnos caso a mí y a su mamá, ¿ok?.
Sonrieron.
Soltó sus manos y ambos empezaron a correr. Nos dio gracia ya que apenas y saben caminar.
Tomaron la nieve con sus manos y se sentaron sobre ella.
Guardé mi teléfono en un bolsillo y los miré sin dejar de sonreír.
-En un mes cumplen un año.
Dejé que sus brazos me rodearan.
-Tengo algunas ideas para lo que haremos ese día, y espero que me ayudes.
-Será un placer, mi princesa malvada.
Juntamos nuestras frentes.
Alcanzamos a los niños y nos sentamos junto a ellos.
-¿Quieren hacer un muñeco de nieve? - les pregunté.
Ellos aplaudieron emocionados.
-Puedo entrar a buscar algunas cosas que nos sirvan para decorarlo.
-Ok.
Ben volvió unos minutos después. Comenzamos a armar el muñeco.
Los ayudamos a hacerlo y decorarlo. Tomé varias fotos para enviarselas a mis suegros y a mi papá.
Aunque en cierto momento, se volvió una mini guerra de bolas de nieve entre los mellizos.
Dejé de grabar al sentir como un poco de nieve impactaba sobre mi cara. Oí su risa a mi lado.
-Con que así quieres jugar, Florean-le dije con una ceja alzada.
Me levanté y la nieve impactó sobre su espalda.
Comencé a correr mientras que me reía, siendo perseguida por él.
Al atraparme caímos sobre la nieve, sin parar de reírnos.
Aparté algunos mechones de su cabello. Tomé con mis manos sus mejillas y uní nuestros labios. Él me siguió el beso y rozamos nuestras narices al separarnos.
-Ma...ma, Pa...pa.
Sonreímos y miramos a los niños.
-Vengan aquí.
Gatearon hasta nosotros y se rieron a carcajadas cuando comenzamos a hacerles cosquillas.
Nos quitamos parte de la nieve que teníamos encima y nos sentamos al lado de uno de los árboles.
Ben apoyó su espalda contra el tronco y yo la mía contra su pecho.
Ava y Max están sentados junto a nosotros jugando con la nieve.
Pusieron sus manitas sobre mi estómago y sonreí.
-Les prometo que cuando nazca su nuevo hermano o hermana, seguiremos pasando tiempo con ustedes.
Ellos me sonrieron y apoyaron sus cabezitas sobre mi pecho.
Los abracé y besé sus sienes.
No sé ni en qué momento comencé a llorar, pero mi di cuenta cuando Ben pasó sus manos sobre mis cachetes para secarlos.
-Te ves muy tierna. Más bien, los tres se ven bien muy tiernos.
Arrugué la nariz y giré un poco mi cabeza para mirarlo.
-Quiero que volvamos luego de que nazca el bebé.
-Te prometo que lo haremos.
Besó la punta de mi nariz y volví a quedarme como estaba antes.
(...)
Sonreí al ver a los niños.
Están durmiendo su siesta. Probablemente duren un buen rato así, ya que hoy volvió a nevar y estuvimos bastante rato jugando con ellos afuera.
Acomodé sus cobijas y besé las frentes de ambos.
Mason empezó a moverse dormido. Está haciendo pucheros y pareciera que va a llorar.
Lo saqué con cuidado de no despertarlo. Por reflejo dejó su rostro en mi cuello.
-Tranquilo, príncipe. Mami está aquí para cuidarte.
Lo mecí un poco y volvió a tranquilizarse. Me aseguré de que quedara bien arropado y besé su frente de nuevo.
Cerré un poco más las cortinas y apagué la lámpara.
Bajé las escaleras con tranquilidad. El olor de la comida es demasiado bueno.
Ben me sonrió cuando me vio de nuevo en la cocina.
-¿Siguen dormidos? - me preguntó.
-Sí.
Pasé mis brazos por su torso y apoyé mi cabeza sobre su hombro.
-¿Qué estás cocinando?
-Pasta carbonara.
-Um, con razón ya huele tan bien.
Rió y tomó una de mis manos.
-Tardará un rato, así que puedes comer algo mientras tanto.
-Bien, porque este bebé y yo morimos de hambre.
Volvió a reírse y soltó mi mano.
Tomé una cuchara y caminé hasta el refrigerador. Saqué el envase lleno de helado.
Me senté sobre el mueble de mármol, a pocos metros de él.
-¿Cómo puedes comer tanto helado con el frío que hace afuera? - preguntó divertido.
Me encogí de hombros.
-Aquí adentro no hace frío. Y creo que estos cuatro meses nos han mostrado que es uno de mis antojos aparte de las fresas.
Él sonrió.
-¿Puedo comer un poco?
Asentí sonriendo.
Le di la cuchara y me la devolvió luego de unas cuantas probadas. Me reí.
-¿Qué?
-Tienes una mancha aquí-dije señalando por sobre sus labios.
Intentó quitársela y terminó regándola más. Rodee los ojos con diversión.
Besé sus labios y quité el helado.
-No me llevarás a ningún lado-me dijo sonriendo.
Reí enternecida, recordando las ocasiones en que hemos dicho esa misma frase.
Siguió cocinando y yo seguí con el helado.
-Chip llamó cuando entraste a bañarte, Melody ya dio a luz.
-Así que tu nuevo ahijado ya nació.
-Sí. Le dije que los llamaríamos más tarde cuando ya hayan podido descansar un poco y estén más tranquilos.
-Hubiera sido lindo ir a verlos. Ellos fueron de las primeras personas en visitarnos cuando Ava y Max nacieron.
-Chip me dijo que harán una reunión unos días después de que volvamos, así que podremos conocerlo ese día.
-Hablando de parejas, Jay y Lonnie vuelven la próxima semana-dije.
-Estaban algo raros la última vez que hablamos con ellos.
-Sea lo que sea que oculten lo sabremos ese día.
Comí unas cuantas cucharadas de mi helado de fresa y chocolate.
-Estuve hablando de algo con mi papá. Es sobre mis poderes.
Levantó la mirada de la olla frente a él.
-¿Qué te dijo?
-Quiere ayudarme a que pueda controlar mis poderes de semi-diosa. Aún tengo muchas cosas por aprender. Aunque lo que más me asusta es todo ese asunto de las proyecciones. Es difícil de hacer y puede agotar fácilmente.
-Cuentas con mi apoyo para lo que necesites.
Sonreí.
-¿Cuándo empezarán?
-No es muy bueno que esté usando mi magia ahora, así que supongo que después de unos meses de que nazca nuestro bebé.
Ben apagó la hornilla con la que estaba cocinando y se puso frente a mí.
-¿Qué crees que será? - preguntó, apartando algunos mechones de cabello de mi rostro.
-Honestamente no lo sé.
Apoyó su mentón sobre mi pierna. Acaricié su cabello.
-Me gustaría que sea una niña.
-A mí igual.
Sonrió y besó mi estómago.
-Pero lo que más me importa es que crezcas sano, mi angelito.
Volvió a besar mi estómago varias veces.
-¿Cómo te has sentido hoy? - preguntó con los ojos cerrados.
Sé cuánto le relaja que acaricie su pelo, se ve tan tranquilo.
-Bastante bien. Los primeros meses de este embarazo han sido más fáciles que el de los mellizos. He tenido menos mareos y las náuseas pararon los días antes de la boda de Jay y Lonnie. Y he tenido a mi esposo consintiéndome y cuidándome todo el tiempo.
Abrió los ojos y besó mis nudillos.
Al levantarse, tomó el envase con el helado.
-Hey-le reclamé.
-Comiste casi todo, guarda algo de espacio para la cena.
Me crucé de brazos como niña pequeña.
Él solo sonrió por mi actitud. Pasó sus brazos por mi cintura.
-No estás molesta conmigo, ¿o sí?
Intenté no sonreír al ver la expresión que tenía, pero no pude aguantarme.
-Es tan difícil molestarme contigo. Más cuando me pones esas caras-dije apretando sus mejillas.
Dejé mis brazos alrededor de su cuello.
-Te amo-besó mi frente- Te amo-besó mis mejillas- Te amo-dejó un corto beso sobre mis labios.
Lo tomé por la nuca y uní de nuevo nuestros labios.
Aún siento el sabor de fresa y chocolate en mi boca, pero no es nada comparado a la suya.
Mordió con suavidad mi labio inferior y jadee.
-Podemos parar en este momento si quieres.
Su voz ronca solo hizo que mis hormonas se alborotaran más.
-Ven aquí.
Al decir eso, rodee sus caderas con mis piernas y seguí besándolo.
Sus manos pasaron de estar en mi cintura a posarse poco más arriba de mis rodillas.
Entrelazamos nuestras lenguas, quedando más pegados el uno al otro.
Levanté el borde de su camiseta y se la quité, sin importarme donde terminaría.
Hizo un recorrido con sus labios desde detrás de mi oreja hasta el final de mi cuello.
Sus manos recorren mis piernas mientras que las mías están sobre su pecho.
Estuvo a punto de quitar el vestido que tengo puesto hasta que oímos que los niños hacían ruido arriba.
-Rayos.
Solté una risita por lo que dijo.
-Supongo que ya deberíamos de estar acostumbrados a que esto pase.
-Sí, aunque al menos no fue como ayer. Nos interrumpieron en el peor momento.
Ambos reímos.
-¿Quieres que suba a verlos? - me preguntó.
-Sí. Pero no se va a quedar así-dije señalándolo.
Rió y dejó un beso sobre mi frente. Me ayudó a bajar de la barra.
Se colocó su camiseta y subió las escaleras. Me senté en el sillón a esperarlos.
Bajó unos pocos minutos después, los niños estaban muy despiertos.
-Veo que esa siesta sí sirvió.
Mis hijos sonrieron al verme.
-Menos mal que subí yo, porque el olor en sus pañales era...
Hizo una mueca de asco.
Tanto los niños como yo nos reímos.
-¿Podrías terminar de hacer la comida? Deben tener hambre.
-Tranquila, yo lo hago.
Me senté mejor y les di de comer.
Cuando los niños terminaron, Ben se sentó junto a nosotros y me entregó mi plato.
-Gracias.
Encendió el televisor y comimos.
Los niños están jugando sobre la alfombra. Me da ternura el hecho de que se lleven tan bien. Espero que eso siga siendo así cuando sean más grandes.
Me acurruqué sobre el pecho de Ben y cerré los ojos. Sus manos acarician mi estómago.
Sentí dos manitos posarse sobre las nuestras.
-¿Quieren quedarse aquí arriba con nosotros? - les preguntó.
Balbucearon y extendieron sus manos hacia nosotros.
Ben y yo reímos al ver que intentaban sentarse sobre mis piernas.
-Esperen un momento.
Acomodé mis piernas y los senté entre ellas.
Terminamos llevándolos a dormir más tarde de su hora habitual ya que no querían despegarse de nosotros.
-Buenas noches, pequeños.
Sonrieron en medio de su sueño.
Me quedé apoyada sobre la puerta cuando entramos a nuestra habitación.
-Conozco tus intenciones, cielo.
-¿Y vas a detenerme?- le pregunté de forma coqueta.
-Definitivamente no.
Reí y caminé hasta él.
-Te dije que las cosas no se iban a quedar así allá abajo. Asume las consecuencias.
Me senté sobre su regazo.
-Creo que a los dos nos gustarán mucho esas consecuencias.
Juntamos nuestros labios y dejé que me apoyara sobre la cama.
❥♛❥
--------------------------------------------------------
Estos dos nunca pierden el tiempo 😂😏😍💜💙
El próximo capítulo va a ser muy importante, ya que será el cumpleaños de los bebés.
Mis niños han crecido muy rápido 🤧😻
Intentaré actualizar el próximo fin de semana, pero no prometo nada.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 28/06/2020.
Editado el 19/07/2021.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro