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Capítulo 8: Si las miradas mataran

Nuevo capitulooooo.

Me sentí Karol en su canal de YouTube,ahre😂.

En multimedia les dejo esta joyita que Disney publicó en la cuenta de Instagram de Descendientes hace varias semanas.

Disfruten el capítulo.

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Ben's POV:
Mal y yo vamos en camino a Auradon Prep para hablar con el Hada Madrina. Hoy más que nunca necesita decirle sobre sus sueños. Su pesadilla de anoche fue muy parecida a la otra, solo que esta vez fue algo más larga. Me destroza tener que verla así y no poder hacer nada para impedirlo. Lo único que puedo hacer es ayudarla, besarla y abrazarla para hacerla sentir mejor.

La amo por sobre todo lo demás, no quiero que todas estas pesadillas la afecten más de lo que ya lo hacen.

Ella les ha contado un poco a mis padres sobre esto y también están preocupados. La aman y adoran como si fuera su hija. Agradezco tanto que la amen así, son lo más cercano que ella ha tenido a unos padres. Nadie sabe lo mal que me ha hecho verla tan destrozada cuando me ha hablado de ellos. Dieciocho años sin saber quién era su padre para que la terminara tratando igual que su madre.
Jamás voy a entender cómo no le pueden tener ni un poco de amor, ni si quiera un poco de cariño a su propia hija.

Por eso cuando hablamos de formar una familia en el futuro me hace tan feliz oírla hablar así. Tan contenta y emocionada a pesar de no haber tenido unos verdaderos ejemplos a seguir en su vida. Esa es una de las razones por las que la amo. Desde que la conozco, siempre ha sido valiente, sin importar qué.

Al llegar a la puerta de la oficina de la madre de Jane, apretó mi mano con fuerza y suspiró antes de tocar la puerta.

-Pase-oímos la voz del Hada Madrina.

Mal giró el pomo de la puerta y entramos. Ella levantó la vista de los papeles que tenía en su escritorio y nos sonrío.

-Mal, Ben, que bueno que hayan venido. Después de que ustedes me llamaran para hablar me alarmé un poco, sobre todo por que tus padres me hablaron y me dijeron que estaban muy preocupados por Mal-me miró a mí y luego a mi novia.

Nos sentamos frente a ella, cada uno en una silla, sin que Mal dejara de apretar mi mano.

-Estoy igual o más preocupado que ellos, Hada Madrina. Por eso le sugerí que habláramos con usted-le dije.

-Bueno, ya están aquí. Asi que Mal, por favor cuéntame-le dijo.

Mal me miró unos segundos y asentí, animándola a que hablara. Soltó un suspiro y bajó un momento la mirada.

-He estado teniendo una pesadilla, que se repite una y otra vez.

-¿Y qué ocurre en ese pesadilla, Mal?-le preguntó y ella levantó la vista.

-Estamos nosotros y de repente todo a nuestro al rededor se llena de humo azul, morado y verde. También oigo unas voces diciendo mi nombre. De la nada aparecen nuestros amigos, amarrados, amordazados o jalados por nuestros padres-el Hada Madrina se quedó un momento preocupada al darse cuenta que entre nuestros amigos, debía encontrarse Jane- Luego Ben desaparece de mi lado y llegan mis padres, arrastrándolo-tragó saliva con dificultad- Cuando intento usar mis poderes no lo logro y siento que todo me duele. Mi madre me dice que bloqueó mi magia cuando llegaron y que por no haber seguido su camino, me hará daño-sus ojos se cristalizan-Y cuando menos me lo espero atacan a Ben. Y no logro hacer nada para evitarlo.

Empieza a sollozar y me levanto de mi asiento. Me agacho a su lado y la abrazo. Cuando se empieza a calmar un poco me siento y la apoyo en mis piernas. Ella no se suelta de mis brazos y tiene la cara escondida en mi cuello. Beso su cabeza y acaricio su espalda.

-Todo está bien, amor. Estoy aquí contigo para protegerte-le susurré en su oído.

Levanta su cabeza y seco las pocas lágrimas que quedan en sus mejillas. El Hada Madrina nos mira con preocupación y algo de ternura.

-Mal, en serio lamento que hayas tenido que revivir ese sueño varias veces. Sé lo duro que es para ti todo el asunto de tus padres, pero por suerte, tienes a alguien quien te ayuda y está para ti-nos miró sonriendo y le devolvimos el gesto.

-Tenemos la sospecha de que Maléfica tiene que ver con todo esto. ¿Usted cree que eso sea posible?-le pregunté, algo temeroso de cómo reaccionaría Mal al oír el nombre de su madre.

Hizo una mueca y bajó un poco la mirada.

-Por más que quisiera decirles que no, no puedo mentirles chicos. Después de todos los cambios que hemos visto en tu madre, creo que no podemos descartar esa posibilidad-dijo apenada mirando a Mal.

-Tranquila, en realidad, me esperaba esa respuesta-dijo algo triste mi prometida-¿Pero cómo cree que está haciendo para entrar tantas veces en mis sueños?

-Realmente no lo sé, pero puede que solo lo haya hecho una vez y lo demás sea parte de tu imaginación al recordar esa pesadilla. Igualmente, voy a estar más pendiente de cualquier cambio que vea en ella-le dijo y asentimos- Quisiera poder ayudarte más, pero es lo único que puedo deducir hasta el momento sobre todo esto.

-No pasa nada, sé que imaginar de que es capaz o no mi mamá no es nada fácil. Durante años intenté saber qué hacer para complacerla y no lo logré-dijo con cierta mirada de enojo, no por el Hada Madrina, si no por su madre.

Nos levantamos del asiento y el Hada Madrina nos siguió.

-Querida, haré todo lo que esté en mis manos para ayudarte. Sabes que pueden volver en cualquier momento si lo necesitan-nos dijo y agarró la mano de Mal en señal de apoyo.

-Gracias, se lo agradezco-le dijo Mal sonriendo.

-¿La veremos en la próxima reunión de segundones?-le pregunté cuando abrimos la puerta.

Ella está en el Consejo Real con nosotros, pero de vez en cuando va las reuniones del consejo de segundones.

-Ahí estaré. Hasta luego chicos.

-Hasta pronto-le dijimos.

Caminamos en dirección al estacionamiento, donde la limusina morada de Mal nos esperaba.

(...)

Mis padres tuvieron la idea de que fuéramos a la cabaña en el bosque que era de mi abuelo durante unos días. Para pasar algo de tiempo juntos en el lugar donde mi madre vivió gran parte de su vida. Ese lugar es muy especial para Mal y para mí, el porqué lo descubrirán un poco más tarde.

Mal's POV:
Me desperté al sentir que el auto había frenado. Levanté mi cabeza del hombro de Ben algo adormilada. Al bajarnos, todos los olores de los árboles, plantas y flores del bosque inundaron mis fosas nasales, como la primera vez que pisé este lugar. Todo es tan pacifico aquí.Me encanta toda la historia que tiene este lugar. La madre de Ben me la contó la primera vez que vine con ellos.

Ben pasó un brazo por mi cintura, abrazándome. Sonreímos por nuestros recuerdos de este lugar. Bajamos nuestras cosas y entramos a la cabaña. Todo huele a madera, es un lugar muy acogedor. Los padres de Ben nos miraron sonriendo.

-Chicos, pueden ir a arreglar las cosas en su habitación. Los veremos afuera dentro de un rato para almorzar-nos dijo mi futuro suegro.

-Ok-dijimos al unísono.

Subimos las escaleras y caminamos a la que sería nuestra habitación durante estos tres días. Al entrar todos los recuerdos de esa noche volvieron a mi mente. Sonreí y voltee para quedar de frente a Ben.

-¿Recuerdas todo lo de ese día?-le pregunté con algo de picardia, pasando mis brazos por su cuello.

-¿Cómo olvidar algo sobre una de las noches más importantes y felices de mi vida?-me dijo del mismo modo pegándome a él por la cintura.

-Te amo-le dije.

-Y yo a ti.

Rocé nuestras narices y uní nuestros labios. Al separarnos unimos nuestras frentes sonriendo.

(...)

-Chicos, la comida está lista-nos llamó Bella desde el patio.

-Allá vamos-grité riéndome un poco.

Desde hacía cinco minutos que intentaba quitarme de encima a Ben, quien me estaba haciendo cosquillas y no lograba que parara. Intenté todo pero igual seguía.

-Por favor, príncipe-dije riendo-Se nos va a enfriar la comida.

-No hasta que me des un beso-dijo haciendo pucheros.

Rodé los ojos divertida y lo besé. Se levantó de la cama y extendió su mano hacia mí. La agarré y me levanté. Pero pocos segundos después sentí como Ben me montaba en su hombro y salía del cuarto cargándome como a un saco de papas.

-¡Hey!-dije y él empezó a reírse- No, Ben, bájame-empecé a reírme contagiada por su risa.

-No-dijo riéndose.

-Por favor-supliqué mientras empezaba a bajar las escaleras y negó con la cabeza-Estoy con una falda, se me puede ver todo-se encogió de hombros riéndose.

Así es, sabiendo como es él se me ocurrió usar mi falda negra con adornos morados de cuero que Evie diseñó, un top morado con tiras en los hombros y unas vans verdes, además de mi collar de dragón y unos guantes negros de cuero. En mi defensa, no es mi culpa tener un prometido tan pervertido y que haga tanto calor hoy.

-Benjamín, si no me bajas te quedas sin besos hasta que volvamos-declaré empezando a molestarme.

Paró de caminar cuando llegamos a la sala.

-Está bien-dijo y me bajó.

Al sentir el piso bajo mis pies acomodé mi falda.

-Más te vale que no vuelvas a hacer eso con tus padres por ahí, porque sabes que soy capaz de cumplir mis amenazas-le dije frunciendo las cejas.

-No hace falta que me lo recuerdes, bebé. No se me olvida esa vez que me dejaste con las ganas durante una semana-dijo bufando, aunque notaba que quería reírse un poco.

Me encogí de hombros y salimos al patio. Sus padres nos esperaban sentados en una mesa de madera con una sombrilla para el sol, con cuatro platos con hamburguesas y papas fritas esperándonos.

A pesar de estar aquí ninguno de los dos perdía la elegancia, hasta estando con ropa más casual. Los dos tenían puestos lentes de sol y Bella tenía un sombrero muy delicado. Nos sentamos con ellos y su mamá apartó ligeramente sus lentes de sol para mirarnos. Los acomodó y cuando siguió comiendo me di cuenta de que Ben me había dejado el pelo todo revuelto por estar haciéndome cosquillas. Pisé el pie de Ben por debajo de la mesa y se quejó, provocando que una sonrisa de malicia se posara en mi rostro.

Ya en la noche estábamos frente a una fogata, asando malvaviscos con chocolate. Ben y yo nos reíamos al ver las caras que sus padres ponían cuando intentaban comérselos estando muy calientes. Estos momentos de paz son de los que más aprecio, casi nunca podemos tenerlos por estas ocupados. Primero era por la preparatoria, los eventos y reuniones y ahora es porque nos vamos a casar y todo el tiempo estamos ocupados con planes para la boda y tareas como rey y futura reina. Más mis clases en la universidad.

Más tarde nos fuimos a dormir, aunque nos quedamos hablando un buen rato. Recordando algunos momentos juntos. Obviamente no podía faltar recordar la noche en que llegamos aquí hace varios meses.

-Esa noche va a quedar grabada en mi memoria para siempre-me dijo.

Me acurruqué en su pecho.

-En la mía igual, siempre-dije llevando mi vista a sus ojos.

Y como olvidarla, jamás me había sentido tan completa hasta esa noche.

Flashback(lo sé,ya he escrito como tres flashbacks,pero necesitaba escribir esta idea):

Los padres de Ben nos preguntaron si queríamos ir este fin de semana a una cabaña que tienen en el bosque, la cual perteneció al abuelo de Ben. Aceptamos desde un principio. A ellos les surgió un evento para la primera noche que íbamos a estar ahí, así que llegarían al día siguiente.

Evie me estuvo ayudando a ver que llevaría ya que habíamos estado pasando una tarde las dos junto con Jay y Carlos. Después de pasear a Chico en un parque, comimos helados y nos vinimos al castillo para pasar un rato allí.

-¿Crees que esto esté bien, E?-le pregunté mostrándole un vestido que me había confeccionado hace varias semanas.

Observó el vestido unos segundos y asintió.

-Es perfecto, M. Usa las botas que Dizzy te regaló, le quedan bien.

Asentí y guardé las cosas en un bolso.

-¿En serio es nesecario que tengamos que oír su charla de chicas sobre qué ropa vas a usar?-preguntó Carlos levantando la vista de su laptop, acariciando a Chico.

Evie y yo rodamos los ojos.

-Ustedes dijeron que querían quedarse, así que no se quejen-le dije.

Terminé de arreglar mis cosas y me recosté junto a Evie en mi cama y nos pusimos a ver las redes sociales en nuestros celulares. Jay y Carlos estaban jugando videojuegos en el sillón.

-¡Carlos, se suponía que debías cubrir me, no matarme!-exclamó Jay dándole un codazo en las costillas al peliblanco-negro.

-¡No, se suponía que tú debías cubrirme a mí!-gritó Carlos.

Empezaron a darse golpes como la vez que el Hada Madrina los regañó en clase de bondad correctiva.
Evie y yo nos golpeamos la frente.

-Hombres.

-Mientras que estos dos idiotas se matan entre sí...-empezó Evie y reí-Te quería preguntar algo.

Solté mi teléfono.

-¿Qué quieres saber Evs?

-Bueno-empezó a bajar la voz y le puse atención-Ben y tú van a estar solos allá esta noche y...

Paró de hablar.

-¿Y?-le pregunté alargando la palabra.

-Ustedes dos, ya sabes...-la miré confundida.

-Nosotros-le seguí, alargando la última O.

-Sé que si hubiera pasado me lo hubieras dicho pero, ustedes ya han tenido...

Al saber a lo que se refería le tapé la boca con una almohada. Me sonrojé por completo.

EVIE!-grité y se empezó a reír.

Los chicos dejaron de pelearse y nos miraron extrañados.

-¿De qué tanto hablan ustedes dos?-nos preguntaron al unísono.

-De nada/Hablábamos de que si ella y Ben...-dijimos a la vez.

Pellizqué su brazo y se calló.

-Auch, Mal-se quejó.

-¿De que si y tú y Ben qué?-preguntó Jay.

Evie intentó hablar pero le tapé la boca con mis manos.

-Mal-me llamó Carlos.

Negué con la cabeza. Jamás hablaría de eso con uno de ellos. En primer lugar son chicos y además de que matarían a Ben.
Evie mordió mi mano y la solté.

-Auuch, Evie, ni que fueras un perro como Chico-dije señalando a la mascota de Carlos.

-Cómo estaba intentado decir antes de que ella me sabotear a. Le pregunté si ella y Ben, ya saben...

Empezó a hacer gestos con las manos.

-¡EVIE QUEEN GRIMHILDE, NO SIGAS O CORTO UNO DE TUS VESTIDOS!-grité.

-¡NO TE ATREVERÍAS!-me devolvió gritando.

-Las dos, paren de gritar por favor-dijo Jay.

Le lancé una almohada a Evie y pasó por encima de su cabeza, haciendo que se despeinara.

-MAL IGNA, EMPEZASTE LA GUERRA-gritó Evie agarrando la almohada que le lancé.

Cuando estuvo a punto de aventarmela, Carlos se la quitó.

-Hey-se quejó mirando mal a nuestro hermano menor.

-Ya paren las dos-nos miró serio y siguió- A ver si entendí,¿Evie insinuó que Ben y tú...?-no terminó la pregunta por que se puso rojo de furia.

-Espera, ¿Dejaste que esa bestia te tocara y además...?-empezó a preguntar Jay molesto pero lo interrumpí.

-¡NO!-grité- Al menos no por ahora...-susurré, sonriendo un poco,tapando mi rostro con mis manos.

Evie empezó a aplaudir y a reírse.

-Lo sabía-canturreó.

Jay y Carlos la miraron mal.

-No hagas eso Evie, no la impulses a que lo haga-dijo Carlos.

-Sí, además son muy jóvenes. No quiero que él la vea así hasta dentro de una buena cantidad de años. O al menos hasta que se casen y...

Lo interrumpí negando con la cabeza. Les di un golpe en la cabeza a cada uno.
Los tres se quejaron.

-¿Por qué fue eso?-preguntaron sobándose la cabeza con la mano.

-Por idiotas.

-¿Y a mí por qué?-preguntó Evie.

-Por indiscreta.

Me miraron mal. <<Si las miradas mataran,ya estaría a 12 metros bajo tierra>> pensé.

-Pero Mal, no creo que deban-dijo Carlos.

-Concuerdo con él, si a Ben se le ocurre hacerte algo...

Lo volví a interrumpir.

-Sé que quieren protegerme y se los agradezco-les dije sonriendo y se relajaron- Pero es mi desición y la de Ben, de nadie más. Además, tú no puedes decir nada, Jayden-le dije alzando una ceja y cruzándome de brazos.

-¿Y yo que tengo que ver?-preguntó haciéndose el inocente.

-No te hagas, sabes que Lonnie y tú pasaron por eso hace mucho.

-¿Cómo es que lo saben?-preguntó nervioso.

-Por que ella nos lo contó-dijo Evie y asentí.

-Y a veces hablas de más cuando duermes-dijo Carlos y nosotras nos reímos.

Jay se sonrojó un poco y empezamos a reírnos más fuerte.

(...)

A la mañana siguiente, Ben y yo emprendimos camino al bosque. A medida que nos alejábamos de Auradon City, todo se volvía más pacífico. El olor de la naturaleza me relajaba. Podría pasar un buen tiempo en este lugar.

Empezó a bajar la marcha cuando llegamos a un sendero rodeado de árboles y rocas.Nos encontramos con una cabaña ni muy grande, ni muy pequeña.

-Bienvenida al hogar de mi madre-me dijo sonriendo.

Nos bajamos del auto. Dí una vuelta a mi al rededor observando todo.

-Este lugar es hermoso-le dije caminando hacia él.

Terminó de bajar nuestras cosas y cerró el maletero del auto.

-No había venido desde hace unos cuatro o cinco años.

-¿En serio?-le pregunté algo sorprendida.

-Sí. Mis padres han venido una o dos veces, pero yo no-agarramos las cosas y caminamos hacia la entrada- Recuerdo que cuando era niño veníamos seguido para visitar a mi abuelo, ya que él nunca quiso mudarse al castillo porque quería seguir viviendo donde crió a mí madre-me dijo con nostalgia.

Abrió la puerta y entramos.

-¿Lo extrañas?-le pregunté- Casi nunca hablamos de él.

Soltó sus cosas a un lado de un sillón.

-No puedo mentirte, lo extraño mucho. Fue como un segundo padre para mí-dijo con tristeza y lo abracé- A pesar de eso, siempre intento recordar los buenos momentos que pasé con él.

Le di un pequeño beso y acaricié sus mejillas.

-Me hubiera gustado conocerlo-le dije y sonrió.

-Te hubiera adorado-dijo sonriendo-Y, ¿te gusta el lugar?

Miré un poco más a nuestro al rededor.

-Me encanta.

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Holis.

Espero que les haya gustado este capítulo. La segunda parte la subiré el próximo fin de semana.

¿Ustedes que creen que pasó que es tan especial e importante para ellos?

¡Nos leemos pronto!

~Con amor,su escritora💕.

Publicado el 18/11/2018.

Editado el 08/07/2019.

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