Capítulo 27: La batalla comenzó
Penúltimo capítulo *llora*.
Después de este solo quedaría el final y el epílogo.
Espero que disfruten de este capítulo y de los dos que quedan y que les haya gustado todo lo que va de la historia.
Aprecio todo el apoyo que me han dado hasta ahora y no me voy a cansar de decírselos.
Por cierto, sé que dije que esto iba a ser lo más apegado a la historia dentro de lo posible, pero al no saber todo lo que pasa en D3 no es fácil hacerlo.
Y sé que Hadie, hijo de Hades en Regreso a la Isla de los Perdidos, existe. Pero no veo a Mal con un hermano, me cuesta imaginarmelo ya que soy fiel a la teoría de que ella es hija de Hades.
Eso es todo así que los dejo leer.
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Mal's POV:
Me desperté y Ben aún seguía dormido. No quise despertarlo así que me quedé quieta.
Los chicos no estaban, así que supongo que deben de estar abajo desayunando.
Unos minutos luego de despertarme, tuve que salir corriendo al baño por culpa de las náuseas.
Oí sus pasos lentos, por haber estado durmiendo, acercándose hacia mí.
Apartó con cuidado mi pelo y acarició mi espalda. Me ayudó a levantarme y me lavé la cara antes de hablar con él.
-Lamento haberte despertado de ese modo-me disculpé, algo apenada.
Agarró mi mano y me acercó a él.
-No fue culpa tuya-puso su mano libre en mi mejilla- Además, creo que debemos irnos acostumbrando. Después de todo, aún nos quedan unos cuantos meses así.
Reí un poco.
-Tienes razón.
Me dio un beso en la frente y me encerró entre sus brazos.
-Tock tock-oímos que alguien decía, mientras que tocaba la puerta.
Nos separamos y como supuse, era Evie. Estaba con sus manos sobre sus caderas.
-¿Todo bien, chicos? - nos preguntó.
Caminamos hacia ella.
-Sí-respondio Ben.
Ella me miró y asentí con la cabeza.
Pensé en decirle algo que estuvo rondando por mi cabeza durante las horas que dormí.
-Escucha, sé que no es el momento indicado para preguntartelo y tampoco se lo he dicho aún a Ben, pero... - ambos me miraron- ¿Quieres ser la madrina de nuestro bebé? - le pregunté.
Ben sonrió y apretó mis hombros. Ella me miró sin poder creerselo.
-Has sido una gran amiga, prácticamente una hermana para mí durante estos años. Has sido una buena amiga para Ben y la mejor consejera para los dos - ella sonrió- Y además, has sido como una especie de hada madrina para ambos.
Los tres reímos.
-¿Ambos están seguros de esto? - nos preguntó.
Se podía notar su felicidad a kilómetros.
Miré a Ben durante unos segundos. Me sonrió y yo le sonreí de vuelta.
- No podríamos escoger a alguien más para esto-le dijo.
Ella chilló de la emoción y nos abrazó con fuerza.
-Gracias, gracias, gracias. Les prometo que mi futuro sobrino o sobrina será el o la más consentida de todos-nos dijo y ambos reímos.
Ella se separó de nosotros.
-¿Y quién va a ser el padrino?
Me voltee a mirar a Ben.
-Quisiera que fuera Doug- Evie sonrió- Sé que Jay y Carlos han sido como hermanos para ustedes, pero Doug también ha sido como uno para mí desde que somos niños. ¿No te molesta que quiera que sea él? - me preguntó.
Negué con la cabeza. Apreté su mano, la cual no había soltado la mía desde que la agarró.
-Sé que es igual de importante para ti como lo son los chicos para mí- los dos sonrieron- Además, tal vez más adelante tengamos la oportunidad de que ellos también sean padrinos.
Ben se rió.
-Creo que te tomaste muy en serio lo que te dije ayer, eh-dijo medio en broma y reí.
-Supongo que lo decías de verdad, ¿no? - le pregunté.
-Así es.
Nos quedamos mirando unos segundos hasta que Evie carraspeo su garganta.
-Bueno, bueno. No quiero saber que cochinadas están pasando por sus mentes ahora, así que mejor salgamos de aquí.
Nos reímos.
Ben fue a buscar lo que necesitamos llevarnos. Evie se acercó a mí.
-Y no pienses que no preguntaré sobre esa conversación-me susurró con diversión.
Aguante las ganas de reírme.
(...)
-Entonces, ¿ya todos saben que debemos hacer? - preguntó mi prometido.
Todos nos miraron a Ben y a mí antes de asentir.
Nos habíamos reunido en la cocina. Un mapa de Auroria se encontraba sobre el mesón de mármol.
Con un marcador negro, encerramos la zona donde se encontraba el páramo.
- Bien, entonces vamonos de aquí dije.
Todos empezaron a agarrarse de las manos.
-De la cabaña queremos salir, llevanos al páramo sin discutir-recitamos Jane, Uma y yo al unísono.
Pocos segundos después, una nube de humo morada, celeste y turquesa nos rodeó.
Aparecimos en el bosque que rodea al páramo.
Comenzamos a caminar por el lugar. Los chicos de Auradon jamás habían venido, al igual que Dizzy y Celia.
-Es mejor que empecemos a actuar de una buena vez - mi vista se posó sobre el cielo anaranjado- Está por hacerse de noche.
-Ok-respondieron todos.
-Suerte chicos-les dijo Ben.
Uma, Harry, Gil, Dizzy y Celia se iban a apartar de nosotros ya que nos dividiremos en tres grupos para encontrar a nuestros padres.
-Suerte para ustedes también-nos dijo Uma.
-No olviden de estar pendientes de sus celulares para cuando los encontremos-dijo Dizzy.
-Nosotros también nos separamos, chicos- nos dijo Lonnie.
Tanto ella como Jane y Doug se fueron a despedirse, por ahora, de Carlos y Evie.
-Suerte-nos dijo Audrey, con Chad a su lado.
Se alejaron hasta tomar un camino diferente.
Ya llevamos casi una hora caminando, sin encontrar nada.
Ben apretó mi mano y apoyé mi cabeza en su hombro.
Ya están comenzando a dolerme los pies.
El cielo ya estaba completamente oscuro, así que nos iluminabamos con una bola de fuego verde que salía de mi mano derecha.
Paramos de caminar al oír un ruido detrás de nosotros.
-¿Qué fue eso? - preguntó Jay.
Un ruido agudo empezó a oírse a nuestro alrededor.
Mi mano paró de brillar y me tapé los oídos.
-¿Pero qué dalmatas?-logré ver que articulaba Carlos.
El ruido paró luego de unos 40 segundos.
Otra vez oímos un ruido entre las ramas, ahora detrás de Ben y de mí.
Nos volteamos y nos encontramos con una criatura gigante de tres cabezas.
-¿Ese no es... - empezó a preguntar Carlos.
-Cerbero-gruñí.
¿Como diablos había logrado escaparse del Inframundo?
-¿Qué hace la "mascota" de tu padre aquí?-me preguntó Evie.
El animal me miraba fijamente. Sabía de su existencia gracias a mi padre y a las clases en Dragon Hall, pero jamás lo había visto en persona.
Empezó a caminar hacia mí. Los 5 retrodecimos varios pasos.
La criatura seguía viéndome insistentemente mientras que gruñía.
Comenzó a acelerar el paso y empezamos a correr. Los chicos iban delante de nosotros.
Sentí la respiración del animal encima de mí así que me di la vuelta e hice una barrera con mi magia.
Los demás estaban detrás de mí.
Cerbero intentó acercarse y no lo logró. Caminé en retroceso durante varios segundos hasta que choqué con el tronco de un árbol. Mi espalda recibió el impacto.
La respiración del animal estaba a menos de 5 metros de mí.
Voltee mi mirada al oír un ruido que provenía de mi lado derecho.
En medio de la oscuridad pude ver como Ben se tensaba.
-Ben-lo llamó Evie.
Él no respondió.
Ay no, ya sé cómo va a terminar esto.
-Amigo, por favor mantén la calma-le pidió Carlos.
Dejó a Chico detrás de él, Evie y Jay.
La respiración de Ben se volvió más agitada, al igual que la del ser frente a mí.
-Hermano...
Logré ver como empezaba a transformarse.
-Amor, no-dije-Hazme caso y por favor relajate-le pedí.
Ya era muy tarde.
Terminó de transformarse en bestia y corrió en mi dirección. Se puso delante de mí y logré apartarme del árbol.
Mis nervios me subieron por todos lados al ver como la criatura intentaba atacar a Ben.
Tardé un poco en hacerlo pero noté algo extraño en aquella criatura mitológica.
-Jay, la espada-le grité.
Dudó un segundo antes de lanzarmela. La atrapé rápidamente.
Corrí hacia el animal y le clavé el objeto de metal. No pasaron más de 5 segundos cuando empezó a desintegrarse.
-Era una ilusión-grité al ver la cara de confusión de los chicos.
Ben empezó a respirar más calmadamente hasta que volvió hasta sí mismo. Bueno, casi, teniendo en cuenta que tiene un bigote y barba.
-¿Estás bien? - le pregunté al ver que ya estaba relajado.
Asintió.
-¿Y tú? - me preguntó.
-Sí.
Lo rodee con mis brazos y hundí mi cara en su cuello. Puso una de sus manos encima de barriga y me dio un beso en la coronilla.
Acaricio mi cabello con suavidad.
Tomé su rostro entre mis manos y reí un poco.
-Te ves bastante diferente así-dije y solté una risita.
-¿Diferente bueno o diferente malo? -preguntó del mismo modo.
-Un poco de ambas-dije y nos reímos.
Los chicos se acercaron a nosotros.
-Es mejor que sigamos caminando, no sabemos que más podemos encontrarnos-dijo Evie.
-Tiene razón-dijo Ben.
Seguimos caminando unos metros.
El teléfono de Carlos comenzó a vibrar. Era Jane.
-Amor, ¿están bien? - le preguntó.
-Sí-le respondió Jane del otro lado de la línea- Nos pareció oír ruidos de una especie de criatura hace un rato. ¿De casualidad saben que era?
-Sí, y ya no deben preocuparse por eso-le dijo mirándonos a mí y a Ben.
-Ok, cuando sepamos algo volveremos a llamarl...-empezó a oírse un ruido extraño.
-Jane-la llamó Carlos preocupado.
El teléfono sonó 3 veces y la llamada se cortó.
-¿Qué habrá pasado?-preguntó Jay.
Nos miró a los demás y no supimos que responderles.
-Evie, buscalos con tu espejo-le pedí.
Ella sacó el objeto de su bolsillo.
-Espejito, Espejito en mis dedos, quiero saber la ubicación de Doug y los demás-dijo.
El espejo tardó en reaccionar unos segundos.
Un imagen no muy nítida apareció y oí las respiraciones pesadas de mis amigos.
Jane, Doug, Lonnie, Audrey y Chad estaban convertidos en piedra.
Oi los sollozos de Evie y extendí mis brazos hacia ella. Ben puso una mano encima de su hombro.
Jay y Carlos se acercaron con algunas lágrimas corriendo por sus mejillas. Se unieron al abrazo.
Ben y yo nos miramos con lágrimas en los ojos.
Esperamos unos minutos a que se calmaran.
-Sigamos antes de que sigan pasando más cosas-les dije.
Ellos tres asintieron con pocas ganas.
Tengo la sensación de que no estamos muy lejos de nuestros padres.
Apartamos las hojas de los árboles enfrente de nosotros. Encontrándonos con un río.
Narrador Omnisciente:
La chica de cabellos turquesa se encontraba al frente de su grupo designado.
Tenía su collar extendido hacia adelante, esperando a que detectara algo.
Brilló levemente pero en ese mismo instante se apagó.
-Agh-se quejó.
Su novio la alcanzó.
-Ten algo de paciencia, bebé. Vamos a encontrar algo-la animó Harry.
Gil, Dizzy y Celia iban más atrás.
-Tengo miedo de ver a mi padre, Dizz-le dijo la chica de rulos a su novia.
Esta la abrazó por los hombros.
-Lo sé, Lia, pero todo va a salir bien-le dijo y le dio un beso en la frente.
Las dos parejas iban algo distraídas hasta que oyeron al hijo de Gastón.
-Chicos, vengan rápido-les dijo.
Ellos se acercaron a él y vieron en dirección a donde su dedo apuntaba.
Celia se tensó. Sus ojos, los cuales estaban cristalizados, miraban a su progenitor.
-Ya sabemos donde están, alejemonos de aquí y llamemos a los chicos para decirles el lugar-dijo Uma.
Le hicieron caso y cuando estuvieron a una distancia razonable, la descendiente de Drizella marcó el número de la peliazul.
Mal's POV:
El celular de Evie comenzó a sonar. Nos mostró la pantalla. Era Dizzy.
-Evie...
Su voz sonaba cansada.
-¿Qué pasó Diz, te oyes agitada?- le preguntó.
-Evs, los encontramos. Ya sabemos donde están-dijo con la respiración más calmada.
Sentí un escalofrío recorrer mi espalda.
Oí los sollozos de Celia.
-Deja que yo siga hablando, Dizzy... - oímos que decía Uma.
-¿Pueden darnos algo parecido a una dirección de donde están para que nos guíen hasta allá? - le pregunté.
Ella empezó a explicarnos el camino que habían tomado.
-Nosotros nos vamos a quedar alejados. Si necesitan algo solo...
La llamada se cortó y me quedé paralizada unos segundos.
Del otro lado del río, a unos 25 metros, se vio un humo azul.
Oh no.
Los chicos se acercaron a mirar. Mis ojos se empañaron de nuevo.
-Debemos encontrarlos ahora mismo si no queremos que sigan haciendo eso-les dije apretando los puños.
Ben puso un brazo al rededor de mi cintura y logré tranquilizarme un poco.
-Vamos-dijeron Evie, Jay y Carlos al unísono.
Empezamos a seguir el camino que nos había indicado Uma.
Tardamos en encontrarlo unos 20 minutos pero lo logramos.
Nos quedamos cerca de un árbol.
Mis ojos se pusieron brillantes unos segundos al ver a mis padres.
Evie, Jay y Carlos se tensaron al ver a su respectivo progenitor.
Caminamos unos pasos más.
Ben se puso por delante de mí y cuando vimos que su mirada estaba hacia acá, nos agachamos detrás del tronco del árbol frente a nosotros.
-Hay que pensar en cómo distraerlos-les susurré.
Nos alejamos unos cuantos metros para poder hablar.
-¿Qué vamos a hacer?-preguntó Jay.
-Lo mejor será que ustedes distraigan a sus padres y al Doctor Facilier mientras que yo lucho con los míos-le respondi.
-Princesa, no te voy a dejar que vayas sola. Y mucho menos ahora que no eres solo tú-sus ojos me miraban preocupado.
Sabía que se iba a oponer.
-Ben, en serio necesito que me hagas caso. No quiero que ninguno de ustedes esté de por medio ya que tanto mi mamá como mi papá tienen acceso a su magia. Además, los chicos te pueden necesitar más que yo-dije intentando convencerlo.
Lo cual no logré.
-No pienso hacerlo-se negó.
-Ben... - le reclamé.
-Por favor, no se pongan a discutir-dijo Jay.
-Tiene razón, no es el momento-le siguió Carlos.
-M, sé que quieres defendernos, pero aunque sabemos que eres capaz de hacerlo, no tienes que protegerte solo a ti ahora-me dijo Evie.
Suspiré.
-Está bien-dije rindiendome- Pero solo se van a acercar a mí si ven que es en verdad necesario.
-¿No vas a parar de ser terca, cierto? - preguntó Evie.
-Por favor-les supliqué.
Ellos aceptaron de mala gana.
Los chicos pasaron por delante de nosotros.
-No te puedo prometer nada si se trata de mantenerte a salvo-me dijo Ben.
-Lo sé-dije bajando la mirada a nuestras manos entrelazadas.
Me agarró de las mejillas y unió sus labios a los míos. Puse mi brazo libre alrededor de su cuello para profundizar el beso.
Rozamos nuestras narices y caminamos para alcanzar a los chicos.
Yo iba enfrente de los demás.
No llevábamos ni cinco metros cuando tuve una sensación extraña.
Me voltee para decirles a los chicos y a Ben, pero al hacerlo, me quedé helada.
Mis ojos se cristalizaron al instante y las lágrimas no tardaron en caer por mis mejillas.
El humo desapareció, dejándome ver de nuevo, una de mis peores pesadillas.
Mi respiración se hizo pesada y empecé a temblar.
Sentí como el corazón se me rompía en millones de pedazos al ver a Evie, Carlos, Chico, Jay y Ben convertidos en piedra.
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Lo sé, hasta yo estuve apunto de llorar en la última parte.
Ya solo quedan dos capítulos *suspira *. No entiendo como todo este tiempo escribiendo la historia se me ha pasado tan rápido.
Muchas cosas pasarán en el próximo, y último, capítulo.
¡Nos leemos pronto!
~Con amor, su escritora💕.
Publicado el 02/05/2019.
Editado el 15/ 04 / 2020.
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