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V E I N T I S I E T E

































































Yoongi subió las escaleras del segundo piso y buscó a Jimin con la mirada. Lo encontró en el baño del pasillo, con la cabeza baja ante el lavamanos. Yoongi ladeó la cabeza y soltó un suspiro.

—¿En serio eres mi familia, Park? —murmuró para él y caminó hacia Jimin. —¿Pequeño?

Jimin levantó la cabeza y Yoongi pudo ver que el color rojo ya no visitaba en su cabellera. Hace un día, Yoongi también había vuelto a su color antiguo de cabello y Jimin había hecho lo mismo. ¿Por qué? Porque quería dominar a Yoongi, sin saber que Yoongi ya lo dominaba a él.

—¿Por qué le negro de nuevo? —preguntó Yoongi.

Jimin miró el reflejo de Yoongi.

—Es mi color natural. —dijo él.

Jimin cerró la llave del agua y vio el color carmín fusionar con el agua. Cogió una toalla y se secó el cabello mojado. Yoongi, observó la espalda de Jimin llena de largas cicatrices y un poco rojizas.

—¿Qué? ¿Te excita verme así? —dijo Jimin, captando la mirada de Yoongi.

—Sabes que siempre me ha excitado, es absurda tu pregunta.

Jimin rodó los ojos y salió del baño, rozando el hombro de Yoongi. Caminó por el pasillo y entró a la habitación que compartía con Yoongi desde entonces. El ultimo mencionado lo siguió y se detuvo en el marco de la puerta, donde apoyó su hombro para ver a Jimin.

—Mi pregunta es: ¿Por qué no te has ido como acostumbras hacer? —preguntó Jimin, desnudándose y buscando un pijama en el armario.

Yoongi se cruzó de brazos y observó a Jimin vestirse.

—¿Quieres que me vaya para que vuelvas a hacer un escándalo para llamar mi atención? Si me tienes aquí, ¿Qué más quieres? —dijo Yoongi.

Jimin se terminó de vestir y caminó hacia la cama. Se acomodó en ella y apagó la luz.

—¿Te vas a dormir así de temprano? —dijo Yoongi encendiendo de nuevo la luz.

Entró a la habitación y cerró la puerta detrás de él. Miró a Jimin, quien le daba la espalda y no contestaba su pregunta.

—Pequeño... ¿No me vas a responder?

—Deja de hablarme así, Min. Tu nunca me hablas lindo.

Yoongi soltó una risita.

—Es cierto. Entonces... ¿Jugamos un poco? —Jimin levantó su mano y le enseñó el dedo de en medio.

Eso hizo que Yoongi volviera a reír. Jimin se sentó en la cama y lo miró.

—¿Puedo contarte una historia? —Yoongi asintió. —Hay algo que tú no sabes. Que tú, desconoces, Yoongi.

Yoongi ladeó la cabeza y arrugó el ceño. No comprendía las palabras de Jimin. Se sentó en la cama.

—¿Recuerdas la foto que me enseñaste la vez que encerraste? —preguntó Jimin.

—De tantas veces que te he encerrado, Jimin... Dime algo más específico.

—Cuando maté a tu juguete. —dijo Jimin.

—Ah, Park Jinhyun... —Yoongi soltó un suspiro. —Aún recuerdo su cara de miedo, parecía un cachorro.

Jimin pasó saliva.

—¿De qué foto hablas? —preguntó Yoongi.

—La foto en la que estoy con tu padre. —dijo Jimin. —¿Sabes por qué estaba ese día con él?

Yoongi no negó, pero tampoco asintió.

—Ese día, mi Tobías me había llevado a conocer a mi verdadero padre.

Yoongi arrugó el ceño.

—¿De qué mierdas estás hablando, Jimin? —se levantó de la cama.

—Taehyung no es familia tuya, Yoongi. Ese niño que tu padre llevó a tus 16, era más que nada un niño que encontró en la calle jugando y se lo arrebató su madre. Te mintió para que protegieras a alguien que ya tenía protección y lastimaras a alguien que la necesitaba.

Yoongi no podía creer de lo que estaba hablando Jimin.

—No quiero escuchar más, Park. Cállate. —dijo él.

—Tanto que me seguiste, tanto que me buscaste. ¿Por qué no lo sabías?

—¡Te dije que te callarás, Jimin! —le gritó Yoongi.

—Juraste no maltratar a la familia, Yoongi. Entonces... ¿Qué fue lo que hiciste conmigo, hermanito?

A Yoongi se le abrieron los ojos como platos al escuchar a Jimin decir tal cosa. Yoongi soltó una carcajada.

—¿Esperas que crea tal tontería? —dijo Yoongi. —No puedes ser familia mía, Jimin. No puedes.

Jimin se levantó de la cama.

—¿Por qué no? —dijo Jimin acercándose a Yoongi. —¿Por qué mierda crees que no te dejo ir, imbécil? ¿Por qué mierda crees que siempre hago algo para llamar tu maldita atención?

—¡CÁLLATE DE UNA BUENA MALDITA VEZ!

—No me voy a callar, maldita sea. ¡Escúchame! Henry, me quiso hacer lo mismo que hizo contigo. Pero no puedo. ¿Sabes por qué, hermanito? ¡Porque lo iba a dejar en tus malditas manos! —le dijo. —Quería que sintieras el dolor de lastimar a tu propia familia cuando juraste no hacerlo. —Jimin empezó a reír. —¿Sabes? Fue muy inteligente..., todo le salió a la perfección.

Yoongi apretó sus puños y la mandíbula. Miró a Jimin con enojo.

—Soy tu familia, Min Yoongi. —Jimin se acercó a él y con su dedo índice le acarició el cuello. —Me maltrataste, Yoongi. Me convertiste en masoquista. Ahora, te toca pagar un precio. —Jimin besó el cuello de Yoongi de manera seductora. —Mata a Taehyung, te estuvo mintiendo todo este tiempo. —sonrió Jimin, sabiendo que Yoongi le iba a creer. —Él sabía desde un principio toda esta maldita farsa y siguió mintiéndote.

Yoongi lo apartó de él.

—¿Tienes alguna prueba? —dijo Yoongi.

Jimin ladeó la cabeza y le sonrió. Se alejó de Yoongi y caminó hacia el armario, lo abrió y de ahí sacó una maleta. La llevó a la cama y la subió, la abrió y Yoongi vio varios papeles, fotografías y expedientes. Jimin le entregó uno. Uno de adopción.

—Tu madre me dio en adopción. —dijo Jimin. —MinYoung me salvó a mí y a Hoseok. Pero, a ti te dejó en la miseria porque ya estabas dañado, Yoongi.

Yoongi leyó el papel y se llenó de rabia. Dejó caer el papel al suelo y cogió a Jimin del cuello de la camisa del pijama.

—No eres mi maldita familia, Park Jimin. ¡No lo eres! ¡No me vas a quitar nada! —le dijo Yoongi lleno de ira.

Jimin lo miró y le sonrió.

—¿Quitar? ¿Quitar qué, Min? Si tú nunca has tenido nada. —le dijo.

—¡Cállate! —Yoongi estrelló a Jimin contra la pared, haciendo que su cabeza se golpeara.

Repitió el mismo movimiento varias veces, hasta que escuchó los gritos de Jimin. El ultimo mencionado, no pudo con la fuerza de Yoongi, que se rindió de luchar.

—SOY TU MALDITA FAMILIA, MIN. SOY TU HERMANO. —le gritó Jimin y eso hizo que Yoongi se detuviera, viendo la sangre que bajaba por la pared.

Yoongi soltó a Jimin y este se deslizó agotado por la pared, hasta llegar al suelo sentado. Jimin, con la poca fuerza que tenía, levantó la mirada hacia Yoongi —quien se encontraba de pie— y le sonrió.

—¿Ahora si puedes amarme, Yoongi? —sonrió Jimin algo cansado. —Somos familia, la familia se ama. ¿No?

Yoongi arrugó el ceño y con la rodilla le pegó en la cara, rompiéndole la nariz. Jimin gimió muy fuerte y miró a Yoongi con los ojos llorosos.

—Ultima vez, Park. No te voy a amar y mucho menos sabiendo lo que eres. —Yoongi cogió la maleta de Jimin y la cerró. Se la llevó, bajó las escaleras con rapidez.

Buscó su teléfono y cogió las llaves del auto de Jimin. Caminó hacia la puerta y vio a Jimin sosteniéndose de la pared desde el segundo piso.

—No eres mi familia, Jimin. —le dijo. —Y me encargaré de que no lo seas. —dicho eso, Yoongi salió por la puerta.

Jimin lo vio desparecer y con dificultad al caminar, trató de llegar a la habitación. Cogió su teléfono y marcó el número.

—Dae, ya salió. Creo que va directo al aeropuerto.

—No, de hecho. Viene hacia mí. Me está llamando ahora mismo.

Jimin soltó un suspiro.

—Haz que me crea, Dae. Necesito destruirlo.

—Y lo harás, con lo que te dije anoche. Lo harás.

—¿Anoche? No hablamos.

—¿No leíste mis mensajes?

Jimin arrugó el ceño.

—Entonces..., ¿Hermanito? —rio Yoongi, cuando Jimin lo vio de pie en el marco de puerta. —¿Me quieres explicar eso de "Haz que me crea."? —sonrió, Yoongi.

Jimin pasó saliva y dejó el teléfono en la cama.

—¿Entonces? —Yoongi se cruzó de brazos. —¿Eres o no mi hermanito?

Jimin levantó una ceja.

—¿No me crees en serio, Min? —rio Jimin. Se llevó las manos a la cadera, para disimular su dolor. —¿Quieres comprobar? Bien, toma la muestra de mi sangre.

Yoongi entró a la habitación.

—Ya tengo muchas, no necesito sacarte una más. —caminó hacia Jimin y lo cogió por el cuello, haciendo que Jimin se empinara en sus dedos. —¿Eres o no mi maldita familia, Park Jimin? Sabes que odio que me mientan. ¿Por qué lo haces? ¿Tanta gracia te causa mentirme?

Jimin forcejeó un poco y sintió como se quedaba sin aire.

—Min... —trató de hablar Jimin.

Yoongi levantó su otra mano y la puso encima de la otra para hacer más presión en el cuello de Jimin. El ultimo mencionado, levantó sus manos y trató de quitar las de Yoongi cuando el aire ya le hacía falta. Jimin miró los ojos de Yoongi y se dio cuenta que aquel demonio, aquel sujeto que le había hecho la vida imposible desde hace dos años atrás había regresado. Jimin, le tuvo miedo a Yoongi.

—Yo-Yoongi... —los parpados de Jimin pesaban. —Po-por favor... —las largas lágrimas de Jimin humedecían las manos de Yoongi.

Yoongi se cegó de la ira y por quinta vez, estaba matando a Park Jimin. ¿Cuándo será que lo mate de verdad sin tener que usar el dolor?

—Aléjate de mi maldita vida, Park Jimin. ¡Aléjate! —le gritó Yoongi. —Me das asco. —dijo Yoongi enojado.

Jimin cerró por completo sus ojos, pero seguía tratando de quitar las manos de Yoongi lejos de su cuello. Era imposible, tal vez esa noche, Jimin moriría en manos de Min Yoongi como debió ser desde un principio.

Jimin abrió los ojos con dificultad y gimió ante el dolor.

—Olvídate de mí. —los ojos de Yoongi penetraron los de Jimin. —Te odio, Park Jimin. —lo soltó.

Jimin cayó al suelo, casi inconsciente y empezó a toser. Respiró lo más fuerte que pudo para que sus pulmones se volvieran a llenar de aire. Yoongi se agachó y lo cogió por el cuello de la camisa atrayendo su rostro al de él.

—Por última vez, Jimin. Aléjate de mí o juro por mi madre que te corto la maldita cabeza y juego con ella. —le susurró. —O no, te tengo una mejor idea. Matate, no sirves en esta mierda. Tu familia no te quiere. Nadie confía en ti. ¿Ya ves en lo que terminaste? —Yoongi rio. —Creaste tu propio infierno, animal. ¡Bienvenido! —Yoongi lo soltó y se enderezó. Pateó el estómago de Jimin y este grito por el dolor. —Querías ser alguien que no eres. Querías ser alguien que nunca podrás. Querías mentirte... —volvió a patearlo. —Pero nunca pudiste conmigo. ¿Sabes por qué? ¡¿SABES POR QUÉ MIERDA?! PORQUE YO SOY EL PUTO AMO, PARK JIMIN. Min Yoongi, el dueño de tu maldito infierno y de tu vida. Que no se olvide. —cogió el teléfono de Jimin y se lo arrojó en la cabeza.

Le dio la espalda y caminó fuera de la habitación. Avanzó por el pasillo, mientras apretaba sus puños y mandíbula. Su pecho dolía y su respiración se había agitado. Bajó las escaleras con rapidez. Llegó al primer piso y se dirigió hacia la puerta. La abrió y salió de la casa sin mirar atrás. Llegó al auto y abrió la puerta del piloto. Cogió las llaves que había dejado en el asiento del copiloto y con ellas encendió el motor del auto. Dio reversar al auto para irse de la casa de Jimin. Llegó a la carretera y antes de pisar el acelerador, miró hacia la ventana del segundo piso. Soltó un suspiro y golpeó el volante del auto.

—Es mi familia... —sollozó Yoongi y pisó el acelerador.

La flecha de la velocidad llegó al número 100, cuando Yoongi seguía pisando el acelerador cada vez que sus lágrimas bajaban poco a poco.

—¡ESA ERA LA MIERDA QUE QUERÍAS! —gritó Yoongi en el auto. —¡Eso querías, Henry! Querías que maltratara a mi familia como lo hiciste tú. —sollozó y apretó el volante. —Tus hijos. ¡TUS MALDITOS HIJOS! Él..., se enamoró de mí.

Yoongi se secó las lágrimas con el dorso de su mano y se mordió el labio inferior. Cogió su teléfono y marcó el número de Jeon, no respondía. Número de Taehyung, apagado. Número de Hoseok, fuera de línea y ni hablar de Seokjin y Namjoon. ¿De qué le iba a servir esos dos? Entonces, llamó a Thomas.

—¿La tienes? —habló cuando Thomas respondió al tercer tono.

—La llevo camino a Kansas, jefe.

—Bien, nos vemos allá en unas horas. Mantenla cómoda. Necesito hacerle algunas preguntas.

—Bien, jefe.

Colgó.

Yoongi siguió conduciendo por varios minutos y llegó al puente de la ciudad, detuvo el auto y se bajó. Caminó hacia los barandales y acercó su pecho al barandal con la cabeza inclinada hacia abajo para mirar el agua.

Kilómetros atrás, un joven moribundo cojeaba por las calles mientras lloraba desconsoladamente.

—¡MIN YOONGI! —le gritó una vez más a la carretera oscura.

Jimin detuvo un taxi y lo pidió que lo llevara al puente.

—¿Está usted bien? —preguntó el taxista al ver el reflejo de Jimin en el retrovisor.

Lleno de golpes, algunas partes de su rostro sangraban y escupía sangre por la ventanilla cuando el taxista condujo por la carreta.

—Vaya más rápido por favor, es una urgencia.

El taxista asintió. Jimin soló se alcanzó a quitar el pantalón de pijama cuando salió. Se puso una bermuda corta y dejó su camisa blanca. Iba descalzo y sus lágrimas no cesaban. Su garganta dolía y su rostro ardía. Sentía un dolor en su pecho y se ahogaba poco a poco entre sus sollozos.

Minutos más tarde. Jimin se bajó del auto y cerró la puerta con fuerza, luego de pagarle al taxista. Este se fue y Jimin caminó hacia el barandal. Sus pies se cortaron, por algunos vidrios de botellas rotas que había en la carreta. Jimin pasó saliva cuando apoyó su pecho en el barandal con la cabeza inclinada hacia abajo y sus ojos fijados en el oscuro mar.

Jimin dejó caer algunas lágrimas y se absorbió la nariz. Subió sus pies ensangrentados a las barandas del suelo y empezó a subir poco a poco. Lo iba a hacer. Iba subirse en la baranda e iba a...

Lo hizo, se puso de pie en la baranda mientras sus piernas temblaban por su peso y buscaban el equilibrio para no resbalarse. Él solo iba a cerrar los ojos y sentir la brisa. Él, solo iba a hacer eso. ¿No? A su izquierda se pudieron escuchar algunos gritos de personas y uno que otro insulto de voces conocidas. Jimin se bajó del barandal y cojeó hasta el auto estacionado en la mitad de la carreta. Y para ese mismo instante, un auto pasó a toda velocidad por el lado de Jimin llamando su atención y lo último que escuchó fue la voz de Taehyung y un disparo.

Jimin se acercó un poco más y fue ahí donde lo vio. Vio a Min Yoongi tendido en el suelo bajo un charco de sangre y también captó la presencia de Taehyung apuntando con el arma hacia Yoongi. Jimin vio a Taehyung, quien lloraba. Dejó caer el arma al suelo y corrió hacia Yoongi quien estaba tendido en el suelo. Jimin había quedado aturdido por aquella escena. Los papeles si habían intercambiado, eso quiere decir que, Yoongi...

Taehyung arrastró el cuerpo de Yoongi por toda la carretera y la subió al auto en el que iba Yoongi hace dos horas atrás. Jimin vio como Taehyung metía el cuerpo de Yoongi al maletero y la cerró. Jimin avanzó hacia el auto, pero antes de que pudiera decir algo, Taehyung pisó el acelerador y se fue.

Jimin se quedó observando el auto cada vez que se alejaba de él. Cayó de rodillas en la mitad de la autopista sin importarle que autos viniera detrás de él y lo rodearan mientras lo insultaban. Personas que habían presenciado lo sucedido, llamarón la atención de Park, pero este no respondió absolutamente nada porque seguía con la mirada perdida hacia la nada.

Y así era como Min Yoongi le pagaba con la misma moneda a Park Jimin. Muere un hombre perverso y nace otro peor que el primero. Ay, Min Yoongi. ¿Qué mierda estás por hacer?































































































Bro, ya casi. Estoy llorando.

_GRITOS AQUÍ_

Entre esta semana les subo el 28, especial, final y epilogo. ¡Nos vemos!
































































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