V E I N T I D O S
Seokjin pasó por la celda de Taehyung y Jimin. Abrió la reja y se detuvo frente a ellos.
-Park, tu abogado está aquí. -dijo Seokjin.
Jimin, quien se encontraba sentado en una las camillas. Le dio una mirada a Seokjin y se levantó de ella. Caminó hacia él y le sonrió, levantando una mano y colocándole encima del hombro de Seokjin.
-Ayúdame a salir de esta, Kim. Prometo ser gentil contigo. -le dijo Jimin y deslizó su mano por el pecho de Seokjin.
-No me manipules, Jimin. Sabes que no te ayudaré a salir de aquí.
Jimin apartó la mano del pecho de Seokjin y lo miró a los ojos, penetrando los suyos con sus rasgos serios.
-¿Qué? ¿Me vas a matar? -rio Seokjin. -Te recuerdo que yo soy el único que te puede ayudar a salir o... No. -Seokjin se apartó de Jimin y le dejó espacio para que el saliera de la celda. -Vamos, te están esperando.
-¡Me muero por saber quién será mi defensor! -dijo eufórico con una sonrisa en sus labios. De hecho, una muy grande.
Salió de la celda, mirando por el hombro hacia Taehyung, quien descansaba en la camilla de arriba.
-Y créeme que no te gustará saber quién es. -le dijo Seokjin a Jimin, cerrando la celda.
Seokjin lo cogió por el brazo y lo arrastró fuera de las celdas. Mientras los invadían los gritos de los otros presos insultando a Jimin y diciéndole cosas asquerosas. Jimin solo les sonreía y los saludaba con la mano. Llegaron al final de las celdas, Seokjin empujó una puerta y entró a Jimin al lugar. Le dijo que siguiera por el pasillo largo y un poco oscuro, hasta la puerta del final. Seokjin no era idiota, eso era obvio. Pero quería probar a un asesino si se podía escapar.
Seokjin cerró la puerta desde afuera y le colocó el código de seguridad. Miró por la pequeña ventana de la puerta y vio como Jimin se dirigía a paso lento hacia la puerta del final. Seokjin sonrió y se alejó de la puerta. Caminó hacia su izquierda y empujó una puerta café, la cual por dentro tenía las cámaras de la prisión y la de la habitación en la que iba a estar Jimin. Se sentó en la silla con ruedas en la parte de abajo y subió los pies a la mesa, mientras esperaba la reacción de Jimin cuando entrara por aquella puerta.
Jimin llegó a la puerta que le había dicho Seokjin y su vello corporal se erizó al poner su mano derecha en el pomo y girarla hacia la izquierda. Pues, esa sensación de miedo y nerviosismo lo invadió cuando empujó un poco la puerta para entrar.
Al principio no escuchó nada, solo la suela de algunos zapatos caminando de a allá, su cuerpo empezó a temblar por extraña sensación que tenía de encontrarse con alguien que conocía. Soltó un suspiro y empujó la puerta del todo, mantuvo la mirada baja hasta caminar hacia la silla y la mesa. Jaló la silla y sentó en ella, acomodando sus codos en la mesa y abriendo un poco sus palmas para poner su rostro encima de ellas.
Levantó la mirada y lo primero que vio fue a un hombre de espaldas. Jimin ladeó la cabeza y lo miró de pies a cabeza. Pues no lo conocía. El hombre se giró con las manos dentro de sus bolsillos delanteros del pantalón y le dio una mirada sería a Jimin. El último mencionado le sonrió y le levantó la mano para saludar.
-Eres mi abogado. -sonrió. -Siéntese por favor.
El hombre con rasgos finos y hermosos. Altos maduros y un poco serio. Se ajustó el saco azul oscuro y caminó hacia la mesa. Con un movimiento rápido, golpeó la superficie de la mesa haciendo que Jimin pegara un salto por el sonido fuerte.
-Solo diré que trabajo como abogado para ti, pero también soy el fiscal de tu caso, señor Park. -le dijo. -Soy el fiscal Lee.
Jimin levantó la ceja y se acomodó en la silla.
-Entonces, Señor fiscal. ¿Por qué me acusan? -se cruzó de brazos sonriente.
El fiscal Lee soltó una carcajada que hizo que a Jimin se le erizara el vello corporal. Apartó las manos de la mesa y se cruzó de brazos para empezar a caminar alrededor de Jimin.
-¿Conoces a Min Yoongi? Bueno, no sé por qué te pregunto si tú y yo sabemos que lo conoces muy bien. -dijo el fiscal.
-¿Qué tiene que ver Min conmigo?
-De hecho, mucho, señor Park. -soltó un suspiro
Llegó al frente de él -con la mesa entre ellos dos.
-Empezaré con las preguntas. -se sentó en la mesa y abrió un portafolio amarillo con café, del cual sacó algunos papeles. Los organizó y leyó, mientras les enseñaba las fotografías a Jimin. -Eres acusado de asesinato brutal, tanto físico como interno. Violaste, mutilaste cuerpos e hiciste con ellos dibujos y escritura. -dijo el fiscal.
Jimin por otro lado sonreía orgulloso a las fotografías de los asesinatos que había cometido. Había un total de 35 personas, tanto mutiladas, como asesinadas por arma blanca. Todos eso durante 5 meses.
-Tienes derecho a permanecer callado, todo lo que digas será usado en su contra. -dijo el fiscal.
-¿Qué debo hacer? -rio. -Vi muchos casos de estos, pero nunca sé que decir. Siempre me imaginé siendo abogado, nunca el acusado.
-Lástima, Señor Park. Hoy le toca ser el acusado. -sonrió. -¿Usted mató a Ji Nangjoon? Hombre de 23 años, arquitecto. Lo esperó fuera de su trabajo junto a su cómplice Kim Taehyung. Esperó su hora de salida y cuando lo tuvo muy cerca, clavó el cuchillo en su espalda, haciendo un corte recto, mientras que su cómplice sostenía a la víctima para que usted pudiera penetrar el cuchillo. ¿Estoy en lo correcto?
-No. -sonrió Jimin. El fiscal lo miró y soltó un suspiro al saber que trabajar para Park Jimin iba a ser difícil.
-Estuvo involucrado con Min Yoongi, en más de diez muertes. ¿Eran muy cercanos?
-Digamos que lo éramos. -rio Jimin al recodar las escenas perversas con Min.
-¿Qué tanto lo eran? Por favor, especifique.
-¿Quiere que le diga en serio por que hacíamos ese loco y yo? -rio Jimin.
El fiscal lo pensó mientras lo miraba.
-¿Mató usted a su pariente?
-Sí hablamos de Tobías, ese no era pariente mío. -respondió Jimin.
El fiscal dejó las hojas en la mesa y se levantó de la silla.
-¿En qué mierda lo debo defender si ha aceptado todo? -dijo el hombre.
Jimin se encogió de hombros.
-Tarde o temprano, Min Yoongi estará aquí por mí. Yo no debería estar aquí, él sí. -dijo. -Si me disculpa, no he podido comer desde anoche. -se levantó de silla. -Digo, coger desde anoche. -soltó una carcajada y caminó hacia la puerta.
-Tu hermano defendió por ti durante un año completo. Te dejó como inocente y me pidió limpiar tu nombre. ¿Por qué quieres hacer que tu nombre se ensucie? -le dijo el fiscal mirando la espalda de Jimin.
-¿Estaría mal dejar mi historia cómo recuerdo aquí? -dijo Jimin mirando por encima del hombro. -Mi hermano solo quería mi bien, yo siempre quise el mal. La culpa fue de él querer limpiar o salvar, algo que estaba muerto. -sonrió. -No hagas nada, Lee. Déjame pudrir en la cárcel y veamos como Min Yoongi te hace la vida de cuadritos o... Como hace tu cuerpo cuadritos. Cualquiera de las dos pase primero, te acordarás de mí. -y abrió la puerta para salir.
Seokjin, quien había estado observando y escuchando todo desde arriba. Envío un mensaje desde su teléfono y abrió una puerta por el pasillo en el que iba caminando Jimin para salir. Seokjin, apagó las cámaras y dejó al amo actuar por su propia cuenta.
Jimin, quien había quedado confundido al ver que otra puerta del pasillo se había abierto. Lo hizo entrar en duda y querer entrar aquella habitación.
-Entra, pequeño. -fue cuando escuchó la voz de Min Yoongi salir de aquella habitación.
Jimin negó con la cabeza sonriente y empujó la puerta, para luego cerrarla detrás de él. Cuando entró a la sala se encontró con Min Yoongi cruzado de brazos y con la cadera apoyada en la mesa. Jimin lo miró de pies a cabeza y ladeó la cabeza.
-Te traje algo de ropa. -le dijo. -Vístete aquí y luego saldremos. -dijo Yoongi, entregándole dos bolsas.
-Entonces, me drogas con Taehyung. Haces que te vea follar con Jungkook, me metes a prisión y ahora ¿Quieres salir? -habló Jimin. -¿Qué mierda pasa contigo?
-Saldrás cuando yo te venga a buscar, Park. Es mi decisión. Yo decido tu salida y tu entrada. Así que no podrás ir a ningún lado sin mi consentimiento.
-Oh, vaya. Ahora todos hacen lo que tú les dices.
Yoongi le regaló una sonrisa.
-Siempre le harán caso al diablo, pequeño. -le dijo, empujando su lengua dentro de su mejilla. -Vístete, rápido. Llegaremos tarde.
-¿Tarde? ¿A dónde me llevarás? -preguntó Jimin, quitándose el overol naranja.
Yoongi abrió una de las bolsas y le entregó la ropa interior roja. Luego le dio los pantalones y una camisa. Le entregó un par de zapatos y esperó a que se terminara de vestir, cogió la corbata d ela bolsa y se acercó a él para ponérsela. Le levantó el cuello de la camisa y se la puso. Cuando le hizo bien el nudo, Jimin bajó la cabeza por la cercanía de Yoongi y eso lo hizo reír.
-Tranquilo, no te haré nada aquí. Me estoy controlando. -le dijo Yoongi, apartándose de él. Volvió a la mesa y sacó de la bolsa el saco. Se lo extendió y Jimin lo cogió.
-¿Adónde vamos? -preguntó Jimin una vez más.
-Cambiaremos la rutina, esta vez será algo ¿Sano? -se metió las manos en los bolsillos. -Un simple juego de cartas con mafiosos, más tragos.
Jimin arrugó el ceño.
-¿De qué estás hablando, Min? ¿Vamos a jugar cartas? ¡¿Para esto me sacas?! -le gritó.
Yoongi se le acercó y le cogió la cara con fuerza.
-Bájame la voz, Park Jimin. Como crees saber de locura, eso no te da el derecho de pisotearme. -le dijo. -Cuida tu tono conmigo, no quiero dejarte aquí.
Le soltó la cara y pasó por su lado rozándole el hombro. Abrió la puerta y salió de aquel cuarto.
-Te espero afuera, no dejes que te atrapen. -dicho eso se fue.
Jimin apretó los puños, clavando sus uñas en las palmas. Pasó saliva y se pasó una mano por el cabello. Observó las bolsas las cuales le había traído Yoongi con ropa y eso le hizo reír. De que estaba loco, lo estaba. Se ajustó bien los botones de la camisa.
Abrió la puerta y salió de ahí. Caminó por el pasillo, con dirección a la puerta por la que había pasado hace una hora. La empujó y salió a las celdas de los presos. Caminó por ellas con total elegancia, mientras mantenía sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Los presos le volvieron a gritar groserías y alguna que otra obscenidad. Jimin solo sonreía y seguía su camina, hasta que pasó por la celda que compartía con Taehyung. Lo vio pegado a los barrotes, mientras sus brazos caían por fuera de ellos.
-Te traeré algo de comer, Kim. -le dijo Jimin.
Taehyung lo miró sin ninguna expresión, pero tampoco dijo nada.
-Descansa un poco, se te notan mucho las ojeras. -intentó sacarle, así sea una sonrisa.
-Púdrete, ¿Sí? -le dijo Taehyung y se alejó de los barrotes para volver acostarse en su cama
Jimin soltó un suspiro y siguió caminando con la cabeza baja.
-¡Oye! ¿Cómo demonios te saliste? -dijo un guardia de turno.
"No dejes que te atrapen." La voz de Yoongi apareció en sus pensamientos.
-Mierda. -Jimin sacó sus manos del pantalón y se dispuso a correr.
-¡Quieto! -gritó otro guardia corpulento.
Jimin observó la salida detrás de ellos y no tuvo tiempo para pensar que hacer. Los dos hombres salieron corriendo hacia él, y Jimin lo único que hizo fue defenderse. Al primer tipo, le pegó un puñetazo en la cara y luego le lanzó una patada en el estómago. Al segundo tipo, le pegó en las rodillas provocando que cayera al suelo y así pudiera darle con la rodilla en toda la cara. Cuando lo vio en el suelo, salió corriendo hacia la puerta y la abrió. Encontrándose con Yoongi, cruzado de brazos y sonriendo.
Jimin agitado, se tomó unos segundos parar tomar aire.
-¡Qué bien! Sabes defenderte. -le aplaudió.
-¿Nos vamos? -Jimin le pasó por el lado rozando su hombro.
Yoongi soltó una risita y lo siguió.
Horas después, Jimin y Yoongi se encontraban caminando por los corredores del gran hotel Branguliar. Se dirigían al casino para una buena partida de cartas o póker. Pero, lo que no sabía el pequeño Jimin, era que su acompañante tenía un plan que le costaría la vida y cuando me refiero que costaría, me refiero a dinero.
Al llegar a las grandes puertas, un chico vestido de pantalón negro con una camisa blanca y chaleco rojo encima. Los recibió con una sonrisa, mientras les abría la puerta para darles paso a los dos. Yoongi, se adelantó y pasó su mano a la cadera de Jimin para pegarlo a su cuerpo y así poder susurrarle algo.
-Permanece callado a todo tipo de preguntas que te hagan, pequeño. -dijo. -Solo asiente a todo y a lo que creas que negaras, me miras. ¿De acuerdo?
-¿Qué soy? ¿Tu perra para que me digas que hacer? -le apartó Jimin, alejándose de Yoongi.
Yoongi se metió las manos en los bolsillos y lo alcanzó.
-Si me haces quedar mal, juro que descuartizare a tu hermanito.
-Aw, pero si ya te lo follaste. ¿Por qué descuartizar, si te lo puedes seguir follando? -le dijo Jimin y siguió caminando.
-El pequeño de papá está celoso. -Yoongi se le acercó por detrás y le dio una nalgada. -Mmm, ¿Con que lo arreglaré? -le acarició el cuello con su dedo índice.
Jimin lo apartó y entró del todo al casino. El humo de los cigarrillos se impregno en su nariz a la hora de pasar por las grandes mesas de póker, billar y otros juegos de máquinas. Observó a todos lados el ambiente de viejos jugar por dinero, de mujeres con vestidos reveladores al lado de hombres para sacarles dinero. Las viejas brujas que solo querían ganar dinero para luego dárselo a sus novios jóvenes. Ah, qué bonito ambiente. Solo faltaba el psicópata y su aprendiz.
Yoongi lo jaló por el saco hacia atrás, para que él pudiera seguir adelante. Jimin solo rodó los ojos y lo siguió. Al parecer el lugar donde iban a jugar "cartas", era en un lugar privado. ¿Por qué no se lo había imaginado?
Cuando Yoongi pasó por detrás del bar que había en aquel casino, se detuvo antes de pasar por la cortina negra, haciendo que Jimin se chocara con su espalda.
-No hables, Park. Lo digo en serio. -le dijo mirando por encima del hombro. -Una palabra y las paga tu cabeza.
-¿A quién mierda verás Min?
-A mi familia.
Jimin arrugó el ceño.
-¿Familia? Taehyung y Hoseok son tu única familia. -eso hizo que Yoongi riera.
-¿Estás seguro? -dijo Yoongi. -Ya los conocerás. ¡Entremos! -Yoongi iba a dar un paso para mover la cortina, pero Jimin lo jaló del brazo.
-¿Tienes un arma demás? ¿Cierto? -le dijo Jimin, pasando sus manos por el cuerpo de Yoongi tratando de encontrarla.
-No tengo, pequeño. -dijo. -Así que cierra esa sucia boca para que no nos maten. -dijo y corrió la cortina.
Los dos se sumergieron en la oscuridad. Pero en ese momento, Jimin dejó de sentir la presencia de Yoongi a su lado. Sintió como dos manos tomaban las suyas con mucha fuerza y en uno de sus dedos introducían un anillo. Jimin arrugó el ceño en la oscuridad y trató de apartar la mano, pero quien se la agarraba era muy fuerte. Todo este tiempo fue Yoongi.
Fue en ese momento en que el sonido de unas puertas abriéndose y la luz neón salió de adentro. Jimin entrecerró los ojos por la fuerte luz azul. Yoongi le dio un pequeño empujón, haciéndolo entrar y que caminara. Pero, cuando Jimin entró, se encontró con la escena de varias mujeres bailando con poca ropa al ritmo sensual de la música, encima de unas pequeñas tarimas. Jimin las observó de pies a cabeza y miró a Yoongi.
-¿Me vas a dar una despedida de soltero o que mierda? -dijo Jimin.
Yoongi nada más le sonrió y le guiñó el ojo. Jimin se miró la mano derecha y vio el anillo plateado brillar en su dedo anular. Yoongi le pasó por el lado y lo cogió de la mano, lo arrastró por el pasillo de mujeres y llegaron a la puerta del final para entrar por ella. Yoongi le soltó la mano a Jimin y dejó que él entrara primero, pero antes, se le había acercado.
-Solo disfruta del momento, pequeño. Porque será la primera y última vez que estarás aquí. -le susurró. -Y será la última vez que..., tus manos toquen mi cuerpo.
Jimin se giró para mirarlo.
-¿De qué estás hablando Yoongi? -le dijo.
-Lo siento, Jimin. -Yoongi lo empujó. -Bienvenido a mi familia.
Yoongi lo empujó a dentro de la puerta y la cerró con seguro desde afuera. Jimin no veía nada al principio, pero siguió caminando hasta llegar a la luz blanca del fondo. Corrió la cortina y se encontró con la escena de cinco hombres con cigarrillos y bien vestidos. Jimin estaba en una tarima.
-Él es Park Jimin, 23 años de edad. -habló una voz detrás de él.
Jimin la buscó, pero no la encontró. Apretó los puños y pasó saliva.
-¡Muévete, chico! -gritó uno de los viejos.
Jimin arrugó el ceño, no comprendía donde estaba. Fue ahí cuando vio a Yoongi entrar por otra puerta con una sonrisa de oreja a oreja. Saludó a los hombres y tomó asiento. Yoongi lo miró y le guiñó el ojo.
-¿Por qué estoy aquí? -se dignó a hablar.
-Se ve dan apetitoso... -le susurró un hombre desde su silla y le guiñó el ojo.
Yoongi se encontraba descansando en su silla, mientras juagaba con su anillo. El mismo anillo que tenía Jimin.
-¡Min! ¿Dónde lo conseguiste? -preguntó un hombre y al hablar él, la música se apagó.
-Es un chico de universidad. -dijo Yoongi.
-¿Jugaste con él? -preguntó otro, este tenía el cabello negro, pero se podían ver sus canas blancas.
-Una que otra vez, es como un perro. Hace todo lo que le dices. -dijo Yoongi, mirando a Jimin mientras reía. -Es tan masoquista.
Jimin apretó los puños, iba a decir algo, pero Yoongi negó con la cabeza.
-Era puro en todos los sentidos... -sonrió.
-¿Y ahora qué? ¿Te aburriste de él? -dijo otro.
Yoongi ladeó la cabeza.
-Pues sí, ya no cumple mis expectativas.
Esta vez el que sonreía era Jimin.
-¿Entonces? ¿Lo traes para venderlo? -preguntó uno de los más viejos en la sala, mientras se mordía el labio inferior mirando a Jimin.
-Eso creo. -dijo Yoongi. -Pero, él no lo vale.
Tan egoísta, Min.
-Yo lo quiero, quiero jugar con ese pequeño. -dijo uno.
Yoongi se encogió de hombros.
-Puedes llevártelo si quieres, a mí ya no me importa.
La sala entró en un silencio incómodo.
-¿Qué hiciste para que Min te vendiera así de rápido?
Yoongi levantó una ceja y llevó su dedo índice a sus labios en señal de que no dijera nada. Pero, todos sabemos que Jimin nunca se queda callado.
-Debe ser porque me acosté con su hermano. -rio Jimin, haciendo que la sonrisa de Yoongi se esfumara.
Yoongi abrió los ojos y con rabia negó con la cabeza para que no dijera más. Jimin levantó una ceja y caminó por la tarima para luego bajar de ella.
-Debe ser porque me estoy haciendo el amo. -dijo. -Tiene miedo de que yo pueda ser como él y arrebatarle todo lo que tiene. Tiene miedo, de que yo pueda ser más enfermo que él. ¿No, Yoongi?
Yoongi se cruzó de brazos y levantó una ceja.
-¡Vaya! Se te están enfrentado, Min. ¿Tienes algo que decir?
Jimin se metió las manos en los bolsillos.
-¿Cómo tienes agallas para hablarle así a Min? -dijo uno más joven, levantándose de su silla y dándole un trago a su Wisky.
-Aprendí a tratar a la porquería que es. -dijo Jimin.
Yoongi soltó una carcajada.
-¿En serio? ¿Aquí, pequeño? -se levantó de la silla y se acercó un poco a él. -También me follé a su hermano y bien que lo hace.
-¡Oh! ¡Vaya! Ustedes dos sí que están fuera de control.
-Mi pequeño solo está enojado porque le di placer a su hermanito. -Yoongi puso cara triste. -Él me quiere solo para él, ¿Verdad, bebé? -Jimin soltó una risita y caminó hacia Yoongi.
-¿Crees que puedes venderme, Min? ¿Crees que puedes darme gratis a tu familia? ¿Eres capaz de dejar a la persona que te cambió la maldita vida? -le dijo Jimin. -¿Eres capaz de compartir tu juguete preferido a las personas que te arruinaron tu vida? -soltó una risa, mientras aplaudía. -¿Tan imbécil? ¿En qué has caído, Min Yoongi? ¿Venderme? ¡Solo dime de una maldita vez que no me quieres en tu vida!
-Ya lo hice, Jimin. Siempre lo hago. -dijo Yoongi sonriendo y se acercó más a Jimin. -Cada vez que cogemos, te torturo es mi maldita despedida. Pero, siempre haces que regrese a ti. ¿Por qué? -arrugó el ceño. -¡Ah, cierto! Porque te quieres apoderar de lo que no es tuyo. -lo abofeteó. -Es mi mundo, mi infierno, mi tortura. ¡No es tuya! -le gritó. -No te hagas el listo conmigo, aún no me terminas de conocer, Park Jimin. -le dijo.
-¿Qué falta? ¿Qué me mates? ¿Quieres hacerlo? ¡Hazlo! -Yoongi sacó un cuchillo de su pantalón y lo apuntó hacia la cara de Jimin.
Jimin soltó una carcajada.
-No eres capaz, Min Yoongi. ¡No lo eres! -dijo Jimin y se acercó hasta que la punta del cuchillo tocara su frente. -Si me quieres lejos de ti, corta mi cabeza. -dijo. -Si quieres castigarme cuando otras personas hagan mal, vayámonos de aquí.
No se habían dado cuenta que estaban solos hace unos minutos.
-Mis demonios dicen que sí... -las lágrimas de Yoongi bajaron por sus mejillas.
-¿Tú corazón qué dice? -Jimin rio ante la pregunta. -Verdad que tú no tienes corazón ni sentimientos. -soltó una carcajada muy fuerte, haciendo que Yoongi se enojara un poco más.
Jimin levantó su mano enseñándole el anillo.
-¿Qué mierda es esto? ¿Ah? ¿Qué es? -dijo Jimin. -¿Una muestra de amor? ¡Por favor! Tú no haces estás cosas, Min Yoongi.
Yoongi pinchó un poco más la frente de Jimin con el cuchillo.
-¡Habla! Maldita sea. ¿Qué es lo que quieres conmigo? -le gritó.
Yoongi lo jaló del brazo y lo giró apretando su cuello contra el cuchillo.
-Te vendería, si quisiera. Te mataría, si quisiera. Te besaría, si quisiera. -le dijo Yoongi, apretando un poco más el cuchillo en el cuello de Jimin haciéndolo sangran.
-Hazlo, deja que tus demonios me lleven al infierno... -le dijo. -¡MÁTAME, MIN YOONGI! ¡QUIERO MORIR EN TUS BRAZOS Y QUIERO ATORMENTARTE TODA LA VIDA HASTA HACERTE MATAR!
-¡Quiero hacerlo! -gritó Yoongi y hundió un poco más el cuchillo.
-¡Hazlo de una buena vez! -Jimin lloraba.
Los dos lloraban.
-Me quieres, Min Yoongi... -le dijo Jimin. -No queremos...
-No seas imbécil, Jimin. -soltó una carcajada Yoongi y dejó el cuello libre de Jimin.
Jimin lo miró confundido, lo vio secarse las lágrimas y guardar el cuchillo.
-¿Nos vamos? Vamos por comida, tengo mucha hambre.
-¡Estás loco, Min Yoongi!
-Gracias, pequeño. -se secó las lágrimas, mientras ponía una mueca de asco.
-¿Qué fue lo de hace rato? -Yoongi lo calló.
Y la señaló el techo.
-Nos están viendo... -le susurró. -Salgamos de aquí, afuera debe estar esperando mi familia para darte unos buenos balazos y seguramente me tocará matarlos. -suspiró Yoongi. -Bajo esa silla hay dos armas, sácalas y recárgalas.
Yoongi sacó otras de una fila y las cargó igual. Caminó hacia la puerta, pero Jimin lo detuvo.
-¿Nunca te has enamorado de mí, Yoongi? -Yoongi sonrió.
-No esperes amor de una persona que nunca lo tuvo, Jimin. Ya te lo he dicho, no te voy amar. -dijo Yoongi y caminó hacia la puerta, pero se detuvo.
Jimin no quería amor, solo quería hacerlo sufrir, así como él lo hizo, cuando él estaba enamorado de Yoongi.
-Pequeño.
Jimin lo miró.
-¿Qué quieres?
-Hoy te quedas conmigo, ¿De acuerdo?
-¿Por qué?
-Porque eres y serás mi pequeño. Yo decido tu vida, ¿Lo recuerdas? -le sonrió. -Yo soy tu vida y tu muerte, Park Jimin. Qué no se olvide. -y se giró para salir por la puerta.
Jimin se quedó en un silencio, mientras pensaba. Soltó varias carcajadas, se estaba volviendo más loco de lo normal y todo era culpa de Min Yoongi. Quien sabe, hasta Jimin podría matarlo por ser culpable de su locura y trastornos.
-Si eres mi vida y mi muerte, ¿Quién será la tuya, Min Yoongi? -sonrió Jimin y sacó las armas de la silla que le había dicho Yoongi. -Creo que tengo un oponente. -sonrió. -Voy hacer que me temas, Min Yoongi. Y la mejor manera será, regresar al antiguo Jimin. Adiós, valentía. Hola, temores. ¡Vamos a jugar, Min Yoongi!
Y así fue como el pequeño angelito, dejó de jugar a ser malo por una vez para regresar a su verdadero puesto. ¡Ah! Pero, verdad que el diablo también fue un ángel. Entonces... ¿Jimin? ¿Qué estás apunto de hacer?
¡Por fin capítulo!
Primero, no se pierdan ni nada de esto. No hay amor y tampoco va a haber.
Segundo, denle mucho amor a los especiales <3
Tercero, EN MI PERFIL ESTÁ EL LINK DEL CHAT GRUPAL <3
Espero y les haya gustado. Cada capítulo es una historia nueva, chicxs. Gracias por el apoyo.
Y hasta aquí termina la segunda temporada <3. Explicación en los comentarios.
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