
D O S
Jungkook salió del bar y soltó el aire a la oscuridad que había esto conteniendo. Ver a Namjoon no lo hacía tan feliz, de hecho, lo atraía de vuelta a su pasado y eso no le gustaba para nada. Sacó su teléfono y marcó de nuevo el número de Hoseok, pero otra vez lo mandó a buzón. Jungkook soltó un gruñido y empezó a caminar de vuelta a su apartamento. El teléfono le sonó.
— ¿Hoseok?
— Jungkook...
Se escuchaba cansado y triste.
— ¿Dónde estás?
— Ahora mismo estoy en el punte en donde vinimos por primera vez cuando llegamos aquí...
— ¿Qué mierdas estás haciendo ahí?
— Recordando lo bueno que estábamos pasando...
Estaba ebrio y la idea de Hoseok en un puente le asustaba a Jungkook.
— Hoseok, ven a casa ahora.
— No.
— Hoseok, voy para allá. No te muevas de ahí y no cometas una locura.
Hoseok estalló en risas.
— ¿Cometer una locura? por favor..., él único demente aquí eres tú, idiota.
— Hoseok...
— Estoy diciéndote la verdad, Jungkook. Estoy herido, muy herido. Pero, te quiero y en serio quiero seguir mi vida contigo, pero, joder eres tan terco.
— Hoseok, ¿qué mierda estás diciendo?
— Que estoy terminando contigo.
Jungkook dejó de caminar y se quitó el teléfono de la oreja y miró la pantalla. No era el número de Hoseok.
— ¿Con quién estás, Hoseok?
— ¿Qué mierda te importa?
— Hoseok, ¡respóndeme! ¿Con quién mierda estás?
Hoseok volvió a estallar en risas.
— Haré que te acuerdes de mí, Jeon.
Y colgó. Jungkook pasó saliva y sintió su corazón latir demasiado rápido. Primero, se había encontrado con Namjoon y ahora Hoseok estaba con alguien más y le había terminado.
— ¡Jungkook! — la voz de Namjoon llegó a sus oídos. Jungkook se giró y lo vio de pie a un metro de él. — Yo sé dónde está Hoseok.
Jungkook apretó los puños y caminó a paso rápido hacia él.
— ¡Fuiste tú! Tú lo secuestraste.
— No fui yo, es alguien más. — La palma de Jungkook se estampó en la mejilla de Namjoon con un fuerte golpe. Namjoon soltó un suspiro fuerte y miró a Jungkook lleno de rabia. — Yo sé dónde está.
— Mientes, imbécil. Tú lo secuestraste. ¿Qué mierda haces aquí? ¿eh? ¿me sigues acaso? ¿te mandaron a matarme? — Namjoon se lamió los labios.
— Jungkook, escúchame una vez en tu maldita vida... — le dijo Namjoon y Jungkook le dio la espalda para seguir caminando. Namjoon lo siguió. — Esta bien, no me creas, pero cuando lo maten no vengas a llorar, imbécil.
Jungkook dejó de caminar y miró por encima de su hombro.
— ¿Por qué debería confiar en ti?
— Porque yo soy la salvación de ustedes. — Jungkook estalló en risas.
— No me hagas reír, idiota. Sabes que eres un maldito farsante y traidor y ahora que, ¿andas de bueno? Por favor, Namjoon. Esa mentira déjasela a los estudiantes de preparatoria.
— Que yo recuerde, tú eras uno y bien que te tragaste mi farsa. Al igual que la de Seokjin. Por cierto..., ¿qué has sabido de él? Me he enterado que has estado de tribunal en tribunal.
— ¿Qué es esto? ¿Una estúpida conversación de nuestro pasado, o qué mierda?
— Por cierto..., ¿cómo está Jimin? — y fue ahí donde Jungkook tragó duro.
— Sabes que está muerto... — Namjoon se colocó las manos en las caderas sonriendo.
— O tal vez no..., ¿cómo lo sabes?
— Porque vi cadáver, imbécil. Vi cuando la maldita maquina anunciaba su muerte.
— ¿Por qué no te creo?
— Me importa una mierda si no me crees, Namjoon. Es tu maldito problema. — Namjoon le sonrió.
— Hoseok está en el puente con un matón. Vete ahora si no quieres verlo muerto, como a tu hermano, Kook. — Jungkook apretó los puños y se fue de ahí corriendo.
— ¡Taxi! — gritó Namjoon y el auto amarrillo de detuvo a su lado. Abrió la puerta del copiloto y entro. — Al puente de la Interestatal 110 sobre Redondo Beach Boulevard. — El conductor asintió y pisó el acelerador.
Hoseok soltó un suspiro y miró hacia abajo, mientras que los carros pasaban a toda velocidad, soltó un suspiro.
— ¿Para esto me llamaste? — le dijo él a su lado.
— Ustedes siempre debieron estar juntos, ¿no, crees? — le dijo Hoseok sonriendo.
— Hoseok, te estás lastimando mucho. ¿Por qué mierda haces esto?
— Se supone que tú y yo tenemos deudas, ¿no? — Hoseok caminó hacia él. — Tú lo amas, Taehyung. Es mejor que estén juntos, en vez de estar lastimando a las personas. Por ejemplo, yo. Él no deja de pensar en ti.
— ¿Cómo estás tan seguro de eso, eh? Malditasea, ahora mismo me dan ganas de matarte por lo estúpido que te escuchas, Hoseok.
Hoseok le volvió a sonreír.
— Hazme un favor y hazlo olvidar del dolor y de Jimin. Él está muy herido y te necesita. — Taehyung suspiró y lo miró como si estuviera loco.
Taehyung había llegado a los Ángeles por Hoseok. Ya que le había dicho que necesita arreglar cuentas con él. Taehyung se imaginaba una conversación y discusión, no "vuelve a Jungkook". Aunque para ser sinceros, Taehyung lo extrañaba. Su despedida no fue la mejor.
— Hoseok, yo no puedo estar con Jungkook. Le haría daño,
— ¿Más de lo que él está? No lo creo, Taehyung. Torturalo con amor, se lo merece. Él necesita una voz que le diga que todo estará bien, porque aún es un niño, ¿sabes? Aún llora y patalea. No le gusta que le digan niño, porque las cosas que hacen no son las de un niño. Él te necesita, Taehyung. Ayúdalo.
— ¡Vaya! El hermano de sangre y el postizo se ven a escondidas. — dijo una voz detrás de ellos.
Hoseok se giró y encontró a Namjoon sonriéndoles de oreja a oreja. Taehyung se colocó delante de Hoseok.
— ¿Qué haces en los Ángeles? — le preguntó Taehyung.
— Divirtiéndome por ser mi cumpleaños. — dijo él sin borrar su sonrisa.
— Te hacia muerto, Namjoon. — esta vez habló Hoseok. Namjoon rodó los ojos.
— No estoy muerto, malditasea.
Taehyung soltó un suspiro y se acercó a él.
— ¿Qué estás haciendo aquí en verdad?
— Protegiendo. — Taehyung soltó una carcajada.
— ¿Tú? ¿proteger? Oh vamos, déjale las mentiras a Min. — dijo Hoseok.
Namjoon apretó los puños.
— ¿Han sabido algo de su hermanito? — preguntó Namjoon con una sonrisa siniestra.
Hoseok se colocó al lado de Taehyung y se miraron.
— Escuché que tiene un juguete nuevo y no es Jimin...
— Él está muerto, idiota. — Namjoon sonrió.
— ¿Cómo están tan seguros de eso?
— Fui al velorio. — dijo Hoseok.
Namjoon ladeó la cabeza y les sonrió al darse cuenta que Jungkook se bajaba del auto.
— Entonces..., ¿listo para un juego más, chicos? — Taehyung arrugó el ceño.
— ¿Taehyung? — fue ahí cuando Jungkook llegó a ellos y Taehyung se giró para mirarlo.
Su corazón empezó a latir muy rápido y tragó duro al verlo de pie frente a él. Su amor no había cambiado nada, ahora estaba más grande, pero, su cara jamás cambiaba. A Jungkook se le iluminaron los ojos.
— Hola, Jungkook. Tanto tiempo... — ¿Eso era todo lo que tenía que decir, luego de esa despedida asquerosa? — ¿có-cómo has estado?
Jungkook miró a Hoseok y luego a Namjoon.
— Hoseok..., ¿qué hace Taehyung aquí? — Namjoon sonrió y se acercó a ellos.
— Bien, ya que la familia está reunida. Debo decirles que Jungkook corre peligro. — dijo Namjoon.
Taehyung lo miró.
— ¿Quién lo busca? — preguntó Hoseok
— ¿De qué mierda estás hablando, Namjoon? — preguntó Jungkook. Namjoon los miró.
— Si quieren vivir, tienen que venir conmigo. — dijo él.
— No voy a ir contigo. — dijo Jungkook.
— Que yo recuerde, tú eres malo. — dijo Hoseok. Namjoon bufó.
— Bien, que se mueran entonces. — se dio la vuelta, pero Taehyung lo agarró del brazo.
— ¿Quién es?
— Park Jinyoung. ¿Les suena el nombre? — Jungkook tragó duro.
— ¿Él sigue vivo? — Namjoon asintió.
— Y con ganas de matarte, Jungkook. — dijo él.
Taehyung miró a Jungkook y luego a Hoseok.
— Debo irme... — dijo Taehyung. Jungkook arrugó el ceño.
— ¿Por qué?
— Tengo cosas que hacer. — Jungkook lo jaló de la muñeca y lo atrajo hacia él.
— Tenemos que hablar, Taehyung.
— Tú y yo no tenemos nada de qué hablar. — Taehyung miró a Hoseok. — Deja de ser un idiota y quédate con las personas que en verdad te aman, deja de ser tan masoquista, Jungkook.
— Tú me convertiste en esto, Taehyung. Esto es tu culpa.
— Bien, si tanto es mi culpa. ¿Por qué mierda sigues aferrando tus pensamientos a mí? Jamás cambiarás, Jungkook. — Jungkook apretó los puños, le dolía cada palabra que le decía.
— Idiota.
— Sigue tú vida, como te lo dijo tu hermano. — Y se soltó de su agarre, le dio la espalda y empezó a caminar.
Jungkook tragó duro y miró a Hoseok.
— ¡¿Por qué mierda lo buscaste?! — le gritó Jungkook.
— Tú y él merecen estar juntos, Jungkook.
— ¡No! Eres tú quien me aferra al pasado, atraes a todo, Hoseok. ¿Qué mierda te está pasando? — lo sacudió de los hombros.
— ¡Tú! Jungkook, ¡Tú me pasas! — le gritó y lo tomó de las mejillas estampando sus labios con los de él.
— Ho-Hoseok... — dijo entre besos. — Ho-Hoseok... — Jungkook lo empujó.
— Ve con él, Jungkook. — le susurró y Jungkook negó.
— No te voy a dejar, Hoseok. Tú eres importante para mí... — Hoseok sonrió y negó con la cabeza.
— No mientas más, por favor, Jungkook. Deja de lastimarme más de lo que has hecho. — Hoseok se alejó de él y empezó a caminar lejos de él.
Jungkook miró hacia donde estaba Namjoon, pero este ya se había ido. Jungkook soltó un suspiro y decidió seguir en silencio a Hoseok hasta llegar a su apartamento. Cuando los dos entraron al edificio, Hoseok fue el primero en hablar.
— Mañana tengo una entrevista de trabajo... — dijo él. Jungkook lo observó en silencio y pidió el ascensor. Los dos entraron en el y presionaron el botón de su piso.
— ¿Dónde?
— Tengo que viajar a Kansas... — Jungkook negó con la cabeza.
— No, Hoseok. Allá no vas.
— Tengo que ir, Jungkook. Allá es mi entrevista de trabajo. — las puertas del ascensor de abrieron y lo dejaron pasar a su piso.
— Hoseok, allá está él..., ¿quieres ir allá? — Hoseok tragó saliva y sacó las llaves de su chaqueta.
— Tengo que ir, tengo superarlo. Después de todo, Min Yoongi es mi hermano. — Jungkook cerró los ojos con fuerza al escucharlo decir eso. — y tú tienes que estar con Taehyung, los dos comparten la misma locura. Lastimosamente yo no.
Metió la llave en la cerradura y la giró. Él entró y luego Jungkook. Cerró la puerta y le colocó el seguro. Hoseok encendió la luz y soltó un grito al ver a Seokjin sentado en el mueble a oscuras.
— ¡¿Qué mierda haces tú también aquí?! — le gritó Hoseok.
— Hola, chicos. ¿Qué tal?
— ¿Qué tal? ¿es en serio? — dijo Jungkook y se acercó a él. — ¿Cómo mierda entraste?
— Tengo secretos. — dijo él con una sonrisa.
— Sí y también eres un farsante. — Seokjin rodó los ojos y se levantó del sofá.
— Pensé que habías olvidado eso, chicos.
— ¿Qué haces aquí? — dijo Hoseok.
— Llamaste a Taehyung y vine con él. Luego me enteré que el desgraciado de Namjoon sigue vivo y está aquí. ¿Qué hablaron con él? — preguntó Seokjin.
Hoseok miró a Jungkook antes de responder. — Dijo que Jinyoung está buscando a Jungkook. — Seokjin arrugó el ceño.
— ¿Jinyoung? ¡Ah! ese bastardo. — dijo él. — Los dos tendrán que venir conmigo.
— Namjoon también dijo los mismo, si no queríamos morir. — dijo Jungkook.
— Aquí el objetivo blanco eres tú, Jungkook. Tengo que protegerte. — dijo él.
Jungkook miró a Hoseok.
— ¿Tú y Namjoon acaso están trabajando juntos? — dijo Hoseok.
— Bien, les diré la verdad. — suspiró Seokjin. — Namjoon está trabajando para Min.
Hoseok soltó una carcajada.
— Bien, que buen chiste. ¿Cómo va a estar trabajando para él, si Yoongi lo quera matar? Es algo ilógico, ¿no crees? — dijo Hoseok.
Seokjin soltó un bufido.
— ¿Por qué deberíamos confiar en ti? Si después de todo, eres un farsante. — habló Jungkook.
— Malditasea, Jungkook. ¿Quieres morir al igual que el imbécil de tu hermano, eh? ¿qué mierda pasa contigo? — le dijo Seokjin.
— Jimin está muerto, y ya esta. No entiendo porqué sigues aquí. Nadie me va a matar, no soy idiota. — dijo Jungkook y caminó hacia su habitación.
Hoseok miró a Seokjin.
— ¿Ya sabe de tu viaje a Kansas? — le preguntó Seokjin.
— Sí, ya sabe.
— ¿Y sabe que te vas a encontrar con tu hermanito? — Hoseok le tapó la boca.
— Es lo mejor para los dos. — le susurró y le quitó la mano de la boca.
— Siempre diré que si no mientes, no eres nadie. — río y caminó hacia la puerta. — Nos veremos mañana, tal vez.
Hoseok asintió y le abrió la puerta, lo dejó salir y azotó la puerta. Hoseok caminó hacia la habitación y se quitó la camisa, la lanzó al suelo y cuando alzó la vista, vio a Jungkook con una maleta.
— ¿Qué estás haciendo, Jungkook?
— Empacando.
— ¿Por qué?
— Tú solo a Kansas no vas, Hoseok. Iremos juntos. — Hoseok tragó duro. ¿Y ahora que iba a hacer?
— Jungkook...
— ¡Cállate! Y lleva lo esencial. Solo es una entrevista de trabajo ¿no? — le dijo Jungkook cerrando el bolso. — ¿O me ocultas algo más?
Hoseok negó con la cabeza. — Es una entrevista solamente.
— Bien, si solo es una entrevista. ¿Por qué no quieres que vaya?
— No he dicho que no quiero que vayas, solo que...
— ¿Qué pasa? ¿tienes miedo?
— No, no es eso.
— ¿Entonces qué es, Hoseok?
— Regresar a Kansas, tú y yo. ¿Crees que será bueno? — Jungkook soltó un suspiro.
— Claro que no, no lo será.
— Pueden matarte, Jungkook.
— Lo dudo mucho, después de todo a donde vayamos, Seokjin y Namjoon estarán como perros detrás de nosotros. — le dijo él, sentándose en la cama. — Son unos malditos mentirosos.
— Jungkook... — susurró Hoseok y caminó hacia la cama.
— No vuelvas a decirme que me aferre a mi pasado, no quiero estar con Taehyung. — Hoseok bajó la mirada. — Taehyung me recuerda a todo y no quiero eso. Quiero superarlo, así como tú.
— ¿Crees que aún no sigo herido? — dijo él.
— Si tanto queremos olvidarlo, debemos ir a Kansas, Hoseok.
— ¿Además de mi entrevista? — Jungkook asintió.
— Como dijo Namjoon: "¿listos para un juego más?" — Jungkook lo miró. — Ya es hora de hacernos cargos de las cuentas con el tiempo, Hoseok. Debemos superar esto.
— ¿Y cómo mierda lo piensas hacer?
— Matando.
Taehyung llegó al hotel en donde se quedaba y pidió el ascensor cuando entró una llamada en su teléfono.
— Ya estoy en el hotel, voy subiendo. Abre la puerta.
Colgó y la campanilla del ascensor sonó cuando llegó a su piso. Caminó por el pasillo, dirigiéndose a su habitación. Encontró la puerta abierta y entró, la cerró y se adentró más al lugar. No lo encontró en la habitación, pero si escuchó el agua de la ducha estamparse con el suelo.
— Hoseok quiso verme hoy. — le dijo acercándose a la puerta del baño. — También estaba Jungkook. — el agua cesó.
Taehyung se alejó de la puerta y caminó hacia su cama, se quitó la ropa y la lanzó en el suelo, y se acostó en la cama. Se metió bajo las sabanas y lo vio salir del baño con una toalla enrollada en la cadera.
— ¿Y? — dijo él. — ¿Qué más pasó?
— Jinyoung está vivo y quiere matar a Jungkook. — dijo Taehyung, recordando las palabras que había dicho Namjoon. — Por cierto, Namjoon también está aquí.
— Y también Seokjin. — Taehyung arrugó el ceño y se sentó en la cama.
— ¿Cómo? ¿cómo sabes que está aquí?
— Fue al apartamento de Hoseok y Jungkook. Quiere protegerlos, después de todo. — él soltó una risita. — Es un bastardo.
— Hace un año no lo veo, después de lo que paso.
— ¿Quieres detalles? Bien, te lo daré. — se quitó la toalla de la cadera y caminó desnudo hacia el armario, y se empezó a vestir. — Ahora trae el cabello oscuro y tiene una que otra cortada en la cara, ¿te sirves eso?
— ¿Sabes para quien está trabajando ahora?
— El maldito es del FBI, ¿qué más mierda quieres que él haga? ¿Quieres que trabaje con los malos o qué mierda, Taehyung? — dijo él. Ya vestido, se dirigió a la cama para ponerse los zapatos.
— ¿Adónde vas a estás horas? — le preguntó Taehyung al verlo con traje negro y camisa blanca con corbata.
Él le regaló una sonrisa.
— Tengo trabajo.
— ¿Qué mierda haces? ¿Ahora te prostituyes? — él le lanzó una mirada asesina y se terminó de poner los zapatos.
— Cállate si no quieres que le diga la verdadera razón a Jungkook de porque estás aquí.
— Sí, como si pudieras hablar con él. — sonrió Taehyung.
— Tengo mis maneras de hacer que todo lo que quiera decirle le lleguen por otras bocas, idiota.
— ¿Cómo la chica esa que tienes ahora? ¿cómo es su nombre? ¿Rumin?
— Rosé. Es compañera de Jungkook.
— ¡No me digas! La usarás como mensajera.
— Y es buena gritando. — Taehyung hizo una mueca.
— Vete, llegarás tarde.
— Un hombre con una buena vestimenta jamás llega tarde, las victimas son las que siempre llegan temprano por el deseo de morir. — fue ahí, donde se arrodilló en el suelo y sacó un bolso negro de debajo de la cama y sacó dos armas pequeñas, las cargó y se las guardó en el saco.
— Suerte. — le dijo Taehyung y se acostó dándole la espalda. Cerró sus ojos con la esperanza de que él se fuera y lo dejara descansar.
— Buenas noches, Taehyung... — susurró a su oído y luego le dio un beso en la mejilla. — Ojala no tengas pesadillas. — sí, había momentos en que Taehyung le tenía miedo.
Taehyung no se movió, pero si escuchó la puerta de la habitación se azotada cuando él salió. Taehyung soltó un suspiro y miró por encima de su hombro para percatarse de que estaba solo. Estiró su brazo hacia abajo y alcanzó el pantalón, y sacó su teléfono. El reloj marcaba las 2 de la madrugada. Lo desbloqueó y entró a contactos, sus ojos vieron el número de Jungkook y sus dedos querían darle llamar. Pero, su corazón y mente le decían que no era buena idea. Soltó un suspiro y dejó el teléfono — aún con el número de Jungkook en pantalla — en la mesita pequeña que estaba al lado de su cama. Un mensaje entró.
Te veo en Kansas, Taehyung.
— Hoseok.
Entró otro mensaje.
Será una reunión siniestra, Taehyung. Cenaremos y hablaremos de lo bueno que fue Henry con nosotros. Espero y vengas, no quiero mandar a buscarte, hermanito. :)
— Yoongi.
Después de todo, no todos habían olvidado su pasado. Ellos se estaban cerrando sus heridas con sangre y más dolor, era perfecto, ¿cierto?
{Smap}
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