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D O C E

¡Aún no la reproduzcan!
























Hoseok se encontraba en una camilla con algunos cables en su pecho y traía una venda en la cabeza. Abrió sus ojos lentamente y la primera persona que vio fue a Jungkook. Sostenía su mano y traía la cabeza baja. Hoseok sonrió, le causaba ternura ver esa escena. Pero, sabía que Jungkook no era suyo, era su amor imposible. Ya que él, estaba enamorado del demonio que Taehyung le enseñó y eso cada día le quemaba.

Odiaba saber que ya no estarían tan cerca como antes. Odiaba saber que ya no podría tocar la piel de Jungkook y ni tampoco besar cada rincón de su piel. Le dolía tanto saber que Jungkook estuvo con él, solo para olvidar a Taehyung, pero no pudo.

—Hyung, hola... ¿Cómo te sientes? —la voz de Jungkook llegó a sus oídos sacándolo de sus pensamientos. Le dio una sonrisa cálida y le apretó la mano.

—¿Ya comiste? —Jungkook negó.

—¿Por qué? ¿Tiene hambre? —Hoseok asintió con una sonrisa.

Desde los ojos de Hoseok, observaba a Jungkook como su más preciado amor y un niño que quería proteger y cuidar. Veía a un niño fuerte y que a veces necesitaba más que solo un beso y un abrazo para calmar sus berrinches. Pero, desde los ojos de Jungkook. Hoseok se veía caído, su sonrisa no radiaba felicidad y estaba pálido. Su hyung había cambiado, sí, él lo había llevado a la decepción y dolor.

—Iré por algo de comer, ¿Bueno? —Hoseok asintió y lo vio levantarse de la silla en la que estaba, soltar su mano y salir por la puerta. Estaba solo.

Soltó un suspiro. Se miró la bata blanca que traía puesta y soltó una carcajada al saber que atrás tenía una raja que enseñaba todo su trasero. Se sentó en la cama y su cabeza dolió, soltó un quejido. Una enfermera entró a la habitación y le dio una sonrisa a Hoseok.

—¿Te sientes bien? —él cerró los ojos y negó.

—Duele cuando muevo la cabeza.

—¡Claro que te dolerá! Fue un golpe fuerte. Aun no entiendo cómo te lo hiciste. ¿Me quieres explicar?

Hoseok ladeó la cabeza, no se acordaba cómo. Pero sí tenía algunas imágenes de una persona. Cabello rojo, baja estatura, risa cínica, ojos bien abiertos..., esa voz que hace años no escucha. Park Jimin.

—Yo..., eh... Estaba jugando, sí. Solo me caí y no recuerdo más... —mintió. La enfermera levantó una ceja y dirigió sus manos a la cabeza de Hoseok. Le revisó la herida y sonrió.

—¡Vaya! Se está curando. Estos dos días han servido mucho.

—¿Dos días? ¡¿He estado aquí dos días?! —la enfermera asintió, mientras le ponía otro vendaje blanco.

—Por fin despiertas. Cuando tu amigo te trajo, estabas inconsciente porque perdiste mucha sangre. Así que no esfuerces a tu cerebro a recordar, digamos que está asimilando lo que pasó. ¿Bueno? —Hoseok asintió regañadientes.

La enfermera terminó con la cabeza de Hoseok y salió de la habitación. El teléfono de Hoseok sonó en la mesita pequeña de madera que se encontraba a su lado. Estiró el brazo y contesto la llamada sin ver la pantalla.

—¿Sí?

—¿Cómo estás hermanito?

—¿Qué quieres Min?

Solo saber cómo estás. ¿Sabes? Me preocupo también por ti idiota.

—Sí, sí y yo la tengo pequeña.

No me des explicaciones sobre eso, Hoseok. ¡Aish! ¿Dónde está Jeon?

—¿Qué te importa?

—Bien, solo te diré una cosilla. Ese pequeño, va a ir a una fiesta este sábado. Él, es el objetivo para buscar a alguien...

—¿Park Jimin de casualidad?

—Así que ya te enteraste. ¿Jungkook también?

—Sí, eso creo. ¿Cuál es el punto?

El punto es que yo tengo a Park, Soomin lo quiere, pero también me quiere a mí.

—Pareja de psicópatas. ¿Qué quieres que haga?

—Estar de mi lado.

Hoseok estalló en risas.

—¿Es un chiste? ¿Cierto?

—No me hagas enojar, Hoseok.

—Uy, qué miedo.

—Sí tú no me ayudas, podrás terminar con la cabeza de Jungkook en tus malditas manos, cobarde. Ahora piénsalo de una maldita vez antes de decir que no, imbécil.

Y colgó. Hoseok soltó un bufido y se levantó de la camilla. Se mordió el labio inferior pensante y entró al cuarto de baño. Vio en el mesón de lavamanos un bolso, el cual abrió y lo vio con ropa y un par de zapatos. Levantó una ceja y se miró al espejo. Estaba pálido y su boca estaba seca. Miró hacia la ducha que estaba ahí y decidió darse un baño. Se deshizo de la bata y entró a la ducha, abrió el grifo y de metió bajo el chorro. Dejó que este lo bañara, mientras en su cabeza pasaba miles de recuerdos de aquella noche.

Minutos después, Hoseok se encontraba vestido y fuera del baño. Se había puesto la ropa que estaba en el bolso que encontró en el baño y estaba decido a salir de ahí. Miró la camilla y cogió su teléfono. Tecleó en él y envió el mensaje. Salió de la habitación del hospital y caminó por el pasillo solitario. Giró a la derecha en busca de la salida hasta que la halló. Pero para su sorpresa, Jungkook entraba por ella. Corrió y se escondió en un consultorio. Dejó la puerta entre abierta para ver a Jungkook pasar con dos bolsas de comida en las manos. Hoseok lo miró triste.

—Adiós, Kook. —y salió del solo consultorio. Caminó hacia la entrada y las puertas se abrieron dándole el paso. Su teléfono vibró.

"Estoy afuera. Auto negro."

Hoseok levantó la mirada del teléfono y lo vio con la cadera apoyada en el capó del auto. Pasó salva y se acercó a él. Él ladeó la cabeza sonriente y se burló del vendaje que traía en la cabeza.

—¿Qué te pasó? —dijo riendo.

—Pregúntale a tu pequeño, Min. —abrió la puerta del copiloto y entró. Se quedó en silencio, mientras Yoongi entraba al auto y encendía el motor.

—No te arrepentirás de tomar esta decisión, hermanito. —dijo Yoongi, sonriéndole al retrovisor mientras la daba reversa al auto.

—De lo único que me arrepiento es de tener sangre tuya. —dicho eso, Hoseok cogió los lentes oscuros de Yoongi y se los puso para ignorar su presencia.

Yoongi lo miró sonriente y acercó sus labios al oído de Hoseok.

—Dulces sueños, hermanito. —susurró. Hoseok lo empujó.

—Te acercas una vez más y juró por Jungkook que te descuartizo, Min. —a Yoongi se le iluminó la mirada.

—Tienes pensamientos de un enfermo, Hobi. Ya casi eres como nosotros. —Hoseok lo miró.

—Ser o no ser como ustedes, eso no me importa. Yo solo quiero una vida normal, pero claro, ¡Min tiene que estar vivo!

—Agradece que te he salvado el culo más de dos veces, desgraciado.

—¿Quién mierda te lo pidió? ¿Eh? ¿Quién? —Yoongi le sonrió y Hoseok lo ignoró. —Tú jamás podrás convivir con alguien sin torturarlo, hacerle daño o incluso matarlo. —dicho eso último, Yoongi pisó el acelerador y se concentró en el camino.























































































































Jungkook se encontraba recorriendo los pasillos del hospital buscando a Hoseok. Preguntó en la recepción, preguntó a doctores, enfermeros y personas. Pero la respuesta era una negación.

—¿Dónde mierda fuiste, Hoseok? —se quejó Jungkook.

Su teléfono sonó, enseñando en pantalla un número desconocido. Jungkook respondió y se quedó en silencio, mientras escuchaba.

—Necesito tú ayuda, Jungkook.

Jungkook tragó duro al saber que era su hermano quien hablaba.

—¿Qué quieres?

—Necesito que vayas a mi hotel y busques a Taehyung...

Jungkook arrugó el ceño. ¿Taehyung estaba en los Ángeles? No, la pregunta era... ¿Taehyung sabía que Jimin estaba vivo?

—¿Para qué?

La respiración de Jimin se escuchaba agitada y se podía notar que estaba corriendo.

—¿Dónde estás?

—Eso no te importa. Ve al hotel y encuéntrate con Taehyung y dile que rastree mi teléfono.

—¿Por qué huyendo? ¿De quién? La única manera de que tú huyas sea que Min se entere de que estás vivo... Mierda...

—¡Ve ahora! Richsmons, es el hotel.

Y antes de que Jungkook se quejara de algo, Jimin colgó la llamada. Jungkook maldijo en voz baja y decidió marcar el número de Hoseok, pero luego de tres llamadas, se dio por vencido, Hoseok se había ido.

Jungkook salió de la habitación del hotel, pasó la recepción y dejó la comida en bolsas ahí. Salió del hospital y se acercó a la acera para pedir un taxi. El segundo que pasó, en ese subió y dio la dirección al taxista. Dejó descansar la espalda en los asientos traseros mientras miraba por la ventana y se perdía en sus pensamientos. Pero, la pregunta que se hacía era ¿Por qué ayudaba a Jimin? Él lo había dejado, le había dicho que siguiera su vida y ahora el desgraciado vuelve a decirle que se vaya con él. A Jungkook le llegó un mensaje.

"¿Buscando a Hoseok? Aw, ve el sábado a la fiesta de Soomin y puede que negociemos algo."

El día no podía ser más desagradable. El mensaje era de Yoongi.

—Hemos llegado, señor. —Jungkook levantó la mirada del teléfono y sacó el dinero para pagar. Se bajó del auto y se guardó el teléfono.

La brisa no tardó en moverle el cabello. Jungkook tragó duro al recordar que venía a buscar a Taehyung. Pero también recordaba esa noche en la que lo había dejado solo. Jungkook estaba enamorado, tan enamorado que podría dejar que Taehyung lo castigue incluso cuando él no haya hecho nada, sino cuando otras personas lo hagan.

Entró al hotel. Las manos le sudaban cuando se acercó a la recepción para preguntar por él. Pero, él no quería que Taehyung se enterara de él que estaba ahí, así que decidió buscarlo por él mismo. Por su mente pasó la idea de que podía estar en un bar. Eran las seis de la tarde y el sol apenas se escondía, ¿Por qué no podría estar allí?

—Disculpe... —le preguntó a un botones. —¿El bar?

—Si sigue por este camino, a la derecha estará, señor. —Jungkook asintió en tono de gracias.

Siguió las indicaciones y para su sorpresa, llegó al bar. Se lamió los labios y pasó saliva antes de entrar allí. Empujó las puertas y se sumergió en el oscuro bar. Sus oídos captaron el sonido fuerte de la música que salía por los altavoces. Luces blancas y neones aparecieron en su campo de vista al caminar más a dentro del lugar. Buscó con los ojos bien abierto la silueta de Taehyung, pero no lo veía. Podría reconocer su espalda entre tantas, pero tampoco. Era inútil.

Se acercó a la barra y se sentó en un taburete.

—¿Va a pedir algo, señor? —dijo el cantinero.

¡Ahora reproduzcan!

—No, solo estoy buscando a alguien. —respondió Jungkook, poniendo los codos en la barra. Miró hacia la derecha, viendo el espectáculo de mujeres bailando en el tubo.

Vio como varios hombres sentados en una mesa las rodeaban, mientras ellas se tocaban sus cuerpos con delicadeza y sensualidad. Jungkook ladeó la cabeza cuando vio un brazo con un anillo estirarse para agarrar el vaso de vidrio que contenía un líquido transparente. Jungkook sintió una corazonada y con la mirada puesta en el brazo, lo siguió hasta que dio con el rostro de Taehyung. Su corazón dio un salto cuando se dio cuenta que Taehyung ya lo miraba, mientras bebía su trago.

Su mirada penetró la de Jungkook, haciendo que le diera un escalofrió. El tiempo pareció detenerse, cuando Taehyung dejó el vaso de vidrio de nuevo en la mesa, se levantó del mueble sin dejar de mirar de Jungkook. Se acercó a una mujer de las que bailaba en el tubo. Esta era castaña e hizo que ella bajara del escenario. Taehyung, aún con la mirada puesta en Jungkook. Tiró del cabello de la chica y le besó el cuello. Jungkook quien estaba impactado por la escena que hacia Taehyung, pasó saliva y bajó la mirada, pero cuando la quiso subir de nuevo, Taehyung ya no estaba.

Jungkook con la respiración agitada y su corazón golpeando fuertemente su pecho, se levantó del taburete y buscó a Taehyung con la mirada. Nervioso, caminó hacia la pista, pero antes de que pusiera un pie en ella, jalaron de su brazo haciéndolo girarse hacia el dueño que había tirado de él. Jungkook pasó saliva al darse cuenta que tenía a Taehyung muy cerca de su rostro.

Juzgado por las luces, Taehyung se había teñido el cabello de rubio. Jungkook se quedó helado al tacto de Taehyung en sus caderas. Jugó con sus manos en las caderas de Jungkook atrayéndolo hacia su cuerpo. Taehyung se mordió el labio inferior y jadeó dejando escapar su aliento el cual chocó con los labios de Jungkook. Se sintió tembloroso por su cercanía hacia que se apartó.

—¿Por qué estás aquí? —susurró Taehyung, cerca de Jungkook.

Por la música, se podían escuchar si hacían un esfuerzo para hablar fuerte. Taehyung no quería gritar, por eso agarró la muñeca de Jungkook y lo arrastró hacia el baño de hombre, en donde empujó la puerta para entrar y luego ponerle seguro cuando ellos ya estuvieran adentro.

Jungkook por fin pudo ver bien a Taehyung. Tenía lentes de contactos verde avellana y sí, su cabello era rubio. Llevaba una camisa negra manga corta que hacia resaltar sus abultados brazos y el pantalón que hacia juego con la camisa. Para terminar la vestimenta, Taehyung traía abrigo blanco puesto. Jungkook tragó duro de nuevo.

—¿Por qué estás aquí? —preguntó Taehyung, apoyando la cadera en el mesón del lavamanos mientras se cruzaba de brazos.

—¿Tú por qué estás aquí? —devolvió la pregunta Jungkook. Taehyung ladeó la cabeza sonriente. —Deberías estar en Kansas, no aquí.

—¿No me extrañaste? —Taehyung hizo puchero.

—¿Por qué lo haría? ¿Tú y yo somos algo, Taehyung? —eso hizo que Taehyung soltara una carcajada.

—No lo sé, solo sé que tenemos una relación de obsesión y toxica. ¿No crees?

Jungkook levantó una ceja y soltó una carcajada.

—¿Eso crees? Estás muy equivocado. —en nada se equivocaba. Taehyung estaba en lo cierto.

—Bueno..., sí lo estoy. ¿Por qué estás aquí buscándome? —Taehyung dejó caer los brazos a cada lado de su cadera y se acercó a Jungkook. —¿Viniste a buscarme para calmar tus deseos? ¿Cómo sabías que estaba aquí?

—Jimin me lo dijo. —dicho eso, Taehyung se alejó de Jungkook y lo miró sin decir nada. —Él necesita tu ayuda, él... Quiere que rastrees su teléfono. Al parecer huye de Min. Él ya sabe que está vivo.

—¿Cómo sabes tú que él está vivo? —preguntó Taehyung.

—Porque fue a visitarme en mi cumpleaños.

—Ese fue mi regalo, siento si no te gusto. —sonrió Taehyung.

—¿Tú ya sabías de él? —dijo Jungkook acercándose a Taehyung.

—Estuve con él año y medio. —y fue ahí cuando los pensamientos horripilantes y celos invadieron la cabeza de Jungkook. A juzgar por la expresión de Jungkook, Taehyung decidió divertirse con él. —Y sí que me hizo olvidarte, Kook.

—Me alegra eso. Ahora, el idiota te necesita. Has eso de rastrear. —Taehyung soltó una carcajada y le acarició la mejilla a Jungkook.

—¿Celoso de tu hermano, Kookie? —dijo Taehyung para fastidiarlo.

Jungkook sonrió negando.

—Hazlo de Park, Kim. —dicho eso, Jungkook se dirigió a la puerta para salir, pero Taehyung le agarró la muñeca y lo estampó contra la puerta. Posó sus labios encima de los de Jungkook y bajó sus manos a la cadera de Jungkook para quedar más juntos.

Jungkook quién había estado helado unos segundos al sentir como los labios de Taehyung se movían con desesperación encima de los de él. Jungkook optó por cerrar sus ojos y dejarse llevar. Le siguió el beso, entrando en el calor que provocaban los dos con solo un beso. Sus labios de movían al mismo tiempo, saboreándose entre sí. Jadeaban al contacto de sus caderas rozarse. Taehyung colocó una mano contra la puerta para sostenerse y poder así besar con más ansias a Jungkook y manosear su pecho con su otra mano.

Jungkook llevó sus manos al miembro de Taehyung por encima del pantalón y lo agarró. Taehyung dejó de besarlo y le dio una sonrisa seductora. Volvió a juntar sus labios con los de Jungkook y esta vez mordió su labio inferior haciéndolo sangrar. Se separó de él jadeante y con la respiración agitada.

—¿Y eso fue por qué? —preguntó Jungkook.

—Porque eres el primero y el último, Jungkook. —dicho eso, Taehyung quitó a Jungkook de la puerta y salió del baño de hombres. Jungkook lo siguió en silencio. Los dos salieron del bar y caminaron por el hotel. Taehyung se dirigió a los ascensores y pidió uno.

—Cuando te llamó Jimin, ¿Sabías donde estaba? —Jungkook negó con la cabeza y entró al ascensor junto a Taehyung cuando llegó al primer piso.

Taehyung presionó el botón de su piso y subieron los dos. Taehyung sacó su teléfono y tecleó varias cosas en el. La campanilla del ascensor sonó cuando los dos habían llegado al piso. Salió Taehyung con la mirada en su teléfono y Jungkook lo siguió.

Jungkook iba con la mirada hacia sus pies, mientras que en su cabeza se repetía una y otra vez el beso que le había dado Taehyung en el bar. Sin mirar, Taehyung dejó de caminar y Jungkook se chocó con la espalda de Taehyung. Taehyung miró por encima del hombro y levantó una ceja. Jungkook miró hacia otro lado.

—Un auto ya va por Jimin. —dijo Taehyung.

—¿Ya rastreaste su número? —Taehyung asintió. —Entonces... ¿Qué hacemos en tu habitación?

Taehyung se giró para mirar a Jungkook y le sonrió.

—Quiero darte una despedida de antemano. —Jungkook levantó una ceja.

—¿Despedida? ¿De qué hablas? —preguntó Jungkook confundido.

Taehyung sacó la tarjeta que era la llave de la puerta de su habitación y abrió la puerta. Empujó a Jungkook dentro de ella y cerró la puerta con el pie. Se quitó el abrigo blanco y lo tiró al suelo.

—Esa despedida que nos dimos en Kansas no fue la mejor, Kook. Necesitas algo mejor... —le susurró Taehyung a Jungkook, desabrochando los botones de su camisa. —Necesito hacerte mío una vez más antes de que...

Jungkook juntó sus labios con los de Taehyung y los dos cayeron a la gran cama que tenía. Jungkook le quitó la camisa a Taehyung y desabrochó su pantalón. Jungkook se posó encima en de Taehyung a horcajadas, mientras que movía su trasero encima del bulto de Taehyung que apenas empezaba a crecer. Jungkook interrumpió el beso.

—¿Antes de que? —dijo Jungkook.

—Antes de que te maten, Jungkook... —pensó. —Antes de que venga alguien y te haga suyo. —fue lo que dijo.

Pasó su mano por la nuca de Jungkook y atrajo de nuevo sus labios a los de él. Entre tantos movimientos y jadeos, la mano de Jungkook se estampó contra la pared encima de la cama y la luz se apagó dejando a los dos a oscuras, entre finos gemidos, fuertes gruñidos, gritos de placer y sudor gracias a la pasión. No hacía falta ver, para saber que se estaban disfrutando uno del otro. 





































































No saben cuanto amo el enfermo amor del TaeKook.

Denle mucho amor a los especiales y subiré otro capitulo muy pronto.




























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