Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

D I E C I S É I S
















































Jimin golpeó a uno de los hombres de grupo con el mango del arma y en ese momento se giró para dispararle al otro hombre que venía hacia él con intención de dispararle. Jimin de movió rápido y jaló del gatillo. La bala salió del arma y se incrustó en el pecho del hombro, haciendo que cayera al suelo. Por otro lado, Jungkook trataba de soltarse del agarre de los dos tipos. En ese instante, Seokjin le disparó a uno de ellos y Jungkook se pudo soltar. Con el otro brazo libre, golpeó al hombre en la garganta y cuando él ya estuvo arrodillado en el suelo. Jungkook lo golpeó con la rodilla dejándolo inconsciente.

—¿Dónde está Jennie? —preguntó Jungkook.

—¿Para qué la necesitas? —habló Sun Hee.

Jungkook se giró junto a Seokjin para mirar a la dueña de la voz y se encontraron con la escena de ella con un cuchillo puesto en la garganta de Jennie.

—No hagan nada. —susurró Jennie. Sun Hee le acercó más el cuchillo e hizo una pequeña cortadura.

—Pudieron una vez conmigo, pero nunca dos veces. —dijo ella.

—¿Sabes? No entiendo como es que sobreviviste a esa bomba. —dijo Jungkook.

—Jinyoung. ¿Crees que fue tan idiota cómo para dejar que me mataran? ¡Por favor!

—Y aún muerto siguen hablando de él. ¿Qué tanta mierda hizo ese bastardo? —dijo Seokjin.

—Hizo tanto que las cuentas las pagó dando su cabeza. —dijo Jimin.

Jungkook lo miró y vio que apuntaba hacia la cabeza de Sun Hee. En ese instante, Minhyunk se acercó a Jungkook por detrás y le puso el arma apuntando hacia su cabeza. Seokjin sacó la suya y la apuntó hacia la cabeza de Minhyunk; él soltó una carcajada.

—¿Quién se atreverá a disparar primero? —dijo Minhyunk. —¿El corrupto o los oscuros hermanos?

—Ninguno de los dos. —dijo él y dos disparos se escucharon en la gran casa. —Todos afuera. —dijo él caminando hacia la salida.

Jimin levantó una ceja y miró a Jungkook. Se le acercó y le puso una mano en el hombro.

—En buenas y malas, Jeon. —dijo y  sonó como un adiós para Jungkook.

Jimin se alejó de él y se metió las manos en los bolsillos del pantalón. Salió de la gran casa y lo vio con la cadera apoyada en el auto negro. Jimin se cruzó de brazos y le sonrió.

—¿Por qué no te fuiste? ¿Tenías miedo que me mataran antes que tú? —dijo en tono burlón Jimin.

Yoongi lo miró serio, ni una sonrisa. No hizo nada. Solo se quedó en silencio observando a Jimin detalladamente.

—¿Ahora qué? ¿No hablas? —dijo Jimin.

—Sube al auto ahora, Jimin. —fue lo único que le dijo sin dejar de mirarlo a los ojos.

—¿Por qué lo haría? —Yoongi no le respondió. Pero su mirada fija y su expresión de seriedad daba miedo. —¿Qué es lo que quieres imbécil? ¿Mi cuerpo? ¿Qué? —Yoongi seguía sin responder. Eso hacía que Jimin se sintiera incómodo. —Última vez. ¿Qué es lo que quieres?

Yoongi dejó de apoyar la cadera en el auto y se acercó a Jimin para quedar frente a él y muy cerca. Le acarició la mejilla y luego acercó sus labios para besarlo. Jimin se quedó rígido al instante al saber que ese besó se sentía y sabía diferente...Era un beso con ¿Amor? Eso tenía que ser imposible. No puede ser Min Yoongi quien esté besando a Jimin con amor.

Él lo alejó.

—¿Por qué el beso? ¿Qué tramas, Min? —preguntó Jimin. El silencio volvió a responderle. —No voy a coger contigo.

Eso hizo sonreír a Yoongi.

—¿Por qué piensas en sexo a todo momento, Park? —dijo Yoongi.

—¿Disculpa? Sí el que piensa en sexo a cada momento eres tú. ¿Qué mierda te pasa, Min? —Yoongi ladeó la cabeza con una sonrisa.

—Sube al auto, Jimin. —Insistió.

Yoongi se estaba comportando muy extraño. Él no era así.

—¿Comemos algo? —dijo Yoongi. —Vamos, sube, pequeño.

Jimin lo fulminó con la mirada.

—¿Te lavaron el cerebro o qué mierda?

—Puede ser... —soltó un suspiro. —Me siento un hombre nuevo.

Jimin casi vomita al escucharlo hablar así.

—¿Qué te está pasando maldito loco?

—¿A quién llamas loco? —soltó una risita tierna. A Jimin se le aceleró el corazón. —Vamos, pequeño. Sube. Comamos algo, debes estar hambriento.

Yoongi se estaba comportando amable. Ahora se estaba comportando así. Pero... ¿Por qué?

—Estas actuando muy extraño, Min.

—Solo te estoy invitando una comida. No a coger. —dijo Yoongi caminando hacia el auto. —Sí no vienes conmigo, juro que insistiré toda la noche y seré tu sombra, Park. —le sonrió.

—Pero que mierda... —susurró Jimin para él mismo. —¿Adónde dejaste el psicópata de Min?

—No estará en estos días, Jimin. ¡Sube! Tengo hambre.

—Sí voy contigo, ¿Dejarás de comportante tan extraño? —dijo Jimin.

—¿Prefieres el antiguo Min?

—Psicópata y sin sentimientos es mucho mejor que la versión tierna y amable tuya, idiota. —Se cruzó de brazos.

Yoongi apretó los puños y fingió una sonrisa

—Es solo una comida. Lo prometo. —dijo Yoongi.

—Min Yoongi invitándome a comer. ¿Qué mierda pasará después? ¿Me pedirás ser novios? —Jimin caminó hacia el auto y abrió la puerta del copiloto. —Iré solo porque tengo hambre.

Yoongi asintió y le sonrió aún más. Vio a Jimin subirse y cerrar la puerta. Dejó de sonreír y soltó un suspiro, entró al auto junto a Jimin y cerró la puerta para salir de ese lugar e ir a comer.

Tres chicos observaron la escena de Jimin y Yoongi alejarse de la gran casa juntos.

—Hay algo que no cuadra aquí. —dijo Seokjin.

—No es él, estoy seguro de eso. —dijo Jungkook.

—Se le llama cuidar bien de tu víctima y darle amor hasta que pueda hacer lo que se te plazca la gana con ella. Está fingiendo. —dijo Jennie. Seokjin y Jungkook la miraron.

—¿Por qué? ¿Qué tramará? —habló Seokjin. Jennie se encogió de hombros.

—Es Min Yoongi, siempre tiene secretos.

Jungkook se alejó de ellos y se despidió con la mano. Pero antes de que se fuera, Jennie lo llamó y le lanzó un manojo de llaves.

—Encuentra el auto y vete. —le dijo ella y Jungkook de fue.

Jennie le sonrió a Seokjin se acercó a su auto. El cual entró y se fue igual. Cuando Seokjin se quedó solo. Se quitó el saco y escuchó un fuerte ruido a sus espaldas. Se giró y vio a Namjoon cojear hacia la salida. Seokjin soltó una carcajada y eso hizo que Namjoon levantará la mirada y lo fulminara con la mirada.

—¿De qué te ríes? —preguntó Namjoon llegando a la salida.

—Nada. Solo que siempre sales herido, pero nunca muerto. ¿No te cansas de estar en el bando malo y siempre salir perdiendo? —esta vez el que reía era Namjoon.

—¿Y tú? ¿No te cansas de ser corrupto y desobedecer las reglas, idiota? —Namjoon se detuvo frente a él.

Seokjin lo miró y se dio cuenta que estaba herido. Le sonrió.

—Debo irme. Este corrupto si tiene familia. —y se giró y empezó a caminar.

—¡Espera! ¡Seokjin! —llamó Namjoon. Seokjin dejó de caminar. —¿Puedes llevarme a un hospital?

Seokjin rompió en risas y miró por encima del hombro.

—Ve tu solo, tienes pies. Camina.

—Estoy herido, imbécil.

—Deberías estar muerto. —siguió caminando.

—Seokjin, por favor. Llévame a un hospital, idiota.

Namjoon cayó de rodillas al suelo. Seokjin dejó de caminar, soltó un suspiro y se regresó hacia Namjoon. Lo ayudó a levantarse y pasó su brazo por encima de sus hombros.

—Solo haré esto porque necesito alguien para meter a la cárcel. —dijo Seokjin.

—¡Déjame ir ahora! —forcejeó Namjoon. Seokjin rompió en risas.

—Ya, ya tranquilo. Es broma. —llegaron al auto y Seokjin entró a Namjoon al lado del copiloto. —Solo no te quedes dormido. Lo lamentarás. —Seokjin azotó la puerta.

Rodeó el auto y subió del lado del piloto. Cuando cerró la puerta, sintió la mirada de Namjoon quemarle y se movió rápido para alcanzar su arma, pero Namjoon se le adelantó.

—Déjala y conduce. —dijo Namjoon.

—Eres un idiota. Te ayudo y mira como...

—¡Conduce! —le gritó.

Seokjin se movió rápido y sacó el arma. Ahora los dos se apuntaban frente a frente.

—¿Quién será el primero en jalar del gatillo? —sonrió Namjoon.

—Al menos yo no, porque tú estás para morirte. Estás sangrando mucho. —también sonrió Seokjin. —O te mato para que sea una muerta rápida, o prefieres morirte lentamente.

Namjoon lo fulminó con la mirada. —Conduce.

—Baja el arma. —dijo Seokjin.

—Conduce.

—¡Baja la maldita arma!

—¡Conduce pedazo de mierda!

Los dos se miraron por unos segundos y Seokjin pasó saliva. Se sintió incomodo por la mirada de Namjoon.

—Baja el arma, Namjoon. Ultima vez. —le dijo Seokjin.

—Conduce, Seokjin. —Namjoon bajó el arma y Seokjin igual.

Seokjin encendió el motor y pisó el acelerador para salir de aquel lugar. Pero antes de que Seokjin pudiera seguir conduciendo. Namjoon acercó una de sus manos y giró la cabeza de Seokjin para besarlo. Seokjin frenó el auto y se quedó helado ante el toque de labios de Namjoon. Con ojos bien abiertos y sorprendido, vio a Namjoon cerrar los suyos y sintió despegar sus labios para pasar su lengua y juntarla con la de él. Namjoon pasó una mano por los muslos de Seokjin haciendo que su respiración de agitara. Namjoon se apartó y se mordió el labio inferior, esquivando la mirada de Seokjin. Namjoon se pasó una mano por la nuca y miró hacia la ventana. Seokjin aún en una especie de shock pasó saliva.

—Conduce, Seokjin. —dijo Namjoon.

Seokjin lo vio pasar saliva y lamerse los labios. Soltó un suspiró y se mordió el labio inferior. Seokjin trató de concentrarse en el camino, pero Namjoon lo intimidaba. No solo con la mirada, sino con su cercanía. Un rayo en el cielo iluminó todo y un trueno anunció que la lluvia había llegado. Pues las gotas bañaron el auto e hicieron que Seokjin dejara de ver. Encendió los parabrisas, pero estos estaban dañados. La lluvia se fue haciendo más fuerte y el frío fue empañando las ventanas. Decidió detener el auto.

—¿Qué pasa? —preguntó Namjoon. —¿Por qué mierda te detienes?

—No puedo conducir así. Está lloviendo y los parabrisas no sirven. Terminaremos los dos muertos si sigo conduciendo. —dijo Seokjin. —Tendré que sacarte esa bala yo mismo.

Seokjin se bajó del auto y corrió bajó la lluvia hacia el baúl para sacar un botiquín de emergencias. Lo abrió y lo sacó de ahí, cerró el baúl y volvió al auto. Ya dentro, se movió el cabello mojado. Vio hacia el asiento del copiloto, pero Namjoon no estaba.

—Date prisa con eso, Seokjin. —escuchó la voz de él.

Miró hacia los asientos traseros y lo vio sin camisa. Seokjin se lamió el labio inferior y se pasó a los asientos traseros. Namjoon lo miró y se giró para darle la espalda y enseñarle la herida de bala.

—¿Cómo es que cargas un botiquín? ¿También te hiciste pasar por doctor? —se burló Namjoon.

—Cállate. —Seokjin lo empezó a curarlo.

Minutos después. Seokjin había sacado la bala y le había puesto un parche a Namjoon.

—¿Aprendiste primeros auxilios?

—¿Por qué tan interesado en saber de mí? —Seokjin cerró el botiquín y lo pasó a los asientos delanteros.

—Nunca fuimos cercanos. —dijo Namjoon. —Sabía que te hacías pasar por estudiante hace más de dos años. La pregunta que siempre me hacía era por qué convivías conmigo si sabías que yo era malo también. —Namjoon fijó su mirada en él.

Seokjin pasó saliva. —Dicen que tus amigos debes tenerlos cerca, pero a tus enemigos más cerca. Fuiste mi caso por un año. Pero eras joven, no tenía manera de meterte tras las rejas. Eras un niño que siempre te gusta meterte en donde no te llamaban. Preferí el caso difícil, Min Yoongi.

—Veo que no soy importante para la policía. —dijo Namjoon.

—Sinceramente, mientras no hagas un escándalo como Min. Todo bien contigo. —Namjoon asintió.

—Nunca supe tu edad. —Namjoon se pasó una mano por el cabello.

—Ni la sabrás. Ahora, no hagas nada estúpido como para hacer que te dispare.

Seokjin se iba a mover hacia los asientos delanteros, pero Namjoon lo jaló del brazo.

—¿Hacer esto merece un balazo? —y volvió a juntar sus labios con los de Seokjin.

Seokjin volvió a quedarse rígido ante el beso. Namjoon acercó su cuerpo un poco más al de Seokjin y con sus manos jugueteó con la camisa blanca de Seokjin. Desabrochó los tres primeros botones y se apartó de Seokjin. Los dos se miraron jadeantes.

—¿Con reglas o sin reglas? —habló Namjoon.

Seokjin pasó saliva.

—Al demonio con las malditas reglas. —y fue Seokjin quien ahora se lanzó a besarlo.

Volvieron a juntar sus labios abriendo paso a sus lenguas para que las dos bailaran juntas dentro de sus bocas. Sus manos tocaban cada parte de sus cuerpos y exploraban lugares en donde solo ellos podían tocarse. Entre la intimidad, jadeos salieron de los labios de los dos empañando cada vez más los vidrios del auto. Los dos cambiaban de posición en un estrecho lugar para sus cuerpos, pues quería llegar al extremo en tan solo una noche.

Namjoon mordió el lóbulo de Seokjin haciendo que este jadeara del placer. Pasó sus besos al cuello y fue bajando por todo su pecho. Seokjin dejó caer la cabeza hacia atrás para soltar un gemido. Pasó saliva y cambió de posición con Namjoon, pues ahora era su turno de llevarlo a su punto de excitación.

—Aventura de una noche... —le susurró Namjoon.

—Eso lo decidimos luego. —respondió Seokjin. —Sí es que no te gusta lo de esta noche.

Y se sumergieron en gotas de sudor y gemidos ahogados, mientras que fuera del auto una fuerte lluvia bañaba al auto de ventanas empañadas y movimientos bruscos. Linda noche de amantes de solo una noche disfrutaban de sus cuerpos, sin saber que el tiempo les tenía preparado muchas cosas.
























































































Luego de aquella misteriosa comida Yoongi. Los dos se encontraba en el auto camino a casa bajo una gran lluvia. Se encontraban en un silencio incomodo, mientras que Jimin trataba de descifrar la sonrisa amable que traía Yoongi congelada en sus labios. Se había portado muy bien con Jimin, algo que nunca hace, eso era extraño en él. Hasta alcanzo a pensar que Yoongi se había enamorado de él, pero eso era imposible.

Yoongi detuvo el auto frente a su casa y fue el primero en bajarse de él. Jimin se bajó luego y lo siguió.

—Si me vas a secuestrar hazlo rápido. —dijo Jimin.

Yoongi abrió la puerta de su casa y miró a Jimin arrugando el ceño.

—No voy a hacer nada contigo, Jimin. Entra. —le dijo Yoongi y entró a su casa.

Se quitó el saco mojado y se sacudió los cabellos mojados. Caminó por su sala y se dirigió a la cocina. Jimin se quitó el saco y lo dejó en el mesón. Se peinó el mojado cabello rojizo hacia atrás y se dio cuenta que Yoongi lo observaba con la cadera apoyada en el mesón de la cocina.

—¿Quieres un trago? —le preguntó Yoongi.

—Wisky. —pidió Jimin y se sentó en el taburete. —¿Qué le pasó a tu personal?

—Tú los mataste, pequeño. —dijo Yoongi de espaldas sirviendo los dos vasos.

—No me acordaba de eso. —dijo Jimin riendo.

Yoongi se acercó con los dos vasos de Wisky y le dio uno a Jimin; él observó el vaso y fulminó con la mirada a Yoongi, quien le había dado un trago al suyo.

—Toma el mío, quiero el tuyo. —dijo Jimin y le movió el vaso a Yoongi.

Yoongi soltó una carcajada.

—No tiene ningún sedante, Jimin. —dijo Yoongi, cogiendo el vaso de Jimin y llevándoselo a los labios, le dio un trago. —¿Ves?

—No puedo confiar en ti de ninguna manera y mucho menos con tus cambios de personalidad. —dijo Jimin, llevándose le vaso de Wisky a los labios.

Cuando los dos se terminaron los vasos, Yoongi los dejó en el mesón.

—Quiero mostrarte algo, pequeño. —dijo caminando hacia la puerta del sótano.

—Y aquí es donde me golpeas y me bajas ahí. Me cortas y terminamos cogiendo. ¿No te cansas? —Yoongi rodó los ojos y abrió la puerta de sótano.

—Ven conmigo y haz silencio. —se sumergió en la oscuridad.

Jimin pasó saliva y lo pensó dos veces antes de bajar ahí. Sabía que si bajaba estaba cometiendo suicidio. Pero bajó. Llegó al primer piso y vio las luces rojas.

—No entiendo cómo es que tienes una casa a donde sea que vayas. ¿De dónde mierda tienes tanto dinero? —Jimin se metió las manos en los bolsillos del pantalón y se acercó a Yoongi que se encontraba de espaldas sosteniendo unas fotos en sus manos.

—El dinero no me importa, solo es para gastarlo. —le respondió Yoongi. —¿Recuerdas esta foto, pequeño?

Yoongi le enseñó la foto de un niño al lado de un señor que no sonreía, era vieja. A Jimin se le aceleró el pulso y pasó saliva al saber que ese niño era él.

—¿De dónde sacaste esa foto, Min? —se la quitó de las manos. —Pensé que no existía esa foto de ese desagradable día.

—¡Vaya! Aún te acuerdas de aquello, pequeño.

—¡¿DE DÓNDE MIERDA LA SACASTE, MIN YOONGI?!

Yoongi rio.

—Jimin, ese hombre que está a tu lado es mi padre. —le sonrió. —Conociste a mí padre... —se le acercó. —Y te tocó. —susurró. —Y adivina quién siguió con su juego, pequeño.

Jimin lo miró sorprendido.

—Así es, pequeño. —Yoongi se apoyó en la mesa. —Tenías once años desde ese entonces. Juré no seguir con su tortura, pero sus demonios me ganaron. —sonrió. El Min Yoongi de antes había regresado.

Jimin se había quedado en silencio, buscando algo que decir en su cabeza. Su cuerpo le temblaba y nos sabía que decir. Yoongi le encantaba ver esa escena.

—Te tengo otra sorpresa, pequeño. —Yoongi sacó su teléfono y marcó el número de teléfono. —Baja. —colgó.

Jimin lo miró confundido y fue ahí cuando escuchó la puerta del sótano abrirse y cerrarse. Escuchó la suela de los zapatos de alguien bajar por las escaleras y aparecer de la oscuridad. A Jimin se le cayó el alma a los pies y la foto igual. Pasó saliva y sorprendido no podía creer a la persona que tenía enfrente de él.

—¿Papá? —dijo Jimin.

El hombre se le acercó con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hola, Jimin. Tanto tiempo. —había cambiado mucho.

Jimin miró a Yoongi y él se le acercó para susurrarle.

—No lo maté. Porque quería hacerlo contigo. —Yoongi le pasó un arma. —Es tu decisión, pequeño. Recuerda lo malo y como dañó tu familia... Recuerda que él fue el causante de que mi padre y yo te conociéramos y te hiciéramos tanto...

Jimin pasó saliva y miró a su padre con los ojos bien abiertos.

—Solo una bala, pequeño. Una. —le susurró el demonio al oído. —Solo una y tu pesadilla se acaba. Mátalo.

Y Jimin cargó el arma, la levantó y apuntó hacia la frente de su padre.

—Hijo...

—¿A quién llamas hijo? —los recuerdos azotaron en su cabeza, haciendo que su pecho doliera. —Tú hijo murió gracias a la persona que decías llamar tu amigo. —Jimin se estaba llenado de ira.

—Vamos, pequeño. —seguía susurrando Yoongi a su oído detrás de él.

Las lágrimas de Jimin empezaron a salir.

—Jimin, podemos hablarlo... —habló su padre.

—¡CÁLLATE, IMBÉCIL! ¡¿QUÉ MÁS MIERDA ESCONDES?! ¿ERES LA MAFIA? ¿QUÉ? —le gritó Jimin.

—Dispara. —susurró Yoongi. —Será lindo córtalo en pedazos.

Jimin soltó una carcajada mientras lloraba.

—¿Qué le has hecho, Min? —habló el hombre.

—Lo que mi padre comenzó hace tiempo. —sonrió orgulloso.

—Jimin no lo escuches. —le dijo su padre.

Jimin empezó a reír más fuerte.

—Ojalá ardas en el infierno, imbécil. —y disparó.

Yoongi cayó al suelo y observó la bala que tenía en el pecho.

—Suerte con tu maldita muerte, Min. Trata de salvarte aquí abajo. —le dijo Jimin. 

—Maldito, Park. —susurró Yoongi. 











































¡Feliz año nuevo a todos! <3

Espero y les haya gustado. Empecemos el año con un buen suspenso. 

Pd: No se apresuren con el NamJin.

























[Smap]

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro