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C A T O R C E












































Ya había pasado todo un día. Jungkook y Taehyung se encontraban con las manos atadas en la espalda y sus espaldas descansaban en la pared. Pues ninguno de los dos había abierto la boca y eso los mantenía en un incómodo silencio. Jungkook se movió incómodo en el piso y trató de ser menos ruidoso para no despertar a Taehyung.

La luz del sol entraba por una ventana que se encontraba en aquella habitación. Los dos sudaban por el calor y sinceramente toda su ropa estaba llena de mugre como si estuviesen ahí desde hace días. Un fuerte golpe hizo que Taehyung se despertara de golpe y la puerta fue abierta, dejando ver a un hombre corpulento; el cual entró a la habitación y le abrió paso a una mujer que no pasaba de los 35. Se detuve frente a Taehyung y Jungkook.

—¿Durmieron bien? —preguntó la mujer.

Taehyung soltó un bufido y se trató de acomodar en el suelo.

—¿No tenías un colchón? Soomin, eres rica. Al menos ten cómodas a tus víctimas. —habló Taehyung. Jungkook fijó su mirada en él y tragó duro al escuchar el nombre de la mujer. Ella le había enviado una invitación.

—Lo siento, Kim Taehyung. Lo tendré en cuenta. —dijo ella. —Ahora me escucharan los dos.

La mujer tenía un vestido encima de la rodilla de un morado oscuro. Su cabellera rubia caía por sus hombros y su piel pálida hacia resaltar sus ojos avellana. La mujer fijó sus ojos en Jungkook.

—Señor Jeon, es un placer conocerlo. —dijo ella, enseñando sus blancos dientes en una sonrisa. —Necesito que los dos me ayuden y sé que lo harán.

—¿Por qué lo haríamos? ¿Qué traes en mente? —dijo Taehyung.

—A sus hermanos. Park Jimin y Min Yoongi. —dijo ella. —La cabeza de esos dos vale billones. ¿Saben? Jungkook, ¿Cómo es que tu hermano se volvió un criminal en tan poco tiempo? —preguntó ella.

—No lo sé. —respondió cortante.

—Supe que fingió su muerte por más de dos años y que cambió su nombre. —Jungkook no sabía eso. —Solía llamarse Min Jungsik, por eso nadie lo encontraba. Tu hermano es muy escurridizo.

—¿Adónde quieres llegar, Soomin? ùintervino Taehyung.

—Quiero que ustedes dos atraigan a sus hermanos. Sé que los dos están llenos de rencores. Taehyung, porque te mintió sobre un hermano. Jungkook, porque Jimin te abandono cuando más lo necesitabas. —se movió el cabello. -Les tenderán una trampa. Harán que los dos caigan en su mismo juego. —pestañeó.

—¿Cuánto? —habló Jungkook.

—¿Cuánto? —arrugó el ceño Soomin.

—Hablo del dinero. ¿Cuánto valen sus cabezas? —preguntó Jungkook y Taehyung lo miró como si hubiera dicho una locura.

—¡Vaya! —enarcó una ceja. —Un hermano que quiere la cabeza de otro. Qué interesante.

—¿Cuánto es? —insistió Jungkook un poco enojado.

—100 billones. —a Jungkook casi se le salen los ojos de sus órbitas. —Es un precio bastante alto.

Jungkook miró a Taehyung y este negó con la cabeza.

—¿Vas a matar a tu propio hermano? —susurró Taehyung. Jungkook se encogió de hombros.

—Mi hermano murió hace dos años. No sé quién es la persona que fue a mi casa y asesino a todos el día de mi cumpleaños. —dijo Jungkook y miró a Soomin.

—Entonces..., ¿Lo harán? —dijo Soomin con una sonrisa de oreja a oreja.

—Lo haré. Pero, con una condición. —dijo Jungkook.

—Te gusta negociar, niño. ¿Cuál es?

—Qué sea a mi manera.

—¿A qué te refieres? —dijo ella confundida.

—Esa trampa la haré yo. —dijo él sonriendo. —Juntaré todos sus pecados en una noche. Un arma y una bala. Una cabeza y la otra... —sonrió Jungkook. —La obtendré yo.

Taehyung había dejado de confiar en Jungkook. Con todo que escuchaba salir por su boca, solo quedaba decir que ya había perdido la cabeza.

—Me gusta saber lo retorcida que es tu mente, Jungkook. —dijo ella. —¿Taehyung? No creo que hagas falta, cariño. Con Jungkook estamos más que...

—Yo también lo haré. —dijo Taehyung sin dejar de mirar a Jungkook. —Lo que Jungkook no sabe, es que los dos imbéciles son inteligentes. Tan inteligentes que no vendrán solos. Siempre tendrán compañía. Conociendo a Min, será el primero que mate a Jimin, pero no hablo de balas sino de placer. Esos dos están tan enfermos, que la única manera de matarse entre sí es cogiendo. —dijo Taehyung. La mujer soltó una carcajada. —Si quieren a los dos, deben darles por donde más les duele. Su familia. No conozco a un hombre más a fiel a su familia que Yoongi. Hoseok en el medio estaría más que bien, y Jungkook para Jimin igual.

—Me gusta tu idea, Taehyung. —Jungkook soltó una risita. —Sus ideas son buenas.

—Jamás encierren a un loco, porque para los locos el encierro es como su casa. Estrecho y solitario, así como su alma. Qué buscan saciar su ansia y dolor haciéndole daño a otra persona para que los comprenda. —dijo Taehyung. —Entonces... ¿Matar con placer? O ¿Matar por la familia?

Jungkook lo miró.

—La única manera es que nos maten a los dos. Eso los llenaría de ira y acabarían con sus vidas. —dijo Jungkook. Taehyung negó con la cabeza.

—¿Acabar son sus vidas? Por favor, Jungkook. A ellos no les duele ni mierda matar. —dijo Taehyung.

—Suéltenlos. —dijo Soomin. —Denles comida y búsquenle ropa. Tenemos una gran fiesta de que dar. —y salió cotoneando de la habitación.

El hombre corpulento que estaba ahí. Desató a Taehyung y Jungkook. Los dos se levantaron del suelo y siguieron al tipo. Taehyung le cogió el brazo a Jungkook.

—¿Eres idiota o te haces, imbécil? ¿Matarnos? —dijo en susurro Taehyung. —Harás que lo hagan de verdad, maldita sea. Si quieres a Park y Min muertos, sigue mi maldito plan. —Jungkook se soltó del agarre de Taehyung.

—¿Y sí quiero que me maten qué? —dijo Jungkook. —Yo soy el que elijo acabar con mi vida.

—La única persona que puede decidir eso soy yo, Jeon Jungkook. Porque yo recuerdo muy bien la noche en la que me entregaste todo a mí. Yo decido sobre ti. Soy tu vida y tu muerte. —dijo Taehyung enojado.

—Pues ya no más, Kim Taehyung. —respondió Jungkook. —Esa noche en la que me dejaste, comprendí que yo decido mi vida. —y siguió al tipo.

Taehyung se pasó una mano por el cabello y los siguió en silencio. Bajó por las estrechas escaleras y se dio cuenta de que estaban en el último piso de una gran casa. Cuando el tipo abrió la puerta al termino de las escaleras. Los tres salieron de poca oscuridad, a un lujoso pasillo. Piso encerado y una grande casa. Soomin llegó a ellos cotoneando.

—Chicos, tienen una habitación para los dos. Ahí podrán vestirse y arreglarse hasta la noche. —dijo ella. —Anthony, llévalos a ella. -el hombro corpulento asintió y les hizo una seña para que los siguiera.

Jungkook y Taehyung se encontraban en un desagradable silencio, mientras se miraban las caras. Llegaron a la habitación y el hombre les abrió la puerta. Los dos entraron. Era grande y con solo una cama. Un baño y para su suerte había ropa en la cama. Un traje negro y el otro era azul oscuro. Taehyun se adelantó y caminó al baño para darse una ducha.

Jungkook, cerró bien la puerta cuando Anthony se fue. Se quitó la camisa sucia y la dejó caer al suelo. Encendió el televisor y se sentó en la cama para ver un poco de ella. Segundos después. Llamaron a la puerta y Jungkook se levantó a abrir para encontrarse con una ama de llaves.

—Buenas tardes, joven. Si me permite, la señora Soomin quiere que le hagamos entrega de su comida. —dicho eso. Jungkook dejó pasarla y detrás de ella, una mujer más joven empujaba un carrito que traía encima en una bandeja dos platos de comida, jugos y ensalada de frutas. La mujer hizo reverencia ante Jungkook y salió de la habitación cerrando la puerta.

Jungkook se mordió el labio inferior al ver tanta comida en el carrito. Cogió un plato y empezó a comer. Dejó de escuchar el agua salir del grifo de la ducha, Taehyung ya iba a salir. Él abrió la puerta del baño y salió desnudo haciendo que Jungkook dejara de comer. Taehyung lo ignoró y caminó hacia una silla que tenía las toallas. Cogió una y se empezó a secar para luego enrollarse la toalla a la cadera. Caminó hacia el carrito y cogió el otro plato de comida que había. Se sentó en la cama al lado de Jungkook y empezó a comer en silencio, mientras miraba a la televisión. Jungkook comió un poco más y cuando fue a estirar el brazo para coger el jugo y tomar, Taehyung se le adelantó y cogió el que Jungkook iba a tomar. Jungkook lo miró por encima del hombro y cogió el otro jugo. Se lo llevó a los labios y para su desgracia, Taehyung se movió en la cama haciendo que el jugo cayera en el pecho desnudo de Jungkook; él lo miró y le levantó una ceja. Taehyung lo volvió a ignorar.

Jungkook soltó un bufido y dejó el plato en el carrito. Se levantó de la cama y caminó hacia el baño. Entró y cerró la puerta. Se quitó el pantalón y la ropa interior que traía. Entró a la ducha y abrió el grifo, dejó que el agua lo bañara, mientras mantenía la cabeza bajo el chorro de agua. Suspiraba y suspiraba, se sentía atrapado y un poco enojado por todo lo que estaba pasando. No sabía nada de Hoseok y no quería ni pensar en Jimin.

Fue una sorpresa para Jungkook, cuando Taehyung entró a la ducha con él. Taehyung lo giró y llevó sus manos a la cintura de Jungkook para atraerlo a él. Taehyung se lamió el labio inferior y Jungkook lo miró fijo a los ojos. Fue ahí cuando Taehyung acercó sus labios al cuello de Jungkook y lo beso, fue subiendo lentamente hasta dar con su oreja.

—Callados todo es mejor... —susurró. —Pero yo necesito de tus gemidos, así que no podre. —se alejó de él. -Ojalá no te maten esta noche, bebé. —dicho eso, Taehyung salió de la ducha y salió del baño cerrando la puerta.

Jungkook soltó un suspiró y estampó su puño en la pared del baño. Cerró los ojos y volvió a meterse en el chorro de agua. Minutos después, él salió del baño y no encontró a Taehyung por ningún lado. Tampoco estaba el traje azul oscuro en la cama. Se había ido. Jungkook de apresuró para secarse con la toalla. Corrió a la cama y se colocó la camisa blanca y el pantalón. Se puso la corbata y de ultimo el saco. Se dio una mirada rápida en el espejo y se pasó una mano por el cabello mojado peinándolo hacia atrás.

Se acercó a la puerta para salir y cuando la abrió se encontró a la chica que menos quería ver, Jennie. Tenía un vestido rojo hasta arriba de la rodilla y su cabellera negra larga caía detrás de su espalda.

—No me sorprende verte aquí. —dijo Jungkook.

—A mí tampoco, querido. —respondió ella sonriendo. —¿Dónde está el otro hermano de Min? —Jungkook se cruzó de brazos.

—No lo sé, búscalo. —dijo él con una sonrisa sarcástica en sus labios. —¿A quién vienes a buscar, preciosa?

—A ti. Soomin quiere verte. —dicho eso, Jennie se giró dándole la espalda en gesto de que la siguiera. Jungkook se ajustó el sacó y cerró la puerta para seguirla.

Miraba a todos lados contemplando lo lujoso del lugar. Había tantas habitaciones y no solo tenía dos pisos aquella mansión. Jennie bajó las escaleras agarrada del barandal y Jungkook iba detrás de ella.

—¿Es tu madre? —preguntó Jungkook.

—Yo no tengo eso. —respondió cortante ella.

Cuando llegaron al primer piso. Jungkook se dio cuenta de que Soomin tenía un personal muy magno, porque corrían de aquí allá decorando cada rincón del lugar. Jennie siguió caminando por todo el lugar llevando a Jungkook hacia un lugar de grandes puertas color marrón. Ella se detuvo y llamó a la puerta. Segundos después, ella miró por encima del hombro a Jungkook y le hizo una seña para que se acercara.

—Junta privada, entra y no hables. —dijo ella y antes de que Jungkook pudiera reclamar algo, ella abrió la puerta dándole vista a alguien más que no quería ver.

—Adelante, Jungkook. —dijo la mujer con una copa de vino en sus manos.

Jungkook entró al lugar y miró a Namjoon y a Taehyung que se encontraban dentro de ella.

—Siempre trabajando del lado malo para que no te maten. —fue lo que le dijo Jungkook a Namjoon.

—Es bueno verte, Jungkook. —le sonrió Namjoon.

Jungkook miró a Taehyung y él le esquivó la mirada, mientras apoyaba la cadera en un estante de madera. Namjoon se acercó a una pequeña mesa de vidrio y llenó dos copas de vino. Le ofreció una a Jungkook y él la recibió de mala gana.

—Bueno, como saben queremos a Park y a Min... —habló Soomin. —Taehyung tiene una buena trampa y creo que la usuraríamos en primer lugar.

—Esos dos solo se la pasan cogiendo y cogiendo. —dijo Namjoon y le di un sorbo a su vino. —Por otro lado, encerrarlos y tortúralos estaría más que bien.

—La tortura no es lo mío y lo sabes, Namjoon. —dijo ella y se apartó el cabello de los hombros. —Hagamos lo que dice Taehyung. -todos lo miraron.

Taehyung ladeó la cabeza y se retiró del estante de madera. Se acercó a Jungkook y se metió las manos en los bolsillos.

—Les dije que capturar a dos locos no es cosa fácil. Necesitan carnadas para que ellos puedan llegar, y cuando me refiero a carnada, me refiero a ellos mismo. —dijo Taehyung. —Los dos están tan obsesionados. Están tan dementes. Necesitan que los dos estén de bandos diferentes. Necesitan que los dos tengan la necesidad de matarse entre sí. Junten todos sus pecados y verán como los dos caen en su propia trampa.

—Mmmm, que yo recuerde... Tú también estás enfermo, Taehyung. —dijo Namjoon sonriendo. —¿No, Jungkook?

Soomin soltó una carcajada y se tomó lo último que estaba en la copa de vino. Llamaron a la puerta y una ama de llaves entró a lugar.

—Disculpe, señora. Los invitados ya empezaron a llegar. —dijo la mujer.

Soomin soltó un suspiró y se peinó el cabello.

—Nos veremos luego, chicos. —dijo ella y salió del lugar dejándolo a los tres en un silencio.

—Así que mataran a sus hermanos. —dijo Namjoon y le dio un trago al vino.

—¿Y tú a quién vienes a matar? —dijo Taehyung.

Namjoon rio.

—Aún no lo sé. —se acercó a Jungkook sin dejar de mirarlo. —Tengo a una personita en mi cabeza desde hace dos años. Está aquí en la fiesta. —Jungkook lo miró con rabia. —Disfruten de la fiesta, chicos. —sonrió y salió del lugar.

—Quiero matarlo... —murmuró Jungkook caminando hacia la puerta, pero antes de que pudiera salir, Taehyung lo agarró de la muñeca y lo giró para que lo mirara.

—Sé que lo anhelas tanto, Jungkook. Pero tú y yo estamos aquí para acabar con nuestro sufrimiento. —le dijo Taehyung y Jungkook se soltó de su agarre.

—¿Sufrimiento? Pensé que estamos del mismo lado, Taehyung. —dijo Jungkook.

—Desde hace mucho quiero que los dos estén muertos. —dijo Taehyung.

—¡Vaya! Pensé que tenías un plan de traición. Pero veo que el único que lo tenía era yo. —dijo Jungkook.

—No voy a dejar que los salves, Jungkook.

—Y yo no voy a dejar que los mates, Taehyung.

Jungkook se alejó de Taehyung y salió del lugar. Taehyung soltó un gruñido de rabia y pateó una silla que estaba ahí. Tenía mucha rabia y no sabia que hacer. Salió del lugar y se dispuso a buscar a Jungkook. Pero para su sorpresa, la gran casa ya estaba llena de invitados. Taehyung se mordió el labio inferior y a lo lejos vio entrar a Seokjin. Caminó hacia él y lo jaló de la muñeca.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Taehyung.

—Tanto tiempo, Taehyung. ¿Cómo has estado? —dijo él.

—Te pregunté algo, Jin. ¿Por qué estás aquí? ¿Quién mierda te llamó? —Seokjin se soltó del agarre de Taehyung.

—Estoy aquí por trabajo de hace cinco años. Capturar a tu hermano. —dijo Seokjin.

—Debes irte, Namjoon y Soomin tienen un plan contra Min y Park. —Seokjin no pareció sorprenderse al escuchar a Jimin.

—¿Dos es mejor? ¿No?

—Seokjin, maldita sea. Sal de aquí. No quiero que maten. —Seokjin soltó una carcajada.

—Tranquilo, Taehyung. No soy tan estúpido como para dejar que me maten a la primera. —respondió Seokjin y se alejó de Taehyung para ir a la mesa de vinos y demás bebidas fuertes.

La música de fondo caía muy bien con el ambiente. Era ese tipo de ambiente de películas de magnates y gente rica lista para hacer intercambio de dinero y cuerpos. Taehyung, vio a Seokjin tomar una copa de vino y vio acercarse a Namjoon, quien estaba hablando con un pequeño grupo de personas.

Taehyung buscó a Jungkook con la mirada y antes de que pudiera acercarse a él, alguien lo jaló del brazo y le tapó la boca, arrastrándolo lejos de Jungkook y de la pista. Taehyung empezó a forcejear para poder alejarse de la persona que lo tenía. Una jeringa se clavó en el cuello de Taehyung, y por fin pudo ver y respirar.

—Solo debe haber una persona en este juego y seré yo... —e susurraron al oído. Perro a Taehyung se le hacía conocida aquella voz.

El líquido que le habían inyectado estaba haciendo efecto muy rápido y lo único que alcanzó a ver, fue la puerta de un auto ser cerrada y la sonrisa cínica de la persona que menos pensaba, Hoseok.

—Adiós, hermanito. —balbuceó Hoseok en el vidrio y desapareció.

Los ojos de Taehyung se cerraron por completo.

Jungkook se encontraba bebiendo una copa de Wisky a su gusto, cuando Jennie se le acercó. Se había cambiado de vestido y el que tenía ahora era rojo largo con una raja a un lado dejando a la vista un poco de su pierna al caminar.

—¿Bailamos? —dijo ella.

—¿Por qué lo haría? —dijo Jungkook. —¿Me vas a seducir así cómo lo hiciste con Hoseok? —ella soltó una carcajada.

—No estés celoso, Jeon. —le dijo ella. —Solo un baile.

Jungkook levantó una ceja y se tomó todo el vaso de Wisky de un trago. Hizo mala cara por lo amargo que sabía y le extendió la mano a Jennie, ella la cogió y caminaron hacia la pista.

Ella movió sus caderas junto a las de Jungkook al compás de música y ella aprovechó el momento para sacar el arma que tenía guardada. La subió lentamente por el abdomen de Jungkook.

—Guárdala, la necesitas. —le susurró ella. Jungkook cogió el arma y le dio una vuelta a Jennie para así guardase el arma.

Volvieron a juntar sus cuerpos y siguieron bailando al compás de música. Ella miró por encima del hombro de Jungkook y subió lentamente su mano por la espalda de Jungkook y así llegar al oído.

—Han llegado. —susurró ella. Jungkook sonrió de lado y con un giro más, Jennie se alejó de Jungkook.

Jungkook caminó fuera de pista y vio a Jimin entrar por la puerta. Vestía de traje de blanco haciendo que su cabello rojizo resaltara mucho. Mantenía una sonrisa congelada en sus labios y saludaba a todos en cada paso que daba.

—Es un maldito... —susurró Jungkook riendo.

Jimin lo vio a lo lejos y levantó la mano saludando. Jungkook se metió las manos en los bolsillos y levantó la barbilla en tono de respuesta. Ante de que Jimin se acercara a él, Jennie se acercó a él y con una sonrisa seductora consiguió que Jimin la acompañara a presentarse con los demás invitados.

Jungkook sacó el teléfono de su bolsillo y marcó el número de Taehyung, pero este lo mandaba a buzón. ¿Qué pasaba con él? Una mano se posó en el hombro de Jungkook y se giró para mirar al dueño de la mano.

—Hola, Jungkook. —saludó Seokjin.

—¿Qué haces aquí?

—¿Qué te cuesta saludar? —Jungkook ladeó la cabeza pensante.

—Mucho. Porque que yo sepa eres un farsante ¿Ahora que eres? ¿Empresario? ¿Victima?

—Estoy aquí por trabajo. —Jungkook levantó las cejas. —¿Tú? No sé qué haces aquí.

—Trabajo. —respondió cortante.

—¡Vaya! Mi trabajo llegó más rápido de lo que pensaba. —murmuró Seokjin.

Jungkook se giró y vio entrenado a Min Yoongi de traje negro, mantenía también una maldita sonrisa de un hombre intocable. Entró al gran salón y saludó a un grupo de personas. Pero para la sorpresa de Jungkook, Yoongi estaba acompañado por Hoseok. Este también sonreía. Pero su sonrisa era diferente. Se había teñido el cabello de un naranja bajo y vestía de traje oscuro. Su mirada estaba pesada, eso no le gustaba a Jungkook. Al parecer, ese Hoseok, no era el mismo que él conocía; él lo vio y caminó hacia Jungkook.

De pronto, Jungkook se sentía nervioso porque Hoseok lo miraba diferente. Lo miraba como sí el fuera un animal salvaje y él la presa que quiere cazar.

—Hola, Kookie. —dijo Hoseok al llegar frente a Jungkook. —¿Quieres tomar algo? —y la sonrisa cínica llegó.

Fue en ese momento en que Jungkook sintió ganas de sacar el arma que guardaba al sentir que el Hoseok que tenía en frente había muerto.

—Tomemos algo fuerte. Tengo mucho tiempo que no bebo algo fuerte..., y mucho menos contigo. —dijo él.

Jungkook asintió y caminó hacia la mesa de licores.

—¿Dónde estabas, Hoseok? ¿Qué te hizo Min?

—Nada. —respondió cortante y cogió un vaso de Tequila. —Por cierto, ¿Dónde está Taehyung? Supe que los secuestraron a los dos juntos. —sonrió. —¿Dónde está él? ¿Te abandonó otra vez? —rompió en risas.

Jungkook lo fulminó con la mirada.

—Jung Hoseok. —dijo Jungkook viéndolo beber.

—Jeon Jungkook. —dijo Hoseok con una sonrisa en los labios. —¿Desea una copa más?

Fue ahí cuando Hoseok se acercó un poco a Jungkook y pasó una mano por la cadera de Jungkook. Se acercó al oído de Jungkook para susurrar.

—Iré al baño. ¿Me acompañas? —eso hizo que los vellos de Jungkook se erizara.

—¿Qué mierda te pasó?

—¿Y te haces la pregunta, Jeon? —rio Hoseok alejándose de él. —La sangre Min corre por mis venas, bebé. —le guiñó el ojo y se llenó el vaso de nuevo. —La noche será larga. Nos vemos, Kookie. —y se fue.





























































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