
Chapter 31.
❝ Sabes que no me importa ni mierda lo que tú esperes, que te quede claro que no tienes voto aquí, no eres nada. ❞
D E E P W E B.
...
—¿No lo hiciste verdad?
Felix no puede evitar tragar saliva cuando escucha la pregunta con atención, una gota de frío sudor cae de su rostro deslizándose hasta caer en el suelo.
Jennie lo sabe, claro que lo hace.
—Yo...Jen, lo siento. —Es todo lo que puede soltar el rubio mientras siente la devastadora mirada de la mercenaria puesta sobre ella, le perpetua de una manera tan intimidante. —No me atreví, no podía.
—Debí suponerlo, eres un maldito hijo de perra cobarde. —Le suelta con veneno, Jennie no puede evitarlo pues los celos lo ciegan y la imagen de Soo-ji tomándole las manos a Roseanne se reproduce en su mente de manera tortuosa.
—Tienes que entenderme, yo jamás he lastimado a alguien.
Jennie se ríe, una carcajada muy irónica que ocasiona que el rubio se desespere.
—¿Piensas que voy a creerte? ¿Me estás diciendo que estuviste en la maldita red oscura sin hacerle daño a nadie? No me jodas, hasta tu amigo HyunJin era un puto asesino.
—¡Es la verdad, Jen! Jamás he lastimado a alguien o acosado, nunca. —La sinceridad en los ojos de Felix permiten que la azabache considere las palabras que está diciendo pero claro, no era Jennie si no la cagaba. —Yo sólo me dedicaba a hackear fondos monetarios, cuentas personales y sé que es un delito pero nunca herí a alguien.
—Menuda mierda lo que sale de tu boca.
—¡No asesiné a Suzy porque no puedo! Ella tiene nuestra edad, dios, no podía hacerlo. —Felix alzó la voz cada vez más tenso e inseguro de lo que decía, probablemente en cualquier momento terminaría muerto. —Entiéndeme, por favor.
—Cierra la boca. —Ordenó tomándolo del cuello, el rubio puede sentir perfectamente las dos manos hacerle presión en la yugular. —Roseanne duerme justo ahora y si ella despierta tú no vas a vivir para contarlo. —Le amenaza Jennie antes de soltarlo con la misma brusquedad que usó anteriormente.
—Soo-ji no hará nada.
—¿Nada, imbécil? ¿Estás seguro? Estuvo a punto de llevarse a Roseanne hace dos días, si se la hubiese llevado, ella probablemente hubiera estado muerta a causa de Soo-ji en menos de un día. ¡Y estamos en su casa! ¿Quién nos asegura de que va a vender nuestra ubicación?
—Soo-ji nunca la dañó. —Respondió sinceramente, a pesar de todo no sabe porque pero cree en las palabras de aquella muchacha. —Y no hará nada de eso, puedo asegurarlo.
—¿Por qué la defiendes tanto?
—No lo hago.
—Está viva aún, ¿Sabes que significa eso para ti, Lee?—Le cuestiona de manera pausada, Felix traga saliva preparándose para lo que venía.
—No...no lo sé.
—Significa que tú debes de estar muerto, una vida se canjea por otra.
—No estás pensando bien, Jennie. Los celos te están absorbiendo, escucha lo que dices.
—Estoy consciente de lo que digo perfectamente así que no me supliques por tu asquerosa vida. —Suelta de manera tajante, no parece interesarle seguir charlando.
—¿Nini? ¿Por qué se escucha tanto ruido? ¿Están bien?
Ambos se giran para ver a la misma personificación de un ángel en las escaleras, Roseanne está bajando los escalones en su pijama gris de cuadros. Talla sus ojitos mientras mira entre confusión a los dos tensos, Jennie muerde su lengua para evitar soltar una grosería.
—¿Todo bien?
—Todo bien, vuelve a la cama. —Le dice en un tono autoritario, la rubia niega con las cejas fruncidas mientras la mira.
—Dormí muchas horas, unnie.
—Vuelve ahora.
—¿Felix?—la adolescente posó su vista en el chico esperando por una respuesta coherente, el rubio se encogió de hombros sin saber que decir pues está recibiendo una mirada de ira por parte de Jen.
—Vuelve a tu habitación, Roseanne.
La rubia se enfada cuando vuelve a escuchar la voz de la mercenaria, está hablando con Felix no con ella.
—Estoy hablándole a Felix, Jen.
—El idiota no mató a Suzy. —Le suelta Jennie finalmente mientras se tensa, Roseanne abre sus ojos con demasiada sorpresa. —La dejó escapar.
—¿Lo hiciste? Me alegra que no le hicieras ningún daño, eres realmente bueno.
Felix suspiró con tristeza, sabe el gran corazón que tiene Roseanne Park pero él puede darse cuenta de que eso no será suficiente pues Jennie está más que furiosa.
—Estás hablando pura mierda. —Menciona la mercenaria ganándose una mirada enfadada de Roseanne, ella la ignora por supuesto. —No hizo lo que le pedí.
—¡Y me alegra que no lo hiciera!
—¿Y tú que te crees? ¿Piensas que por el hecho de follar ya tienes derechos de decidir algo aquí?
Dolor. A pesar de que Roseanne sabe que está tratando con alguien psicológicamente dañada no puede evitar sentirse tan mal por dentro, le lastima el hecho de ser considerada como una puta cuando un mes atrás era una adolescente normal con un enamoramiento por una chica linda. Claro, una chica linda que resultó ser asesina y que la vendió. Y aunque ella misma se prometió hacerle retorcer a Jennie en sus propias palabras, no puede hacerlo. Quiere creer que aún es buena, que aún no es una persona aberrante como las que conoció.
—Claro que sé que tú sólo quieres usarme, ¿Qué puedo esperar de una asesina como tú? ¿O quién te ha dicho que siquiera espero algo de ti?—Murmura la rubia conectando miradas con Jennie, parecía muy tensa con la mención de sus palabras.
—Sabes que no me importa ni mierda lo que tú esperes, que te quede claro que no tienes voto aquí, no eres nada.
—Jennie, cierra la boca. —Defendió Felix por primera vez observándola con enojo, la figura de Roseanne se escondió detrás de él.
La mercenaria apretó sus puños de igual manera, no le gustó para nada la imagen que veían sus ojos y estaba a nada de morirse de celos. Ya entendía todo, entendía el constante apoyo de Felix a Roseanne o porque se aseguraba de defenderla.
—Te has tardado, Lee. —Masculló con una sonrisa de sorna en sus labios mientras se acercaba a paso lento a ambos chicos, el rubio tapó a Roseanne de la vista de la furiosa azabache. —Ahora entiendo todo. ¿Qué? ¿Te gusta la puta también?
—Vete al infierno, imbécil. ¿Estás escuchando lo que dices? ¿Hasta dónde vas a llegar con tus estupideces?
Felix no estaba dispuesto a escuchar las ofensas hacía Roseanne y aunque Jennie también era su familia, jamás permitiría que le dañara. No cuando Roseanne fue la que estuvo ahí y la que le dió consejos.
—El infierno soy yo, jodido traidor. —Respondió acercándose peligrosamente a ambos, por instinto Felix hizo que la adolescente retrocediera pero desafortunadamente ella no pudo porque Jennie la había empujado al suelo con brusquedad.
—C-Cálmate, ¿De acuerdo?
—Ni una mierda.
—¡Ya basta, Jennie! —Le gritó Roseanne alterada cuando notó a la azabache poner sus manos alrededor del cuello de Felix.
La mencionada hizo caso omiso ignorando sus palabras, su mirada estaba sedienta por dejar sin aire al cuerpo debajo suyo. Sus manos comenzaban a ejercer presión sobre la yugular de Felix quien se removía con todas sus fuerzas, en cualquier momento le quebraría la tráquea.
—¿Te gusta?—Cuestionó apretando más fuerte sobre su cuello, el rubio comenzaba a patalear con más fuerzas intentando liberarse del tosco agarre. —¡Responde! ¿Te gusta mi puta, eh? Todo este tiempo viéndome la cara de idiota.
—N-No...es así. —Logró formular entre desesperantes jadeos, Jennie soltó una irónica carcajada por su básica respuesta.
—¡Te dije que basta!
Roseanne intervino colgándose de su espalda para separarla a como fuera lugar del otro adolescente, era algo suicida comparando que ambos eran unos críos apenas y Jennie les doblaba probablemente en fuerza.
—Carajo, suéltame, Roseanne. —Respondió con enojo quitándola con facilidad, la rubia quiso volver a golpearla pero Jennie la detuvo.
—Jen...¿Qué haces? ¡Mierda, no te atrevas a ponerle una mano encima!
Y la habitación quedó en silencio después de oír aquél estremecedor ruido, Roseanne se llevó la mano a su mejilla tocándola entre lágrimas.
Felix se levantó con dificultad del suelo después de casi quedarse sin oxígeno y empujo con coraje el cuerpo de Jennie sin importarle ser asesinado.
—Nos vamos. —Fue lo único que pudo formular Felix antes de ir con rapidez al escritorio que estaba a unos cuantos metros, tomó la arma que anteriormente portaba para amenazar a Suzy y la cargó consigo. —Ven, vamos a irnos de aquí ahora.
Roseanne cruzó miradas con la mercenaria, parecía arrepentida. Sólo parecía.
—Vámonos, Roseanne.
El rubio tomó su mano comenzando a caminar hacia la puerta, en cuanto Jennie volvió en sí se colocó de pie con brusquedad.
—¿¡A dónde crees que te la llevas, Lee?!
—Un paso, un sólo paso más y te voy a disparar.
—No puedes llevártela. —Negó dando un paso hacia a ellos, Felix jaló del gatillo pero la bala aterrizó cerca de sus pies, lo suficiente para que supiera que en verdad iba a dispararle. —¡Es mía, Lee! Mía.
—Estás enferma, no es tuya. Ella no es algo que puedas poseer. —El rubio tenía el arma en sus manos con seguridad sumamente atento a cualquier movimiento por parte de la mercenaria. —Roseanne, sal de la casa.
La rubia dudó en hacerle caso, mantenía sus ojos posados en Jennie y viceversa.
—Roseanne, sal de la casa, por favor.
—Yo...sí. —Murmuró dándose la vuelta para salir por la puerta pero los gritos de Jennie la hicieron detenerse abruptamente.
—¡Roseanne! ¡Roseanne Park!
Y lo que dijo después le dolió terriblemente.
—¡Joder, te quiero! ¡Lo hago!
¿Quién es la que realmente estaba mal entre ambas?
D E E P W E B
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