❝ Probar a la manzanita prohibida fue algo sublime y único. Por fuera es dulce, atrayente y colorida. Cuando la pruebas a fondo te das cuenta que es ácida y tiene algo tóxico en su interior que nadie vió.❞

DE E P W E B.
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Veinticuatro horas. Veinticuatro horas de tortura y frustración para Jennie habían pasado como hojas volando en el aire, no había señal de su Roseanne ni por el bosque ni por la cuidad. Era como si la tierra se la hubiese tragado, su estúpida hermanastra no había servido de nada. Ni siquiera ella se sabía la ubicación de Lalisa Manobal o Kim JiSoo, Felix había intentado usar sus conocimientos en la computación para hackear algún historial de Manobal o Kim pero nada estaba a la vista. La empresaria Manobal y Kim la dueña de una cadena de restaurantes no tenían nada sucio en su historial, nada que indicara que estuvieron recientemente activas o alguna dirección. Todo estaba absolutamente invisible para ellos o al menos eso dijo Felix con seguridad, había hackeado todo pero para su mala suerte no había nada.

—Jennie, han pasado veinticuatro horas y seguimos sin tener siquiera alguna pista de donde pueda estar. —Se quejó Felix con cansancio, las ojeras se podían notar perfectamente debajo de sus ojos. Por otra parte, Joohyun estaba disfrutando amargamente de una refrescante soda pues en la tienda se negaron a venderle una cerveza por el simple hecho de ser menor de edad. Malditas desventajas de mentir sobre la identidad y edad.

—Me vale mierda, vamos a encontrar a la chiquilla al precio que sea.

Jennie siguió caminando por el tercer bosque que había en busan, era inteligente y sabía perfectamente lo que hacía. Su plan era vagar por partes alejadas de la cuidad y por los bosques o lugares vacíos, ella sabía que Manobal y Kim no serían tan tontas como para esconderse a plena vista.

—Es estúpido. Me duele todo, quiero descansar. —Volvió a quejarse Felix mientras seguía a la mercenaria, Joohyun iba detrás del rubio alerta de cualquier cosa.

—¿Quieres descansar?

El rubio miró confundido a Jen sin saber que decir exactamente, asintió efusivamente indicando que ese era su deseo.

—Está bien, ahora te mando al infierno para que ahí descanses todo lo que quieras. —Le dijo tranquilamente mientras sacaba nuevamente su navaja que estaba totalmente manchada de sangre. Obviamente la sangre de su hermana que no se molestó en limpiar.

Su hermana. Ni siquiera sabía si ahora estaba muerta o no, le valió una hectárea de verga que estuviera perdiendo sangre a montones. No sintió ni siquiera un átomo de culpa y la abandonó a su suerte en esa casa que se caía a pedazos, probablemente ahora debe de ser carne para gusanos pero eso no le interesa en lo más mínimo. SooYoung fue una parte vital de lo que es ahora y siempre la odiaría por eso pero tampoco puede negar que no se siente agradecida de que gracias a ella es la jodida reina de la red oscura, el maldito temor de todos los mercenarios, depravados, enfermos mentales y asesinos de la deep web.

—Yah, Jendeuk. Deja de ser tan intensa, llevamos veinticuatro horas caminando. —Habló Joohyun tirando la lata de refresco a los arbustos del bosque, sus zapatos estaban extremadamente sucios y llenos de lodo de tanto caminar. —También quiero encontrar a Rosie pero sin energías no vamos a poder.

—¿Y a ti quién te dijo que puedes llamarme a mí y a Roseanne con esos asquerosos apodos? Te arranco la lengua si te vuelvo a escuchar. —Amenazó cabreada sin detener su caminata, aplastaba cruelmente las flores y arbustos del bosque. Estaba tan enojada con todo el mundo.

La falsa estudiante apretó sus puños controlando su estado de ánimo y sus ganas de meter la cabeza de Jennie en un nido de víboras. No era momento, no aún.

—¿Podemos comer algo?

La mercenaria se detuvo para girarse y mirar al rubio, Joohyun suspiró cansada por lo que probablemente venía.

—Si tanta hambre tienes entonces cómete el brazo.

—¿Qué acaso tu estás loca? ¡Es una asquerosidad!

—Por supuesto que lo es, imbécil. Ahora cierra la boca.

Jennie siguió con su caminata siendo seguida por Lee y Bae, el destello sádico y de venganza se notaba en sus ojos. Estaba tan furiosa por no tener a quien consideraba su juguete favorito.

Un juguete único que todos los niños en la juguetería querían tener.

D E E P  W E B.
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—Ya ha pasado un día entero, quiero que me traigas a mi mocosa ahora.

Kim suspiró con frustración, ni siquiera había hecho algo interesante en el transcurso del día. Todo fue jodido por Bae Soo-ji y su mención a su padre muerto, ¿Cómo es que sin siquiera conocerla había acertado en el ingrediente secreto de su platillo? Un chef no revela su receta y Bae Soo-ji sabía el ingrediente: la carne lechosa de su padre, de su progenitor. Y para joderla aún más, la manzanita había escuchado absolutamente todo. Cada palabra, cada sílaba.

—Ya lo sé. No tienes porque decírmelo de nuevo, Manobal.

—La quiero ahora.

—¿Puedes esperar aunque sea dos malditas horas? Tu casa está muy apartada. —Se excusó mientras se pasaba nerviosamente la mano por sus hebras grisáceas, la casa estaba en silencio debido a que había terminado por noquear a Suzy. No soportaba sus espantosos gritos y además tenía ganas de darle un buen puñetazo.

—Vaya. Estás muy grosera hoy, eres una maleducada.

La risa de la empresaria se escuchó a través de la línea, Kim apretó el teléfono entre sus manos con enfado. Todos sus modales habían desaparecido con el mal humor que se cargaba debido a Soo-ji.

—La llevo en dos horas y no llames que voy a destruir este teléfono como destruiré tu vagina con mis dedos si sigues jodiendo.

Y Kim bufó finalizando la llamada, caminó con rapidez hacia la habitación dispuesta a aprovechar cada segundo de las dos horas que tendría con Roseanne Park.

—¿Dónde te encuentras pequeña manzanita? Puedo oler tu dulzura. —Habló de manera sensual mientras entraba a la habitación, sus profundos ojos analizaban todo el lugar en busca de la chiquilla.

Roseanne respiraba lentamente mientras abrazaba sus piernas con temor, se encontraba justo en el rincón de la habitación dentro de un pequeño armario, pudo divisar perfectamente la cabellera grisácea de la mujer a la que tanto le temía. Sus pasos se escuchaban perfectamente en la habitación al igual que su seductora voz, de un momento a otro dejó de escuchar pasos y pudo respirar aliviada.

—¡Estás aquí!—Le dijo Kim abriendo las puertas del armario con brusquedad, una sonrisa traviesa se mostraba en sus labios para consiguiente jalarle del brazo. —He ganado, ¿Qué premio recibo? ¿Podré tener un mordisco de ti?

Roseanne tembló cuando las manos de JiSoo se posaron en su cintura, los dedos de ella apretaban la piel de sus caderas hundiéndose completamente. Negó efusivamente ante el temor que comenzaba a sentir, le fue inevitable soltar un jadeo cuando Kim atacó sus labios de manera desesperada. Sus labios eran totalmente succionados con fuerza, tanto que pensó que terminaría por arrancarle los labios.

—Mhm, manzanita. Estoy ansiosa por ti, no sólo deseo probar tu exquisitez, también quiero hundirme en ti tan profundamente y tan duro hasta hacerte desearme como al mismo aire.

La rubia respiró de manera agitada intentando recuperarse pero fue en vano porque nuevamente tenía a la preciosa grisácea besándola de manera sucia, el beso era tan viscoso por la saliva de ambas y Kim le robaba el aire de manera necesitada.

—N-No quiero. —La chiquilla intentó separase pero los brazos de JiSoo se aferraron hacia su cuerpo, ahora ni siquiera había podido protestar porque la caníbal la había tomado por los muslos llevándola directamente a la cama. Ahora la mujer estaba encima de ella impidiendo su escapatoria.

—Lindos muslos. Tan rellenos y apetitosos.

—Por favor, no quiero...

La grisácea rió suavemente ante las palabras de Roseanne, la adolescente la miró aterrada con un pequeño hilo de sangre escurriendo en sus labios a causa de las mordidas de Kim.

—Mía. —Le dijo brindándole pequeños mordiscos en el cuello, la rubia se removía bruscamente negando.

—¡No, no! ¡Ya basta!

La grisácea siguió con lo suyo ignorando los gritos alterados de la contraria.

—¡Basta! ¡Por favor!—Volvió a gritar Roseanne a punto de tener un ataque de pánico, al parecer Kim se había detenido un momento por el nombre que había escuchado pero después la vió apretar sus dientes con enfado y negó hundiéndose nuevamente en su acaramelada piel.

—¡Kim idiota! ¡¿Qué diablos estás haciendo?!

Los gritos de Bae Soo-ji también comenzaron a escucharse por toda la casa. JiSoo gruñó con enfado por la esquizofrénica estudiante que comenzaba a fastidiarle cada día más, no se detuvo en seguir mordiendo el cuello de Roseanne como si no hubiera mañana.

—Me duele. —Balbuceó la rubia intentando producir algún remordimiento en la caníbal pero nada. Cegada por el temor y el coraje de ser tocada, alcanzó con sus manos la lámpara de la mesita y con fuerza se la estrelló en la cabeza a JiSoo varias veces. —¡Ojalá que te mueras, imbécil!—La caníbal jadeó de dolor tocándose rápidamente la nuca, sangre comenzaba a salir de la gran abertura que tenía que hasta sus hebras grisáceas se tornaban rojas, Roseanne aprovechó para empujarla y salir corriendo del lugar.

Kim pateó la lámpara en el suelo con fuerza y de inmediato emprendió marcha para ir detrás de la chiquilla, maldijo por lo bajo cuando notó que el cabello rubio de Roseanne se perdía entre el bosque.

Había escapado. Se le había escapado de sus manos.

—¡Joder!—Entró a la casa. nuevamente con enojo yéndose directamente al sótano, cegada por la furia golpeó en el rostro a Suzy descargando la ira que sentía.

Soo-ji comenzó a reírse de manera histérica mientras probaba de su propia sangre, JiSoo respiró intentando controlarse.

—¿Se ha...escapado mi pequeña Rosie?—Cuestionó muy apenas entre una de sus crisis de histeria y nerviosismo. —¿Estás enfadada porque no alcanzaste a probarla? Toda una ilusa.

—Claro que la he probado, Bae Soo-ji. Por eso ha huido. —Respondió más tranquila con lo sucedido, la sonrisa pícara había regresado nuevamente aunque por dentro se encontraba histérica por el escape de la chiquilla. Manobal la mataría, definitivamente sí. —Probar a la manzanita prohibida fue algo sublime y único. Por fuera es dulce, atrayente y colorida. Cuando la pruebas a fondo te das cuenta que es ácida y tiene algo tóxico en su interior que nadie vió.

D E E P  W E B.
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