❝ Es que mírala, es una chica ingenua y pura. ¿Quién rayos no va a obsesionarse con ella? Hasta el más cuerdo se vuelve loco con Roseanne.❞

D E E P W E B.

...

—Habla claro y dime el maldito plan de una vez. —Exigió Jennie exasperada ante el montón de palabrería que salía de Bae Joohyun, la mercenaria quería darse un tiro ahí debido a la tortura que era aguantarla.

—Tenemos que planear bien cada cosa, tener precisión, Jennie. O todo se vendrá abajo.

—Ella tiene razón, sólo dinos el plan y les metemos un tiro después. —Felix le cedió la razón a la azabache apuntandola, Joohyun negó varias veces nuevamente y Jenn hizo el amago de acercarse amenazadoramente.

—Déjate de mierdas.

Joohyun no pareció intimidarse ni un poco porque no retrocedió ningún paso atrás, ni siquiera aunque Jennie estuviera mirándole como si fuera a asesinarla.

—Vamos a realizar el plan si queremos a Roseanne de vuelta, no está a discusión.

—¿Quién te volvió la líder a ti, hija de puta?—Cuestionó la mercenaria con furia, las venas resaltaban por su cuello de lo tensa que estaba.

—Yo misma. —Le respondió la falsa estudiante sacando un arma de su chaqueta, no dudó en apuntarle directo al rostro sin titubear. —¿Algún problema?

—¿Crees que te tengo miedo, idiota? No eres más que una mocosa, podría quitarte el arma ahora mismo y metértela por la garganta. —Le dijo acercándose aún más a Joohyun, ambas mirándose a muerte y pensando en mil formas de traicionarse a la otra después de obtener a Roseanne.

—¿Una mocosa? No tengo la edad que aparento, ¿Me veo joven, cierto? Tengo veinticinco años en realidad, es fácil falsificar documentos y fingir ser una adolescente hormonada.

Jennie no se sorprendió en lo absoluto, cosas mucho peores le habían sorprendido.

—Chicas, cálmense. No podemos perder tiempo.

Ambas chicas observaron a Felix, Jennie bufó restándole importancia al asunto y Joohyun guardó de vuelta el arma en su chaqueta.

—Te escuchamos, Joohyun. Dinos el plan, ¿Siquiera sabes la ubicación de la par de locas?—Cuestionó el rubio mirándole fijamente, la mencionada negó rotundamente alterando a Jennie y a Felix.

—¿¡Y cómo mierda piensas ir hasta allá si ni tienes la puta ubicación?!—Reclamó Jenn cabreada por la actitud relajada de la contraria.

—Tú la sabes, sólo necesitas hacer un poco de memoria. ¿A dónde iba tu hermanastra cuando ambas solían ser compañeras de matanza? O como prefieras llamarle a su lazo de asesinas.

La azabache se tocó el puente de la nariz con frustración intentando recordar aunque sea un poco, es difícil ya que el último recuerdo de su hermanastra es haberle roto el cráneo con el bate.

—Puta madre. Tal vez se fue a Busan, solía irse a una cabaña de vacaciones. —Les informó no muy segura pero era el único lugar que venía a su mente.

—Ahí lo tienes. Nos vamos a Busan.

—¿Entiendes que ha pasado una semana? No sabemos lo que tu hermanastra o Soo-ji le hayan hecho a Roseanne. —Felix les dijo con seriedad, Joohyun asintió dándole la razón.

—Espero que aún esté viva porque sólo satán sabe que les arrancaré la cabeza y se las meteré por el culo si ella está herida o muerta. —Declaró Jennie con sed sádica en sus ojos, nuevamente se encontraba tan tensa.

—La encontraremos.

—Es hora de falsificar documentos, hasta donde yo sé, Jennie está muerta o eso se supone desde hace años. No podrá viajar sin visa y sin documentos.

Felix las miró con preocupación más ninguna compartió esa sensación con él.

—Viajaremos en auto. —Respondió Joohyun como si fuera evidente, Felix asintió no muy seguro.

—Aún así falsificaré los documentos por si acaso, no debemos confiarnos tanto.

—Como quieras.

D E E P W E B.

...

En la semana que Roseanne llevaba viviendo con ambas chicas era particularmente extraña, le aterraba las actitudes de las dos. En especial las de Suzy, podía oírla reírse sola a veces o incluso lamentarse en las noches y eso le causaba pesadillas. Por otra parte, la chica más alta llamada SooYoung le tocaba mucho la cintura y la miraba de una forma tan depravada. No la habían dañado esta semana físicamente pero sí psicológicamente.

—¡Es mi turno! ¡Es mi turno!—Gritó Suzy alterada mientras jalaba del bracito a la pequeña rubia de Roseanne.

SooYoung negó jalando también el bracito de la chiquilla, ésta se quejó del dolor por la fuerza de ambas chicas.

—Por favor, me..duele.

—¡Tú ya la besaste cinco veces!—Siguió gritando la estudiante con histeria, parecía que le estuvieran matando.

—¡Y tu diez, maldita esquizofrénica de mierda!

Soo-ji se apresuró a jalar con más fuerza a la rubia y una vez en sus brazos la tomó del rostro. Lágrimas bajaban por su cara, estaba aterrada. Sin embargo eso no le importó a Suzy porque de inmediato estampó sus labios con los de ella en un beso inexperto, la saliva de la mayor se mezcló con la de Roseanne en un beso húmedo.

—Once. —Le dijo la estudiante dirigiéndose a la castaña más alta mientras se recuperaba del agitado beso. —Ha sido maravilloso. Es que mírala, es una chica ingenua y pura. ¿Quién rayos no va a obsesionarse con ella? Hasta el más cuerdo se vuelve loco con Roseanne.

—Púdrete, la has besado más de la cuenta.

—¿Y eso qué me importa?

—La hija de perra de Manobal me ha prohibido tocarle siquiera un mechón de cabello. —Respondió derrotada mientras observaba a Roseanne una vez más con lujuria y frustración.

—¿Cómo que te lo ha prohibido? ¡¿Qué has hecho?—Exigió saber parándose de golpe, tomó de la mano a Rosé poniéndola detrás de ella.

—Negocios, sólo negocios. Manobal me pagó una gran cifra en cuanto le dije que la tenía yo, en unas horas se la entregaré vivita y coleando.

SooYoung soltó una risa burlona cuando notó que Suzy se aferraba al cuerpo de la chiquilla rubia.

—¡Hemos batallado para conseguirla y tú vas a entregarla por una puta cifra de dinero, idiota!

De un momento a otro, SooYoung enfureció tomándola del cuello con fuerza. Soo-ji no soltó de la mano a Roseanne en ningún momento, ni siquiera cuanto
comenzó a jadear por aire.

—Cuida como me hablas. Y vamos, te tocará una parte del dinero. Es mejor a que te asesine y te quedes sin nada. —Le dijo soltando su cuello por fin mientras regresaba a su característica sonrisa. —Además no quería que mi hermanastra la obtuviera, sé que vendrá por ella y no las quitarán como un dulce a un niño así que se la puse difícil con Manobal.

—Quiero ir a casa, por favor. —Logró articular la chiquilla muy apenas ganándose una mirada inexpresiva de Soo-ji.

—Yo no te ayudé para esto, se supone que nos quedaríamos con ella. —Reclamó Suzy mientras comenzaba a respirar de manera agitada, casi como si estuviera a punto de tener alguna crisis de demencia y Rosé se encontraba sufriendo por la presión ejercida en su manita.

—Park SooYoung.

Una dura voz alertó a ambas, Lalisa Manobal se encontraba en la puerta de pie maravillosamente vestida de traje y con gafas, dos hombres altos armados hasta los codos posando detrás ella.

Rosé estuvo a punto de gritar por ayuda pero algo le decía que esa tipa no vendría a ayudarla ni mucho menos a sacarla de su tortura.

—¡Manobal, compañera! Es una alegría verte. Entra, adelante. —Saludó la castaña invitándola a pasar, Lalisa esbozó una mueca de desagrado cuando entró al lugar.

—Esto es una pocilga, espero que con lo que te pague al menos puedas conseguir un lugar decente para esconderte.

Soo-ji frunció el ceño mirándola fijamente y mantuvo a la rubia detrás de ella en todo momento. Claro, eso fue hasta que Manobal posó sus ojos en ella.

—Te dije claramente que no quería que la tocaran.

—Bueno, tenemos algunas dificultades que resolveré rápido.

SooYoung se acercó peligrosamente hasta donde se encontraba Suzy, la chica se tensó ante lo que probablemente ya sabía que vendría.

—Dámela ahora, Soo-ji. Manobal espera por ella.

—¡No te daré nada, idiota!—Le escupió en la cara la estudiante antes de brindarle un golpe en el rostro y comenzar a correr con Roseanne.

La tailandesa les hizo un ademán a sus hombres que de inmediato apuntaron con el arma.

—No sean estúpidas, joder. No quiero que mi mocosa salga herida. —Ordenó Manobal cabreada, los hombres asintieron corriendo detrás de Soo-ji.

Suzy abrió la puerta trasera agitada por correr tanto, los hombres estaban a nada de alcanzarlas pero ella cerró la puerta atrancandola.

—Lo siento, Roseanne-ah. ¡Yo no quería que pasara esto! ¡Y-Yo sólo quería tenerte y darte besitos y cuidarte por la eternidad!—Le dijo a la rubia que no paraba de llorar, a Suzy le afectó un poco pero luego la apretó del brazo en una de sus crisis de histeria. —¡No llores, joder! ¡No te he hecho nada!

—Qué malos modales, Bae Soo-ji. ¿Éso te han enseñado en la preparatoria?

Suzy alzó su cabeza encontrándose con el rostro sonriente de Kim JiSoo, Roseanne se estremeció ante la mujer que rondaba por su casa anteriormente acosando con sus cartas.

—Hola, manzanita prohibida. He pecado para tenerte.

D E E P W E B.

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F I N A L  D E L  C A P Í T U L O.

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