Capítulo 7
Narra Chaeyoung.
—Maestra Jihyo... Yo... la amo.
—Chaeyoung, también te amo. Ven, no tengas miedo, puedes besarme.
Acerqué mis labios a los suyos y la besé...
—Chaeyoung...
—Sí maestra...?
—Chaeyoung...
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.
.
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—¡Chaeyoung!
—Ahg...
—¡Chaeyoung levántate o llegarás tarde a la escuela! —¿Mamá?
—¡Diablos, me quedé dormida!
—El desayuno está listo. Apresúrate o llegarás tarde —La escuché decir desde la puerta.
—Está bien, ahora bajo.
Se fue y miré la hora, solo tenía veinte minutos. Me cambié rápido y me lavé los dientes.
Bajé a la cocina y agarré una tostada.
—Mamá lo siento, voy tarde, nos vemos.
—Espera, te daré dinero para que te compres algo.
—¡Gracias! —Lo tomé y me fui.
Corrí lo más rápido que pude pero fui bajando la velocidad a medida que me fui acercando.
Me costó mucho pegar un ojo durante la noche. No podía dejar de pensar en la maestra Jihyo. ¿Me aceptará?, ¿me rechazará?, ¿saldrá corriendo?, ¿por qué no logro llegar al 1.60?
Esas y otras preguntas inundaron mi cabeza. No recuerdo a qué hora me dormí, solo sé que soñé con ella.
Joder, qué hermoso sueño.
Pero heme aquí, frente a la realidad.
Me quiero ir.
Cuando llegué al instituto vi a Dahyun esperándome en la entrada.
—¡Chaeyoung! Hasta que apareces. Pensé que te habías arrepentido y que no vendrías. ¿Por qué no respondiste mis llamadas?
—Me quedé dormida y salí corriendo de mi casa.
—¿De verdad? —preguntó dudando ¿de mí?
—De verdad. ¿Llevaste el oso al Consejo?
—Sí, sí, me aseguré de ser la primera en llegar y fui directo allá. El oso está a salvo.
—¿Nadie te vió verdad? —Me asusté.
—Nadie. No te preocupes por eso ahora. Recuerda, solo debes seguir el plan al pie de la letra y todo saldrá bien.
—Eso espero... —Susurré antes de dirigirnos a los casilleros.
Así es, Dahyun y yo habíamos ideado un plan. Ayer, luego de haber ensayado mi confesión, rompí mi cochinito y saqué los ahorros de mi mesada. Fuimos al centro comercial y compré un oso de felpa de gran tamaño que sostenía un corazón. Vacié mis bolsillos pero valdría la pena cuando viera a la maestra sonreír. Al volver a casa quedamos en que, hoy, Dahyun llegaría temprano a la escuela y escondería el oso en la sala del Consejo Estudiantil. Como eramos colaboradoras, nos habían dado una copia de la llave. Lo importante era que nadie supiera al respecto.
—Chaeyoung no estés nerviosa —¿Cómo lo supo? ¿Acaso huelo a nerviosismo?
—No estoy nerviosa —Solo me tiembla la voz, el cuerpo, la mente y el almita.
—Solo recuerda, sigue el plan...
—...Y todo saldrá bien —Completé.
¿Seguro?
Llegamos a mi casillero y vi una nota pegada.
Otra vez.
—¿Qué dice?
—No lo sé, quédatela —Quité la nota y se la dí.
—"Querida Chaeyoung. Reconozco que la bufanda me salió horrible porque, aunque no lo creas, esa cosa era una bufanda. En fin, hoy tengo una nueva sorpresa para tí. Te encantará. De Mina." —Leyó Dahyun— No entiendo. ¿Cuándo te regaló una bufanda?
—Ayer. Bueno, ella dijo que era eso —Saqué mis libros y volví a cerrar.
—Y... ¿no sientes curiosidad por la sorpresa de hoy?
—No me interesa.
—¿Ni un poquito?
—Seguro es otra de esas cosas caras que presume. Por suerte hoy no la veremos en ninguna clase —Un peso menos sobre mis hombros— , a ella ni a sus amigos.
—Pero Mina ya no es como ellos.
—¿Por qué la defiendes? No me digas que te gusta.
—No la defiendo y no, no me gusta —Menos mal—. Solo las shippeo.
—¿Es otra de tus bromas, no?
—Sí, jaja...
No si la clown.
—Alumnas, ¿pueden decirme por qué no están en clase? —Shit, el director.
—Buenos días director —Lo saludamos—. Nos olvidamos de un libro pero ya lo tenemos —habló Dahyun—. Con permiso —Hicimos una reverencia y nos fuimos a clases.
Traté de prestar atención a cada una de las clases y no pensar tanto en la maestra pero me fue imposible. Pasamos el almuerzo y el receso dentro del salón hasta que llegó la última hora. Cuando sonó la campana esperamos a que todos se fueran y Dahyun vigiló los pasillos.
—Ya no queda nadie —Me avisó— Bueno Chaeyoung, hasta aquí llego yo, el resto depende de tí.
—¿No te quedarás?
—No puedo, mis padres saldrán y debo cuidar a mi hermano. Te deseo suerte Chae.
—Gracias por ayudarme Dahyun.
Nos despedimos y subí a la sala del Consejo. Agarré el oso y sigilosamente me dirigí al salón de los de segundo año. Me acerqué a la puerta y la vi en el escritorio con su teléfono. Por suerte no había nadie más.
—Ma-maestra...—Me vió.
—¿Chaeyoung? —Me sonrió— Pasa, pensé que ya no te vería.
¿Ella quería verme?
—Sí, bueno yo... no me despedí debidamente el otro día y... —Bajé la cabeza ¡Por qué es tan difícil!
—No pasa nada, tengo entendido que muchos están preocupados por el ritmo de las clases pero ya le dejé indicaciones al director y también hablaré con la nueva maestra.
—No es solo eso. La extrañaremos, yo la extrañaré —dije segura.
—Gracias Chaeyoung, yo también te extrañaré —Mi corazón empezó a latir más rápido—. Siempre has sido una buena estudiante.
—M-ma-maestra... —Temblé.
—¿Eso es para mí?
—¿Huh? —Claro, el oso boba— Sí, es un regalo para usted —Se lo extendí y lo aceptó.
Soy feliz.
—Qué lindo, incluso sus ojos se parecen a los míos —No dejaba de sonreirle al oso.
—Por eso mismo lo compré.
—Muchas gracias Chaeyoung, es muy lindo de tu parte.
¡Ahora, es el momento!
¡Como lo practicaste Chaeyoung!
—Ma-maestra... yo... usted... —¡Malditos nervios!
—¿Sí...?
—U-usted...me-me gusta.
—Chaeyoung —Dejó el oso sobre la mesa y sentí su abrazo—. Tú también me gustas —Me soltó—, siempre me has parecido la estudiante más aplicada y estudiosa pero no se lo digas a los demás.
Khe.
Definitivamente no me entendió.
Una vez más, ¡recuerda, como lo practicaste!
Pero... ¿Cómo lo practiqué?
—Maestra no me entendió —Me miró atenta—. Sí me gusta pero... más que como profesora. Yo... estoyenamoradadeusted —Cerré mis ojos con fuerza.
—Disculpa pero ¿puedes repetirlo más lento?
—Dije que... estoy enamorada de usted.
Quería salir corriendo.
Su expresión cambió a una de preocupación.
—Chaeyoung...
Por favor di que también me amas.
—Chaeyoung, eres muy linda. Me enterneces y me halagas pero el afecto que te tengo es solo como estudiante.
Por favor no digas que es por la edad.
—Aún eres muy joven y-
—¿Es por mi altura? —Me apresuré— Sé que puedo parecer más joven e inmadura pero no es así.
—No es por tu altura. Sabes que esto no es posible ¿verdad?
—¿Por qué no?. Este es mi último año y usted ya no será mi maestra.
—No es así como funciona Chaeyoung —Suspiró—. Mira, ¿por qué no sales con alguien de la clase? Como Myoui, se ve de lejos que quiere tu atención, además tiene tu edad.
—No, ella no me gusta. La odio.
—No digas eso-
—Yo la amo a usted —Me acerqué.
—Estás confundien-
—No estoy confundida ni confundo nada.
—Escucha, ya conocerás a alguien a quien amar y que te ame y-
—Pero yo la amo a usted —Dí un paso más— Te amo Jihyo.
—No es am-
—¡SÍ LO ES! —Me miró atónita. Nunca antes le había gritado.
Mi respiración se agitó. Su mirada ya no era dulce así que preferí desviar la mía.
Hubo silencio.
—Chaeyoung, verás... No es la primera vez que un estudiante se me confiesa y, créeme, es muy incómodo, pero como te he guardado cierto afecto no quise ser dura contigo. Ahora entiendo que debo ser directa. Tengo novio.
Me congelé.
"Novio"
¿¿"Novio"??
¿¿¿Qué??? ¿¿¿Cómo???
Me sentí celosa y encaprichada. Mucho. Estaba mal pero...
Me desesperé y la tomé de sus mejillas y la acerqué brutamente a mi rostro para intentar besarla. Pero no pude. Lo siguiente que sentí fue una cachetada.
¡Auch!
—Chaeyoung creo que te estás aprovechando de mi amabilidad. Soy una adulta y tu maestra, ¡debes respetarme! —Habló muy molesta mientras yo me sobaba mi mejilla.
—Pero...
—¡Pero nada! —Carajo— Alumna Son, si vuelve a intentar algo así, tendré que reportárselo al director y él llamará a sus padres. ¡¿Entendido?!
¿QUÉ? ¡Noooooooooooooooo!
Asentí de inmediato.
—Sí maestra.
—No se me acerque durante el tiempo que me quede aquí. Tampoco puedo aceptar esto —Me devolvió el oso—. Adiós —Se despidió fríamente y se fue.
Shit.
Lo arruiné... y mi mejilla ardía.
Quería llorar pero realmente sentía más celos que tristeza.
Agarré al oso y salí de allí.
Llegué a mi casa arrastrando mis pies. Me encerré en mi cuarto y me tumbé en la cama.
Suspiré.
Así que...
Así se siente ser rechazada.
Joder.
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