Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 66

Narra Chaeyoung.

—¡Chae! ¡Chae!

No estoy.

—Despierta Chae, ya es hora. Se hará tarde, despierta.

—¿Huh?

Todo se escuchaba borroso y yo solo quería seguir durmiendo en Marte. Las voz siguió pero no hice caso, por el contrario, me acurruqué más contra la pared.

—¡Chae! ¡Son las siete y cuarto! ¡El acto de graduación!

¡¿...?!

Ni medio segundo me tomó abrir los ojos y rebotar como resorte de la cama.

¡¿Cómo que las siete y cuarto?!

—Mh... Me quedé dormida —Y me mareé un poco por pararme de golpe.

—Ve a ducharte rápido y alístate. Tenemos menos de treinta minutos para desayunar, arreglarnos y volar a la escuela.

—No puede ser —Me tallé los ojos con fuerza para aclararme la vista aunque mi cuerpo y mi cerebro todavía siguieran en un estado de zombie. No era de extrañar considerando que me había quedado despierta hasta muy tarde.

Dahyun estaba de aquí para allá buscando y revoleando cosas por el aire. No sabía qué buscaba con exactitud hasta que la vi sentarse frente al espejo con una caja de cremas y maquillaje en las manos.

—¿Qué? Hoy es un día especial y quiero verme bien en las fotos.

—¿Eres Dahyun?

—Sí. ¿Quieres un poco?

—Ehm, tengo que bañarme y lavarme los dientes —dije escapándome al baño.

El agua estaba un poco fría pero me ayudó a terminar de despertar y ser consciente de que este era el último día que me presentaría como estudiante en la escuela y de que, lo más importante, vería a Mina después de días que se sintieron años.

Qué nervios. ¿Me habrá echado de menos? Ya, no empieces. No irá por ti de todos modos. Pero... No puedo esperar por volverla a verla así sea solo su espalda, su brillante cabello semioscuro, con solo saber que pisará el mismo sitio que yo me basta... No, basta tú. No deberías estar pensando en esto, pusiste tanto esfuerzo para estar un poco bien. Pero...

Sacudí mi cabeza.

Al salir me peiné lo mejor que pude y sentí la nostalgia al verme con el uniforme puesto a través del espejo.

—Chae —Golpearon la puerta—. ¿Ya estás lista?

—Sí. Pasa, Dubu.

—Mamá dice que ba... Qué flash... y aliñada —dijo masticando con la puerta entreabierta—. Aunque admito que echo de menos tu corte de honguito.

—Fuiste tú la que me aconsejó teñirme el cabello.

—Y me hiciste caso. Usted no aprende, ¿verdad?

—Gracias por decírmelo ahora.

—Solo bromeo. Ven, vamos a desayunar.

Asentí.

—Dubu.

—¿Sí?

Suspiré profundamente.

—Gracias por insistirme en ir al centro comercial ayer, me sirvió mucho salir a despejar la cabeza. Me subiste el ánimo como siempre —Los resultados de los exámenes también tuvieron mucho que ver por supuesto pero Dahyun hacía milagros cuando yo estaba por los suelos—. Y gracias por comprarme las cosas que me faltaban, no tenían por qué hacerlo-

—Claro que sí, eres mi bro y mis padres te tienen mucho afecto, así que no empieces a decir que le debes algo a alguien porque me sentiré muy ofendida.

—Okay.

—Hay que salir más seguido, ¿Sí?

—¡Sí!

La señora Kim pegó un grito para que fuéramos a desayunar de una buena vez así que Dubu y yo dejamos la charla para otro momento y nos apresuramos a ir sin imaginar que seríamos atacadas por flashes de cámaras al final de las escaleras. Al menos yo no lo sospeché, ella creo que sí porque se puso a posar.

—¡Oye, te presté mi teléfono para que nos tomaras fotos, no para que te descargaras jueguitos! —Le recordó a su hermanito que se quedó en la cocina.

Cuando vino nos tomamos más fotos, con los padres de Dubu, con su hermano y luego nada más ellos.

Mientras les tomaba fotos pensé en mis padres.

¿Será que vendrán?

Mamá estaba tan ansiosa por que llegara este día. Papá dijo muchas veces que cerraría la mueblería todo el día para poder venir y celebrar.

¿Seguirán muy enojados? ¿Aún hoy?

Tal vez tengo que dejar que las cosas fluyan por su cuenta.

—¡Chae!

—¿Huh?

Todos estaban mirándome.

—¿Pasa algo? Te quedaste colgada.

—No pasa nada, Dubu.

—Entonces ven —Me extendió la mano— , hay panqueques y cereal.








Narra Mina.

Hoy terminaba una etapa de mi vida. Mañana empezaba otra, otro rumbo que tomar, nuevas puertas que abrir, cosas nuevas que con un pensamiento positivo me ayudarían a crecer como persona.

El reflejo en el espejo pegado en el armario me miraba mientras me secaba el pelo. No notaba hasta ahora cuánto me había crecido, todavía lo recordaba por debajo de los hombros.

Bueno, mi cabello no era lo único que había cambiado.

Hoy morían todas mis versiones pasadas, algunas más dañinas que otras, que supieron convivir con fuerza dentro de mí, especialmente las dos versiones que jugaban a ser la buena y la mala.

Le sonreí con optimismo a mi reflejo.

Mi teléfono empezaba a sonar sin parar seguramente llenándose de mensajes que pasé por alto. Quería que este momento conmigo durara unos segundos más.

En la sala mi madre le arreglaba la corbata a mi papá antes de que se percataran de mi presencia. Las fotos no se hicieron esperar entonces, fotos y videos que serían añadidos al álbum familiar más tarde.

—No sabes lo orgullosa que estoy de que mi única hija vaya a graduarse —Mi madre se veía realmente contenta.

—Estamos muy felices, hija —Papá no estaba igual—. ¿En qué momento creciste tanto? Ya eres toda una señorita.

—Una mujer.

—No, una señorita, mi pequeña.

—Querido, siempre será nuestra pequeña pero debemos aceptar que creció y dejar que tome su propio vuelo.

—¿Me perdí de algo? —pregunté curiosa.

Él negó sonriendo un poco triste y fue por las llaves del auto. Entonces miré a mi madre confundida.

—Luego de la últuma charla que tuvieron le está costando asimilar algunas cosas pero no te preocupes, estará bien.

Ya veo.

—¿Y tú?

—Yo sabía que esto pasaría. Lo que temía era que no maduraras lo suficiente antes de tomar esta y otras decisiones vinculadas con tu futuro. Ahora estoy tranquila porque sé que estás lista para manejar tu propia vida. Y estaremos aquí siempre por supuesto, para guiarte y aconsejarte cuando nos necesites.

—Siempre los necesitaré —La abracé—. Gracias por apoyarme, gracias por ser mi madre y mi amiga.

—Hija...

—Y papá siempre será mi héroe protector.

—Deberías decírselo, le alegrará muchísimo saberlo.

—Tienes razón.

Y eso hice cuando salimos de la casa, aunque nos arrepentimos cuando casi se pone a llorar y no quería darle las llaves del auto a mi madre. Ahora íbamos camino al instituto y él me contaba del día que terminaron la secundaria, bromeaba, reíamos, todo estaba más que bien y me olvidé del resto del mundo por unos minutos.

No, no me arrepiento de decirte que eres mi héroe, papá.

Llegamos temprano al insti así que mientras ellos hablaban le eché un vistazo a mi alrededor. Los organizadores habían hecho un estupendo trabajo, todo estaba listo y la gente no paraba de llegar.

Mi teléfono comenzó a sonar de nuevo, esta vez era una llamada de Mark.

—¿Hola?

—Minaaa, ¿ya estás en el insti?

—Sí.

—¿Por qué no ves nuestros mensajes? Ya vamos para allá, guárdanos lugares.

—No puedo hacer eso.

—Llego en un momento. Nayeon dijo que te quiere, que te quiere dar unfollow en twistagram por no responderle y Sana quería saber cómo estás.

—Estoy bien... De hecho ya estoy viéndola —Sí, era Sana la que acababa de entrar al gimnacio acompañada de sus padres.

—¡Ay, me ganó! Ahora tendré que usar mocasines por una semana. Por cierto, ¿ya te enteraste?

—¿De qué?

—Todos los chicos y chicas votaron por ti como representante para que hables al final de la ceremonia, hasta con los que nunca cursaste una materia.

—What?! ¿Cuándo pasó eso?

—No sé, debió ser un día que faltamos, probablemente ese día que nos fuimos de parranda y terminamos escapando de la poli.

—¿¿¿Y soy informada recién ahora??? ¿Qué se supone que diga?

—No sé, solo dile a la presi y no te hagas drama. Nos vemos.

Cuando colgó, Sana se acercó a saludar y nos quedamos charlando de lo que me acababa de enterar. Al igual que Mark me sugirió que le avisara alguien del Consejo Estudiantil para que hablase por mí, sin embargo no estaba segura, así que sin que se lo pidiera fue a hablar con Umji para que yo ya no pensara en eso. Hasta que aparecieran nuestros otros amigos nos quedamos charlando al respecto. Cada vez se acercaba más la hora y aunque todos ya estuvieran aquí yo mire a las puertas un par de veces más.

Un rato después nos formamos en filas para recitar el himno de la nación y el de la escuela mirando a las banderas que representaban a las mismas, dando inicio así a la ceremonia de graduación.

Luego fuimos a los asientos con vista al escenario armado para la ocasión donde el director y la vicedirectora entre otras autoridades subieron. Nos sentamos después del saludo.

—Bienvenidos a todos —habló la vicedirectora al micrófono—. Estudiantes, docentes, familias, ex alumnos, les agradecemos por su asistencia en este día especial. Como cada año desde hace veinticinco años los convocamos para darle cierre al ciclo lectivo anual, otro más de nuestra honorable y amada institución educativa.









 Narra Chaeyoung.

—¡De prisa!

—¡Ya voy!

Increíble. Ibamos retrasadas hasta el último día. En realidad esa era yo, Dahyun casi nunca llegaba tarde a la escuela.

—¿Dónde es? —Ni siquiera lo recuerdo.

—En el gimnacio, Chae, vamos.

A pesar del apuro nos dirigimos allá caminando para no transpirar ya que Dahyun no quería arruinar su maquillaje.

Nos distrajimos tanto hablando en el dasayuno que se nos fue la hora. De camino nos dimos cuenta de que no había lugar para estacionar así que nos tuvimos que bajar dos cuadras antes, la madre de Dubu nos dijo que nos adelantáramos, que ellos nos alcanzarían en cuanto encontraran un sitio donde dejar el auto.

Una vez dentro del gimnacio nos encontramos con mucha gente. Además de los estudiantes, sus familiares y los profesores estaban las autoridades de la escuela, los inspectores educativos y hasta alumnos del año pasado.

Y nosotras, pese a nuestros esfuerzos, entramos sudando como tenistas en el último set. Buscamos asientos disponibles junto al resto de los del último año y nos mantuvimos en silencio escuchando el final del discurso de la vicedirectora. Luego fue el turno del director.

Yo no estaba prestando atención, lo admito, al menos no mucha. Mi mente estaba concentrada en Mina, mis ojos la encontraron en uno de los asientos de la primera fila, yo estaba en la última, pero tantas cabezas con birretes no me dejaban verla bien.

—Quédate quieta Chae o quieres que te llamen la atención —Me susurró mi amiga codeándome el brazo.

—Sí, lo siento.

Luego de un par de discursos más y de que un grupo de estudiantes del primer año subiera a leer algo que habían escrito para nosotros el director anunció que procedería con la entrega de diplomas. Uno a uno fue llamando según el orden alfabético de nuestros apellidos.

Yo estaba nerviosa y un poco feliz al mismo tiempo. La euforia de mis compañeros sumada a la alegría de los demás presentes era contagiosa. Cuando llamaron a Dahyun vi a sus padres y hermano menor entre las demás personas. Muchas familias estaban presentes pero ninguna de ellas estaba acá por mí.

No quería ponerme triste pero era difícil. Me dije que tenía que dejar que las cosas fluyan por su cuenta pero cómo hacerlo en este ambiente. ¿Quién correría a abrazarme y felicitarme después del acto? ¿Quién me diría que hice un buen trabajo? ¿Quiénes dirían que se sienten orgullosos de mí?

Dahyun y su familia son excelentes personas pero no es lo mismo por mucho que así lo desee, no es lo mismo cuando sé que mis padres no están aquí no porque no puedan sino porque no quieren. No me quieren. Me odian y aunque no sea mi culpa eso no impide que duela y duele más hoy.

En dos semanas mi mejor amiga se irá y me quedaré completamente sola. ¿Qué haré? ¿Qué sigue después?

Mina no volteó en ningún momento, le daba igual si yo estaba acá o no. Cuando llegó su turno por fin pude verla de frente. Lucía tan hermosa como siempre, quizás hasta más, no sé.

¿Será porque cada día sin ti fue como una cadena perpetua? ¿Porque extrañaba tu sonrisa más de lo que imaginaba? ¿Porque no puedo vivir sin tus ojos que me miraban solo a mí, sin tu suave voz cuando me hablabas con cariño y que sigue siendo la mejor melodía aún cuando estás molesta? Extraño cuando me abrazabas y yo me quejaba, pero si lo hicieras ahora no te apartaría ni aunque me lo pidieras. Si supieras que todas las noches me devuelven a ese sueño donde corrijo mis errores y estamos juntas.

No me buscó entre el resto, recibió su diploma y bajó a abrazar a sus amigos como si nada de los últimos meses hubiera pasado, como si yo no existiera más en su mundo. No es que estuviera mal que estuviera tranquila y contenta, claro que no pero... Yo no me sentía así por dentro.

Ya diste vuelta la página, cerraste nuestro capítulo. Qué bien, Mina.

Quiero llorar.

Esta vez el dolor se propagó más rápido y mis ojos ya estaban húmedos.

El director seguía nombrando más apellidos por el micrófono y yo no quería que dijera el mío.

Ya no quiero estar acá.

—Dahyun, me voy.

—¿Qué? Pero todavía no dicen tu nombre.

—Vendré otro día a recoger el diploma, me estoy sintiendo mal.

—¿Te duele algo?

—La cabeza un poco —Mentí a medias—. En serio quiero irme.

—Bueno pero... Está bien.

Nos levantamos de nuestros lugares pero justo ahí tuvieron que decir mi nombre completo. Me paralicé.

—Son Chaeyoung por favor suba al escenario a recibir su correspondiente diploma.

Sentí las miradas sobre mí y no supe qué hacer.

—Chae, ve. Es tuyo, te lo ganaste —Me animó Dubu—. ¿Quieres que vaya contigo?

Negué.

—Son Chaeyoung —Me llamó una vez más el director y muchos ya empezaron a voltear.

Entendí que si me iba ahora llamaría más la atención que si me quedaba y no quería eso. Así que mirando mis pies fui hasta arriba del escenario.

Odiaba esto, sentirme así de avergonzada, forzarme a hacer esto. Ahora me forzaba a mí misma a sonreír cuando mis mejillas ya estaban mojadas y seguía odiando pasar por esta situación que se supone debía ser un bello recuerdo pero estaría muy lejos de serlo.

Seguí sonriendo hasta que mis ojos tuvieron que buscar a los de Mina. Ella estaba ahí, entre Sana y Nayeon mirándome a los ojos mientras aplaudía como el resto con cada graduado. Aplaudía menos que el resto y sus cejas estaban arqueadas un poco hacia abajo. Me miraba como con... con... ¿Pena?

¿Es pena lo que hay en tu mirada, Mina? ¿Te doy pena porque estoy llorando y a diferencia de lo que seguramente piensan los demas tú sabes que no es de la emoción? ¿Pena porque sabes que mis padres no están aquí conmigo? ¿Porque sabes que no estoy bien? Porque ahora sí tengo una razón para temerle al futuro.

Yo también siento pena de mí.

Bajé del escenario caminando lo más rápido posible. Dahyun me abrazó cuando regresé a mi asiento, me dió palmaditas en la espalda para calmarme y respiré hondo escondida en su hombro.

—Tranquila Chae, no me moveré de aquí.

—Gracias —Era todo lo que podía decir.

Dos o tres personas fueron llamadas después de mí y luego de hacer distinciones especiales el director dijo que una estudiante recién graduada diría unas palabras para concluir con la ceremonia. Dubu estaba segura de que sería la presidenta u otra miembro del Consejo. En efecto fue Umji la que estaba yendo en dirección a las escalerillas hasta que alguien de adelante se levantó para detenerla.

¿Mina?

Ambas hablaron brevemente de algo y entonces Umji regresó a su asiento y Mina subió en su lugar.

Dahyun y yo intercambiamos miradas de confusión.

Una vez detrás de la mesa con micrófono, Mina lo ajustó a su altura.

Todo ruido, murmullo se convirtió en silencio.












Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro