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Capítulo 39

Narra Chaeyoung.

No sabía qué atuendo usar y nunca fui muy rebuscada con esas cosas, así que elegí algo casual; una camiseta, un polerón encima, unos jeans negros y mis vans nuevas del mismo color. Aún faltaba media hora para las diez así que me entretuve en twicetagram. Nunca me gustaron eso de las redes sociales pero valíó la pena haberme creado una cuenta con tal de ver las fotos de Mina, aunque su última publicación fue hace casi un mes.

Su sonrisa era tan hermosa y brillante que no parecía de este mundo. ¿Por qué no lo había notado antes? Qué pregunta más burra, claro, bicoz ai am fuul.

¿Y si ya no le gusto? No, ella dijo que me quiere, debo aferrarme a eso.

¿Estará pensando en mí?

Aaaaaagghhhhhh.

Dejé caer mi espalda sobre el colchón y mantuve mi vista fija en el techo blanco de mi cuarto aunque mi mente estuviera vagando por cualquier parte.

"Quisiera que consideraras mis sentimientos y ser importante para ti."

Somi...

Sí eres importante para mí.

"¿Tan sorprendente es que me haya enamorado de ti?"

De hecho sí lo era. Somi era una chica tan inteligente y super divertida que yo no terminaba de entender cómo es que se había... enamorado de alguien tan torpe como yo. Cómo es que estaba tan segura de lo que sentía por mí. Confieso que me generaba un cierto grado de felicidad saber que alguien me amaba de tal forma, y también era cierto lo que dijo respecto a que no nos conocíamos hace mucho tiempo, pero apenas estaba logrando descubrir mis sentimientos por Mina y Somi... No quería que se sintiera rechazada porque no, no lo había hecho. La verdad es que todo se estaba tornando muy confuso.

De repente oí el timbre. Seguro era Dahyun, por lo que despejé aquellos pensamientos para otro momento y me apresuré a bajar. Cuanto más antes llegáramos a esa fiesta más antes me iría de allí.

—Tenía la ilusión de que no vinieran —Le dije en broma a Dahyun tras abrir la puerta.

—Qué mala. ¿Ya estás lista?

—Wow... Hace mucho que no te veía llevar un vestido -Reí-. ¿Buscas impresionar a alguien?

—Ríete, no tiene nada de malo que quiera lucir femenina de vez en cuando, después de todo soy una chica.

—¿De verdad eres Dahyun?

—Andando —"Ordenó" empujándome levemente por la espalda en dirección al auto de Joy—. Y no se te ocurra a hacer comentarios de mi vestido delante de Joy.

—O-oye —Frené—. No me digas que te gusta Joy.

—¡Shhh! ¡Cállate! —¿Se sonrojó?

—¡Te gusta Joy! —Exclamé en voz baja pero aun así me tapó la boca pero no por mucho—. Creí que te gustaba Nayeon.

—¿Qué? Nunca dije que me gustaba Nayeon.

—Bueno, no pero yo pensé que... como tenías su foto en tu teléfono... Deduje que...

—Mejor vamos de una vez.

—Ajá. Tú te entrometes en mi vida y yo no puedo saber quién te gusta. ¿No confías en mí?

—Estamos a unos metros del auto de Joy y no quiero que nos escucheee.

—¡Adiviné, es ella!

—¡Claro y por qué no se lo gritas a todo el mundo!

—Jaja, debí haberme dado cuenta. ¿Quieres que te ayude con e-

—No quiero y ahora por bocona nos quedaremos hasta que termine la fiesta.

—¿Qué? ¡No!

¡Imposible!

Nos subimos al auto de Joy de una vez y la saludé. Somi no estaba dentro así que supuse que no iría. No me animaba a preguntar por ella porque si lo hacía me pondría nerviosa y no quería que las chicas sospecharan algo.

—Ehm... ¿Y Somi? —No me aguanté.

—Le escribí y dijo que iría por su cuenta... —Contestó Dahyun— No lo aseguró pero dijo que haría lo posible por ir, no lo sé.

Tenía sueño.

Eso sí era seguro.

Durante el recorrido casi me duermo en el asiento trasero. "Casi" porque la risa de Dahyun era como un despertador a las tres de la mañana. Joy dijo que la casa de JaCkSoN no quedaba muy lejos y, como no había mucho tránsito, condujo a baja velocidad para hablar un poco. Bueno, los minutos al menos me sirvieron para observar un par de cosillas durante el viaje.

La primera fue la manera en que Dahyun le sonreía a Joy y viceversa. Era distinto a cómo le sonreían a los demás, a Dahyun parecía iluminársele el rostro, habían una conexión especial entre ambas.

La segunda fueron sus gestos. Desde que conocimos a Joy siempre fue más madura e intelectual que nosotras, de hecho ella fue quien le dió buenas referencias de Dahyun y de mí a la presidenta Sowon para que nos aceptara como ayudantes en el Consejo, por eso no me sorprendía su actitud y gestos como de adulta. Dahyun, por su parte, me sorprendió bastante. Conmigo siempre solía ser torpe, entusiasta, bromista en extremo y exagerada algunas veces, pero ahora... Parecía otra otra chica. Su forma de hablar, su tono de voz, era más recatada y tranquila que la Dahyun charlatana que conocía. Y por más que trataban de incluirme en su plática, pude ver lo concentradas que estaban la una de la otra en escuchar cada palabra que salía de sus bocas. La sonrisa de Joy no se borraba por más que tuviera su vista en frente.

La tercera cosa que observé fueron sus vestidos. Lucían muy guapas, como dos jóvenes adultas yendo a un lugar importante, en cambio yo... Me sentía tan ajena a su mundo, a su plática, en vez de su amiga parecía la hija ambas viajando en el asiento de atrás.

No había medido el paso del tiempo hasta este momento, mi miedo a crecer me lo había impedido por años. Porque sí, todos estaban creciendo, avanzando y yo me estaba quedando atrás. En poco tiempo me graduaría y no sabía qué iba a estudiar, qué iba a hacer de mi vida, cómo le diría a mis padres que me gustan las chicas.

¡No, necesitaba un año más para resolver todo eso!

—¡Chaeyoung!

—¿Huh? —Salí de mis pensamientos una vez más al oír a Dahyun.

Habían frenado.

—¿Te dormiste con los ojos abiertos o qué? -Joy rió.

—No... Es que... Nada. ¿Ya llegamos?

Recién entonces fui consciente del fuerte ruido que se escuchaba desde afuera pese a que las ventanas estaban cerradas.

Al salir del auto no dudé en tratar de volver a entrar pero Dahyun y Joy me lo impidieron tirándo de mi polerón y de mis brazos.

—¡Chaeyoung no seas así!

—¡Alguien debe custodiar el auto! —Me excusé pero no funcionó.

No quería ser llevada a rastras así que me resigné.

Habían autos enfilados en la calle y estaba segura que la mayoría eran de los del equipo de fútbol o de sus amigos. Y el molesto ruido era la música proveniente de la enorme casa frente a nosotras, porque sí, era enorme como la casa de Kai o quizás más. La puerta estaba abierta y entramos al igual que otros chicos y chicas.

Casi me estallan los tímpanos. La música resonaba tan fuerte que se podía escuchar el vibrar de los parlantes distribuidos por distintas partes. Las luces eran de colores y apenas podía ver, con suerte podía distinguir las caras de Dahyun y de Joy. Tal vez todos los locos aquí estaban acostumbrados a esta clase de reuniones pero yo no. A pesar dichas luces, que sentía que me cegarían en cualquier momento, pude ver que el lugar era muy espacioso como si se hubieran deshecho de los muebles y hubieran convertido la casa en un antro.

Me pregunto si sus padres estarán de acuerdo con esto.

También había una barra donde podían tomar bebidas y servirse tragos, y algunas personas iban y venían del fondo.

—VAMOS ATRÁS —dijo Joy alzando la voz por el ruido.

Yo solo me dejé llevar por ellas.

Caminamos entre los chicos que bailaban y cruzamos una puerta trasera que nos llevó al otro lado de la casa y de la fiesta. Más música electrónica y chicos y chicas riendo alrededor de una gran picina o sentados en las reposeras.

Aquí había más luz y pude reconocer algunas caras, otras no tanto porque jamás las había visto en la escuela pero al menos parecían de nuestra edad.

Joy vió a sus amigas del club y fuimos con ellas. Todas hablaban muy amenamente a excepción de mí. Yo no me sentía a gusto, no por ellas, sino por el ambiente, me sentía incomodín y creo que Dahyun lo notó.

—Chae, ¿vamos a buscar algo para beber?

—¿Adentro?

—Dónde más.

—Está bien, espero que haya refres...

Carajo.

Yugyeom, Jackson y Kai me miraban desde la puerta, vi que murmuraron algo entre ellos y después se fueron.

—Mejor no.

—¿Por qué?

—Acabo de ver a los amigos de BamBam observándome y... y estamos en la casa de uno de ellos, ¿qué tal si planean algo en mi contra? ¡Probablemente fueron a avisarle a BamBam!

Sin el director y las autoridades de la escuela presentes, él no desaprovechará esta oportunidad.

—Oye tranca, no estés paranóica. No creo que en lugar de disfrutar de su propia fiesta prefieran perder el tiempo planeando cómo burlarse se ti —Qué sensible— . Verás que un rato ya andarán borrachos y ni se acordarán que estás aquí.

—Pero...

—Pero vamos —Me jaló del brazo de vuelta hacia dentro.

Era increíble cómo en unos minutos la casa se había llenado de gente. Apenas pudimos llegar a la barra. Joder.

—NO HAY NADA SIN ALCOHOL —Me avisó Dahyun husmeando las bebidas que estaban "a la vista".

—ENTONCES NO QUIERO NADA —Debí traer jugo de mi casa.

—YO QUIERO PROBAR UN POQUITÍN.

—¿ES EN SERIO?

Se sirvió un trago de no sé qué y bebió un poco.

—¿Qué tal? —Le hablé en el oído para no tener que gritarnos todo el tiempo.

—Nada mal —¿Nada mal?—. Ten, prueba —dijo alcanzándome la mediana copa. WTF—. Anda, solo una vez.

—Si aparezco tirada por ahí, tú serás la única responsable.

—Jejeje.

Agarré la copa pero solamente el olor me produjo rechazo.

—No me gusta, no quiero.

—Jajajaja.

Iba a devolverle su trago pero ya se se había servido otro. ¿En qué momento?

Dahyun no paraba de reír por la cara que yo había hecho hace unos segundos y yo tenía mi ceño fruncido por eso.

Creo que ya está borracha.

—ME VOY CON JOY Y LE DIRÉ QUE NO TE ACEPTE POR GUASÓN —La molesté y me fui.

Pero al salir otra vez, entre empujones, no encontré a Joy ni a sus amigas.

¡¡¡Lo qUe FaLtAba!!! 😬

Saqué mi teléfono y mi reloj marcaba las once y media de la noche. Y Somi me había llamado hace media hora.

Rayos, debí dejar mi celular en vibrador.

¡Aish!

¡Ya me cansé! ¡Me largo de aquí!

—¡Chaeyoung! —Dahyun apareció de la nada y tan sobresaltada que me asusté.

—Dahyun.

—Chaeyoung, y-ya es tarde, regresemos a nuestras casas.

—¿Por qué? ¿Qué ocurre?

—¡Nada! —Su expresión ya no era divertida como hace rato sino de ¿preocupación? Y no dejaba de ver hacia atrás— ¡Ahg! Acabo de ver a... Está con BamBam.

—¿De qué ha...

Miré en dirección a la puerta y recién ahí entendí.

—Mina...




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