Capítulo 36
Narra Chaeyoung.
—¡Qué demonios le hiciste!
Maldición.
—Somi, estoy bien de verdad —dije detrás de ella, tratando de restarle importancia al asunto.
—¡Responde!
—¿Quién carajo te crees para gritarme? —Mina frunció el entrecejo.
¡Sabía que no se quedaría callada!
—¡Quién te crees tú para hacer llorar a Chaeyoung! ¿Qué, acaso quieres obligarla a que vuelva contigo?
—¿Qué? Joder, pero qué manera de meter tus narices donde no te llaman. Si no sabes de qué va la discusión no te entrometas, ¿o necesitas que lo diga en inglés para que lo captes?
—No, yo sí entiendo bien las cosas tal cual son, no soy una niña mimada como tú que tiene que recurrir a otros métodos para conseguir lo que quiere.
Carajo. Debe detenerse.
—Somi... —La llamé pero no obtuve su atención. Ella mantenía sus ojos fijos en Mina.
Joder.
—Y no dejaré que le grite, no tienes ningún derecho a tratarla como si no valiera nada-
—¡Cállate! ¡No sabes nada! —Mina se veía más furiosa que antes— Apuesto que tú lo sabías también, ¿no? Tú ayudaste a esta idiota —Me miró— en su intento de vengarse de mí —¿Ehh?
—¡No, Mina! ¡Yo no quería ni quiero vengarme de ti! —¡Por qué no puede creerme!
—¡Tú no me hables, Son!
—¡No le grites a Chaeyoung! No sé qué fue lo que hizo, pero lo que sea que haya hecho ¡te lo merecías por la arpía que eres! —Rayos, Mina había empuñado sus manos— ¿Pensabas que podías manejar a Chaeyoung a tu antojo? Pues no.
—Te lo diré por última vez, cállate.
—No soy una de tus amigas a las que puedes ordenarle qué hacer. ¿Y sabes qué? Espero que aprendas algo bueno de todo lo que te está pasando en la escuela y dejes de ser ser tan víbora con los demás, porque sí, ¡te mereces que todos se hayan complotado contra ti!
Nadie dijo nada más después de eso. Todo lo que se oyó fue un fuerte ruido seco.
¡JODER!
¡Mina la había abofeteado!
—¡¡¡Somi!!! —Me puse frente a ella, cuando reaccioné, mientras Somi tocaba su mejilla roja por la cachetada— S-Somi... —Claramente ella tampoco se lo esperaba.
Me sentí muy molesta de pronto. Mina podía no creerme y decirme lo que quisiera pero a Somi... Ella no le ha hecho nada.
—¡Por qué hiciste eso! —Enfrenté a Mina pero ella ni me miró, estaba al pendiente de lo que Somi pudiera hacer pero yo la mantuve detrás mío para que no intentara nada más.
—¿Quieres que aprenda algo? Tú aprende primero a cerrar el pico —Le habló seriamente—. No me conoces así que no te atrevas a hablarme como si lo hicieras.
Realmente parecía otra persona. No era la misma Mina de hace una semana. Su expresión era dura y fría, como si no lamentara nada.
Esperaba que me dijera algo al menos antes de marcharse pero no fue así. Simplemente se acomodó su mochila y se fue como si nada.
Quería ir tras ella pero también estaba Somi.
Me di vuelta y Somi seguía en la misma posición.
—Somi...
—No te preocupes. Estoy bien.
—Lo siento —Me sentí culpable.
—No lo sientas, tú no hiciste nada malo —Sí lo hice, por eso Mina está enojada conmigo.
—No debiste intervenir.
—¿Y qué se supone que debía hacer? ¿Esparar parada a un lado de la puerta a que terminaran de discutir mientras ella te gritaba y tú bajabas la cabeza? De ningún modo. No podría simplemente verte llorar y no hacer nada para evitarlo, para evitar que te maltrate...
—Ella no me estaba maltrando y nunca lo ha hecho —Mina es una buena chica, yo lo sé—. Te agradezco que hayas querido defenderme pero no debiste decirle esas cosas. Mina no merece que se metan con ella solo porque un grupo de locas lo dijo.
—¡Ya Chaeyoung! ¿Hasta cuándo seguirás defendiéndola? No lo entiendo. No entiendo cómo puedes permitir que te maneje a su antojo.
—No es eso...
—Te confesé mis sentimientos pero pareciera no importarte, como si todo lo que dije en la mañana te hubiera entrado por un oído y salido por el otro —Joder, es cierto, su confesión, lo había olvidado con todo lo que acababa de ocurrir—. ¿Crees que fue fácil? No lo fue. Pensé mucho en ello.
—Lo siento.
—No, no quiero que lo sientas. Quiero que pienses un segundo en mí —Su mirada era triste—. Sabes, en mi otra escuela solía gustarme cualquier tonto, pero... Esta es la primera vez que me enamoro. Y el que sea una chica me asustó un poco al principio porque... No sabía si existía una diferencia, si era lo mismo, no sabía cómo debía actuar. Pero contigo todo surge tan natural que no tengo que fingir ser alguien diferente, "genial".
—Tú eres maravillosa, Somi —Me sentía apenada y culpable por todo.
—Quisiera que consideraras mis sentimientos y ser importante para ti.
—Somi...
No quiso que continuara e hizo un gesto para que me detuviera y se alejó pese a mis llamados.
Genial. En verdad eres una idiota, Son Chaeyoung.
Narra Mina.
Imbécil.
¿Quién mierda se cree? ¿"La amiga del año"?
Y la otra idiota no dijo nada para... ¡Claro, debe pensar lo mismo! Y todavía quiere jugar a ser la víctima.
—No me arrepiento de nada.
—Deja de maldecir por lo bajo y detente.
Frené y me di vuelta.
—Déjame sola, Nayeon.
—Creo haberte dicho que me esperaras en la puerta y apenas regreso ya estás metida en un pleito.
—Con que escuchaste.
—No del todo, pero quiero saber qué diablos pasó para que detestes tanto a la enana de un día para el otro y, si no me equivoco, también necesitas desahogarte. No seas tan necia y cuéntame.
—Okay —Resoplé asintiendo—. Es verdad, necesito vomitar lo que me pasa a alguien y qué mejor que a ti, ¿no? De todos modos sigo enojada contigo.
—Lo que sea. Vayamos por unos raspados y hablemos.
15 minutos después...
—Jajaja —Reía Nayeon luego de haberle contado todo lo sucedido con... Son.
Si bien era cierto que seguía molesta con ella, tambien lo era que necesitaba hablar con alguien y soltar un poco el peso que sentía por dentro y Nayeon era la única que sabía lo del chantaje.
—¿Acaso dije algo gracioso? —hablé sin una pizca de humor.
—No, jaja, es que... —Le dió una probada a su raspado— ¿Es en serio? ¿Le pagó a un chico del instituto para que se acostara contigo por... ¿Venganza?
—Eso mismo.
—¿Y luego qué? ¿Pensaba grabarlo y exhibirlo frente a toda la escuela?
Tal vez.
No se me había ocurrido.
—No sé y a estas alturas ni me importa. Lo que sí sé es que todo este tiempo estuvo fingiendo ser amable conmigo para que no sospechara lo que tramaba y yo como la reina de las estúpidas me lo creí. Tenías razón aquella vez en el campamento. ¿Cómo pude pensar que ella podría... —Enamorarse— gustar de mí? De no haberme vuelto una ilusa por esa idiota, ahora no tendría que tolerar las burlas y... toda la mierda que me tiran —A mí, a Sana y a Mark.
—Sorry. Te diré dos cosas. La primera es que la historia de la enana no me cuadra, no sé, me cuesta creerlo.
—A mí también, en un principio, pero ella lo confesó. Dijo que quería que me enamorara de ese tal Jimin.
—¿Y?
—¿Cómo que "Y"?
—¿Cuánto dinero se supone que le dió?
—No lo sé ni quiero saberlo. La quiero lejos de mí, LA ODIO.
—Ugh, sigue sin cerrarme del todo esta situación. Osea, ¿viste a esa niña? —La miré sin comprender— Es muy torpe y despistada, al igual que su amiga. No las imagino ideando un plan de ese tipo, la enana ni siquiera puede planear cómo llegar temprano a clases y recuerdo que una vez la vi hablando sola en el patio —Seguro le fue mal en un exámen, siempre habla en voz alta luego de desaprobar un exámen—. Ese "plan" es más algo que tú y yo haríamos pero ellas... Todo esto está muy raro.
—¿Y qué es lo otro que querías decirme? —Ya no quería hablar de la innombrable y no, no me refiero de Vóldemort.
—Okay, la segunda cosa es que... Es que luces terrible y es más que obvio que estás enamorada de Son. Aunque lo niegues sabes que es así.
—No. No estoy estoy enamorada de nadie —dije con seguridad en mi voz— y menos de esa idiota.
—Pareces empeñada en convencerte de eso.
—Estoy cansada. Me voy —Me levanté de la silla.
Nayeon dijo que iría conmigo pero me negué. Quería estar sola.
Al llegar a casa me sorprendió ver a mis padres. Luego de aquella vez que llegué de la escuela llorando no volví a hablar del asunto con ellos. Decidí que lo mejor sería fingir que todo estaba bien y así no harían más preguntas.
Y esta vez hice lo mismo. Los saludé y, sin ser muy obvia con mis ganas de desaparecer, fui a mi habitación. Una vez allí me quedé un rato largo acostada en mi cama escuchando música aleatoriamente.
No me arrepiento de nada.
-
-
Los días siguientes fueron una completa basura. Fue la semana más larga de mi vida. En primer lugar, porque tenía que soportar que todos se metieran conmigo y mis amigos. Habían abierto mi casillero para sacar mis libros y los habían escondido por todo el edificio. Me llevó tres días encontrarlos y eso que fue con ayuda de Sana y de Mark. No me hubiera importado hallarlos si no fuera porque había dejado tareas y apuntes entre las páginas de los libros.
Además, durante el almuerzo teníamos que sentarnos en las escaleras y comer allí. No podíamos pisar la cafetería sin que nos echaran comida encima "por accidente", apenas lográbamos salir con nuestras charolas completas.
Lo que más me daba bronca era ver a esas brujas en mi mesa, riéndose de Mark, Sana o de mí cada vez pasábamos al lado.
Por supuesto que no les dije a Sana ni a Mark que volví a hablarle a Nayeon. Sabía que seguían enojados con ella y no quería que peleáramos.
Y la innombrable... Se acercó más veces para hablarme pero seguí ignorándola. No me dejaría engañar otra vez. Realmente me gustaba pero ya no.
Decidí renunciar a lo que sentía por ella para siempre. Después de todo, ¿qué tan difícil puede ser dejar de querer a alguien?
Al diablo.
La otra razón que volvió un asco esta semana fueron los fvckin exámenes. Por suerte estudié lo suficiente y tenía algo de confianza en que aprobaría.
Había llegado el viernes y me encontraba subiendo las escaleras para ir a mi siguiente clase. Tenía mis audífonos puestos y mi cabeza estaba en cualquier lado así que no pude preveer cuando me empujaron desde atrás. Caí hacia adelante y pensé que era una chica más del resto pero no, al voltearme vi a Yuna, Yeji y Ryujin.
—Hola, mosca muerta —dijo la primera de las taradas #$&**—. ¿Te caíste?
Hice oídos sordos a sus palabras y me levanté del suelo sacudiendo mi uniforme e iba a continuar con mi camino pero me arrinconaron en una esquina.
—¿Qué pasa Mina unnie? ¿No quieres charlar con nosotras? —Maldita Yeji.
—¿No se cansan eh? Si no se dejan de joder empezaré a creer que les gusto.
—Jaja, qué chistosa. Descuida no somos como tú que le hacías bullying a la chica que supuestamente te gusta. Uf, sorry, olvidé que ya terminaron, pero siento pena por ella más que por ti. Dinos, ¿con quién la engañaste?
—Hija de p*ta —Escupí con odio.
—¡¿Qué dijiste?!
—DIJE QUE ERES UNA HIJA DE P*TA.
—Agárrenla —Qué mierda.
Yuna y Ryujin de pronto me sujetaron de los brazos, inmovilizándome, a la vez que ampliaban sus sonrisas, las cuales lo único que reflejaban era diversión.
¿Qué tenían en mente?
—Sabes —Yuna me sacudió— , aún te guardo bronca por haberle dicho a Yugyeom que lo engañé con Kai. Siempre supe que tú le gustabas pero el problema es que ¡Nadie termina conmigo! Y por tu culpa él lo hizo, delante de sus amigos ¡¿No dirás nada?!
Me mantuve callada mirándola sin ninguna expresión en el rostro hasta que Ryujin ejerció más fuerza en su agarre y volteé hacia el frente.
—Yo te desprecio aún más —Yeji volvió a hablar— ¿Recuerdas aquella vez que me echaste pintura plastificadora en el cabello en mi primer día de clases? Dijiste que era divertido —Mierda— Pues hoy sabrás cómo me sentí ese día.
—¿Q-qué piensan hacer? —Me alarmé.
—Algo divertido también —No...—. Verás, ayer en la clase de ciencia hicimos una experimento y... No recuerdo exáctamente qué químicos mezclamos, pero el caso es que llevé mi trabajo a casa y mi perrito empujó el frasco y algo de la mezcla cayo en su pelo. Por suerte lo llevé al veterinario a tiempo porque su pelo estaba volviéndose horrible. Luego me pregunté qué podía pasar si la mezcla cayera en el cabello de una persona, o mejor dicho, de una mosca.
—Están dementes.
No creí lo que decían hasta que vi que Yeji sacó un pequeño frasco. Enguida empecé a sacudirme con todas mis fuerzas.
—¡Suéltenme! —Exigí con desesperación— ¡Suéltenmee!
—¡Shh! Quédate quieta —Yeji me agarró del cabello y sentí cómo echaba aquel líquido sobre mi cabello.
—¡Noooooo!
—¡JAJAJAJA...!
Malditas...
Seguí forcejeando hasta perder mis fuerzas. Cuando dejé de forcejear me soltaron y caí al suelo cubriendo mi rostro automáticamente para esconder mis nacientes lágrimas ante sus risas de satisfacción y burla.
Odio esto.
Los odio a todos.
—JAJA... Es agua con azúcar, tonta. No imaginé que caerías tan fácil, perdí una apuesta. Ah y yo que tú me voy a arreglar el cabello porque lo tienes horrible y te ves patética. Vámonos chicas.
Ya no las escuché. Me mantuve en la misma posición hasta que sus voces y pasos desaparecieron. Entonces me puse de pie lentamente usando la pared como apoyo e inmediatamente me dirigí al baño más cercano. Mi respiración estaba agitada, solo quería encerrarme en el baño y que nadie me viera. Y eso mismo hice. Tras ponerle seguro a la puerta fui al lavamanos a mojar un poco mi cabello y mi cara. Me vi en el espejo y mis ojos estaban rojos, mi labio inferior temblaba, realmente me veía patética y lamentable.
Lo único que quería hacer en ese momento era explotar en llanto, pero me mordí la lengua y lo reprimí. Lo reprimí y sentí un profundo rencor de un instante a otro.
Malditas. Malditos.
Me las pagarán.
Decidí cambiar y ser una ""mejor persona"" por Chaeyoung pero ella resultó ser igual que el resto y ya nada de esto tiene sentido. ¡¿EN QUÉ CARAJOS ESTUVE PENSANDO TODO ESTE TIEMPO?!
Me lavé la cara otra vez y tomé un toalla para secarme con fuerza. Ya no me importaba nada, me sentía llena de odio. Esta era la última vez que me dejaba humillar por alguien.
Al diablo la clase, salí con prisa del baño y del edificio en dirección al campo de deportes. Sabía muy bien que a esta hora el equipo tenía entrenamiento y me urgía hablar con BamBam.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro