Capítulo 20
Narra Chaeyoung.
La jornada escolar terminó y nos despedimos de Somi. Dahyun dijo que me acompañaría a mi casa ya que aun seguía débil y bla, bla. Era obvio que quería saber el chisme.
Cuando llegamos, saludamos a mi madre y subimos a mi habitación.
—¿Entonces? —dijo sentándose en la silla con rueditas de mi ordenador.
—¿Entonces qué? —Dejé mi mochila en el suelo y me eché sobre mi cama con los brazos atrás de mi cabeza.
—Cuenta el chisme ¿Qué te dijo Mina en la terraza? —Lo sabía— ¿Se enojó?
Me senté al borde de la cama y resoplé.
—No. O sea, le dije por qué no fui a la cita, le reproché el haber puesto en riesgo el video y obviamente también me enojé por lo del chisme de los cuernos.
—¿Y?
—Y me dió la razón.
—¿En serio? Creí que estaría enojada como no te habló en la primera clase y envió a Sana por tí.
—Sí, yo también creí eso pero se disculpó y todo. Creo que se siente culpable por irse de fiesta, yo que sé.
—Ah... ¿Y qué dijo cuando supo que BamBam fue quien te golpeó?
—No sabe que fue BamBam, le dije que me asaltaron.
—Pero...
—Imagina si le digo que fue su ex novio. Lo primero que hará será ir y reprochárselo y luego él me buscará y me dará otra golpiza. Es lo mismo, nada cambiaría.
—Tienes razón. Todo sería peor.
—Dijo que ya no besará a nadie más para evitar rumores pero no sé...
—Ya no lo hará, tú le gustas mucho.
—No empieces. Es una fastidiosa, siempre lo fue, desde el kinder. ¿Recuerdas que siempre rompía mis crayones?
—Ay, era una niña Chaeyoung.
—¿Y qué? Siempre me molestaba. Aun lo hace.
—Jaja...
—No te rías. Además, antes de bajar, me preguntó por Somi. Quería que le dijera su nombre, cómo era, si me parecía linda. No supe qué responderle, está loca.
—Qué celosa jajaja.
—Sí. Por eso le dije eres tú la que está interesada en ella.
—¿Qué?
—A partir de mañana debes actuar delante de Mina, debe creer que te gusta Somi.
—Olvídalo, no lo haré.
—Por favor ¿No sientes pena de tu mejor amiga? —Puchereé.
—ESTÁ BIEN.
—Tenkiu —Veri mach.
—Cambiando de tema, recuerda preparar tu almuerzo para mañana, almorzaremos en la terraza —Cierto ¡Wiiii!
—Sí, qué buena idea se le ocurrió a Somi. Y debemos arreglar cuándo nos reuniremos para hablar lo del campamento. Debemos hacer una lista de todas las cosas que necesitaremos.
—También. Bueno, estoy algo cansada —Se levantó de la silla— , me voy a mi casa. Nos vemos mañana Chae.
—Okay, luego hablamos.
Me lanzó una pelota de tennis y se fue.
Estuve un par de minutos rebotando la pequeña pelota en la pared hasta que mi madre me llamó desde la cocina. Bajé y me dijo que la ayudara a hacer unos batidos de fruta.
Estuvimos un par de horas en eso y luego de limpiar la mesa de la cocina agarramos nuestros batidos y nos sentamos en el sillón a ver el noticiero de la tarde.
Todo marchaba igual que casi todos los días, es decir lo de siempre, accidentes de tránsito, política, economía, lo habitual.
Hasta que llegó la sección de espectáculos. Según lo relatado por la periodista, una idol "salió del closet" y lo hizo público el día de ayer. Mostraron un segmento de la conferencia de prensa y la escuché muy atentamente, era la primera vez que oía una noticia así junto a mi madre y me ponía muy nerviosa. Ella hablaba muy orgullosa de sí misma y sin arrepentimientos.
Sentí mucha curiosidad por saber más del tema. Me sentí muy entusiasmada y feliz por la idol pero no podía festejarlo, no delante de mi madre.
—Qué mala hija.
¿Qué?
—¿P-por qué lo dices? —Balbuceé sin mirarla a los ojos.
—¿Cómo puede hacerle eso a sus padres? ¿Acaso no piensa en ellos, en su salud? Siento mucha pena por su padre y su madre.
—¿Está mal? —Pregunté sin denotar alguna expresión en mi voz.
—Por supuesto que sí. Está muy mal y lo peor es que lo dice delante de las cámaras y con tanta naturalidad. ¿Qué clase de ejemplo le está dando a los jóvenes que la siguen?
—Eh... —Me inhibí.
—Chaeyoung dime que tu no eres su fan o algo así.
—¡No! ¡No mamá! —Cobarde— Es la primera vez que oigo sobre ella.
—Qué alivio. Nunca te dejes influenciar por este tipo de personas. ¿Me escuchaste?
—Sí mamá —Fingí seguridad—. Eh ¿No crees que sea algo normal? —pregunté disimuladamente casi con miedo.
—No. Tú eres normal, no ellos —¿Por qué?—. Esta noticia me dió un sabor amargo, mejor cambiemos de canal —Agarró el control y pasó a otros canales.
"Mamá me gustan las chicas" quería decirle pero no podía.
Más que no poder era miedo, miedo por obvias razones.
Todas las cosas que acababa de decir...
Si le dijese mi verdad ¿pensaría igual de mí?
Se me revolvía el estómago de solo pensarlo. Definitivamente me rechazaría.
Y mi padre... siempre fue más débil en carácter que mi madre. Si ella le decía algo, él lo hacía, y si ella me rechazara, estoy segura que él también lo haría.
Por eso no podía permitir que jamás se enterasen de mi gusto personal por las personas de mi mismo género.
Sí, era muy cobarde, pero no quería perderlos. Ellos eran buenas personas, mi madre tenía razón, no merecían que les hiciera esto.
Por esa misma razón tampoco podía dejar que saliese a la luz el video que me tomó Mina.
Mis padres no pueden saberlo.
Jamás.
Al día siguiente...
Amanecí con ojeras. No dormí bien.
Me aseé y me puse el uniforme, tomé mi mochila y bajé a desayunar con mis padres.
—Buenos días —dije con media sonrisa fingida.
—Buenos días hija —Me saludaron.
—Chaeyoung ¿Ayer no te olvidaste de hacer algo? —preguntó mi madre.
—Mm... No.
—¿Segura?
—No me dejaron tarea.
—Hablo de tu almuerzo.
Joder. Mi almuerzo.
Lo olvidé por completo.
Esperen... ¿Cómo lo supo?
—Por suerte tu amiga Dahyun me avisó ayer, antes de irse. Dijo que te lo recordara porque seguro lo olvidarías y tuvo razón.
—Jaja, es cierto, lo olvidé —Me rasqué la cabeza.
—No te preocupes, ya está hecho, solo me falta envolverlo.
—Yo lo haré.
—No, tú debes desayunar —Apretó mi mejilla— Dame tu mochila para que lo guarde.
Le hice caso y me senté a desayunar con mi padre.
Cereal, mi favorito. Mi madre me conoce tan bien.
No, creo que no tanto.
—Ayer te fuiste a dormir temprano ¿Te sientes mal? —¿De verdad quieres saberlo papá? No, no querrás oírlo— ¿Aun te duelen las heridas? ¿Chaeyoung?
—Eh... Sí, es decir no, ya no me duelen. Ayer solo estaba cansada, por eso me acosté más temprano.
—Está bien pero si te pasa algo no dudes en decirnos.
—Sí papá.
Sonrió y desordenó mi cabello.
Bebió su café y dijo que me dejaría en la escuela de camino a la mueblería.
Me apresuré un poco, me puse mi mochila y nos fuimos.
El viaje se hizo muy corto en el auto.
Cuando llegamos me despedí y entré a la escuela. Me dirigí a los casilleros y me encontré con Somi.
—Buenos días Chaeng.
—Hola Somi.
—Qué suerte que hayas aparecido.
—¿Por?
—No encuentro mi salón. ¿Puedes ayudarme? —Me preguntó con una hoja en sus manos.
—Claro, déjame ver —Miré la hoja y sonreí—. Wow, hoy cursaremos las mismas materias.
—¿De verdad? ¡Qué bueno!
—Así es. Espera que saque mis libros ¿Sí?
—Okay.
Agarré un par de libros y cerré mi casillero. Subimos al segundo piso y entramos a nuestro salón.
Por un momento temí de que Mina se pusiera celosa por verme del brazo con Somi pero luego recordé que los martes no coincidíamos en ninguna clase.
Solté un suspiro de alivio.
Nos sentamos juntas y charlamos hasta que llegó Dahyun. Diez minutos después vino la profesora y empezó dictar la clase.
Mi cuerpo estaba aquí pero mi mente estaba en las nubes. Aun me sentía desanimada por las palabras de mi madre. Joder.
Durante el recreo nos quedamos en el salón. Somi se había soltado más, era muy divertida y habladora, me sentí bien de que se fuera adaptando.
Hablamos sobre el campamento y quedamos en reunirnos el domingo en la casa de Dahyun. Le pasamos nuestros números a Somi y viceversa.
Poco antes de que volvieran a tocar el timbre fuimos a nuestra siguiente clase, Matemática. Llegó el profesor y explicó unos teoremas, hicimos actividades en clase y las entregamos.
Todo marchaba con tranquilidad hasta que llegó la hora del almuerzo.
Tal como habíamos acordado, subiríamos a la terraza y almorzaríamos allí pero en el pasillo nos encontramos con Mina.
Cuando vi que se acercaba para hablarme, le dije a las chicas que se adelantaran.
Suspiré de cansancio. Hoy no estaba de humor.
—Bue-nas tar-des —Susurró cerca de mi rostro.
—Hola.
—Estuve toda la mañana esperando el momento para verte Chaengie. ¿Vas para la cafetería? Vamos.
—No. No iré a la cafetería.
—¿No almorzarás?
—Sí lo haré pero no ahí.
—No entiendo. No nos dejan salir afuera a comprar comida.
—Traje mi propio almuerzo, iremos a almorzar en la terraza. Dahyun y Somi me esperan allá.
—¿Somi? ¿Ya se hicieron mejores amigas?
—Sí, es nuestra amiga. A ella-
—...Se le ocurrió la idea de comer en la terraza ¿No es así? —Frunció el ceño.
—¿Qué? Iba a decir que a ella le cuesta adaptarse por el idioma. Y si a ella se le ocurrió almorzar arriba ¿Cuál es el problema?
—¿Le gustas? —Tiene que estar bromeando.
—¿De qué estás hablando?
—Responde.
—No, no le gusto y eso qué tiene que ver con el almuerzo.
—Te lo diré. Desde que entramos a este instituto, hace años, siempre has almorzado en la cafetería. Un día llega una estudiante nueva y de repente eres su mejor amiga y almuerzan juntas en la terraza.
—No será sólo por hoy —¿Qué se cree?—. Así será a partir de mañana.
—¿Que? Por supuesto que no. Esa idiota no te alejará de mí.
—¡No la llames así! ¡Y ella no tiene nada que ver en esto!
—¡¿Entonces cuál el motivo?! ¡¿Ya no irás a la cafetería para no verme?!
—¡¡¡Estás loca!!!
—¡Jajajjaja! ¡Cómo la defiendes!
—Ya me cansé, me voy —Me di vuelta dispuesta a irme.
—¡Alto ahí! —Frené— Tú no vas a ningún lado.
—¿Ahora me prohibirás almorzar o qué? —Volteé furiosa.
—No. De hecho tal vez tengas razón y esa tal Somi no tenga culpa de nada.
—¿Y...?
—Y entoces he pensado que como somos novias deberías sentarte conmigo durante el almuerzo. En mi mesa.
—¿De qué manicomio te escapaste? ¡Ya tuve suficiente de ti y de tus amenazas y chantajes-
—Pero yo no logro tener lo suficiente de ti aún, así que mejor cállate —Maldita—. Te diré qué es lo que harás. Irás conmigo a la cafetería y almorzaremos juntas como la pareja que somos. ¿Entendiste? Porque si no entendiste iré ahora mismo a la oficina del director y le mostraré el video de tu estúpida confesión. Te lo pregunteré de nuevo ¡¿Entendiste?!
—Te odio —Fue todo lo que dije antes de caminar hacia la cafetería.
No, no la odiaba a ella.
Me odiaba a mí y a mi maldita cobardía.
Dahyun tenía razón, podría decirle a mis padres sobre mi problema pero era tan cobarde que no quería que supieran que me gustaban las chicas.
Soy una cobarde.
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