Los días siguientes pasaron tan rápido, yo no había salido de casa, no quería volver a pisar la empresa. Spreen y Carre me visitaban diario para ver cómo estaba, pasábamos los días juntos y cuando los días finalizaban Carre se marchaba pero Spreen se quedaba a dormir en otra habitación.

—Mañana es la cena de accionistas.— dijo Carre —¿Cuál es el plan?.—

—Llegaremos y los tres empezaremos a hablar con los accionistas para ver si quieren comprar la parte de la empresa que le pertenece a ______, veremos quien nos da la mejor oferta y la tomaremos.— explicó Spreen y yo asentí

Mi celular empezó a sonar, miré la pantalla y ví que era Rivers, lo silencié para no interrumpir la plática

—¿No pensas contestarle jamás?.— preguntó Carre y negué

—Quiero sacarla de mi vida, a ella y a la empresa.— respondí bajando la mirada —No quiero vivir con todas las mentiras de papá.—

—Practicamente Spreen también sería parte de la mentira de tu padre.— recordó Carre antes de recibir un pequeño golpe por parte de su amigo

—Si soy sincera ustedes dos son lo mejor que saqué de toda esta locura.— exclamé y ambos sonrieron —Me siento afortunada de tenerlos conmigo.—

—Yo también me siento afortunado de estar con ustedes.— dijo Spreen y sonreí

—Que bueno que se sientan afortunados de estar conmigo, par de cursis.— se burló Carre

Pasamos un rato más charlando mientras las horas pasaban, era totalmente refrescante estar con ellos

—¿Qué te pondrás mañana boluda?.— cuestionó Spreen y lo miré mal, ¿desde cuándo me decía boluda?

—Pues nada fuera de lo normal.— respondí quitándole importancia y ambos me miraron sorprendidos —¿Qué?.—

—Es un evento importante, no podés ir vestida como si nada.— dijo Carre y Spreen asintío —Debes ir de gala y más ahora que será tu primera vez como la representante de tu padre.—

—La primera y última vez.— recordé

—No importa, alístate, te llevaremos de compras.— avisó Spreen y negué —Aunque te niegues te llevaremos.—

Suspiré resignada y me levanté para ir a mi habitación para arreglarme antes de salir.

[••••••]

Llegamos a una gran tienda de vestidos, la mayoría eran grandísimos y parecían de princesas

—Ve y elige algunos, estaremos esperándote para darte nuestras opiniones.— dijo Carre y asentí

Empecé recorrer el lugar más a fondo hasta que ví un vestido hermoso color esmeralda, le pedí a una empleada que me lo mostrara, me lo dieron y fuí directamente al probador para ponermelo. Me ví en el espejo y realmente me sentía como una reina.

Salí del probador para caminar a dónde había dejado a mis amigos, ellos se encontraban hablando hasta que me vieron, Carre tenía una gran sonrisa y su pulgar levantado mientras Spreen parecía realmente asombrado

—¿Qué les parece?.— cuestioné al ver que no decían nada

—Sos hermosa.— exclamó Spreen mientras se acercaba y tomaba mi mano para darme una vuelta —Imagina lo asombrados que estarán todos al verme llegar con vos.—

—Yo la llevaré, vos no.— peleó Carre en tono de broma

—¿Entonces este vestido es el bueno? ¿No piensan que debería probarme otro?.— pregunté y ambos negaron

—Ese es perfecto.— dijo Carre

Confíe en ellos, fuí a quitarmelo y a ponerme mi ropa para después irlo a pagar, cuando volví a dónde estaban ambos solo ví a Spreen

—¿Y Carre?.— pregunté mientras Spreen me quitaba la bolsa donde estaba el vestido que acababa de comprar

—Le pedí que se fuera porque tengo un plan para nosotros.— sonrió tomando mi mano

Caminamos hasta salir de la tienda, fuimos a su auto y él guardó mi vestido en la parte de atrás, estaba a punto de subir pero él me lo impidió

—Iremos caminando.— dijo y no me quedó más que aceptar con una sonrisa

—¿A dónde iremos?.— pregunté mientras avanzabamos sin soltarnos

—Es una sorpresa.— sonrió también

Habíamos cambiado unos cuantos metros sin decir nada hasta que llegamos al cine, lo miré con intriga y él me jaló adentro de aquel lugar

—¿Qué se supone que veremos?.— pregunté

—Eso es parte de la sorpresa.— respondió riendo —Vamos que ya es tarde.—

Fuimos a la sala de cine, estaba vacía, quizás Spreen había exagerado y habíamos llegado temprano

—Esperá aquí, iré por palomitas y bebidas.— dijo cuando vió que yo ya me había sentado

—Puedo ir contigo si quieres.— sonreí pero él negó poniendo su mano sobre mi cabeza

—Debes quedarte, pensá que si inicia la película ninguno sabrá que pasó al principio, mejor quédate para que me digas de que me perdí.— habló y me crucé de brazos accediendo —No hagas berrinche, volveré antes de que te des cuenta.—

Besó mi cabeza y se fué, yo miré a mi alrededor, estaba completamente sola en aquella sala, iba a sacar mi celular hasta que las luces se empezaron a apagar y en la gran pantalla apareció Spreen, yo estaba confundida

—Hola ____, no puedo creer que me esté animando a hacer este video.— rió y mientras lo veía cubría mi boca con mis manos ¿Qué estaba pasando? —Empezaré diciendo que realmente me enamoré de vos, desde que te conocí empecé a hacer tonterías y perdí la cordura que siempre tuve, nublaste mi juicio en más de una ocasión y hasta podría asegurar que hacías que mi coeficiente intelectual bajara escandalosamente.—

Una emoción inexplicable empezó a crecer en mí, las famosas mariposas aparecieron y las ganas de llorar volvieron pero esta vez de una extraña alegría

—Te ví sonreír durante mucho tiempo y sin saber porque empecé a sonreír con vos, en este momento estoy re seguro que podría jurarle a tu padre que me enamoré de tu escencia y que puedo ser el apoyo que necesitas para afrontar la soledad que normalmente sientes que te consume.— el vídeo seguía —Hay un largo camino que recorrer aún y podés pensar que habrán muchos obstáculos entre nosotros pero me dí cuenta que vos me das toda la fuerza que necesito, por eso hoy quiero que demos el siguiente paso para hacerlo oficial.—

En el vídeo empezaron a aparecer fotos que nos habíamos tomado juntos durante todo este tiempo, uno que otro pequeño video que me había tomado desprevenida haciendo cualquier tontería y al final se escuchaba la melodía de la canción que habíamos cantado en el auto aquel día

Las luces se prendieron cuando el vídeo terminó y Spreen apareció de nuevo con un pequeño ramo de tulipanes, se acercó a mí y se sentó a mi lado

—¿De qué me perdí?.— preguntó con una gran sonrisa mientras ponía aquel ramo sobre mis piernas

—Eres un tonto.— reí nerviosa mientras limpiaba las pocas lágrimas que habían brotado de mis ojos

—Nuestra relación nunca fué normal así que está es la manera más rara que se me ocurrió para preguntarte si querías ser mi novia.— exclamó —Aun estoy esperando mi respuesta.—

Sentí que por unos segundos el tiempo se detuvo

—Si quiero.— fué lo único que respondí antes de sentir sus brazos rodeandome