Estaba en mi casa intentando pensar en todo de lo que acababa de enterarme, Rivers no podía ser mi hermana, papá no había tenido a nadie antes que a mamá y mucho menos después de que nos abandonara, está era una más de sus mentiras.

El timbre sonó sacandome de mis pensamientos, me asomé para ver quién era y pude ver a Spreen, inmediatamente abrí la puerta para dejarlo entrar

—Me tenías re preocupado.— dijo cerrando la puerta y abrazándome

Me aferré a él, no quería seguir descubriendo más cosas sobre mi papá, ya no lo conocía y no podía darme explicaciones porque estaba muerto

—¿Dónde está Carre?.— preguntó —¿Estás sola?.—

—Le pedí a Carre que me dejara sola, él vino a dejarme a la casa y se fué.— expliqué alejándome un poco de aquel abrazo —Necesitaba pensar y dejar de darle tantas vueltas a esto.—

—¿Cómo te sentís? Quise ir detrás de vos en ese momento pero Rivers me detuvo para darme algo.— exclamó para sacar una foto de su bolsillo

Me la dió y la miré a detalle, era mi papá, una señora, otra niña y una bebé, yo no entendía para que me la estaba dando

—Me dijo que era la única foto que tenía de toda tu familia junta.— contó —La señora que está ahí es tu mamá, Rivers dijo que probablemente no la reconocerías porque se fué cuando vos eras una recién nacida, la niña de ahí era Rivers cuando tenía 2 años, tu mamá se la llevó cuando se fué.—

—¿Mamá me abandonó con papá?.— pregunté y él hizo una mueca mientras asentía —Esto suena estilo "juego de gemelas" pero sin ser gemelas.—

—Rivers dijo que hace algunos años tu mamá murió y buscó a tu papá, él la empezó a meter al mundo de los fraudes porque al parecer no le importaba tanto como le importabas vos.— siguió contando —Luego de mantenerla un poco en el anonimato la llevó a trabajar a la empresa como su secretaria pero ella se ponía celosa al ver tantas fotos tuyas dentro de la oficina de tú papá, pasó todo lo del incidente y Rivers no tenía la intención de buscarte hasta que yo te llevé a la empresa.—

No sabía que opinar, seguía con la mirada clavada en la foto, agarré y la partí a la mitad, como si fuera obra del destino en una mitad quedé yo junto a papá y en la otra Rivers con mamá

—¿Qué haces flaca?.— preguntó Spreen alarmado

—Ellas no son y nunca serán mi familia.— respondí

—¿No pensas que Rivers no tiene la culpa?.— preguntó y lo miré sin entender —Ella te intenta cuidar porque de alguna manera te quiere.—

—¿La estas defendiendo después de que intenta ponerte como el malo de la película en cada oportunidad que tiene?.— cuestioné sin poder creerlo

Spreen suspiró y tomó mi mano, me guío hasta sentarnos en el sofá y me miró

—Ella me odia y el sentimiento es totalmente mutuo pero eso no quiere decir que yo también sea mala persona, no utilizaré las oportunidades para ponerte en su contra, pienso que su intento por protegerte es la mayor prueba que tienes para darle una oportunidad.— habló y en sus ojos había un hermoso brillo

Sonreí un poco, Spreen era una persona hermosa tanto por fuera como por dentro, no tenía duda de que me estaba enamorando de la persona correcta

—¿Puedo recostar mi cabeza en tus piernas?.— pedí y parecía confundido —Siento que llevo días colapsando, tú eres la única persona en la que confío totalmente, si alguien puede verme débil eres tú.—

Él acercó su mano para acariciar mi mejilla y después de unos segundos asintío dándome permiso. Me acosté en el sofá poniendo mi cabeza sobre sus piernas, él empezó a acariciar mi cabello

—Todo estará bien.— susurró sin dejar de acariciar mi cabello —Cuando menos te lo esperes estaremos inagurando nuestra nueva empresa.—

No quería decir nada más, sin saber la razón exacta las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos, quizás había sido todo el sentimiento que estuve guardando por días

—No llores, pensá en todos nuestros planes, nuestras nuevas oficinas, el fin de todo esto.— pidió jugando un poco con mi cabello —Si querés podés pensar en nuestra relación, yo creo que quizás ya es tiempo de pensar en eso también.—

Reí entre lágrimas e intenté secarme con mis manos pero aún así seguían brotando

—Vos para mí sos la perfección hecha persona.— siguió hablando —Sos fuerte, decidida, optimista, sentimental, orgullosa y siempre tenés una actitud radiante.—

—Deten los halagos.— pedí levantandome y sentandome bien —Me pone nerviosa.—

Escuché como rió y con su pulgar limpió las lágrimas restantes

—Te quiero y ningún halagó será suficiente para demostrar lo que siento por vos.— sonrió —Debes estar tranquila, toma la fuerza necesaria hoy, faltan pocos días para salirnos de todo esto.—

Asentí sintiendo como me daba un pequeño beso, estaba sintiendo una mezcla de emociones pero me sentía segura