Un día había pasado, no había podido dormir la noche anterior por toda la información que Spreen me había dado.
Si Rivers era la jefa ¿Por qué me había alentado tanto a tomar el control? ¿Por qué seguía actuando como una secretaria? Yo tenía el poder de la empresa pero ella debía manejarla, nada de esto tenía sentido

—¿Qué pensás?.— preguntó Carre

Estábamos en mi oficina solos de nuevo, debía acostumbrarme también a qué aquella chica quisiera ser cupido.

—Spreen me dijo unas cuantas cosas que averiguó sobre rivers.— murmuré —Es como si ella y papá estuvieran todo este tiempo tramando algo.—

—¿Por qué lo decís?.— preguntó ahora dejando a un lado lo que estaba haciendo

—La conoció incluso antes que a Spreen pero apenas la trajo a la empresa, ella parece tan dolida por su muerte, podría decir que hasta más que yo.— empecé a explicar y él parecía pensar algo —Además quien debería estar sentada en esta oficina es ella, yo no.—

—Es raro pero de lo que estoy seguro es que Rivers no quiere dañarte a vos.— habló —Tiene actitudes muy raras pero siempre intenta cuidarte, incluso nos encierra en esta oficina todo el día porque pensá que te gusto.—

No me quería dañar porque no tenía razón, no porque quisiera cuidarme

—Tengo una idea que suena muy loca.— avisó

Antes de que pudiera contarme las puertas se abrieron y Rivers entró

—Perdón por interrumpir.— se acercó al escritorio con una sonrisa pícara —Nos llegó una invitación de un evento que hará uno de los accionistas.—

—No quiero ir.— exclamó Carre —Conozco ese tipo de eventos, son muy aburridos.—

—Es en un mes.— avisó Rivers —Tienes que ir para llevar a _____, es su primer evento de este tipo.—

—La verdad es que tampoco sé si quiero ir.— reí un poco nerviosa y ella me vió mal

—Debes ir, todos están intrigados por conocer a la heredera de este imperio.— dijo —Además también iré, no pueden dejar que vaya sola.—

—Está bien, iremos.— dijo Carre y lo miré mal, no había accedido ir

—Genial, les reenviaré las invitaciones a sus correos.— sonrió Rivers —Ahora me iré para dejarlos trabajar.—

Salió de la oficina y cerró la puerta

—No puedo creer que aceptaras por mí.— hablé molesta y él rió

—Si es invitación de un accionista es casi seguro que tambíen irá tu noviecito Spreen, no sé de qué te quejas boluda.— dijo suspirando y recargandose en su silla —No sé por qué me usas como cubierta para que Rivers no descubra tu relación con él, a mi también me cae mal.—

—No tengo ninguna relación con él.— recordé

—Por favor, te brillan los ojos cada vez que hablamos de él y cuando lo ves parece que tú humor mejora un 200%, no me podés negar que sientes algo por él.— exclamó

Quizás tenía razón, ahora que sabía que las cosas no eran como pensaba no estaba mal sentirme un poco atraída por aquel chico ¿no?

—¿Por qué se llevan tan mal?.— pregunté de pronto —¿Qué pasó para que de mejores amigos pasarán a esto? Tú literalmente lo odias.—

—No lo odio, solo no lo soporto.— aclaró

—¿Y por eso aceptaste ayudarnos en nuestro plan contra Rivers con la condición de que puedas hacerle lo que quieras después?.— pregunté y él rió

—¿Realmente querés saber?.— cuestionó y asentí

—Si no quisiera saber no te preguntaría.— dije obvia

—Al principio ambos trabajábamos para tu padre.— comenzó a contar —Eramos los mejores en la empresa, no estoy alardeando, desde que llegamos de argentina buscamos la manera de complementarnos para hacer un excelente trabajo.—

Forzó una sonrisa y empezó a jugar con sus dedos

—Un día tu padre nos dijo que ascendería a uno de nosotros pero que debíamos demostrar que merecíamos el puesto así que a cada uno nos dió un caso diferente, debíamos cerrar el negocio y quién lo hiciera de la mejor manera avanzaría, el otro se quedaría en su mismo puesto.— explicó —Era la primera vez que cada uno trabajaba por su cuenta, me esforcé demasiado y había llegado a un acuerdo con mi cliente pero unos días después me llamaron para decirme que un chico argentino había cancelado el negocio.—

¿Le había hechado a perder la oportunidad solo para ganar?

—Como era de esperarse él consiguió el ascenso porque nunca pude demostrar que yo no había hechado a perder el negocio, se perdió mucho dinero y tu padre me despidió.— ví como su mirada bajó al suelo —Spreen, mi mejor amigo, me dió la espalda, no tuve empleo acá y tuve que volver a Argentina, él ni siquiera fué a despedirme al aeropuerto.—

—¿Entonces estás molesto por qué te arruinó la oportunidad de tener un mejor puesto?.— pregunté confundida y me miró serio

—No, eso no me importó después.— respondió —Era mi mejor amigo, no solo hizo que me despidieran, no me apoyó a pagar mis deudas mientras conseguía un nuevo trabajo, me abandonó a pesar de que llegamos a este país juntos y cuando decidí irme ni siquiera apareció para decirme adiós, me dolió.—

Ahora entendía un poco más la historia de estos dos y sin duda comprendía el enojo de Carre