𝟙𝟜
DÍA DEL ASESINATO:
(perspectiva Spreen)
Era un día completamente normal para aquel chico que se encontraba apurado por llegar a su trabajo, había olvidado firmar algunos documentos relacionados a un trámite donde se estaban jugando millones de dólares, si su jefe se enteraba lo mataría.
Subió por el ascensor hasta el piso dónde se encontraba la oficina de Armando, su jefe que incluso se había convertido en un segundo padre para él, quería saludarlo antes de seguir con todos sus pendientes. Cuando llegó se detuvo al ver la puerta entreabierta
—No lo sé.— escuchó la desesperación de su jefe —Debo sacarlo de la jugada.—
—¿Sacar de la jugada a Iván?.— preguntó una voz femenina que no logró reconocer en ese instante pero hizo que los nervios se le pusieran de punta
—Si, está muy metido en todo esto y eso puede ser peligroso.— dijo —Lo mejor es que se hubiera ido el mismo día que su amigo se fué.—
Sabía perfectamente que se refería a Carre
—¿Cómo planea sacarlo? ¿Despidiendolo? ¿Delatandolo con la policía?.— preguntó la acompañante
—No puedo hacer nada de eso, él podría delatarme también y ambos caeríamos en ese momento.— respondió —Conozco a Spreen desde hace tiempo, es estratégico y sabrá cómo salirse con la suya.—
¿Debía sentirse halagado o decepcionado por lo que estaba escuchando?
—Este problema debe ser cortado desde la raíz antes de que se vuelva más grande.— dijo Armando
—¿Por qué se volvería más grande? No creo que tenga intenciones de ponerse en contra de la empresa.— habló aquella chica
Era cierto, la empresa le había dado tantas cosas que jamás estaría de acuerdo en hacer algo en contra de su trabajo, le había costado tanto llegar a dónde estaba como para que de un momento a otro se lo quisieran quitar
—Escuché por los pasillos que está interesado en mí hija.— suspiró —No me arriesgaré a que quiera conocerla y me delate, ella no está lista para saber toda la verdad.—
_______, la hija de Armando, su "mayor orgullo". Spreen había escuchado bastante de ella y se sentía más que intrigado por verla, quería conocerla pero no arruinaría la imagen que tenía de su padre
—¿Todo esto se trata de celos de padre?.— preguntó la voz femenina
—No, es más que eso.— dijo Armando —Estoy seguro que nos traicionará, mi intuición me lo dice.—
—¿Entonces que piensas hacer?.— preguntó ahora
—Matarlo.— respondió
Spreen no quería escuchar más, sabía que podría verse vulnerable y pasara lo que pasara no le permitiría matarlo, haría hasta lo imposible para seguir viviendo.
Sacó su celular de inmediato para enviar un mensaje, debía ganar tiempo
"Hola Armando, amanecí agripado
no iré a la empresa hoy, ¿Podés encargarte
del asunto que dejé sobre mi escritorio?"
Guardó de nuevo su celular y entró rápidamente al ascensor, debía salir lo antes posible de aquella empresa, se apresuró y suspiró aliviado cuando estuvo dentro de su auto
Su celular volvió a vibrar pero no lo quiso sacar, sabía quién era, arrancó con dirección a su casa mientras buscaba alternativas para librarse, no podía ir con la policía, quizás lo mejor sería huir.
Cuando por fin llegó a su casa decidió sacar de nuevo su celular para ver el mensaje que había recibido
"Yo me encargo pero necesito
darte unos papeles, ¿nos vemos
a las 7? Te mando ubicación"
Después de ese mensaje había un mensaje con una ubicación, al abrirla notó que era en un pequeño callejón, sus escalofríos se hacían cada vez más intensos
"Está bien, necesito también
platicar contigo sobre mi renuncia"
Talvez y solo talvez podría escapar si renunciaba ¿no? así no tendría nada más que lo atara a él.
Las horas empezaban a avanzar más rápido de lo normal y cuando menos se lo esperó faltaban 15 minutos para la hora del encuentro, salió de ahí rezando por su propia vida, pensaba que Armando no lo mataría por todos los años que trabajaron juntos.
Era mejor no ir pero él se repetía que no debía ser cobarde, afrontaría lo que tuviera que pasar, no había hecho nada malo y no tendría porque tener un mal final.
Llegó al sitio más rápido de lo que planeó pero a los pocos minutos apareció la silueta de su jefe, el atardecer hacia que la oscuridad empezara a gobernarlos.
—Perdón por hacerte esperar.— exclamó aquel hombre llegando y saludandolo amistosamente
—No fué mucho tiempo.— sonrió Spreen algo nervioso, la actitud de Armando empezaba a intimidarlo
—Leí sobre tu renuncia y me gustaría aclarar este tema rápido, cite a mi hija por aquí para llevarla a cenar.— dijo y se escuchó un suspiro alivianado
Posiblemente con su renuncia pudo alejar los pensamientos asesinos de su ahora exjefe, no citaría a su hija cerca de donde estaba a punto de cometer un crimen y menos si quería seguir con la imagen de "padre ejemplar"
—No acepto tu renuncia.— habló tomando por sopresa a aquel argentino —Te conozco y no renunciarias al menos que tuvieras otra opción probablemente con uno de nuestros enemigos, sabía que buscarías la forma de traicionar a la empresa que por tanto tiempo te dió de comer.—
—No es eso boludo, quiero retirarme de toda esta porquería.— exclamó nervioso —Si querés hoy mismo me vuelvo a Argentina y jamás vuelvo a molestarte.—
—Es muy tarde.— murmuró y sin que pudiera siquiera pensar en que responder sacó un arma para apuntarle —En este negocio tenemos que tener todo bien calculado, lo sabes ¿no? tengo que eliminar la posibilidad de que puedas decirle lo que sabes de mi empresa a alguien más.—
El ambiente estaba en un pesado silencio, Spreen sabía que no podía ni debía moverse
—¿Esa que viene corriendo no es tu hija?.— preguntó Spreen para distraerlo y afortunadamente Armando se giró preocupado para asegurarse que no fuera cierto
Aprovechando que estaba distraído se avalanzó sobre él con la intención de quitarle el arma, forzejearon un poco hasta que se escuchó el disparo
Spreen se separó rápidamente manchado de sangre y con el arma entre sus temblorosas manos, la gente empezaba a acercarse así que él decidió correr lo más rápido posible lejos de aquella escena
Se escondió entre algunos botes de basura que estaban cerca, estaba seguro que nadie lo vería ahí y podía ver lo que pasaba, no se iría sin saber que pasaba.
De pronto observó a aquella chica llegando corriendo y llorando encima del cuerpo de su padre, Spreen aún tenía la curiosidad de conocerla y ahora teniendola a unos metros de distancia podía confirmar que era muy hermosa
No podía acercarse y decirle "Hola, mi nombre es Ivan y acabo de dispararle accidentalmente a tu padre" así que sin querer saber más prefirió por fin ir a casa, aceptaría las consecuencias de sus actos cuando Armando se recuperara
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro