Carre y yo estábamos en su auto justo afuera de la oficina.

—Le envié un mensaje a Spreen.— avisó y lo miré sin entender

—¿Para qué?.— pregunté y él sonrió un poco arrogante

—Para que baje a vernos, ¿Cómo más podría notar que llegamos juntos?.— explicó soltando una pequeña risita

—Pensé que estaban peleados.— exclamé y su risa se detuvo

—Y por eso mismo vendrá a ver si realmente estoy afuera.— dijo —Vos confía en mí, todo estará bien a partir de ahora.—

—Estoy nerviosa.— reí un poco

—Si no quieres hacerlo nos podemos ir y volver en otro momento.— sugirió y negué —Sé lo difícil que puede ser querer hacerle daño a alguien y más cuando sientes algo por él.—

—Yo no siento nada por él.— intenté convencerme

Ni tres minutos pasaron y pude ver a Spreen saliendo de la empresa, parecía estar buscando algo, Carre inmediato salió del auto y yo suspiré

—¿Qué haces aquí?.— escuché que preguntó Spreen, al parecer aún no me veía —No pensé que te vería después de la última vez.—

—Mi plan no era regresar a esta empresa.— murmuró Carre —Pero me enteré de la muerte de Armando y quise venir a ver cómo cambiaban las cosas, veo que vos no desperdicias el tiempo.—

—¿Solo vienes a eso? Pensé que después de tanto tiempo ya me habrías perdonado.— exclamó Spreen

—No solo vengo a eso, también vengo porque quiero ayudar a una linda chica.— informó Carre

Esa era mi señal para aparecer, tomé todo el valor posible y bajé del auto, por sin su mirada se enfocó en mí

—Ella es ______, la hija de Armando.— exclamó aunque sabía perfectamente que ya nos conocíamos —Será la próxima dueña de la empresa y quiero ayudarla.—

Spreen parecía confundido y hasta cierto punto su mirada decayó al suelo, yo sentía pequeñas punzadas en mi corazón

—Ella no será la dueña de nada, los accionistas ya tomaron esa decisión.— habló rápidamente pero yo negué

—El testamento de papá dice que la empresa es mía así que los accionistas y tú tendrán que soportarlo.— recordé intentando no sonar nerviosa

—Y ya, no nos distraigas que tenemos bastantes cosas que hacer.— dijo Carre tomando mi mano y jalandome prácticamente dentro de la empresa

Entramos al ascensor y él presionó un botón, las puertas se iban cerrando y a lo lejos pude ver a Spreen, ahora se veía desilucionado

—No debes verte nerviosa, eso es lo principal de este negocio.— exclamó cuando el ascensor ya estaba subiendo —No debes mostrarte frágil ante nadie y menos si estás buscando venganza.—

—No estoy acostumbrada a esto.— recordé

—Con el tiempo aprenderás, no te preocupes.— sonrió

El ascensor se detuvo y salimos solo para ver cómo Rivers guardaba sus cosas dentro de una caja

—¿Qué estás haciendo?.— preguntó Carre mientras nos acercabamos a ella

—Guardando mis cosas.— respondió obvia —Como era de esperarse me despidió.—

Ahora que lo recordaba Rivers era como la secretaria de Spreen en la empresa, no había pensado en su trabajo con tal de ayudarme

—Tú no te quedarás sin trabajo.—exclamé y ambos me miraron con duda —¿Tienes los números de los accionistas de la empresa?

—Si, te recuerdo que era secretaria de Spreen y antes de eso fuí la de tu padre.— dijo —Los debo tener anotados en alguna parte.—

—¿Puedes empezar a llamarlos para citarlos a una junta extraordinaria?.— pedí y ella asintío —A partir de hoy la compañía tendrá una nueva jefa y ellos deben estar enterados.—

—A tus órdenes.— exclamó Rivers emocionada, no sabía si era porque al fin me había decidido o si su emoción era por no perder su trabajo

Carre ayudó a Rivers a guardar sus cosas y cuando ya dejamos su escritorio vacío volvimos al ascensor pero ahora Rivers presionó el botón que nos llevaría al piso de arriba

—¿A dónde me llevan ahora?.— reí cuando las puertas del ascensor se cerraban y empezábamos a subir

—Es tu derecho ocupar la oficina que dejó tu padre.— habló Carre —Por lo que sé, Spreen no quiso usarla así que está vacía.—

Miré con asombro a Rivers y ella asintío dándole la razón. Llegamos y bajamos del ascensor, caminamos por un pasillo largo hasta llegar a unas puertas gigantescas

—Nunca había estado aquí.— reí nerviosa

—Vos tenés el derecho de ser la jefa, incluso más que Spreen.— exclamó Carre para darme ánimos —Vamos, entra de una buena vez.—

Tomé aire y abrí aquellas puertas, era la primera vez que conocía la otra oficina de mi padre y un sentir albergó mi corazón al ver todas las fotos que tenía colgadas en las paredes.

—Bienvenida a tu oficina boss.— murmuró Rivers con una sonrisa —Aquí empezaremos grandes cosas juntos.—

Ahora no estaba sola en todo esto, tenía a dos personas que sin duda me serían útiles para completar mi venganza.