DRIVERS LICENSE
❝And you're probably with that
blonde girl, Who always made me doubt (...) She's everything I'm insecure about❞

Lunes, probablemente el día más odiado por los estudiantes, trabajadores; personas en general.

Eso incluía a Minji. No había salido de su casa durante las minis vacaciones que le fueron proporcionadas por su escuela, pero era hora de volver, a pesar de que no tenía las ganas suficientes para siquiera levantarse de su cama.

Usualmente su ex pareja la buscaba, o su madre la llevaba, pero esta vez —y por primera vez— saldría en el auto de su madre hacia la escuela. Cortesía de la misma, diciendo que su padre se haría cargo de llevarla y buscarla a su trabajo.

No quería aceptarlo, quería que todo volviese a ser como lo era unas semanas atrás. Pero ahí estaba, conduciendo bajo la lluvia primaveral con la radio apagada, escuchando sus pensamientos más profundos sin siquiera pedirlo.

¿Qué había hecho mal? ¿Por qué todo tuvo que acabar? Minji comprendía que todo lo que iniciaba, terminaba, pero esperaba que su caso fuera de esas historias que contaban los viejitos que solía ver en los parques y otros lugares públicos. Historias de amor puro, verdadero; todo lo que ella pensó que eran.

Sin darse cuenta, las lágrimas caían lentamente por su mejillas, así como la lluvia chocaba contra la superficie del carro.

Había llegado a su destino, pero sentía como su alma se había quedado atrás.

Observó por la ventana como un carro negro se aparcaba a su lado izquierdo; uno que conocía muy bien.

De ahí vio bajar a su ex pareja, y también a aquella chica rubia la cual había visto millones de veces, la cual era todo lo que ella deseaba ser. Alta, delgada, bonita, rubia, con muchos amigos, padres fenomenales; vida perfecta en pocas palabras.

Kim Gyurim era el significado de una muñeca barbie.

Tomó una sombrilla y se bajó del auto desanimada, sintiéndose perdida en el tiempo y el espacio.

Jay ayudó a Gyurim a bajar del auto, sin siquiera prestar notar la presencia de Minji; la presencia de la chica que alguna vez fue su mundo y universo.

La chica que se marchitaba con cada sonrisa que el americano no le regalaba.