06: El peso de las llamas.
Sus párpados se abrieron lentamente, con una tortuosa pesadez. La luz que se filtraba a través de sus pestañas lo lastimó, obligándolo a cerrar los ojos de nuevo. Desorientado, sin saber dónde se encontraba, una intensa ola de dolor recorrió cada parte de su cuerpo, trayendo a su memoria los sucesos recientes. Todo le dolía; los golpes de Draksser habían sido certeros y calculados, cada uno dirigido con gran precisión. Taehyung sabía exactamente dónde golpear para infligir el máximo dolor. Sintió como si sus huesos estuvieran hechos de cristal, quebrándose bajo la fuerza de los impactos. Volvió a abrir los ojos, parpadeando varias veces para acostumbrarse a la claridad. Un quejido escapó de sus labios mientras hacía un esfuerzo por moverse, fallando en el intento.
—Kook, al fin despiertas. ¿Estás bien?
Escuchar la voz de Yoongi llenó su pecho de un profundo alivio. Después de todo lo que había pasado, agradecía inmensamente poder contar con su presencia. Las ganas de llorar lo abrumaron, sin saber si era por la emoción que lo conmovía o por el intenso dolor que arrasaba su cuerpo.
—Yoongi... —murmuró, su propia voz sonándole extraña, probablemente por lo reseca que sentía la garganta.
—Déjame ayudarte, estás hecho mierda —declaró el castaño con preocupación, acercándose hasta Jungkook para ayudarlo a enderezarse un poco en la cama donde estaba recostado—. Toma, bebe esto; te ayudará con el dolor.
El azabache no protestó; simplemente bebió toda la infusión que Yoongi le ofrecía, reconociendo de inmediato el amargo sabor del Harpagófito. Aunque desagradable, sabía que sus propiedades curativas serían un alivio para su cuerpo adolorido.
Después de que bebiera la medicina, el silencio se instaló entre ambos. Yoongi colocó el vaso en la mesa junto a la cama y permaneció en silencio, observando fijamente a Jungkook. La tensión en el aire era palpable mientras esperaba a que el azabache dijera algo. Podía percibir el dilema en las facciones arrugadas de su rostro, sus ojos reflejando una mezcla de dolor e incertidumbre. Parecía debatirse internamente, como si tratara de encontrar las palabras adecuadas o simplemente reunir el valor para hablar. La preocupación de Yoongi aumentaba con cada segundo de silencio, consciente de la batalla emocional y física que su amigo estaba librando.
Luego de un momento en el que permanecieron así, Jungkook finalmente dejó escapar un suspiro profundo y cargado de pesar. La acción le provocó una molestia en el cuerpo, haciendo que una mueca de dolor se formara de inmediato en su rostro.
—¿Qué es lo que sabes? —preguntó finalmente, de forma directa. Conociendo a su amigo, era consciente de que Yoongi ya tendría información al respecto. No sabía cuánto tiempo había transcurrido desde su humillante combate, pero suponía que había sido lo suficiente para que conociera la situación.
El nerviosismo de Yoongi era evidente en su mirada y en cómo jugueteaba con los dedos de sus manos. Jungkook lo observó con paciencia, tal vez era solo porque no estaba seguro de querer saber la verdad aún. Le dio tiempo al castaño para organizar sus ideas y lo observó detenidamente. Notó el corte en su ceja izquierda, probable resultado de su propio combate.
Quizás no preguntar como le había ido le convertía en un pésimo amigo, pero la ansiedad que lo consumía en ese momento era abrumadora. Necesitaba conocer la situación para poder elaborar un plan. Sabía que llegaría el momento en que todo se descontrolaría, y aunque esperaba que Myrtlax le hiciera el milagro de librarlo, no podía quejarse de lo que estaba por venir. Ya que, desde que decidió convertirse en cazador, sabía a qué se enfrentaba.
—No pude investigar mucho porque después de mi combate vine a buscarte. No quise irme por mucho tiempo, porque no quería que despertaras solo. A Lira no le permitieron entrar; yo estoy aquí solamente porque soy tu compañero de cuarto. Lo que descubrí es que definitivamente esto no fue una coincidencia. Taehyung se aseguró de ser emparejado contigo. No pude averiguar quién lo ayudó, pero el hijo de puta tiene conexiones muy confiables —declaró con rabia, frunciendo el ceño mientras sus manos se apretaban en puños.
—Lo imaginé, no parecía nada sorprendido. Maldición, ¿qué más averiguaste?
—Después del encuentro, comenzó a circular el rumor sobre tu clasificación. Creo que esto también estaba planeado, esperaban que tu derrota le diera mayor credibilidad. No sé cuál fue la reacción de los estudiantes ante esto, ya que no pude investigar bien. La prueba debe ya haber terminado, así que los rumores ya se habrán extendido por toda la Academia.
Jungkook sabía que algo como esto ocurriría. Siempre había sido una persona optimista, pero justo ahora, prefería anticiparse a cualquier problema que pudiera surgir por una reacción negativa de los alumnos. Sentía una profunda frustración y enojo. Aún no era capaz de comprender la fijación que Taehyung tenía con él, estaba demasiado determinado en hacer que se marchara, y aunque fuera alguien que se enorgullecía de su poder, ¿realmente valía la pena hacer tanto esfuerzo?
Justo antes de que pudiera preguntar algo más, la puerta de la habitación se abrió y apareció una mujer de piel pálida. Su largo cabello oscuro estaba recogido en una coleta alta, lo que resaltaba sus rasgos finos y elegantes. Su mirada, de intensos ojos azules, era profunda y penetrante, transmitiendo una mezcla de misterio y autoridad. Vestía ropa de combate negra, lo que indicaba que era una cazadora, pero la bata blanca que llevaba encima revelaba que se trataba de una Heilfmed.
—Veo que has despertado —dijo cuando llegó frente a la cama. Su voz dulce y suave contrastaba totalmente con su apariencia—. ¿Tomaste la infusión? —preguntó, esbozando una sonrisa al ver a Jungkook asentir—. Muy bien, es un antiinflamatorio que te ayudará a disminuir el dolor. También te preparé una pomada para las quemaduras, pero el resto tendrás que hacerlo tú.
Las cejas del azabache se unieron en evidente confusión.
—¿Quemaduras?
—Draksser no solo empleó golpes certeros en puntos estratégicos, sino que también imbuyó cada uno de sus ataques con su poder, lo que provocó que sus golpes te causaran quemaduras en la piel —explicó Yoongi, haciendo que los ojos del azabache se abrieran con sorpresa—. Dado que no es común que los estudiantes manejen su poder antes del ritual de activación, no hay ninguna regla que les prohíba usarlos, y Taehyung aprovechó eso a su favor.
Jungkook ahora entendía por qué sentía ardor cada vez que se movía y la tela de su ropa rozaba su piel. Aunque la curiosidad lo invadía, prefirió no examinar sus heridas en ese momento; aún había cosas que necesitaba saber.
—¿A qué se refiere con que el resto tendré que hacerlo yo? —preguntó a la mujer, quien no había apartado la mirada de él, como si estuviera analizando sus rasgos con detenimiento. La pregunta la sacó de sus pensamientos, y parpadeó un par de veces antes de sonreírle suavemente.
—Susan mencionó que tienes un buen manejo de la meditación, y que si llegabas a resultar herido, no debería preocuparme demasiado porque tienes la habilidad para curarte con rapidez.
Los ojos del menor se abrieron con sorpresa, no solo por la mención de su tía, sino también por el hecho de que Susan hubiera compartido esa información con alguien más.
—¿Usted la conoce?
—Por supuesto, Susan me pidió que cuidara de ti durante tu estadía en la Academia. Mi nombre es Eva Treiner. Soy amiga de tu tía y estuvimos en el mismo escuadrón; fui su Heilfmed. Ahora soy la doctora en jefe de la Academia, y este es mi despacho personal. Normalmente no tratamos a los estudiantes aquí a menos que sea algo extremadamente grave, pero tú eres un caso especial —declaró con una sonrisa—. Realmente te pareces mucho a ella.
Si bien Jungkook era consciente de la gran influencia que su tía tenía, no pudo evitar sentirse asombrado, especialmente por la confianza que ella depositaba en los demás. No es que él fuera desconfiado, pero sabía que debía ser cauteloso, un consejo que su propia tía le había dado. Por eso le desconcertaba la facilidad con la que ella confiaba en los demás.
—Deben ser muy buenas amigas para que ella tuviera la confianza de contarle mi situación. Lo siento, estoy sorprendido, porque solo me habló de Seokjin.
—Ya, entiendo tu desconcierto. Puede que ahora no lo entiendas, pero sé que llegará el momento en qué lo hagas. Tu escuadrón es tu familia; debes confiar en ellos ciegamente. Susan estaría dispuesta a confiar su vida a cualquier miembro de su escuadrón, así que no te sorprendas de que tenga tanta confianza en varias personas.
Eso definitivamente lo sorprendió, y Eva tenía razón: no lograba comprenderlo del todo. Aunque no era la primera vez que escuchaba algo así; la profesora Rin también había mencionado que debían considerar a su escuadrón como familia. Se preguntaba si algún día podría llegar a sentir lo mismo por su propio escuadrón.
—Bueno, yo estaré en mi despacho, está al final del pasillo. Si necesitas algo, no dudes en llamarme y vendré de inmediato. Será mejor que pases la noche aquí para que te prepares para lo que sucede afuera. Fue un placer conocerte, Jungkook Xaldir.
Jungkook no tuvo oportunidad de preguntar nada más, ya que la mujer se dio la vuelta rápidamente y desapareció al final del pasillo. Suspiró profundamente y luego volvió la mirada hacia su amigo, quien lo observaba con curiosidad.
—¿Realmente puedes curarte solo con la meditación?
—Eh, sí. Te sorprendería lo que conectar con la naturaleza y con Myrtlax puede ayudar.
—Vaya, toda la sociedad son unos imbéciles. No puedo creer que prefieran desperdiciar algo tan valioso como esto, solo por estar relacionado con la religión —declaró Yoongi incrédulo, negando suavemente con la cabeza—. ¿Vas a enseñarme, cierto?
Una amplia sonrisa iluminó el rostro de Jungkook, quien agradeció un poco de calma dentro de la bruma de complicaciones por las que estaba atravesando. Yoongi realmente era un respiro para él, un bálsamo para su corazón agitado. Su mera presencia tenía un poder casi mágico, capaz de disipar las sombras y traer un respiro de tranquilidad a su vida. Su genuino interés por la religión era algo que le generaba una gran felicidad.
—Por supuesto —asintió con suavidad antes de que su sonrisa se desvaneciera por completo—. Sé que no es necesario que lo diga, pero sería de mucha ayuda conocer la situación.
—Descuida, ya lo tenía contemplado. Solo que como te mencioné, no quería dejarte solo. Así que ahorita que me marche me pondré a investigar, volveré mañana temprano para verte y ver si podemos ir a desayunar juntos.
El día parecía estar destinado a estar lleno de interrupciones. Justo cuando Jungkook se disponía a responderle a su amigo, la puerta se abrió de nuevo, frustrando su intento de conversación. Su ceño se frunció en un gesto de irritación automática, pero esa expresión se desvaneció al instante cuando reconoció a Seokjin avanzando hacia él.
—Kook, ¿estás bien? Lamento no haber venido antes; tuve que esperar a que terminara toda la prueba. Todavía tengo muchas cosas que hacer, pero quería asegurarme de que estabas bien.
—No te preocupes, me duele todo el cuerpo, pero estaré bien. La doctora Eva me dio una infusión para desinflamar, y el resto lo manejaré yo mismo.
—Veo que ya conociste a Eva. No te preocupes, puedes confiar en ella...
—Lo sé —interrumpió el menor—. Ya nos explicó a Yoongi y a mí su relación con mi tía.
Aparentemente, la preocupación del mayor por Jungkook era tan grande que no se había percatado de la otra presencia en la habitación. Al dirigir su mirada hacia el chico a su lado, se encontró con sus ojos ya fijos en él. Una intensa seriedad cubrió su rostro, y Jungkook reconoció de inmediato al cazador en él, por lo que se apresuró a explicarse.
—Es de confianza, descuida. Yoongi ha estado ayudándome todo este tiempo. Supo de mi clasificación desde el primer día, pero aun así permaneció a mi lado.
Seokjin no dijo nada, manteniendo su mirada fija en el castaño que lo observaba con casi la misma intensidad. Después de un momento, finalmente suspiró profundamente antes de volver su atención a Jungkook.
—Bien. No sé mucho al respecto, pero descubrí que todo esto fue orquestado por Draksser. Tiene contactos muy influyentes en los altos rangos, aunque aún no sé quién es su conexión.
—Lo sé, Yoongi ya me informó de ello. Él se encargará de investigarlo —explicó, notando la incredulidad en el rostro del mayor, que miró de reojo a Yoongi. Su amigo parecía haber perdido la capacidad de hablar y solo mantenía su mirada fija en Seokjin—. Es muy bueno recopilando información. Te avisaré en cuanto sepamos algo.
La habitación quedó sumida en un tenso silencio mientras Seokjin reflexionaba sobre las palabras de Jungkook. Él entendía perfectamente sus inquietudes; no era común que alguien tuviera acceso a tanta información con tanta facilidad. De hecho, si no hubiera presenciado de primera mano las impresionantes habilidades de Yoongi, él mismo probablemente habría tenido dificultades para creerlo.
—Está bien. Tendremos que organizarnos para tus entrenamientos, espero que seas consciente que la situación ha cambiado, por lo que tendré que ser más estricto contigo.
Jungkook tenía que admitir que esas palabras generaron un profundo terror e inquietud que recorrió todo su cuerpo. Recordaba lo desafiante que había sido el entrenamiento anterior con Seokjin: largas horas de ejercicios extenuantes, técnicas precisas y correcciones constantes. Cada sesión había sido una prueba de resistencia física y mental. Ahora, ante la posibilidad de que Seokjin quisiera intensificar aún más el entrenamiento, se preguntaba si sería capaz de soportarlo.
¿Tenía opción? Si quería permanecer en la Academia y convertirse en cazador, entonces no.
—Lo sé, te informaré de mis horarios para que podamos coordinar nuestros entrenamientos.
—Bien. Me tengo que ir, debo estar presente en la selección de los Aervox. Mañana formarán los escuadrones y por la tarde informarán a cada uno sobre su posición y a cuál escuadrón pertenecerán.
—¿Tengo siquiera esperanza? Luego de lo que pasó dudo que alguien me quiera como su Mentályr —expresó Jungkook con desánimo.
Seokjin lo observó por un momento, todas sus facciones se relajaron mientras daba un paso más cerca al menor y colocaba su mano en su hombro.
—Si es un Aervox inteligente, sabrá escoger bien.
No se trataba de un consuelo muy elaborado, pero la mirada y el tono de voz que Seokjin utilizó fue suficiente para mermar la preocupación en su corazón. Así que sonrió levemente y le dio un asentimiento que el contrario imitó antes de dar un paso hacia atrás. Se observaron por un instante, y la expresión del mayor volvió a tornarse seria, como si se hubiera colocado nuevamente una máscara que debía cargar. Su mirada fue por un momento hacia Yoongi que no había dejado de verlo en ningún momento y sin decir nada más se dio la vuelta y se marchó.
Jungkook dejó escapar un fuerte suspiro cuando volvieron a quedar solos, estaba bastante inquieto por todas las cosas que estaban por venir. Necesitaba un plan, pero para eso requería de mucha información así que por ahora no había mucho que pudiera hacer más que mentalizarse a que todo estaría bien.
Necesitaba empezar su meditación para aliviar el dolor en su cuerpo, así que esperaría a estar solo para concentrarse mejor. Miró hacia Yoongi, quien había estado extrañamente callado. Al observarlo, se sorprendió al ver que estaba mirando hacia el lugar por donde Seokjin se había ido. Frunció el ceño incrédulo, sin comprender la actitud de su amigo.
—¿Todo bien? —preguntó, logrando que el castaño saliera de su trance y se girara a verlo.
—Eh, sí... ¿Quién... era él? —finalmente preguntó, y a pesar de la suavidad en el tono de su voz, Jungkook percibió en sus ojos brillantes una genuina curiosidad.
—Es Seokjin Ashen, es quien dio las indicaciones de la segunda parte de la prueba. ¿No prestaste atención? —cuestionó con el ceño fruncido, mientras el otro se encogía de hombros—. Estuvo en el mismo escuadrón que mi tía en la Academia. Es un prodigio en combate y actualmente ocupa el cargo de comandante en jefe de entrenamiento. Es un Stridress experimentado. ¿Pasa algo? Normalmente eres alguien callado, pero... me sorprendió la manera en que lo mirabas.
Los ojos de Yoongi se abrieron de inmediato con sorpresa, y un ligero rubor tiñó sus mejillas. Jungkook no necesitó escuchar una respuesta para comprender lo que había sucedido.
—No me digas...
—¿Tan obvio soy? —respondió el castaño, encogiéndose aún más de hombros.
—Ni siquiera lo pienses. Es mucho mayor que tú y podrías meterte en problemas si intentas involucrarte con alguien de alto rango. —La advertencia no pareció afectar a Yoongi, quien solo desvió la mirada nerviosamente—. ¿Ya lo has hecho alguna vez? ¡Por Myrtlax, Yoongi! Aun así, no creo que Seokjin sea alguien con quien debas involucrarte.
—Posiblemente no, pero... no sé, soy muy terco y nunca me había sentido de esta manera con alguien, es... extraño.
El azabache no supo que responder, no conocía mucho a Yoongi pero la manera en la que estaba actuando era un faceta completamente nueva para él. Le generaba mucha ternura, y justamente por el aprecio que le tenía no quería que fuera a salir lastimado. Seokjin no era una persona mala, pero Jungkook dudaba que estuviera interesado en involucrarse con alguien más, especialmente si era menor que él.
—Saldrás lastimado, no quiero eso —intentó nuevamente hacerlo desistir, pero era evidente que la determinación en los ojos de su amigo era algo que no podría borrar.
—Agradezco la preocupación, pero no es necesaria. No te preocupes, manejaré esto con cuidado.
Jungkook suspiró profundamente, consciente de que no había nada más que pudiera hacer. Fuera cual fuera el resultado, él estaría ahí para Yoongi, ya sea para apoyarlo o para sostenerlo en caso de que se cayera a pedazos.
—Bien, deberías irte ahora antes de que sea más tarde y no puedas recopilar mucha información.
—Me subestimas —bufó el otro, sonriendo de manera presumida—. Volveré mañana para informarte. Descansa y suerte con la meditación. Que Myrtlax te guíe y te acompañe.
Una tenue sonrisa iluminó el rostro del azabache mientras asentía.
—Que Myrtlax te guíe y te acompañe —repitió, deseando en el fondo de su corazón que Yoongi siempre pudiera mantener esa alegría en su rostro.
Cuando estuvo solo, dejó escapar un fuerte suspiro seguido de un jadeo de dolor. Maldito Taehyung, no había mostrado ni una pizca de piedad con él. Los golpes en su cuerpo no solo eran dolorosos, sino que las quemaduras los hacían aún más molestos. Con sumo cuidado, levantó el dobladillo de su camiseta para examinar los costados, que habían recibido el mayor impacto.
Sus ojos se abrieron en sorpresa al percatarse que, evidentemente, tenía varias marcas de quemaduras en el cuerpo. Desde el primer momento que escuchó hablar sobre Taehyung, supo de inmediato que era una persona peligrosa. Sin embargo, ahora podía ver la verdadera magnitud de esa percepción. Jungkook estaba seguro de que si no fuera por la regla que prohibía matar al oponente, no estaría ahí acostado, contando con la suerte de seguir vivo.
Su mirada recorrió rápidamente el lugar, ya que al despertar no había tenido la oportunidad de hacerlo. Lucía como un consultorio normal, como aquellos que estaban en La Academia de Healtherbyl a los que solía de vez en cuando transportar plantas medicinales. La habitación no era muy amplia, y era un poco oscura debido a las paredes de piedra. La tenue iluminación de la lámpara junto a la cama apenas alumbraba el espacio, siendo la luz de la luna que entraba por la única ventana la que más destacaba, bañando la habitación con un resplandor plateado.
Había estantes repletos de frascos de vidrio que se alineaban en las paredes, cada uno etiquetado cuidadosamente y conteniendo diversas plantas e infusiones. En una esquina, la única cama ocupaba un espacio, donde él se encontraba descansando. Frente a esta, al fondo de la habitación, un estrecho pasillo se extendía, culminando en dos puertas opuestas entre sí. Una de ellas conducía al despacho de Eva, mientras que la otra le era desconocido.
Llevó su mirada hacia la ventana, apenas y podía vislumbrar más que algunas torres, lo que le indicaba que se encontraba en un piso muy alto. La noche era silenciosa, y todo lo que llenaba el ambiente era su respiración y los quejidos que salían de sus labios cada que realizaba un movimiento. Observó la pomada que yacía en la mesa junto a la cama, reflexionó un momento sobre si era necesaria utilizarla o bastaría con la meditación para curar sus heridas.
Luego de reflexionar por un momento, optó por colocársela. Nunca había tratado quemaduras, así que no sabría que también podría curarlas solamente con la meditación. Con sumo cuidado comenzó a esparcirla por los lugares que más le ardían debido a los golpes. Hubiera deseado tener un espejo para colocársela mejor por el rostro, pero a la vez estaba agradecido de no ver su aspecto.
—Mierda —siseó con una mueca cuando la parte bajo su ojo le ardió demasiado, ese había sido el último golpe que le dejó inconsciente. Ah, maldito Draksser.
Cuando sintió que era suficiente, cerró el frasco y lo dejó nuevamente sobre la mesa. Tomó un pañuelo que estaba junto a este y se limpió el restante de sus manos. Se enderezó con dificultad en la cama, recostándose mejor en el respaldo de esta y una vez que estuvo en una posición más o menos cómoda, cerró los ojos.
Justo ahora esto es lo que necesitaba, dejar de pensar. Su mente le pedía a gritos un descanso de todo el ajetreo del día y de los pensamientos intrusivos respecto a su futuro. Se concentró en el sonido de su respiración y conectó con los elementos naturales que podía percibir a su alrededor: el aroma fresco de las hierbas medicinales que llenaban los frascos en los estantes, el suave murmullo del viento que se filtraba por la ventana y el destello plateado de la luna que bañaba la habitación.
Mientras se adentraba más en su meditación, sentía cómo el dolor y las molestias comenzaban a desvanecerse. La tensión en sus músculos se soltaba, y las heridas y quemaduras parecían aligerarse con cada inhalación profunda. La magia curativa del entorno trabajaba en sincronía con su mente, desinflamando sus heridas y trayendo un alivio profundo y calmante.
Era como si una fuerza invisible lo envolviera, sanando no solo su cuerpo sino también su espíritu. La paz que se extendía por su ser era casi tangible, una caricia suave que borraba cualquier rastro de dolor. En ese estado de serenidad, Jungkook dejó que su mente se sumergiera en la tranquilidad absoluta, alejándose de las preocupaciones y encontrando un refugio en el abrazo de la naturaleza y de su fe en Myrtlax.
Deseando permanecer más en ese estado, conectó con el calor del ambiente y pudo percibir como si fuego recorriera todo su cuerpo. Pronto sintió el sonido de aleteos y rugidos, y algunos gruñidos inentendibles. Sentirse tan cerca del nido de Drachennest le hizo sentir una calma interior como si surcara los cielos. Visualizó el vuelo majestuoso de los dragones sobre las montañas, sus alas poderosas batiendo con gracia y fuerza.
El calor reconfortante del fuego interno se entrelazaba con la energía del nido, creando una sinergia que lo envolvía por completo. En su mente, se vio a sí mismo montando sobre la espalda de un dragón, sintiendo la brisa fresca en su rostro y la libertad absoluta de los cielos. Cada rugido y aleteo resonaba en su pecho, sincronizando su latido con el ritmo del vuelo.
En este estado de profunda meditación, Jungkook se sentía invencible, como si ninguna herida ni preocupación pudiera alcanzarlo. La conexión con los dragones, seres majestuosos y antiguos, le otorgaba una fuerza renovada y una serenidad indescriptible. Abrazó esta sensación, permitiéndose flotar en la calma y el poder que el Drachennest le proporcionaba, sintiéndose más ligero, libre de dolores y lleno de una paz interior que parecía eterna.
Era consciente de que prolongar esa conexión podría tener repercusiones, pero en ese momento lo único que deseaba era dejarse caer inconsciente. Sabía que sus preocupaciones le impedirían conciliar el sueño y todo lo que deseaba era poder descansar. Así que se entregó a la sensación de ser consumido por las llamas, aunque, curiosamente, a pesar de estar ardiendo dentro de ellas, no sentía el calor en su piel. Y cuando su cuerpo y mente finalmente no pudo sostener más la conexión, cayó en un estado de sueño profundo.
El tiempo transcurrió, no sabe realmente cuánto fue, pero una sensación de asfixia comenzó a presionar su pecho. Como si el oxígeno en la habitación fuera drenado por la sofocante sensación de calor que le rodeaba. Sus ojos se abrieron de golpe, y comenzó a tomar bocanadas de aire desesperado por inhalar oxígeno. Antes de entrar en desesperación, utilizó sus sentidos para concentrarse y utilizar el calor a su favor, lo que le permitió a sus pulmones un respiro a pesar del calor que le rodeaba.
La habitación estaba envuelta en un silencio sepulcral, solo interrumpido por el intermitente destello de una luz roja que se encendía y se apagaba. Su mirada se dirigió hacia la fuente de la luz y sus ojos se abrieron con sorpresa al percatarse de la figura de una persona sentada en una esquina.
No era necesario que la habitación estuviera completamente iluminada para que Jungkook supiera quién era. Incluso en esa oscuridad, era consciente de que dentro de toda la Academia solo había una persona capaz de manifestar su poder de fuego de esa manera.
Su mirada estaba fija en Taehyung, quien a su vez lo observaba con una intensidad profunda mientras hacía surgir una llama de fuego con cada chasquido de sus dedos. De repente, la llama se apagó y la figura comenzó a caminar hacia él. Jungkook estaba demasiado perplejo para encontrar fuerzas para moverse; su atención estaba completamente centrada en cada paso que el otro daba mientras se acercaba.
Solamente cuando llegó junto a la cama, Jungkook pudo visualizar el rostro de Taehyung que fue iluminado por la luz de la luna que se filtraba por la ventana. Quizás debería decir algo, pero la manera en la que el fuego ardía en los ojos del otro lo tenía fascinado.
Ah, maldito Taehyung.
El silencio entre ambos se sintió eterno, y había una conexión tácita en sus miradas que hacía que ninguno pudiera apartar su mirada. La tensión en el ambiente era palpable, y Jungkook pudo percibir que el calor que le sofocaba era provocado por el aura que Taehyung dejaba escapar con su poder.
—Estoy sorprendido, he de admitir —Taehyung finalmente pronunció, y Jungkook hubiera deseado que el sonido de su voz no le provocara tal escalofrío por todo su cuerpo—. Esperaba encontrarte llorando, desesperado por volver a casa. No obstante, en cambio, te encontré durmiendo profundamente. No sé si eres o muy valiente o muy estúpido.
—¿Qué es lo que quieres, Draksser? —Jungkook lo enfrentó con seriedad, tratando de dejar de lado su aturdimiento.
—Tenía muchas ganas de ver el estado en el que estabas, esperaba encontrarte agonizando de dolor. Hubiera sido fascinante de ver, pero... —se detuvo, acercándose un poco más a él y estirando su mano para retirar un mechón de cabello que cubría parte de su rostro, en donde Taehyung le había dado el golpe que le dejó inconsciente—. Veo que te has desecho de las advertencias que te dejé, ¿cómo?
—Te importa un carajo —respondió Jungkook con firmeza, empujando la mano del contrario lejos de su rostro—. Si eso es todo a lo que has venido, puedes largarte de una maldita vez.
—Realmente esperaba que nuestro pequeño encuentro te hiciera entrar en razón, pero veo que no ha tenido el efecto esperado. Así que, Jungkook Xaldir, te lo repetiré una vez más... Lárgate de la Academia, aquí no hay lugar para débiles como tú.
La amenaza resonó con fuerza en el ambiente, pero Jungkook no permitió que sus palabras le afectaran. No iba a dejar que nada de lo que Taehyung le dijera repercutiera en él, jamás tomaría en cuenta las palabras de una persona egocéntrica y sanguinaria que solo pensaba en poder.
—Nada de lo que me digas me hará desistir, grábatelo bien en la cabeza. Gané mi derecho de estar aquí, y te guste o no, me quedaré. Así que espero que te quede claro que me importa una mierda tú y tus malditas amenazas.
Decir que no estaba aterrado sería mentira, Jungkook ni siquiera sabía de donde estaba sacando el valor para pronunciar todas estas cosas. Pero estaba muy molesto, y esa sensación junto al calor que consumía su cuerpo solamente nublaba sus sentidos. Había llegado a la Academia con un propósito, y no se iría hasta cumplir con el.
El silencio se extendió de manera sofocante, Jungkook sabía que Taehyung estaba liberando su aura a propósito, y parecía que el hecho de que esta no hiciera efecto en él no solo le desconcertaba, sino que le molestaba demasiado.
Taehyung se inclinó hacia Jungkook y con una mano rodeó su cuello con fuerza. Jungkook hizo un gran esfuerzo por mantenerse sereno, a pesar de la fuerza que Draksser estaba empleando y de la manera en la que sentía su piel quemarse bajo su tacto.
—Tus palabras no son más que tu estupidez disfrazada de valentía. Esta fue mi última advertencia, abstente de las consecuencias. Tú debilidad terminará matándote.
—Pareces demasiado preocupado por mí, Draksser.
Jungkook creyó ver el fantasma de una sonrisa curvar a penas una esquina de los labios del contrario. Pero no prestó atención cuando sentía su piel arder ante la cercanía del otro. No obstante, le mantuvo la mirada todo el tiempo, no iba a ceder, no se permitiría demostrar un atisbo de miedo.
Después de un momento, Taehyung finalmente lo soltó y, tras observarlo un instante más, comenzó a retroceder hacia la puerta. Se volteó con intención de marcharse, pero su mano dudó sobre la perilla antes de que volviera a mirar a Jungkook por encima del hombro.
—Sigue intentando tanto como quieras, pero no podrás escapar de mí. Me aseguraré que te marches de este lugar, ya sea vivo... o muerto.
Sin añadir nada más, finalmente abrió la puerta y se marchó del lugar. Jungkook finalmente dejó escapar el aire que estaba conteniendo y su pecho comenzó a subir y bajar con violencia mientras que intentaba respirar. La tensión del ambiente se desvaneció junto con el aura pesada de Taehyung en cuanto se marchó. Jungkook seguía sin comprender del todo lo que había ocurrido, sin embargo, una nueva determinación nació dentro de él. Ahora con mucha más razón, lucharía para forjarse un lugar en la Academia. Su legado estaba por iniciar, y él demostraría lo que Jungkook Xaldir era capaz.
—Maldito Taehyung, ya verás.
Jungkook apenas pudo conciliar el sueño después de la visita de Taehyung; su mente no dejaba de darle vueltas al encuentro. Darle más importancia de la que merecía le irritaba, pero era consciente de que debía ser cuidadoso y encontrar una forma de evitarlo para evitar posibles consecuencias. La frustración lo invadía, y esas emociones negativas le impedían dormir, a pesar de que su cuerpo clamaba por descanso. Tal vez logró dormir una hora, aunque no estaba seguro. Estaba cansado, ese sí era un hecho, pero sabía que no podría volver conciliar el sueño, así que se rindió al respecto.
La luz del día ya ingresaba por la ventana, y la habitación ya estaba iluminada en su totalidad. Jungkook soltó un fuerte suspiro mientras aplicaba pomada en su cuello, donde Taehyung lo había sujetado con fuerza. Había empleado su meditación para tratar la herida, pero quizás el que esta hubiera sido hecha con poder de dragón era lo que le dificultaba su recuperación total. Así que, empleó su mejor esfuerzo, y confió en que la pomada haría el resto. Solo esperaba sinceramente que no le quedaran marcas visibles.
—Veo que eres un chico madrugador. Buen día, Jungkook —saludó Eva con una sonrisa, saliendo del pasillo y caminando hasta llegar a donde el menor se encontraba—. Veo que Susan no mentía, pudiste curar tus heridas. ¿Cómo te sientes?
—Estoy bien, el dolor muscular es mínimo y ya no siento el ardor de las quemaduras, solo es un poco molesto.
—Estoy sorprendida —declaró la mujer mientras examinaba el rostro del azabache en donde el día anterior se encontraba un quemadura bajo el ojo—. Ni siquiera Susan tenía un manejo de la meditación como el tuyo. Su capacidad de curación era menor. Realmente eres un prodigio.
Jungkook no pudo evitar sonrojarse ligeramente, porque se sentía bien que le elogiaran de esa manera.
—¿Me dará de alta, entonces?
—Por supuesto, hoy darán el resultado de la prueba de selección así que deberías asistir. Llévatela la pomada por si acaso, sigue aplicando para evitar que deje una marca —declaró con suavidad y una tenue sonrisa. Sin embargo, esta se desvaneció al momento de enderezarse y una profunda seriedad bañó su rostro—. Si ocurre algo, debes venir aquí inmediatamente. No vayas a la enfermería general, yo me encargaré de tratarte cada que lo necesites, ¿de acuerdo?
Los ojos del azabache se abrieron momentáneamente sorprendidos, pero asintió rápidamente. Notando como el semblante de la contraria se suavizaba, y nuevamente pudo encontrar en su mirada un profundo cariño que sabía no era dirigido a él.
—Realmente te pareces a ella.
No tuvo tiempo de responder, ya que en ese preciso momento, alguien tocó la puerta del consultorio. Eva le guiñó un ojo antes de recuperar su habitual seriedad y conceder permiso con un "adelante". La puerta se abrió, y Yoongi apareció, cuya mirada se posó de inmediato en él. Jungkook percibió un destello de alivio y sorpresa en sus ojos, junto con el brillo característico que aparecía cuando algo capturaba su atención.
—Oh, eres tú, Yoongi —dijo Eva con alegría, captando la atención del castaño que le ofreció una sonrisa con el mismo entusiasmo. Jungkook se preguntó cuándo habían desarrollado esa buena relación—. Me preguntaba cuando vendrías. Jungkook ya fue dado de alta así que puedes llevartelo.
—Muchas gracias, señorita Eva.
—No es nada, que tengan un buen día. Suerte con la selección, yo me iré a mi despacho.
Ambos chicos se despidieron con una sonrisa que mantuvieron hasta que la mujer desapareció por el pasillo. Jungkook llevó su mirada inmediatamente hasta su amigo y enarcó una ceja con picardía.
—¿Señorita?
—¿Qué? Ella me pidió que la llamara así, y no me mires de esa forma que no es lo que piensas. Ya bastante tengo con las ideas tontas de Lira para que también te unas a ella —Yoongi declaró con seriedad, bufando con fuerza antes de acercarse lo que restaba y tomar asiento en la cama—. Vaya, realmente curaste tus heridas. Esto es asombroso, pero... ¿qué es esta marca en tu cuello? No la había visto ayer.
—¿Se nota mucho?
—No realmente, se ve algo rojo pero es todo. ¿Qué pasó?
Jungkook suspiró con fuerza, llevó su mano hasta su cuello y sujeto con cuidado, sintiendo rápidamente la sensación de la pomada en sus dedos.
—Taehyung vino ayer...
Los ojos de Yoongi se abrieron con sorpresa y se quedó en silencio por un momento, como si estuviera reflexionando sobre la veracidad de lo que acababa de escuchar. Al ver que Jungkook no lo negaba, comprendió que había escuchado correctamente.
—¿Qué? ¿Cómo mierda supo que estabas aquí?
—No lo sé, pero no se veía nada feliz por el hecho de encontrarme sin ninguna herida y durmiendo con tranquilidad. Me dio otra advertencia, esta vez más intensa que la anterior.
—¡Maldito hijo de puta! —bramó Yoongi visiblemente enojado, algo que quizás no debió conmover a Jungkook como lo hizo, pero verlo en ese estado por él le hizo sentir una mezcla de culpa y ternura. La furia en los ojos de Yoongi era evidente, pero debajo de esa ira, Jungkook pudo detectar una preocupación genuina, casi palpable—. ¿Qué mierda se supone que intenta lograr? No eres la única persona con clasificación inferior, te sorprendería la cantidad de personas que la tienen, y ellos no son unos malditos prodigios en inteligencia como tú.
Jungkook se percató del estado de Yoongi, y pudo notar que lucía cansado, las ojeras bajo sus ojos siendo la evidencia. Le hizo sentir mal que por culpa suya estuviera en esa condición, cuando sabía lo estricto que era con sus horas de sueño.
—¿Has dormido algo?
La pregunta tomó por sorpresa al castaño, quien parpadeó un par de veces antes de relajar su expresión y negar.
—No mucho, pero no intentes culparte. Sí, estuve investigando hasta tarde, pero no dormí hasta no saber los resultados de los Aervox.
—Tengo mucha curiosidad, pero no preguntaré como siquiera te enteraste de ello. ¿Y bien, Lira fue seleccionada?
No hubo necesidad de escuchar la respuesta cuando la forma en la que el rostro de Yoongi se suavizó y se llenó de un orgullo palpable fue más que suficiente.
—Por supuesto, ¿lo dudabas?
—Para nada —Jungkook negó con una sonrisa, que se desvaneció antes de volver a preguntar—. ¿Y quienes son el resto de los Aervox?
—A parte de Lira, está Roger Beltz, Gissel Nortem, Rigo Busamev, Minho Leemark y claro, el imbécil de Draksser.
A Jungkook no le sorprendió para nada que Taehyung estuviera entre ellos. La verdad desconocía que puntuación habría obtenido en el examen escrito, pero al menos sabía que en la prueba de combate le había ido demasiado bien. Y aunque la Academia aseguraba que la inteligencia era igual de importante que la fuerza, Jungkook sabía que el poder siempre tendría más peso sobre el otro.
—Conozco a Minho, es de mi región. Es el hijo del representante regional, pero nunca hablé mucho con él. Siempre fue muy reservado; me sorprende que se haya postulado para Aervox —dijo con asombro—. Supongo que han elegido un Aervox por región, ¿verdad?
—Así es. Tengo entendido que los resultados se darán por la mañana, así que es posible que Lira ya esté al tanto y haya recibido la convocatoria para reunirse con el consejo de maestros y formar los escuadrones.
—Habrá que felicitarla entonces.
Por mucho que Jungkook se sintiera feliz y emocionado por el nombramiento de su amiga, no podía evitar sentir nervios en su interior por todo lo que estaba por venir para él. Realmente necesitaba comenzar a forjarse una actitud de hierro porque sabía que el camino difícil, apenas estaba comenzando.
—¿Investigaste lo que te pedí? —preguntó con cierto nerviosismo en su tono de voz.
Yoongi lo observó por un momento, y asintió. Se pasó la mano por su rostro en señal de agotamiento, y Jungkook no sabía que significaba su expresión.
—La opinión de los estudiantes está dividida, hay a quienes le sorprendió tu clasificación y comparten la misma opinión de Draksser. Sin embargo, también hubieron estudiantes a los que no les importó, ya que, piensan que es algo que podrás fortalecer y están mucho más asombrados con tu inteligencia. Y hubo quienes no quisieron involucrarse en lo absoluto y se mantuvieron al margen. No sabría que tan bueno sea que la situación se haya establecido de esta manera.
Honestamente, era mucho mejor de lo que Jungkook esperaba. Quizás era por el hecho de que pensó de la manera más negativa posible. Él se esperaba que toda la Academia se pusiera en su contra, y luchar contra eso hubiera sido sumamente agotador. Sin embargo, el número de sus preocupaciones acababa de reducirse y eso sin duda era una buena señal. Aunque era consciente que eso no significaba que podría estar sin ser cuidadoso, al menos sabía que había personas que confiaban en que podría convertirse en un cazador poderoso si lograba fortalecer su fuerza.
—Es mejor de lo que esperaba, tendré que andar con cuidado, por supuesto, pero estoy un poco más aliviado. Ahora solo resta saber qué rol se me dará dentro del escuadrón —dijo inseguro, mirando a su amigo con incertidumbre—. Habrá que esperar antes de pensar en alguna estrategia, por ahora, deberíamos apresurarnos a ir a desayunar o no alcanzaremos a Lira.
Yoongi simplemente asintió y esperó a que se pusiera de pie antes de comenzar a caminar hacia la salida. Estaba nervioso, mentiría si dijera que no, pero aun así, no planeaba darse por vencido. Le iba a demostrar a Taehyung y a cualquiera que dudara de él, que tenía la capacidad para lograrlo.
Al llegar al comedor sintió la intensidad de las miradas sobre él, no obstante, optó por no prestarles atención y fue directo a tomar una bandeja para servir su desayuno. No tenía apetito, pero se obligó a comer algo ligero, ya que si realmente deseaba no prestar atención a las emociones que amenazaban con llenarlo de ansiedad, necesitaba que su vida fluyera con la mayor naturalidad.
Llevando sus bandejas con el desayuno en mano, ambos chicos se acercaron a la mesa donde Lira y Karina ya estaban sentadas disfrutando de su desayuno.
—Hey, felicidades, ya me enteré —declaró Jungkook con una sonrisa, ampliándose cuando vio la alegría llenar el semblante de su amiga—. Sabía que lo lograrías.
—Gracias —murmuró un poco tímida, una actitud que Lira inusualmente mostraba en público—. Me alegra verte bien, estaba muy preocupada. Ayer Yoongi fue a mi habitación luego de salir de la enfermería para informarme que estabas bien, fue un gran alivio saberlo.
La genuina preocupación llenó el pecho del azabache con extrema calidez, lo que le hizo esbozar una amplia sonrisa.
—Descuida, se necesita más para acabar conmigo —declaró en un tono burlón—. ¿Has recibido ya la notificación para la reunión con el consejo?
—Sí, es justo después del desayuno. Se estaban demorando y me preocupaba no poder verlos antes de irme. Ahora me siento más tranquila, puedo ir sin problema. Realmente espero que podamos quedar en el mismo escuadrón, recen mucho a su Dios Dragón.
El comentario le arrancó una sonrisa sincera, que fue correspondida por la chica mientras se levantaba con su bandeja en manos.
—Tengo que irme, nos veremos después. ¿Te quedas? —preguntó a Karina, quien rápidamente tomó su bandeja vacía y se puso de pie.
—Te acompaño, seguro estás nerviosa —declaró con una sonrisa—. Nos vemos luego —se despidió de ambos chicos, recibiendo un ligero asentimiento de su parte.
Observaron a ambas chicas marcharse y luego comenzaron a comer su desayuno. Jungkook sentía que el silencio entre ambos era sofocante, pero tampoco encontraba algo que pudiera decir. Por mucho que quisiera negarlo, las miradas sobre él le estaban inquietando. Ni siquiera necesitaba ser adivino o afinar su audición para percatarse de que era el protagonista de los murmullos a su alrededor. Al menos, Taehyung no estaba a la vista, y eso ya era ganancia. Puesto que no había mirada que le quemara tanto como la que él solía darle.
Se sintió agradecido que Yoongi finalmente rompiera el silencio, aunque el tema realmente no fuera algo que deseara escuchar en ese momento.
—Investigué un poco más sobre Draksser, y descubrí que tiene una historia, bastante peculiar.
Jungkook lo observó con interés, porque aunque hablar de Taehyung era lo último que deseara en esos momentos, debía admitir que se sentía curioso respecto a la vida del azabache.
—No creo que sea el lugar adecuado para hablarlo, terminemos de desayunar y volvamos a la habitación.
Yoongi no dijo nada, simplemente asintió en acuerdo y continúo comiendo su desayuno en silencio. Jungkook se apresuró también a terminar su propia comida, haciendo un esfuerzo por ingerirla a pesar de que no deseaba hacerlo.
Cuando los chicos finalmente terminaron con su desayuno, fueron a dejar sus bandejas vacías y luego finalmente se marcharon del comedor de regreso a su habitación. Jungkook no podía parar de pensar que cosas eran las que Yoongi se había enterado respecto a Taehyung. Deseaba saber que tipo de vida debió haber tenido para convertirse en la persona que era hoy en día.
El camino de regreso fue silencioso, cada uno inmerso en sus propios pensamientos. Jungkook echó un vistazo a Yoongi de reojo. La expresión en el rostro de este era inescrutable, pero había una tensión en su mandíbula que no pudo ignorar. Sabía que su amigo estaba lidiando con algo importante y aunque deseaba preguntar, era consciente de que no obtendría nada de su parte. Solo le quedaba esperar a que Yoongi estuviera listo y se lo contara él mismo.
Cuando llegaron a su habitación, ingresaron y ambos se colocaron sobre su cama, uno frente al otro observándose con atención.
—¿Qué descubriste? —preguntó Jungkook con curiosidad, no molestándose en ocultar la emoción que conocer más acerca de Taehyung le generaba.
—La vida de Taehyung, es más complicada de lo que pensábamos... —comenzó explicando Yoongi, mientras su semblante se llenaba de una profunda seriedad—. Como sabes, es hijo del general del ejército imperial y por ende, su padre ha sido muy estricto con él. Especialmente desde que Taehyung logró manifestar su poder sin siquiera haber pasado por un ritual de activación. No supe mucho a cuando ni cómo pasó, pero sí sé que fue una situación muy traumática lo que le llevó a manifestarse.
»Actualmente, no es muy común manifestar el poder de la sangre de dragón. Es por eso, que las expectativas que fueron impuestas en él tuvieron un peso abrumador. Taehyung ha recibido entrenamiento militar desde que era un niño, con la esperanza de que pudiera convertirse en un poderoso cazador que traería fin a la guerra.
Jungkook se quedó boquiabierto, tratando de imaginar la infancia de Taehyung, llena de rigor y disciplina militar en lugar de juegos y libertad. Él tampoco había tenido una infancia tranquila que digamos, pero al menos sus abuelos y su tía se esforzaron para que pudiera vivir de manera feliz. La presión de ser visto como una esperanza para la paz, una herramienta para la victoria, debía haber sido insoportable para Draksser. Y aunque lo odiaba, no podía evitar sentir pena por la difícil vida que le tocó llevar.
—La forma en la que se expresan de él, es como si ya no se tratara de una persona. Los altos cargos ven a Taehyung como un arma que les servirá en un futuro, se espera que algún día pueda ocupar el lugar de su padre y se tiene muchas expectativas sobre el día en que active su poder por completo.
Jungkook apretó los puños, sintiendo una mezcla de emociones conflictivas. Por un lado, la injusticia del trato que Taehyung recibía lo enfurecía porque sentía que nadie merecía un trato de ese tipo. Pero, por otro lado, no podía ignorar el rencor que sentía hacia él.
—Es todo lo que pude recopilar sobre él, su información está muy protegida.
—Está bien, no necesitas exponerte al peligro. De todas maneras, conocerlo no nos ayudará en nada. Es triste que haya tenido que vivir de esa manera, pero no podemos hacer nada para cambiarlo. Sí el decidió corresponder a esas expectativas, entonces todo lo que podemos hacer es alejarnos de él todo lo posible.
Era consciente que la presión que Taehyung llevaba sobre los hombros era algo que lo pudo orillar a convertirse en lo que era hoy en día. Sin embargo, no tenía tiempo para compadecerlo, porque sabía que eso no haría que el odio mutuo desapareciera. Jungkook necesitaba esforzarse para mantenerse centrado en su propósito, consciente de que su prioridad era volver a su hogar para proteger a los suyos y cumplir con su deber, lo que eso significaba que si quería lograrlo, tenía mantenerse alejado de Taehyung tanto como fuera posible.
Por eso necesitaba mantener una barrera, una distancia segura que le permitiera enfrentar sus propios conflictos sin que la presencia de Taehyung los intensificara aún más. No podía comprender por qué Draksser siempre atraía su mirada sin siquiera intentarlo, pero no tenía tiempo para entenderlo. Taehyung había elegido su camino, aceptando el destino que se le había impuesto, mientras Jungkook seguiría adelante basándose en sus propias convicciones, consciente de que cada uno tendría que cargar con el peso de sus propias llamas.
El resto del día, Jungkook pasó enseñándole a Yoongi más respecto a la meditación. Los resultados de los escuadrones no serían dados hasta la tarde así que para evitar abrumarse pensando en ello, optaron por emplear su tiempo de una manera más productiva.
—No lo voy a permitir —declaró Jungkook con seriedad.
—¿Cómo se supone que verifique que estoy aprendiendo entonces? No pienso cortarme un brazo o clavarme la daga, solo es un pequeño corte.
—No funciona de esa manera, recuerda que lo que hacemos no es una meditación común, sino que está enfocada y potenciada por nuestra fe en Myrtlax. Inflingirte daño, no hará que su resultado sea eficaz. No necesitas lastimarte para corroborar que está funcionando, solo necesitas concentrarte lo suficiente y podrás sentir un sensación recorrer tu cuerpo que te lo indicará. No sé como explicarlo, pero podrás percibir que tu cuerpo está sanando.
Yoongi se mantuvo en silencio por un momento, pero finalmente se rindió soltando un fuerte suspiro. Todas las cosas que Jungkook le estaba enseñando le resultaban sumamente emocionantes y útiles, no sabía cómo había permanecido tanto tiempo sin haberse involucrado con la religión.
—Ya, está bien.
Una sonrisa llena de ternura iluminó el rostro del azabache mientras se ponía de pie y se sentaba junto a su amigo.
—Vas a buen ritmo, a mí me llevó mucho más tiempo aprender. Todo lo que sé ahora, es el reflejo de toda una vida de práctica. Así que, no te desesperes, ¿de acuerdo? Lo importante es poder fortalecer tu fe. Ah, ojalá hubiera podido traer algunos de los escritos antiguos para que pudieras leer las experiencias de los creyentes, te habría encantado.
—Bueno, quizás algún día pueda acompañarte a tu casa y me muestras todos los libros que tengas sobre la religión.
Escuchar esas palabras llenó su corazón de una profunda emoción; la forma en que se había acoplado con Yoongi seguía sorprendiéndole. No pasaba un día sin que agradeciera a Myrtlax por haberle dado un compañero tan excepcional.
—Claro, es una buena idea —respondió con honestidad, levantándose rápidamente porque sentía que podía ponerse a llorar de la emoción—. Deberíamos comenzar a alistarnos, no falta mucho para el informe. Tomaré un baño primero.
Jungkook entró al cuarto de baño y aprovechó el momento para reflexionar sobre su vida hasta el momento. Normalmente, era alguien que se centraba en los aspectos positivos, por lo que, a pesar de las dificultades que había enfrentado hasta ahora, se sentía agradecido por estar bien. El comentario de Yoongi sobre acompañarlo a casa le hizo pensar en sus abuelos; los extrañaba demasiado y le preocupaba cómo estarían sin recibir noticias de él. También pensó en Clark; esperaba que su tía le hubiera entregado su carta y que al menos ahora, estando separados, tuviera tiempo para calmar el enojo que sentía.
Después de terminar de bañarse, Jungkook se puso su ropa de combate y salió a la habitación para dejarle el baño libre a Yoongi. Mientras se secaba el cabello, sus pensamientos se centraron en la próxima anunciación de los escuadrones. Estaba nervioso, por supuesto; había rezado a Myrtlax con todas sus fuerzas para que los resultados fueran favorables. Incluso había quemado un huevo de madera con Yoongi. Habría deseado tener la oportunidad de hacer una ofrenda más significativa, pero sacar comida del comedor era bastante complicado.
Después de un rato, cuando ambos se encontraron listos, finalmente partieron de su habitación hacia la sala de reunión en donde se daría a conocer los resultados. Varios alumnos ya se encontraban ahí, la tensión en el ambiente era palpable como el nerviosismo que se percibía en los movimientos inquietos de los presentes.
Justo cuando estuvieron por entrar, Lira se acercó a ellos. La sonrisa con la que Jungkook la iba a recibir se desvaneció de inmediato cuando vieron la intensa preocupación reflejada en su rostro.
—Lira, ¿qué ocurre? ¿Estás bien? —preguntó el azabache con inquietud, porque si sabía algo de su amiga, es que no era una persona que mostraba sus preocupaciones de esa manera.
—Yo... no pude hacer nada, ustedes...
—Si no mal recuerdo, se nos ordenó mantener la información en secreto hasta la entrega de los resultados. ¿Está siendo tan rápido negligente con su cargo, Aervox Grilt?
La profunda voz de Taehyung resonó con fuerza, atrayendo las miradas de algunos alumnos cercanos. Jungkook notó que, detrás de la aparente seriedad que intentaba mostrar, sus ojos brillaban con una burla fácilmente perceptible para ellos que estaban frente a él. Observó cómo el rostro de su amiga se llenaba de seriedad, casi hostil, mientras sus puños se apretaban con fuerza a los costados.
—La reunión está por comenzar, los Aervox tenemos que estar con el consejo. Recuerda tu maldita posición y compórtate como es debido. No tengo la jodida necesidad que me estén mandando a buscarte, Aervox Grilt.
Lira parecía querer decir muchas cosas, pero estaba haciendo un gran esfuerzo por mantener la compostura. Hacer un escándalo en ese momento, con tantas miradas sobre ellos y sin haber recibido aún el anuncio oficial de su nombramiento, no parecía beneficioso. Sin apartar su mirada hostil de Draksser, simplemente caminó hacia el interior de la sala, pero no sin antes golpear con fuerza su hombro contra el del contrario.
Taehyung permaneció impasible, y su mirada recayó en Jungkook, quien ya le miraba de regreso. La presión en el ambiente se volvió sofocante, y nuevamente la maldita sensación de solamente ser los únicos en ese momento embargó a Jungkook. La intensidad de la mirada de Taehyung parecía abrasarle hasta el alma; la forma en la que el destello rojo en los ojos del contrario brillaron atravesaron el gris de su mirada. De repente, vio cómo Taehyung bajaba la mirada hacia su cuello, donde una marca debería haber estado. Aunque intentó mantenerse imperturbable, Jungkook percibió claramente su desconcierto.
Quizás solo habían transcurrido un par de segundos, pero Jungkook no podría saberlo porque la conexión se sentía tan extensa. Fue Taehyung el que rompió el contacto, dándose la vuelta y marchándose sin decir nada. En ese momento, sintió el oxígeno volver a ingresar a sus pulmones y sintió una gran necesidad de respirar con fuerza. Su mirada recayó en Yoongi cuando lo sintió sujetarle el brazo. Se dio cuenta que también tenía problemas para respirar, por lo que entendió que el aura de Taehyung también le había afectado. Tenía que enseñarle a regular su respiración en caso de que esta situación volviera a repetirse.
—¿Estás bien? —preguntó Jungkook preocupado, sosteniendo a Yoongi mientras le veía regularizar su respiración.
—Sí, sentí como si me estuviera sofocando.
—Cuando Taehyung desata su aura, el calor de su poder consume el oxígeno a su alrededor. Esto hace que respirar se vuelva difícil, ya que el aire se vuelve pesado y abrasador. El calor extremo puede irritar las vías respiratorias y aumentar la dificultad para respirar.
—Ese tipo es más peligroso de lo que pensábamos.
—Lo es —Jungkook concedió, no deseando hablar más al respecto—. Vamos, la reunión está por empezar.
Ambos chicos entraron en la sala y tomaron asiento en los lugares que encontraron disponibles cerca del frente. Jungkook honestamente prefería no estar tan cerca del estrado donde podría observar más de cerca a Taehyung, pero tampoco quería separarse de Yoongi, así que no les quedó más opción que sentarse allí.
Pronto, el consejo ingresó a la sala y junto con ellos, los seis chicos que habían seleccionado como los líderes de escuadrón. El silencio de inmediato llenó el lugar, mientras que la tensión y la expectativa incrementaban con cada paso que daban. Los miembros del consejo, con expresiones serias y determinadas, se posicionaron en el centro, listos para dar inicio al informe.
—Bien, imagino que todos están ansiosos por conocer los resultados. —El director Braux fue el que habló. A Jungkook le resultaba curioso cómo este hombre siendo el de mayor rango y poder en la sala, mostrara una actitud tan relajada. Todos los cazadores que había conocido hasta ahora se asimilaban por la hostilidad en su mirada, era algo desconcertante—. Primeramente les presentaré a las personas que estarán a cargo de los escuadrones.
En ese momento, los seis chicos que estaban a su lado dieron un paso adelante. Cada uno tenía una apariencia distinta. Sin embargo, la seriedad en sus miradas era un rasgo común que los unía. Sus posturas firmes y confiadas reflejaban claramente su capacidad y determinación, dejando en evidencia que habían sido elegidos no solo por sus habilidades, sino también por su fuerte carácter y liderazgo innato.
—Para no extender más de lo necesario esta reunión, se dará a conocer su nombre y se anunciará también el nombre de las personas que formarán parte de ese escuadrón. Los roles dentro de este, serán informados por el Aervox mismo. Así que, demos inicio.
El hombre dio un paso hacia atrás y una mujer de aspecto imponente que sostenía unas hojas caminó hasta el frente.
—Escuadrón uno, a cargo del Aervox Roger Beltz —anunció con firmeza, el mencionado dio un paso al frente y luego la mujer comenzó a anunciar a los alumnos que pertenecerían a dicho escuadrón.
Estaba sumamente nervioso, incluso podía sentir el nerviosismo de Yoongi a su lado, ser demasiado susceptible no le estaba siendo de ayuda en estos momentos. La mujer guardó silencio cuando anunció a todos los integrantes del primer escuadrón, y Jungkook no podía sentirse tranquilo, especialmente cuando el siguiente nombre que escuchó fue pronunciado.
—Escuadrón dos, a cargo del Aervox Lira Grilt —sintió todo su cuerpo tensarse, y le sorprendió mucho la tranquilidad que su amiga expresaba cuando momentos antes la había visto sumamente preocupada.
La lista de los alumnos comenzó a ser anunciada, la ansiedad comenzaba a incrementar mientras los nombres eran anunciados y el suyo ni el de Yoongi era pronunciado. La mirada de Lira recayó en él justo al final y aunque no lo demostrara pudo percibir el pesar en sus ojos. Ahora entendían la preocupación de la chica, pues cuando terminaron de anunciar a los integrantes, comprendió que ni él ni Yoongi formaban parte de él.
—Escuadrón tres, a cargo del Aervox Taehyung Draksser.
Jungkook observó todos los movimientos de Taehyung, sintiendo cómo la arrogancia que desprendía le molestaba en extremo. Cada gesto seguro y su mirada desafiante aumentaban su incomodidad. De repente sus ojos encontraron los suyos, y la conexión se estableció de inmediato, una ligera pizca de diversión bañaba el brillo de su mirada. Sintió una extrema molestia recorrer todo su interior al no comprender la razón de su diversión.
Sin embargo, no tuvo que reflexionar demasiado, porque si escuchar el nombre de Yoongi no fue suficiente para sorprenderlo y hacerle comprender la situación, entonces oír el suyo propio debió ser más que suficiente para saber que estaba completamente jodido.
GRITO DE LA EMOCIÓN FJGJFDGFL ¿SE ESPERABAN ESO?🫣 Hola, perdón por la demora. Traje un capítulo largo como disculpa. Les comenté en mi canal que me iba a extender más pero no iba a actualizar nunca así que lo dejé hasta acá.
Por favor, diganme que les pareció. Es que son tantas cosas, que yo estoy 🤯. Taehyung es un HDP pero lo amo demasiado Adfhdkdpñl💕
No se imaginan la emoción que sentía al escribir este capítulo, tuve mucha motivación de parte de varias personitas hermosas.🥰 Esta vez estuve muy ocupada y por eso me demoré en actualizar, pero prometo que para la siguiente volveré pronto. Así que manténganse sanos.🌷
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