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➹ Cap. 4

HOGWARTS

Lucius golpeó la mesa del despacho de la directora Mcgonagall con furia proyectada en su cara, cuando Severus le había contado lo sucedido con Draco, de inmediato él había ido a Hogwarts junto a Narcissa.

Severus no había soportado más en ocultar lo que sucedió con Draco y les contó todo con detalles, sabía que tal vez Lucius podría encontrar de alguna manera una forma para ayudar a Draco dónde sea que estuviera perdido.

─ Señor Malfoy por favor tranquilícese ─ pidió Minerva.

─ ¿Calmarme?, mi hijo lleva desaparecido por días de Hogwarts y no me dijeron absolutamente nada ─ reprochó Lucius.

Narcissa lloraba a un lado de su esposo por la desaparición de su hijo.

─ Pensamos que tal vez podríamos dar con el paradero del joven Malfoy de alguna manera, no queríamos preocuparlos y tampoco formar disturbios en Hogwarts, por esa razón no le dijimos nada ─ dijo Minerva.

Lucius la miró furioso al escucharla, a él no le importaba el disturbio en ese momento, le daba igual si todo el mundo mágico sabía lo que había pasado, él quería a su primogénito de vuelta.

─ Hablaré con el ministerio sobre esto ─ advirtió Lucius.

Él tenía bastante influencia en el ministerio de magia, sobre todo en el ministro para poner a los aurores en investigación sobre el paradero de su hijo.

─ No creo que eso sea lo mejor, los alumnos apenas están volviendo a la normalidad de sus días después de la caída de Voldemort, ver aurores aquí los pondrá nerviosos ─ dijo Minerva.

Mcgonagall quería ir por otro lado, e investigar todo en secreto para evitar que los padres de los demás alumnos fueran a escandalizarse con ella y los profesores por un accidente que pasó.

Severus llevó sus manos a su cara al escuchar a Minerva en ese momento tan delicado para los Malfoy.

Narcissa miró a Mcgonagall con bastante ira, una ira proveniente de los Black.

─ ¿Cómo se atreve a querer que nos quedemos callados?, Draco puede estar en grave peligro por su ineptitud como directora al no avisarnos de lo sucedido en el momento que desapareció ─ habló Narcissa mirándola.

Minerva suspiró, al ver que de nada valdría intentar convencerlos, dejaría que ellos hicieran lo que creyeran conveniente, después de todo, Draco era hijo de ellos.

─ Los aurores deben intervenir ─ dijo Severus.

Narcissa miró a su esposo al escuchar a Severus ya que ella también creía que eso era lo mejor.

─ Lucius vamos al ministerio ahora mismo, Severus tiene razón, los aurores deben investigar qué sucedió con Draco ─ le dijo Narcissa.

Lucius asintió.

─ Si, mejor vámonos y no perdamos más tiempo, porque aquí está claro que todos son unos incompetentes que no sirven ni para cuidar a sus alumnos ─ gruñó Malfoy antes de salir del despacho junto a Narcissa.

FORTALEZA ROJA

Daemon miró de reojo a su sobrina Rhaenyra mientras caminaban en silencio alejados de los demás para evitar que alguien los escuchara.

─ ¿Cómo has estado? ─ preguntó Daemon iniciando la conversación.

─ Bien, ¿cómo has estado tú tío desde la última vez que te fuiste sin siquiera despedirte? ─ dijo Rhaenyra.

En el tono de voz de la princesa había un sutil reproche hacía él.

─ No me fui, mi hermano me exilió ─ aclaró Deamon.

Rhaenyra suspiró rodando sus ojos por un segundo al escucharlo.

─ Si no hubieras sido tan precipitado como siempre, eso no hubiera pasado, tío ─ dijo la princesa.

─ Pero pasó ─ mencionó Daemon.

Rhaenyra paró su caminar delante del gran árbol de weirwood donde solía llevar a su hijo en algunas ocasiones, Daemon imitó su acción.

─ ¿Qué haces exactamente aquí, tío? ─ preguntó Rhaenyra.

Daemon se acercó un poco más hacía su sobrina mirando antes a los costados para verificar que no hubiera alguien más por ahí.

─ Voy a ser directo, no vine aquí por mí hermano, eso fue una excusa, realmente estoy aquí por ti y tú hijo ─ dijo él.

Rhaenyra levantó sus cejas, asintió intuyendo a dónde su tío quería llegar.

─ ¿Qué sucede con mí hijo? ─ Rhaenyra fingió no entender.

─ ¿Es mí hijo, cierto? ─ preguntó Daemon mirándola.

El casamiento con Laenor había sido demasiado apresurado después de los rumores entre ellos, además, Rhaenyra había dicho varías veces que no quería hijos rápido, sin embargo poco tiempo después de casarse había dado la noticia que estaba embarazada, todo eso era muy sospechoso para Daemon, él dudaba que el hijo de Rhaenyra fuera realmente de Laenor.

─ Laenor es su padre ─ dijo Rhaenyra.

Ella no quería que su hijo Draco estuviera involucrado en eso nuevamente, suficiente había tenido ella durante su embarazo donde hubieron rumores de que el hijo que esperaba era un bastardo, por suerte, su padre se había encargado de callar a todas esas bocas que hablaron eso con una advertencia de que si volvían a hablar de nuevo una calumnia de esas, pagarían gravemente las consecuencias.

─ ¿Es mí hijo realmente? ─ volvió a preguntar Daemon ya que no le creyó nada.

Rhaenyra no respondió, estuvo en silencio por un instante hasta que asintió con su cabeza sin quitarle la mirada de encima a su tío.

Daemon suspiró al confirmar sus sospechas.

Tenía un hijo.

Él tenía un hijo con Rhaenyra.

─ Quiero conocerlo ─ dijo el príncipe, era una clara demanda de su parte, Rhaenyra lo supo al escucharlo a pesar de que Daemon se veía sereno.

─ Está durmiendo ─ murmuró Rhaenyra.

Rhaenyra no quería que alguien viera a Daemon con Draco ya que no sería una buena idea después que ellos estuvieran involucrados en un amorío y por un tiempo antes de que Draco naciera, fuera visto como un bastardo.

─ Bien, entonces que se despierte ─ dijo el Targaryen.

Él no se iría de ahí sin antes conocer a su hijo, ni siquiera había podido escoger un huevo de dragón para su primogénito, merecía por lo menos conocerlo.

No quería ponerse intenso ni mucho menos descontrolarse como algunas veces lo había hecho, Daemon sabía que tenía que controlarse ya que su hermano podría volver a exiliarlo de nuevo, él había sido astuto para que Viserys le perdonará por los últimos acontecimientos, sin embargo, si Rhaenyra le negaba ver a su hijo, estaba seguro que de nuevo lo volverían a exiliar y está vez para siempre ya que no iba a estar contento con una negativa.

─ Está bien, mandaré a una doncella para que busque a Elinda que está cuidando a mí hijo ─ murmuró Rhaenyra al saber que su tío no iba a desistir de conocer a Draco.

Rhaenyra no tardó en llamar a una de las doncellas que le servían para mandarla a buscar a Elinda con Draco.

Pocos minutos después, Elinda llegó hacía la princesa Rhaenyra con Draco en sus brazos dándoselo y luego se apartó de ellos para darles privacidad.

─ Su nombre es Draco ─ dijo Rhaenyra pasándole a su hijo a Daemon.

Draco no sabía quién era ese hombre, pero supuso que era parte de su nueva familia por el cabello rubio platino que tenía.

Él había llegado a pensar por un momento que su nueva familia tal vez tenía algo que ver con su otra familia de alguna manera por su peculiar cabellera de rubio platino ya que al igual que los Targaryen, los Malfoy también compartían una cabellera de rubio platino por muchas generaciones. Sin embargo, descartó esa idea ya que si hubiera sido así él mejor que nadie lo sabría, había visto el árbol genealógico de su familia desde el inicio hasta llegar a su nacimiento pero nunca leyó el apellido Targaryen relacionado ahí.

─ Draco ─ pronunció Daemon mirando a su hijo, luego miró a Rhaenyra ─ ¿Laenor lo sabe?.

Rhaenyra asintió ya que su esposo sabía que Draco no era su hijo, sin embargo lo trataba como si Draco fuera realmente de él.

─ Si ─ respondió la princesa.

Daemon volvió su mirada nuevamente hacía su hijo en brazos dándole una sonrisa.

Lejos de ahí se encontraba la reina Alicent mirándolos en silencio y con atención.

─ Son unos descarados los dos, los hubieras visto, ni siquiera se ocultaron para evitar rumores de nuevo ─ soltó Alicent mirando a su esposo después de ir a su aposento a contarle lo que vio minutos atrás.

─ Ellos no hicieron nada malo ─ aseguró Viserys al escucharla.

El regreso de su hermano Daemon había sido una sorpresa para Viserys también.

─ ¿Cómo qué no?, Rhaenyra incluso hizo que tú hermano sostuviera a Draco en sus brazos, claro, cómo él es el verdadero padre de su hijo ─ dijo Alicent caminando de un lado al otro.

Viserys se levantó del asiento donde estaba mirándola con seriedad al oír sus palabras.

─ ¡Suficiente! ─ demandó el rey molesto por tales palabras que eran una ofensa para su hija al poner en duda la legitimidad de Draco ─ no vuelvas a decir algo así.

─ Es la verdad, esposo ─ dijo la reina.

Alicent estaba molesta ya que su esposo parecía ciego cada vez que se trataba de reprocharle algo a Rhaenyra. Parecía que él no veía o más bien no quería ver los errores de la princesa aunque estos estuvieran delante de sus ojos.

─ Draco es hijo de Ser Laenor, no quiero volver a escuchar lo contrario de ti, Alicent ─ advirtió Viserys ─ te lo ordeno como tú esposo y como tú rey.

Alicent apretó sus labios al escucharlo, entonces asintió de mala gana antes de salir del aposento de su esposo sin decir absolutamente nada antes.

Viserys suspiró sentándose nuevamente en el asiento que antes estuvo sentado mientras pensaba en lo sucedido.


¡CAPÍTULO 4!

Muchos me han pedido actualización de está historia así que aquí les dejo un nuevo capítulo, gracias por el apoyo que le están dando.

Lucius y Narcissa ya saben de la desaparición de Draco.

Por fin ya lo saben, al mí parecer, merecían saber todo desde el único ya que Draco es hijo de ellos, Minerva tuvo mal al no decirle la verdad.

Menos mal, Severus les dijo lo que estaba pasando.

Rhaenyra le confirmó a Daemon que es el padre de su hijo.

Esto será importante ya que a pesar de estar casado con Laena Velaryon, Daemon irá muy seguido a la Fortaleza Roja para pasar tiempo con su hijo.

•••

(Hice una escena en mí cabeza de lo que hubiera pasado sí Rhaenyra le negaba ver a Draco a Daemon)

Daemon: ¡Quiero ver a mí hijo ahora mismo! *gritó molesto*

Rhaenyra: Papá *mirá a Viserys*

Viserys: ¡Exiliado de por vida! *señala a Daemon*

•••

¿Qué les pareció el nuevo capítulo?, espero que les haya gustado.

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