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Y ella está comprando una escalera al cielo

Entramos los dos a la clínica esperando a que llamaban a la paciente para poder salir a saludar, nos tenían aquí ya como unos 20 minutos sin decirnos nada.

Yo estoy dando pequeños empujones a Ian mirándolo para ver su reacción, él es un edificio comparado conmigo así que puedo jugar con el juego de mirarle con ojitos de cordero degollado mientras él me pide que esté quieta con una sonrisa en su cara

-¿Jericho Mills? -dijo un enfermero

-Si, soy yo. -me acerqué a él

-Por protocolo de seguridad la paciente Marie Drove no puede salir hasta aquí pero usted si puede entrar.

-¿Protocolo de seguridad? -pregunté siguiendo al enfermero

-Si, su madre está en la zona de los peligrosos, siempre intentan hacer algo para salir ya sea trastada o hiriendo a enfermeros, pacientes, etc.

-Que genética me ha tocado. -dije mirando al frente

-Le recomiendo que no lleve nada puntiagudo, esa mujer es hábil. -se da la vuelta y chequea a Ian- Perdona, pero sólo puede entrar una persona por paciente.

-Muy gracioso. -dijo Ian siguiéndome

-Es enserio, sólo puede entrar una persona.

-Como usted ha dicho, esa mujer está loca, no voy a dejar que vaya sola a ver a una mujer que igual la puede rajar con una pinza del pelo. -se acerca Ian a su cara-Tiene que entrar acompaña.

-Lo siento Caballero, son protocolos de seguridad. -el enfermero no caía en lo que la expresión de Ian decía de él

Ian se ríe a carcajadas mientras me miraba.

-Voy a entrar y me va a dejar, por que como esa mujer le haga algo a mi chica le puedo asegurar que va a ser usted el que va a quedarse encerrado de por vida, pero en una celda y yo de acompañante. ¿Me ha entendido?

El enfermero asiente con la cabeza y nos deja entrar a ver a mamá por fin.

Entramos a un pasillo gigante mientras nos guían a la habitación de mamá, no puedo evitar no reírme para dentro al ver el número de la habitación.

505. Puta casualidad.

Me dispongo a entrar en la habitación cuando algo me tira del brazo, miró hacia el lugar y estaba la mano de Ian agarrándome, siempre ha sido un hombre de manos largas que marcaban sus venas, sólo ver eso en un hombre ya era como ver porno sola en casa.

Al cogerme de la mano se acerca tanto a mí que puedo oler nuestros alientos, subí mi cabeza para mirarlo a los brillantes y enfadados ojos

-No dudes en chillar si lo necesitas. ¿Me oyes? -dijo con su vena militar fuera de sí

Asentí para que me dejara marchar pero no sin acariciar mi mano antes de entrar a la habitación donde mamá se encontraba. La piel se me erizó ante su tacto, le sonreí y entré a la habitación.

Era una habitación pequeña, con paredes azules y blancas, había dibujos pegados por todas las paredes, me asomé a un lado de ella para fijarme en los dibujos, me pareció peculiar y curioso que la mayoría de dibujos que había dibujado mi madre son algunos dibujos que yo le hacía cuando iba a preescolar. ¿Acaso se acuerda de ello?

Me di la vuelta y estaba en el escritorio, parecía que coloreaba, su melena rubia estaba con el pelo suelto y una pequeña coleta en medio para que así no le molestara en el rostro al dibujar. Llevaba puesto un vestido rosa palo con una camiseta de manga larga por debajo, me fijé en las sandalias que estaban en una esquina de la habitación, me hizo sonreír al recordar que ella odiaba que lleváramos zapatillas dentro de casa.

Todos esos recuerdos aturden mi mente, buenos, malos, regulares, espantosos, sangrientos... una parte de mi quería estar feliz por qué ya no tendría que lidiar con ella y sus problemas nunca más. Y otra me la querría llevar a casa para que estuviera bien y contenta. Con sus malditas drogas.

-¿Mamá?-dije arrepentida desde el momento que deletree la letra M- Sólo escúchame.

Ella dejó de dibujar pero no me miró ni dio la vuelta, sabía que estaba ahí pero no quiso hacer nada al respecto

-Se que he sido una hija nefasta, que no te he cuidado ni amado estos últimos años, se que me odias por meterte aquí pero necesito que entiendas que yo no debo de ser la persona que sienta felicidad por qué tú estés lejos. -me armé de valor- Necesito a mi madre para hablar de cosas de chicos, de menstruación, de mis cosas y secretos.

-Lo era, y lo echaste a perder por meterme aquí. -dijo con la voz aturdida

-No, no lo eras. -me quité una pequeña lágrima que tenía en el ojo y sonriendo- Eras un puto desastre.

-Tu madre un desastre, la hija una puta cobarde manipuladora, tal palo tal astilla. -siguio dibujando

-¿Sabes que es lo gracioso?-me agaché hacia su oído-Que aunque me hundas en el puto océano Atlántico siempre voy a nadar hacia arriba, tarde o temprano acabaré llegando mientras tú te quedarás aquí para siempre hasta que yo o incluso tus nietos lo permitan.

Me levanté y me fui directamente hacia la puerta.

-No siento nada el haberte metido aquí, aunque te haya salvado la vida se que nunca me lo agradecerías sinceramente. -abrí el la puerta

Ian estaba con sus brazos cruzados esperando a que yo abriera, sus ojos tomaron contacto con Mamá que de la nada, estaba detrás de mí para hacer dios sabe qué.

-Hoy no, querida. -vi el torso musculoso de Ian meterse en medio de mamá y de mi.

Cerró la puerta y Ian me agarró del hombro en gesto gentil.

-No me lo va a perdonar nunca. -dije dejando caer mi cabeza en el pecho de Ian

-Menos problemas dará.

Había pasado un mes desde todo lo de Marie y los conciertos, los paparazzi seguían en la puerta de James pero la paciencia de cada uno de ellos fue decayendo hasta que solo habían un par de ellos, a veces veíamos flashes pero eran muy pocos comparados con los de hace un mes.

Ian insistió en venir al viaje que quería hacer, Myles también quiso venir junto a su amigo Samuel, Kat tenía un rollo un poco raro con él según me cuenta casi todos los días, James poco a poco empezó a volver a mirarme y hablarme hasta estar como antes, todavía seguía un poco molesto con ello, aún así me hablaba como siempre y es lo que me importaba.

Kat se había auto invitado a comer a casa de James, cosa que a ninguno nos molestó. Siempre era agradable tenerla aquí para cortar la tensión de vez en cuando, me puse mis jeans ajustados, mis converse y mi camiseta XXL de Mötley Crüe junto con un moño despeinado. Kat y James estaban hablando en la cocina cuando bajé.

-¡Y Jericho cogió esa caca de perro y se la comió! -dijo asqueada

¿Pero por qué a mí?

-Kat, me obligaron a comerla. Los abusones vivían en mi calle. -dije sería y neutral

-Pero te la comiste, es lo que más asco me da cada vez que te acercas a darme un beso. -hace el gesto de arcada

-¿Ah si? ¿Te da asco?-dije yendo hacia ella-Ya tengo que estar limpia desde entonces. -dije dándola besos en la cara

-¡¡Para Jericho!!!! No me fastidies! -se apartó de mi limpiando su cara

Cogí una cerveza de la nevera y me senté junto a ellos

-¿Entonces nos vamos de viaje? -dijo Kat- ¿A dónde?

-Pues no se, me apetece algo frío. -dije mirando a James- podemos conducir al frío sin tener destino.

Miré a James, con ganas de que entendiera el doble sentido de la frase, sólo quería estar bien con él. Al mismo tiempo me acordé de Ian y no podía dejar de dar vueltas a la conversación que tuvimos.

-Me parece una buena idea. -dijo James sin dejar de mirarme y sonriendo de lado.

-Pues listo, cogemos coche y a conducir. -dijo Kat dando un pequeño baile en la silla.

-Mi abuelo me dejó de herencia uno de sus coches, igual podríamos pasar a recogerlo e ir en dos coches. -dijo James dándole un sorbo a su cerveza- ¿Viene alguien más?

-Ian, Myles y Samuel. -guiñé un ojo a Kat y ella río tímida a su comida

-Myles. -afirmó James- ¿De verdad?

-¿Algún problema? -dejé mi cuchara encima del tazón haciendo un poco de ruido en la cocina

-¿Y quien es Ian? -preguntó James

-El hombre más sexy de mi universo, crío a Jericho cuando era pequeña. -dijo Kat mirando a James con los ojos muy abiertos.

James miró a mí dirección y los dos nos reímos al escuchar la emoción de Kat al decirlo.

-Vámonos ya. -di un sorbo a la leche de mi tazón- Al terminar de ésto, vámonos.

-¿Ahora? -Las voces de Kat y James sonaron al mismo tono y a la misma vez

-¿Por qué no? -sonreí

-¿Tu tienes algo que hacer? -dijo Kat mirando a James

-No, la verdad es que no. -nos miramos los 3 al mismo tiempo- ¡Vamos!

Nos levantamos todos corriendo de nuestros sitios para las maletas, James se chocó con Kat que había parado de golpe en medio pasillo haciendo que James la cogiera de las caderas para no toparla y hacerla daño

-¿Pero y yo que maleta hago? -dijo con pucheros

-Mejor, llevemos lo justo para comprar ropa allí. -cogí sus manos junto a su grito de ilusión y festividad y nos fuimos a mí habitación a hacer maletas.

Antes de empezar a ordenar cosas me ocupe de llamar a Ian, Myles y Samuel para que hicieran las maletas en lo que quedaba de mañana, Myles y Samuel me dijeron que si pero que aún estaban dormidos y Ian maldijo durante toda la llamada de 8 minutos que hicimos pero aún así, todos seguimos en el plan.

Dejé una nota a papá:

Volveré en un par de días, me voy de viaje sin destino! ❤️

Cuando bajé por las escaleras visualicé a Kat que estaba calentando el coche mientras subía sus ocho maletas de ropa, James estaba en el baño recogiendo algunos suministros de emergencia por si acaso, me acerqué a donde estaba el

-Ha pasado un mes desde que pasó lo del concierto, soy imbécil lo sé. -cogí sus manos para que me mirara- Por favor no me hagas el vacío.

-No te hago el vacío. -sus ojos atravesaron todo mi ser

-Si, si lo haces. Inconscientemente lo haces, hay tensión, pasas de mí y hay días que ni nos hablamos, si quieres que me vaya me iré pero por favor seamos amigos otra vez. -agarré fuerte sus manos

-Siento si todo esto se hace incómodo pero no lo puedo remediar, haz lo que tengas que hacer, Jericho.

No dije nada por qué mis ojos ya lo estaban diciendo todo, y no en voz baja precisamente. ¿Quería que me fuera? Ni él quería decir lo que acababa de salir de su boca...o eso espero

Sabia que nada iba a volver a ser igual así que me dio todo igual y lo abracé fuerte, muy fuerte.

Tenía la sensación de que iba a ser la última vez que lo haría

Él me devolvió el abrazo y estuvimos dos minutos oliendo nuestras fragancias que dentro de poco serían dolorosos recuerdos.

2h y media después, Íbamos en dos coches, Samuel y Myles iban en el coche de Kat, Ian y James iban conmigo, nos turnábamos para conducir.

Kat iba cada dos por tres picándose con nosotros desde su coche y yo la seguía el rollo cuando no había nadie en la autovía, James estaba en la parte de atrás mirando todo el paisaje que teníamos de montañas

Empecé a poner mi música cuando James ya acabo su turno de música y me pidió canciones para poner, le sugerí que pusiera a Kings of Leon, acabó poniendo la que es una de mis canciones favoritas del universo. Sex on fire.

Empecé a cantar el estribillo y recordé cuanto le gusta esta canción a Ian, nos cantamos como dos locos la canción mientras Ian hacia el movimiento de la batería y yo de la guitarra, nos reímos al ver lo absurdos que nos podríamos ver. Recuerdos, besos prohibidos y conversaciones con Ian acechan mi cabeza dejándome solo verlo a él antes y después.

-Es ésta salida a la derecha. -Dijo James bajando la música de golpe haciéndonos volver a la realidad

Dejé de prestar atención a Ian y miré por el retrovisor para ver a James, serio, mirando hacia la ventana y no puedo evitar sentirme más culpable todavía. ¿Tanto daño le había hecho?

Seguimos las indicaciones de James hasta acabar en un pequeño pueblo lleno de pequeños árboles y naturaleza. James bajó el primero dando un portazo dejándonos a Ian y a mí atónitos.

-¿Y a tu ligue que le pasa? -dijo Ian

-Ojala lo supiera. -apagué el motor y dejé caer mis hombros cansados

Ian puso su mano en mi nuca y la acarició dejando caer su cabeza en el reposacabezas del coche.

James

Me giré para ir en busca de mi móvil que se me cayó en el coche y me encontré a Ian acariciando el pelo de Jericho.

Genial, simplemente genial.

¿Que demonios está pasando? Bufé y me di la vuelta, prefería estar sin móvil ahora mismo.

Cogí las llaves de la casa de mis abuelos y entré, haciendo que todos vinieran detrás de mí

-Vaya...que...Rural. -dijo Kat con las manos en su pecho.

-Kat la casa era de mis abuelos, que te pensabas que había? ¿Un chalet? -dije irónico

-Lo que no me esperaba es que fuera una casa cueva que apenas llegues tu de pie. -rio y me sacó una pequeña carcajada a mi también- Menos mal que tenemos un hotel enfrente.

-Chicos, si no os importa vamos a ir al hotel que tenemos la reserva para dejar las cosas. -Dijo Jericho con mirada cansada

Todos asentimos y dejamos que se fueran los dos.

-Poneros cómodos, echar un vistazo a lo que queráis. -dije quitándome los guantes.

Me dediqué a ir al pequeño garaje para ver el estado del coche, le quité la sábana que tenía encima para ver solo polvo y apenas visualizar un coche. Ford Pinto Naranja.

Nunca estuve tan cerca de mi abuelo como hubiera querido pero aún así me dejó éste coche de herencia, supongo que a cada uno le tocó una parte diferente de ella. Con ayuda de los demás me dediqué a limpiar y ordenar por dentro el coche

-Menudo carro. ¿Lo sacamos hoy para ver qué tal es? -dijo Kat apoyando una mano en mi espalda con una sonrisa gigantesca

-Me parece bien, aunque aún nos queda por limpiar...cuando terminemos vamos hacia las montañas nevadas o al menos hasta donde nos dejen llegar. -asentí con la cabeza

-Llamaré a Jericho para decirle el plan. -dijo Kat asintiendo igual.

-Tampoco pasaría nada si no le dijeras nada. -Salió de mi cual eructo después de una coca cola.

Kat dio la vuelta para mirarme de arriba abajo juzgando cada parte de mi cara

-Mira, James. -agachó la cabeza y caminó hacia mi- Jericho es lo más complicado que vas a tener en tu vida, pero no es culpa suya.

-Tampoco es culpa mía, Kat.

-¿Y que tal si en vez de buscar culpables por algo que pasó hace un mes te pones las pilas y dejas de actuar como un niño delante de ella? -Se cruzó de brazos- Su persuasiva drogadicta y suicida madre acaba de entrar en un psiquiátrico por culpa de ella, tiene que ver todos los días al hombre que quiso abusar de ella Por qué se siente mal por haber metido a su novia a un psiquiátrico, tiene niveles de ansiedad que ojalá que nunca nadie pueda vivir por qué parece doloroso de cojones y tú estás echando en cara algo que hizo cuando estaba borracha y drogada.

Ni me ha dado tiempo a pestañear en el tiempo que ha soltado todo eso.

-¿Ha estado con Maxi?

-Va cada tres días a la semana para ver si le falta algo, se siente muy culpable por todo.-respondió como si estuviera soltando el mayor secreto de la historia

Me siento como un puto idiota. No dije nada, sólo me dediqué a mirar el coche naranja que tenía enfrente

-Me caes muy bien James, de verdad te lo digo...pero ahora mismo necesita apoyo, cariño y distracción, no a alguien que esté todo el rato incómoda y sin saber que decir. Si no la quieres no sigas por qué eso implica más tiempo que esté yo acariciándola el pelo todas las noches mientras llora por ti.

Miré hacia otro lado por qué no me salía ni una palabra de la boca, tenía razón en todo lo que me estaba diciendo y eso quemaba como el infierno.

-El tal Ian ese. ¿Tengo que preocuparme por él? -Pregunté más para mí que para fuera, pero salió en voz alta

-Si sigues igual de gilipollas con ella, Si. -sonrió y salió por la puerta llamando a los demás para ayudar a limpiar

Jericho

-Kat me acaba de llamar para decirme que están arrancando el coche del abuelo de James para ir a dar una vuelta. ¿Vienes? -me subí mis pantalones

-Uhm, creo que no, tengo que hacer unos papeles de trabajo para tu padre tardaré bastante en terminarlo, pero disfrútalo! -Se ataba su camisa de cuadros de franela roja encima de sus malditos abdominales tonificados

¿Dios, por qué me has hecho así?

-¿Seguro que no has venido para hacer de niñera? -subí una ceja

-Promesa de meñique. -levantó su dedo meñique y lo seguí envolviendo mi dedo con el suyo

Cuando me di la vuelta para coger mis cosas me agarró del brazo para que lo mirara, cuando miré tenía su pecho en mi vista, me estaba abrazando muy fuerte.

Le devolví el abrazo con muchísimo gusto.

-Quédate conmigo aquí. -Me susurró al oído- Ya echo de menos acariciarte la piel debajo de las sábanas.

Suspiré tan fuerte que hasta las hormigas tuve que despertar

-Cuando vuelva quizá podríamos arreglar todo éste cajón de recuerdos de años atrás que pensaba que estaba cerrado.

Los dos nos miramos y esperamos para hacer un poco más de tiempo, me fijé en sus labios pasándose su húmeda lengua sobre ellos y como si me hipnotizaran di un pequeño salto hacia ellos, suave, lento y la sensación de que por alguna razón sería el último beso que diera.

Lentamente su lengua acarició la mía y las famosas mariposas en el estómago resurgieron dentro de mí.

Me agaché de él y acabo dándome un beso en la frente. Me despedí y salí por la puerta de camino al coche.

El coche estaba bastante bien, íbamos James, Kat Samuel y Myles en el, James encontró oro en uno de los cajones del garaje, un cartucho de 8 pistas de Led Zeppelin. Todo el viaje con música, fumando, bebiendo, hablando y riendo. Kat no paraba de contar cosas embarazosas que me había pasado como siempre, Myles contó algunas historias de sus fiestas y James contó anécdotas de sus conciertos, yo me dediqué a escuchar y reír sin tener nada que decir.

Paramos en un semáforo, empezaba a haber nieve y hielo en la carretera, decidimos ir despacio hacia una pequeña parada que tenía un mirador para ver todo el paisaje, sonaba Starway to heaven y pusimos la música lo más alta que podíamos, todos cantábamos y sonreímos al escuchar las voces de cada uno, ciegos y borrachos cantando el mejor himno que existía.

"And it makes me wonder."

Sentí cosquilleos de superioridad al escuchar esa frase.

Llegaba la parte de la guitarra y todos los volvimos locos a hacer el gesto y ruidos del famoso sólo

¿Por qué todo lo que he vivido no me hacía grande? Tenía que hacerme sentir grande en algún jodido momento, así que decidí que éste sería el momento donde yo empezaría a vivir una nueva vida, diferente, independiente, querida, Feliz. Pensé en papá, En Kat, Ian y James, Mamá... en todos los que estuvieron junto a mi estos meses.

Soy una maldita desagradecida. Ya era hora de perdonar todo lo que yo había hecho.

Ellos ayudándome y yo jodiendo todo como siempre lo suelo hacer. Mi visión se volvió azul, el capó del coche se levantó arrugado, pude visualizar como las pequeñas grietas que había en la luna del coche se hacían gigantes hasta explotar en mil pedazos de cristal haciendo que me tapara la cara, las cosas volaban, todo daba vueltas junto a un horrible sonido lleno de destrucción y de gritos hirientes en cada parte del coche, el brazo de James apareció borroso sujetando el pecho para no moverme más de lo que estaba haciendo hasta que paramos de dar vueltas. Pude escuchar un grito de dolor que podría haber despertado la llamada de cada ángel del cielo, un grito desgarrador y terrorífico que me hizo moverme para intentar ver qué pasaba.

Sentí algo húmedo y caliente por mi boca, un poco confusa me toque para ver qué era sangre. ¿Qué demonios estaba pasando? Todo empezó a doler y no pude evitar quejarme , al mirar a la izquierda vi a James con una brecha en la cabeza y parecía que estaba levitando, confusa miré hacia arriba. Estábamos del revés en el coche, con olor a gasolina que mareaba miré hacia atrás para ver a Kat y ella estaba despierta, con la cara llena de sangre y gritando intentando quitarse algo de encima, Samuel que estaba encima de ella tenía los ojos abiertos como platos y sangre en la cabeza, el pánico me invadió, todo mi ser temblaba.

Dolía cada parte de mí hasta que quedó todo completamente negro.

"And she's buying a stairway to heaven."

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