El cielo se está cayendo | FINAL
3 años antes...
Ian
Todos estábamos en la sala de George, sentados en la mesa redonda de madera que tenía en su salón. Todos estábamos apagados y dudosos de que decir o hacer.
Jericho había despertado y estaban haciendo chequeos para ver que todo en ella está correctamente, no podíamos estar con ella en el hospital y George nos dijo que teníamos que hablar de la situación. Era como si la tensión te rajara de arriba abajo sin poder verlo. Tomé mi taza de café y le di un sorbo mirando a Kat que había empezado a hablar.
-Señor Mills...-dijo con la cabeza agachada- ¿Qué ocurre?
-Tenemos que hablar de ciertas cosas sobre Jericho. -George suspiró y juntó sus manos, las llevó a la cabeza y después de un minuto en silencio dijo- No tengo ni idea.
-Cuando despierte hará preguntas. -pudo vocalizar James con un tono de ignorancia
-Lo sé. -respondió George
-Habrá que decirle lo que ha pasado, digo yo. -añadió James encogiendo los hombros
Todos levantamos la cabeza mirando a James y él nos devolvió la mirada a todos.
-¿Pensabais no decirle nada? -estaba con los brazos un poco levantados y sus piernas encima de la mesa, las bajó y volvió a hablar - De verdad pensabais no decirle nada.
Todos estábamos en silencio
-No se, James...- dijo George pero James interrumpió
-¿Vas a dejar a tu hija sin saber que murieron amigos suyos y la razón de ello?
George clavó su mirada en él tan fuerte que pude sentir los latidos de su corazón, James había bebido tanto que lo podíamos oler a kilómetros de aquí y se estaba pasando tres pueblos.
-Y que le vas a decir? -preguntó James irónico al no recibir respuesta, inspiró para adentro haciendo ruido y volvió a hablar- ¿Tuviste un accidente volviendo a casa y perdiste la memoria? ¿Te atropellaron?
-James. -Llamó Kat
-¿Fuiste a salvar a un perrito en la carretera y te atropellaron?
-James, ya. -advertí yo al ver el rostro molesto de George
-¿Te caíste por las escaleras?! -Dio un golpe a la mesa que hizo saltar a Kat del susto, alzó la voz y se levantó- Por qué todo me suena a mierda, señor Mills.
George sólo se dedicó a mirar a James sin perder el contacto visual con él, perdí mi mirada en Kat, que tenía un par de lágrimas a punto de asomándose sobre sus mejillas, se limpió y miró a George.
-¿Has terminado ya? -Respondió George tragando saliva
-Tanto yo como los demás sabemos que en algún punto Jericho empezará a recordar en algún momento de su vida. ¿Qué cojones cree que pasará cuando lo haga? -Kat se echó las manos a la cabeza negando lo que escuchaba- Os creéis que dirá "lo hicieron con motivo", No.
James se movió tambaleándose para recoger sus cosas
-Parece mentira que no la conozcáis lo suficiente como para saber qué es una pésima idea. -se colocó su chaqueta y apenas pude ver más ya que la sombra que ocupaba medio salón de George se levantó tranquilamente
-Puedo permitir que me faltes el respeto, que insultes las ideas que tenemos hasta ahora por que son pésimas y hasta puedo permitir que me chilles ebrio en mi propia casa -dijo George con los ojos cerrados dando la vuelta para mirar a James- Pero no te permito que digas que no conozco a mi hija lo suficiente como para hacer algo y que me odie por ello el resto de la eternidad.
-¿Entonces por qué quiere hacerlo? -preguntó James enojado
-Por que no le voy a contar algunas cosas que ha estado viviendo a partir de algunos años.
Yo levanté la cabeza atento a lo que estaba diciendo George
-¿Está bromeando? -pude oír como James se partía en dos
-Ella ya sabe de Ian y de su sorprendente anillo de compromiso -dijo mirándome de reojo- Podemos hacerla tener una nueva vida, James. Puede ser feliz. -movió sus hombros con esperanza
El pecho de Kat subía y bajaba con gran rapidez que pensaba el corazón le iba a salir por la boca y ahí caí en lo que George quería hacer.
-¿Feliz como? -James apretó sus dientes con repulsión
-Ya no se acordará de Maxi, de Claire, de ninguno de sus problemas por qué ya no los va a recordar!
-Estas loco. -James agarró sus cosas y fue hacia la puerta
-James, espera. -dijo Kat con una voz que apenas pudimos oírla y James paró de golpe- Es lo mejor.
-¿Kat, enserio? -dejó caer su cabeza hacia atrás
-Maxi la hizo pasar cosas muy duras que solo nosotros conocemos y sabemos cuánto le afectó, sus drogas tampoco son buena vid...-
-No va a recordar a ninguno de nosotros. -Dijo James susurrando decepcionado a Kat con su bufanda roja de rayas blancas
-Su madre se intentó suicidar con ella delante, la clavó el cuchillo varias veces y después la pegó. -la voz de Kat fue bajando de volumen con cada palabra - ¿Quieres que recuerde eso o quieres que disfrute de la felicidad?
-Cuando recuerde vamos a morir todos por qué se volverá loca. ¿Lo sabéis no?
-Si. -kat dio una carcajada mientras lloraba- Lo sabemos, es lo mejor. -apoyo su cabeza en el hombro de James y él la escondió en su chaqueta al abrazarla sin sonreír lo más mínimo
-Bien, cuál es el plan. -dije yo terminando mi café
-Nosotros nos mudaremos a una hora de aquí, estoy a punto de terminar los trámites con las compras a parte del apartamento que tú y yo tenemos allí-dijo George sentándose de nuevo junto a mí- Ya que aleatoriamente estás comprometido con ella -me subió una ceja en modo de desaprobación- Viviréis juntos. Yo estaré unas manzanas más atrás de vosotros para poder estar juntos.
George mira a Kat y James y da un suspiro.
-Kat, me informé sobre la tienda de Dolce Gabbana en Woodside están buscando gente a unas manzanas de la casa que voy a comprar. No tienes por qué decirme ya pero tenemos un piso para que te amoldes hasta que consigas dinero para un piso. -Kat asintió con la cabeza y George paso su mano por su cabello mientras sonreían - Eres muy fuerte, Kat.
-James. -george se dio la vuelta para mirar a James- Eres bienvenido a mi casa siempre y cuando no te saltes las reglas. -James asintió y añadió
-¿Qué reglas? -todos miramos a George
-Solo habrá la Regla número uno: No hablar con Jericho no importa que pase.
Presente...
Jericho
-Hola, Elisa. -le devolví el abrazo con una sonrisa gigante y me abrió paso al salón
-George! Ha venido un paquete para ti! -gritó Elisa con una sonrisa feliz y a los tres minutos grandes zancadas se escuchaban bajar por las escaleras, una cabeza con los ojos que estaban a punto de salir se asomaron al empiece de las escaleras haciendo una sentadilla rápida que me hace pensar como lo había hecho se levantó de golpe con una sonrisa de niño pequeño y vino corriendo hacia mí a darme un abrazo gigante.
-¿Qué tal estás, pequeña? -dijo con su cara enterrada en mi pelo
-No me puedo quejar. - sonreí junto a él
-Has venido sola. ¿Dónde está Ian? -me sentó en el sofá y él se sentó a mi lado
-Según dijo tenía turno hasta la noche, cosas de ser encargado supongo. -me encogí de hombros
-Según leí en una revista dicen que cuanto mas alejados más enamorados. -dijo Elisa dándome una taza de té de frutos del bosque
-Si, de eso no me puedo quejar. -reí con ella
-Se ve que es un hombre que promete. -me guiño un ojo y las dos sonreímos pícaras
-Pero de que vais, dejar de hablar de mi mejor amigo y prometido de mi hija de esa manera. - da una pausa y frunce el ceño - Suena igual de incómodo de lo que es.
Suena el tono de llamada de mi padre y lo descuelga
-Justo hablábamos de ti con tu prometida. -sonrió
Su sonrisa seguía intacta pero sus ojos dejaron de ser divertidos, se disculpó y entro dentro a hablar con Ian, tanto papá cómo Ian fueron a la armada y acabaron trabajando para el estado, policías, misiones etc. Nunca me cuentan nada de sus trabajos pero sé que algo privado e incógnito tiene que ver, cuando desperté papá estuvo dos años en una misión de incógnito para la armada, Ian lo ayudó durante unos meses hasta que ya no necesitaban que el estuviera allí.
Ian siempre me lo contaba todo pero nunca me contaba lo que había hecho, donde había estado o con quien estuvo, siempre evitaba el tema y un día me confesó que a veces deseaba no hacer ese tipo de cosas así que decidí no preguntarle nunca por lo que hizo o tiene que hacer. Ahora tiene un trabajo de encargado en una tienda de galería de tiro, todo quien quería ir a la galería de tiro tenía que parar por la tienda para recoger tickets y ingresar en ello. Sabía demasiado de armas y acabó siendo encargado.
Papá volvió de su llamada y su mirada había cambiado, estaba serio y sus ojos no mostraban nada excepto cansancio, Elisa preguntó que ocurría y decidió dejar el tema para ir a otro
-¿Le has dicho ya a Jericho la noticia? -dijo papá sonriendo tímido y Elisa negó con la cabeza
-¿Qué noticia? -me puse recta en el sofá un poco asustada
-Bueno, a ver. Sabes que te queremos verdad? Y esperamos con toda nuestra alma qu-
-¿Hay boda? -dije haciéndome hacia adelante en el sofá con alegría
Los dos suspiran sonrientes y se agarran de la mano con ojos brillantes y yo sonreí y levanté mi taza preparada para brindar. Levantaron sus vasos y papá soltó:
-Elisa está embarazada. -brindó mi vaso y miré a Elisa con la boca abierta
No dije nada por que las lágrimas de mis ojos estaban a punto de estallar de alegría.
-Es un farol. -solté una carcajada y me puse sería, papa sonrió y Elisa estaba a punto de llorar- ¿De verdad?
Me levanté y corrí hacia Elisa tirándome encima de ella para abrazarla fuerte y matarla a besos llenos de alegría y felicidad, no me lo podía creer. Iba a tener un hermanito.
Me quedé a cenar con papá y Elisa después de un rato con ellos Ian salió de trabajar y me recogió para ir a casa, estuvimos todo el camino escuchando música de la radio y hablando de lo que hemos hecho en clases y trabajos. Una vez que llegamos a casa fuimos directos a cambiarnos para ponernos el pijama y tirarnos en la cama a descansar.
-Voy a tener un hermano. -dije sonriendo sin creermelo- o hermana.
-Anda que me dices! -dijo Ian dándome palmadas en el brazo sin sorpresa ninguna
-Osea que ya lo sabías. -me reí y él asintió- Eres el peor mentiroso del mundo, Ian.
-Yo acompañé a George y Elisa al médico, a tu padre casi le da un dengue ese día. -Se apoyó en mi hombro
Y como un perrito abandonado me llegó la pregunta que nunca me había planteado
-¿Quieres tener hijos en algún momento de tu vida? -dijo sin mirarme
Es la típica pregunta qué haces por qué realmente quieres saber pero te aterra la respuesta.
-No me lo he planteado nunca, la verdad. -mentí como pude, me tumbé hacia la altura de sus ojos- ¿Tú quieres?
-Es pronto, supongo. -sonrió humildemente y movió la cabeza negando avergonzado
Me aterraba la idea de tener un hijo pero daba más miedo la idea de no tenerlo. Esa curiosidad de saber si la vida es diferente con ellos.
Hay 2 tipos de familias en esta vida.
Los que de verdad quieren tener hijos y los que lo tienen por el típico "parche" por miedo a que te deje por otra o que te abandone. La tristeza.
-¿Cuando llamaste a papá que le dijiste? - pregunté
-¿A que te refieres? -respondió acariciándome la barriga
-Papá estaba bastante feliz hasta que volvió de tu llamada, luego vino con una mirada que ni yo sabría descifrar. ¿Miedo? ¿Seriedad?
-Ah, no nada de lo que preocuparse. -dijo y le interrumpí
-No hagas eso, Ian. -apreté mis labios al terminar la frase y el suspiró
-Nos llamaron para una pequeña misión de incógnito y digamos que estamos obligados a ir por la armada y esas cosas. -se puso recto en la cama con el pecho al aire dejando ver sus abdominales
-¿Cuáles son esas misiones exactamente? ¿Qué tenéis que hacer? -era mi momento de respuestas
-Jericho es complicado, es mejor que no sepas nada. -tuvimos un contacto visual demasiado desafiante
-Muy bien. -me di la vuelta y apagué la luz para dormir.
-¿Enserio? -Una carcajada y un suspiro aparecieron en la oscuridad y pasé completamente de ellos- Vas enserio. -afirmó serio
-Muy enserio. -dije neutra en la misma posición y Ian me abraza por detrás acomodándose entre mi clavícula y mi cabeza
-Nos hacemos pasar por otra gente para espiar, terroristas, mafias, pedófilos, abuso, trato de mujeres, asesinos...te sorprendería todo lo que hay por ahí. -tragué saliva al escuchar sus palabras -Nos han llamado por un supuesto trato de mujeres y niños, sólo tenemos que integrarnos como sea sin que sospechen.
di la vuelta para mirarlo, la preocupación se apoderó de mí completamente
-¿Integrarte como? -Pregunté
-Ser uno de ellos seguramente, ganarme su confianza para poder llegar hasta allí, al igual que tu padre. -respondió como si lo tuviera aprendido
-¿Cómo de peligroso es si dan con que sois espías o lo que seáis? -no respondió, sólo miró y me lo dijo todo
-Nada de eso va a pasar por qué no voy a dejar que pase, por fin soy feliz y créeme que absolutamente nada va a hacer que sea lo contrario. -Me besó la frente al terminar
-Odio que me beses la frente. -dije en voz baja y triste
-Lo sé, es tu debilidad. -me dio otro más largo todavía que me dejó en una nube de tranquilidad, cerré los ojos y cuando me quise dar cuenta, habíamos dormido abrazados.
La alarma sonó a las siete y media de la mañana por Ian, fui un poco consciente de ello por qué sentí como Ian besaba mi frente y me arropaba en la cama. No tarde mucho en despertarme por falta de su calor, gruñí y me levanté para mear a pesar de que no quería. Sonó mi teléfono
-¿Diga padre? -Dije al descolgar
-¿Padre? ¿Pero que demonios? Estoy comprando el pan de hoy. ¿quieres desayunar juntos?
-¿Por qué me preguntas eso? Trae ese culito de embaraza hasta mi hogar o te las verás conmigo. -Elisa se echó a reír y colgamos
Estarían comprado y venían para acá, papá tenía llaves y yo ya había colocado todo para el desayuno. Encendí la tele y me senté con la espalda echada hacia atrás esperando a que vinieran mis padres. Subí el volumen de la televisión cuando vi de lo que se trataba, las noticias del estado.
-Hoy se cumplen 4 años desde el caso que conmovió a todo el estado de San Francisco. "El accidente de la autovía" con el que acabó con dos hombres muertos, una mujer en coma y dos heridos atendidos de urgencia en el hospital de la ciudad. -dijo la reportera
Ese era el chico del que hablaban el otro día en el fin de curso de ese instituto. Me acerqué a ver mejor las imágenes que salían de fondo.
-Al cumplirse cuatro años los familiares de los fallecidos se encuentran actualmente en la escena del accidente dejando sus pertenencias, flores y obsequios para que los dos fallecidos... -tiré el mando de la tele en cuanto vi la foto de los dos chicos
Las imágenes eran como flashes, putos dolorosos flashes.
" ¿Creíste que no lo pensé? Me tienes muy inocente, cariño."
Cerré los ojos.
"Eres toda una chica mala, Mills. Voy a tener que echarte un ojo."
La imagen del chico del revés con sangre en su rostro e inconsciente apareció como flashes continuos en mi mente, su cara llena de sangre, heridas y paralizado hizo que diera un grito de pánico, me agarré la cabeza del dolor que estaba teniendo de todo lo que estaba pasando por ella. Las náuseas y el mal estar podían conmigo a un nivel de subirme el vómito.
Empecé a sudar, temblar y recordar.
El internamiento de mamá. Maxi pidiéndome ayuda. La ayuda mental de papá. Kat gritando mi nombre. Las noches con James. Las aventuras con Ian. La cara de Myles del revés en el coche antes de su muerte.
Confusa y dolorida me quite las lágrimas de la cara enfocada en las noticias.
-A lo largo de los años encontraron el camión con el que tuvo el accidente, el camión rojo pertenecía a Maximus Moore. Un ex drogadicto que estaba trabajando para la condicional sobre su condena. El autor aún está en busca y captura, se le han entrelazado por muchísimos casos más como; robo a mano armada, persuadir a jóvenes para tener relaciones con ellas, drogas, armas y muchísimos casos más. Si saben algo de él no duden en contactar con la policía Nacional.
Y ahí fue cuando todo mi ser se volvió a apoderar de mí. Levanté la mirada llena de rabia y dolor para seguir viendo la tele, tristeza, rabia, rencor...no podía expresar lo que estaba sintiendo. Todo se paró. La tele dejo de tener volumen y yo me encontraba neutral mientras mis lágrimas dolían tanto que parecía que lloraban sangre. En cuestión de segundos mi cabeza se fue de mi cuerpo tembloroso y empezó a reunir planes de todo tipo, visualicé la foto de Maxi en la televisión.
El arco de mis fosas nasales se abría al ritmo de mi latido a cada segundo, mi labio estaba inclinado y se movía solo de la puta rabia que estaba sintiendo, con mi cara llena de maquillaje esparcido y lágrimas di un gruñido gutural por qué el único remedio que era factible para mí ahora mismo...
Es matar a ese hijo de puta.
••••••
Disturbia ya llegó a su fin.
Muchas gracias por leerme y por dejarme esos comentarios con los que me he reído muchísimo por vuestras reacciones. Me habéis acompañado todo este camino hasta el final y no puedo estar más agradecida. Muchas gracias de corazón. ❤️ Por cierto...
¿Vamos a por el segundo de Disturbia? 🪡
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