Di un volantazo para poder acceder a la siguiente salida que casi me paso, la única y última salida que había si no quería estar conduciendo hasta la ciudad de San Francisco. James me había dejado a cargo de la música esta noche, lo cual era algo que agradecía inmensamente, la música es algo muy importante para mí, en un intento de agarrar mi móvil para cambiar de canción se resbaló de mis dedos y logré cogerlos al vuelo, me lo acerqué a la cara ya que mi capacidad de ver de lejos no era aceptable

—Deja anda, ya la cambió yo. ¿Que te apetece escuchar?

—Algo cualquier cosa que sea buena, hay una playlist en mi YouTube que puedes poner y dejar que suene.

Frunció el ceño al no entender nada de lo que había pronunciado, haciendo que yo me echara a reír. Había bajado el volumen de la música para que no nos volviéramos a pasar ninguna señal más, estaba tan concentrada en la música que apenas notaba nada de alrededor

Una mudez doliente fluye en el ambiente en la intro de la canción.

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•°•°•|505 - Arctic monkeys

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—Creo que no es una buena canción para el momento.

—No la quites.

Tragué saliva y di una calada al cigarro que estaba fumando, subí el volumen a un 50% y dejé que cada palabra fluyera en el ambiente, en mi interior solo quería cantarla a voz viva

Canté cada sílaba, sentía todo lo que tenía dentro de mí, necesitaba gritarlo, alzar la voz con la letra de esta canción. Me quité la lágrima que asomaba por mi ojo maquillado cuando noto que James está observando y sonreí para no parecer endeble delante de él. Empecé a susurrar la canción con una pequeña sonrisa, era increíble cómo me relajaba tanto cantar, papá siempre me decía que cuando yo cantaba, un hada volvía a la vida.

Todo empezó un día que acabé de ver Peter pan la gran aventura, papá me preguntaba "¿Crees en las hadas?" Yo respondía que no repitiéndolo a los cuatro vientos de la casa. Una vez crecí volví a verla presté atención a ello toda mi cabeza empezó a cambiar. ¿Y si nunca quería crecer? El hada vive gracias a que creen en ellas... ¿Si nadie creía en mí yo también me apagaría? Desde ese día tuve un vínculo muy fuerte con las hadas.

Papá me repitió; "Con esa voz recuerda que en un futuro cuando cantes un hada volvería a la vida con solo escucharte de lejos, sólo tienes que creerlo."
A los 4 años siguientes me lo volvió a recordar, todos los malditos días hasta que me volví fría y borde al respecto.

Tenía 8 años cuando empecé a cuestionar los sentimientos, mi padre cuidaba de mí él solo, mamá nunca estaba y cuando venía había sangre, así que sustituí Hadas por sentimientos.

Se refería a mis sueños, mis metas y mis ganas que desaparecieron con los años.

Miré hacia mis nudillos morados y seguido al logo de BMW en el volante del coche de James que estaba conduciendo como una loca y todo en mi cabeza eran preguntas. ¿Por qué James está haciendo esto? ¿Por qué estoy aquí? ¿De qué conocía a Chace? ¿Por qué esa rigidez con Myles...? Un artista como el debería estar preparando su música, no aquí con alguien que no sabe ni como salir de su mente ni por dos minutos.

Empieza a sonar Happy song de Bring me the horizon

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•°•°•|Happy song - Bring me the horizon

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Di un "Jaja" en alto y subí el volumen al 100% del coche, mi ojos visualizaban una recta larguísima, aceleré poco a poco y noté la mano llena de venas en mi antebrazo que tenía agarrando la palanca del automático, ya olía lo que tenía en pensado hacer.

—Relajate anda. —dijo con una inflexión acongojado y firme

Bajé la velocidad.

Llevaba las gafas bajadas por el puente de mi nariz, bebí lo que me quedaba de cerveza y la apoye en el posavasos, aceleré poco a poco hasta ir más rápido, miré a James con mis grandes ojos brillantes y mi sonrisa más pícara. Cambie la marcha y aceleré

Su mano estrujó la mía con fuerza, sonreí al ver que el también sacaba una pequeña y nerviosa sonrisa. Papá me enseñó a conducir durante cinco años consecutivos sabía conducir perfectamente, pero me encantaba ver la reacción de James al contemplar tanta velocidad. Yo seguí acelerando y seguí hasta que un reflejo iluminó todo el coche, James me agarró del brazo ante la luz que nos estaba a punto de comer.

Giré dando un volantazo hacia la derecha hasta tal punto que el coche empezó a girar por si mismo en la tierra, con ayuda de lo que me enseñó papá conseguí que el coche sólo diera dos vueltas entre sí, como si fuera una escena sacada de fast and furious, volví a la calzada después de estabilizar el coche.

Una vez controlado el volante miré por el retrovisor. El del camión había ido en dirección contraria y casi nos mata. Contuve la respiración e intente volver a mí estabilidad respiratoria sin que me diera un ataque cardíaco, bajé la música que aún seguía alta

Seguí mirando el retrovisor, analizando cualquier punto de la carretera con miedo, miré a James que estaba pálido, con ojos como platos miró hacia atrás para ver si se había ido, traté de conducir más y más lento. Seguíamos mirándonos hasta que estallamos en carcajadas.

—Casi nos mata. —dije nerviosa

—Creo que después de lo que acabas de hacer si te veo en plan vengativo vas a terminar de ponerme más cachondo de lo que estoy ya.

Abrí un poco la boca para objetar, pero solo salían risas de mi boca. Empezamos a conducir sin rumbo ninguno.

—No eres el único que está cachondo, yo lo estaba, hasta que apareciste en la casa. —lo miré con retintín

—Ibas a meterte una raya de coca, ¿qué clase de persona se mete coca para gozar del sexo?

—Nosotros, por ejemplo.

—Bueno pues no deberías, hay tropecientas drogas mejores y más efectivas que la cocaína Jericho.

—¿Por qué me estás echando la chapa sobre eso? Cuando te conocí abriendo una puerta te vi literalmente aspirándola y limpiándote la nariz.

La molestia subía por las venas, el podía pero yo no. ¿Quién se creía que era? Él se colocó derecho en su asiento para prender un cigarrillo

—Yo hago conciertos. —soltó el humo por la boca— Tengo que mantenerme horas subidas a un escenario teniendo todo el Ímpetu del planeta, por qué si bien llevo tiempo en el mundo del escenario aún sigue todo como si no lo conociera, si tengo que estar 1 h y media en el escenario tengo que resistir como sea.

Me molestaba que en cierto modo, sea indiscutible. Aún así no tenía por qué decirme que debía de hacer y que no. Como vio que no contesté a su confesión, echo más sal a la herida.

—Tu conducta cambió en cuando Chace entró por la puerta. ¿Estás a la defensiva por mí o por él?

—Dejemos él tema.

Me quité las gafas y las dejé posadas en mis piernas.

—Me ha hablado de una chica que llamaba princesa que estuvo muchos años, no tenía conocimiento de que fueras tú.

"Princesa"

Cerré los ojos y torcí la boca

Que me hubieran abierto el pecho y me hubieran aplastado el corazón de un martillazo hubiera dolido menos que oír a James decir eso.

04:00 AM y me había consentido el lujo de pasar por un restaurante de comida rápida, llevé a James a mí lugar favorito para estar tranquilos

Una vez que llegamos paro el coche y hecho los asientos para atrás al igual que hace James, no sé en qué momento ve bien que comamos esto en el coche se podría caer un poco de salsa o de comida, pero no le importa mucho que digamos.

No hemos hablado desde que me había dicho lo de Chace, sé que a veces puedo ser muy asquerosa y borde, pero es mi forma de no saltar en pedazos contra todo el mundo y prenderlo fuego después.

Cuando estamos sacando y preparando todo cuando me llama Kat por teléfono y descuelgo, sabía que algo me iba a hacer gracia por qué a las horas que me llamaba era por qué estaba borracha y seguramente, arrepentida de algo que tendría nombre masculino, pongo el móvil en altavoz mientras saco mi comida de los envoltorios.

—Tiiiiiiiiia, no te lo vas a creer.

James y yo miramos el móvil a la vez reaccionando al tono de voz que tiene y de las tantas vocales que se había comido en esa oración, iba más borracha que nunca.

—Aunque sea complicado esta noche, Sorprendeme.

—Cuando te fuiste de la rave me vine a la fiesta de Cindy y no te vas a creer el número de panolis que hay aquí, y la mayoría nos los hemos tirado. —ríe con un Pfhffhf antes de explotar a reír

Esa última expresión hace que yo también me ría mientras le doy un mordisco a mi hamburguesa con los 6 sobres de ketchup que me han puesto en la bolsa.

—Eso no es todo. ¿Recuerdas cuando Jimmy el peinados quiso pedirle a Silvia la antenas para ir al baile, pero Silvia le rechazó por qué tenía pareja y decía que sus padres no la dejaba ir al baile?

—Aha. —respondí con la boca llena

—Pues resultó ser por qué Silvia estaba preñada en esa época! ¡Hace 4 años Jericho! ¡Esa hembra no usó preservativo y actualmente tiene un topillo! Vamos a conseguir un pack gigantesco de condones para las dos ¿vale? No quiero ser tía tan pronto.

James se ríe en voz alta cuando escucha lo de los condones y yo le sigo la risa.

—¿Me has llamado para decirme que use condón?

—Si, claro, ya sabes ahora vas a residir unas semanas con James, ya sabes, no me vas a detallar en la vida cuánto le mi...

—Nonono! —le chillo al móvil— Te está escuchando Kat.

Me tapo la boca con las manos mientras intento no reírme a carcajada limpia, pero cuando me volteo a James él está haciendo justamente lo mismo solo que no esconde la sonrisa.

—No me jodas.

—Empiezo a pensar que es obsesión ya eh. —dice James con una pronunciación desesperado, pero me guiña el ojo mientras espera a escuchar lo que dice Kat

—Estoy enormemente pedo y esto me está dando mucha vergüenza así que os voy a colgar descaradamente, Besis.

Ha colgado y aunque la haya cagado siempre queda como la más adorable del mundo, no se puede enfadar con ella.

Después de comernos toda la existencia de comida que había en el coche y después de estar durante unos 20 minutos con la música bajita, lo eficiente para que no fuera cargante y podamos debatir y definir las canciones que salían en el aleatorio, decido coger un cigarro, un papelillo y un poco de hierba para hacerme un canuto.

Salgo del coche, sigo el camino que siempre seguía en mi pueblo, aparcar de culo y al salir todo recto hasta toparte con acera, después la piedra grande y al subirla te sentirás libre y al exhalar serás libre. Aunque sea por unos minutos.

El lugar donde estábamos estaba oscuro, no había apenas farolas y las que había no alumbraban demasiado, hacía viento, podías olfatear el aroma a mar, a arena, olor a niñez, tranquilidad, nostalgia mi terreno de infancia, dónde mi abuelo me traía siempre y jugaba conmigo, o me echaba la riña por escalar los escalones como en los que estoy en este momento sentada.

Y haciéndome un porro, lo siento abuelo.

James se acerca y se sienta a mi derecha mientras me pone su americana por encima de los hombros y una piruleta de fiesta, no es el postre que esperaba, pero es el mismo resultado.

—¿No hace mucho viento? Y está oscuro, métete en el coche mejor.

—He liado canutos en coches que iban a más de 180 km/h por el pueblo de camino a mi puerto, con un cubata que coger entre las piernas, a oscuras y para rematar, con las ventanas abiertas por qué era verano, puedo con ello, gracias por la piruleta.

—A ver, por dónde empiezo, Chace y yo nos conocíamos de mucho antes, te lo voy a recortar para no adentrar en detalles.

—Chace y yo éramos amigos previamente de comenzar a salir, amigos de infancia, él se me declaro un día y yo le dije que necesitaba pensar, pues al tiempo de seguir quedando solos y con amigos empecé a verle de otro modo hasta que pasó, me empezó a interesar y se lo dije y empezamos a salir, duramos 4 años.

—Lo dices como si fueran imprudentes esos 4 años. —dijo un poco impreciso al atender mi expresión de voz.

—2 años de cuento de hadas, 2 años de pura realidad.

Le digo mientras le paso el porro que me había elaborado y él lo acepta, me mira interesado, pero sigue esperando a que hable, se estaba acostumbrando a que hable de mis cosas cuando yo jamás lo había hecho, lo peor de todo es que no era el único.

—Los dos primeros años fueron los mejores de mi vida, lo típico, hablando 24 h, diciéndonos cuánto nos queríamos cada dos por tres.

—¿Entonces?

—Nada más pasó, supongo que simplemente dejamos de querernos.

—Pero eso no pasa así sin más, no dejas de querer a una persona por qué si.

—Vemos a alguien, nos da el capricho hasta que lo tenemos, una vez usado lo tiramos sin pensar en las consecuencias que tienen esos actos. —yo sólo me encogí de hombros— duele, pero siempre lo he visto así.

James me agarró del hombro consolándome y me tiró hacia él para cerrarme en un abrazo, un abrazo cálido y lleno de ternura. Me daba la tranquilidad suficiente como para dejarme apoyar en su hombro, acepte el abrazo en modo de rendición.

—No sé cómo hay humanidad que puede hacerte daño, eres como un grano en el culo, pero pienso que eres lo más bello que existe en mi entorno.

Dejó un breve beso en la frente al ver que me reí a lo de "grano en el culo", subí la mirada y me encontré con esos ojos color miel que a la luz de la luna eran como una hipnosis clínica, bajé por su cara hasta que llegué a sus gruesos y carnosos labios, persistiendo sintiendo nuestros alientos mientras acercábamos nuestros labios poco a poco, yo me encaminaba hacia él y James alejaba sus labios con la respiración entrecortada, volvió a mí y esta vez fui yo la que se alejó.

El juego del perro y el gato. ¿Y si lo hago? ¿Y si no?

Acerqué mis labios de nuevo hacia él y así consecutivamente hasta que decidí hablar

—Deberíamos irnos a casa, está amaneciendo.

—Si, claro por supuesto, deberíamos.

Pero ninguno de los dos se movió ni un ápice.

—O podríamos quedarnos aquí un rato más. —dije susurrándole a los labios y acercándome más a él.

Y mientras hablaba notaba como su aliento viajaba por mí cuello, su nariz paseándose por la nuez para no hacer absolutamente nada, le encantaba notar que tenía el corazón a mil por él. Justo en ese momento escuchamos una sirena de un coche y dimos un pequeño salto para ver qué estaba pasando cuando escuchamos unas risas, eran un par de adolescente que sin querer habían dado a un coche.

Los dos nos quedamos mirándonos con fuego en los ojos, estábamos alterados, tentados y borrachos.

Propuse ir a casa antes de que todo se fuera a descontrolar, me ayudó a levantarme y esta vez condujo él hacia su casa.

Cuando llegamos a su casa subimos por las escaleras y nuestras habitaciones estaban suficiente cerca una de la otra, él llevaba su americana doblada en su entre brazo y su camisa desabrochada, está vez me pilló de goleada mirándole de arriba abajo.

—Oye eh... Sobre lo de antes ehmm... Es mejor que... —decidí mencionar el tema

—Sobre lo de antes diré que me encantas tal y como eres, me llamas mucho la atención, por eso creo que es mejor no proceder hacia nada al respecto, de momento.

—Yo iba a decirte que en el coche en la puerta del piloto hay un rayajo considerable, pero es agradable averiguar que te sientes atraído por mí.

Abre los ojos de par en par y se acerca a mí, pero antes de que lo haga desatado una carcajada, él se queda asombrado viéndome irme, abro la puerta de la habitación pero no sin antes crear una de las mías.

Abrió los ojos sonrojado y yo salté en carcajadas, después de tener su cara completamente tómate decidí que era momento de dejarlo caer, ya sabía que sentía algo por mí. ¿Por qué no pasarlo bien?

—Yo me he traído el vibrador, pero a ti te toca a mano. —dije soltándome el pelo del moño que tenía puesto dejando mi pelo rizado al aire, él mira cada uno de mis rubios cabellos— Buenas noches, James.