Algún día preveremos los obstáculos
Quedaban cinco minutos para salir a mí primer concierto y yo me encontraba enredada a la cintura de James intentando bajar de la posición que teníamos en la pared.
Un silencio salido de una película de drama apareció en la sala ¿Había dicho que me quería?
Bajé de su cintura para poder prepararme en el poco tiempo que me quedaba, me guíe el baño para poder lavarme y limpiarme mis partes íntimas, cuando salí James estaba colocando el botón de su pantalón y subiéndose la bragueta, aún estaba a simple vista su bulto queriendo llamar la atención.
-Jericho, oye... -Dijo viniendo hacia mí rascandose el pelo despeinado con una mano
-¿Me quieres? ¿Sientes eso por mí? -Pregunté
-Te quiero, te deseo, te necesito. -Dijo él alterado
-Esas palabras no hay que decirlas a la ligera, son palabras bonitas y delicadas que han hecho que sean falsas.
-Solo sé que cada vez que no estás a mi lado siento que parte de mi maldito cuerpo desaparece contigo, que cada vez que lloras me desmorono completamente por dentro, cuando ríes me dan ganas de llorar por la brillantez de tu puñetera sonrisa, que cada vez que algo sucede tú siempre te haces enorme, valiente y feroz aunque tú te veas enana y cobarde.
Nunca había visto tanta desesperacion por sacar palabras, dio una pausa junto con sus ojos brillantes
-Supe que desde que te conocí ya nada iba a ser lo mismo sin ti, no puedo hacerme la idea de que no estés conmigo por qué de verdad te digo que necesito tu maldito olor a caos y disturbios. Me has vuelto completamente adicto a ti.
-Tres minutos, Jericho! -Dijo de nuevo el ayudante
-No dejes que cambie nada entre nosotros, me odiaría toda mi vida por habértelo dicho. -Dijo por último
-¿Por qué viniste agitado en el red studios cuando firmé el contrato? -saqué la pregunta de confirmación
-Nov entró en la sala donde yo suelo grabar diciéndome que podríamos pasar un buen rato -Dijo después de un silencio por su parte-Le hice saber que no quería nada con ella y ya está, no ocurrió nada más.
No podía decirle que mentía por qué no somos nada, pero yo sabía que algo entre ellos había pasado en ese momento.
-¿Y por qué siento que no es así? -Dije y quedé sorprendida por mis propias palabras
-¿La señorita nada está celosa? -sonrió de lado- Se abalanzó sobre mí y ya está.
-Un minuto Jericho, ¡sal ya! -Gritó alguien por la puerta
Sin decir nada sonreí y salí por la puerta.
Me sentí como si entrara por el matadero con mi muerte sentenciada, los pasillos oscuros, gente andando para allá y para acá, todos con cosas en las manos, agitados, enfadados, felices...cada uno tenía su función, me asomé por la cortina para ver el público y tampoco estaba muy lleno, la gente estaba repartida en la gigantesca zona de conciertos, algunos fumando, otros bebiendo, consumiendo y otros besándose.
Suena la alarma para dejarnos saber que nos tocaba a nosotros, los demas miembros del grupo llevaban Camisas rojas, pantalones vaqueros claros y converse negras, yo era la única que iba como le había dado la gana al parecer, nadie me avisó de un supuesto uniforme en conjunto.
Salí al escenario y el portavoz de la sala nos presentó para que empezáramos a cantar, las luces se apagaron y se centraron en mí, no veía a nadie del público lo cual ayudó bastante, tenía los huevos en la garganta de los nervios que tenía.
¿Y si no le gusto a nadie y me abuchean?
Como teníamos ensayado, empecé a cantar Lithium de Evanescence.
James
La pacífica y angelical voz de Jericho empezó a sonar en todos nuestros oídos y puedo jugar, que muchos se dieron la vuelta para ver qué sonaba.
Ella estaba muy parada cual novata que era, no sabía que hacer así que solo se limitó a quedarse ahí parada y cantando.
No podía dejar de mirarla, estaba tan preciosa, todo su ser era precioso, incluso cuando se enfada que parece una bola de destrucción sigue siendo preciosa, pude ver el sudor de sus muslos lo cual me hace sonreir como un tonto al recordar lo que había pasado hace cinco minutos, si no hubiera sido por el tiempo ahora mismo estaría en el cielo disfrutando de sus gemidos.
-Muevete más! -Dijo un tío borracho en el fondo
-¡Eso! Danos entretenimiento, mueve esas piernas! -dijo otro ajeno a el haciendo que más gente se una a ellos.
Me coloque para ir de camino a donde estaban esos dos imbéciles pero la voz de Jericho me chocó de golpe
-Si queréis ver ese tipo de espectáculos hay un puticlub a unos treinta minutos de aquí, yo sé que queréis verme bailar pero hoy no es el día, así que pedir vuestras bebidas y disfrutar con el concierto y si no os gustamos podéis iros a la mierda, hijos de puta.
Y siguió cantando la estrofa más fuerte de la canción haciendo que las chicas aplaudieran y chillaran a ese comentario, algunos agradables y otro desagradables, Terry estaba mordiéndose el labio de lo mucho que había disfrutado lo que acababa de suceder
Insultando.
Así es como se ganó al público.
Jericho es malditamente un caso aparte.
Jericho
Entramos todos en el camerino corriendo, festejando, chillando y gritandonos los unos a los otros, la adrenalina que sientes, el ego, la sed, el apetito sexual es increíble para mi ahora mismo, todo es nuevo y todo se me hace similar a mi vida normal.
Todos los miembros me aplaudían y me daban la enhorabuena por mí primer concierto y lo bien que lo habia hecho.
-Jericho, Jericho, Jericho. -dijo Terry entrando por la puerta sonriendo junto a James
-¿Ya estoy despedida? -Dije sin dejar de sonreír
-Parar el concierto para decir que vayan a la mierda junto a un puticlub... ¿Por qué no te he encontrado antes!?
Los demás chillan y aplauden por eso, yo sólo me dedico a sonreír
-Lo has hecho muy bien, Pequeña. -dijo James en mi oído
-Llamarme pequeña es un cliché muy gordo, ¿lo sabías? -sonreí
-Entonces lo has hecho muy bien, mi pequeña Veloce. -me guiñó un ojo.
Y juro por Dios que si alguien más aparte de él me llama Veloce estaría dispuesta a matar.
-¿Y tu desde cuándo hablas italiano? -Pregunté como una niña pequeña
-Tuve en el instituto una novia italiana, me daba alguna que otra clase. -dijo orgulloso
Daba igual el tipo de conversación que fuéramos a tener, sus ojos siempre iban a iluminar toda la sala cuando me miraba, podía sentir esa buena energía de ternura y amor, estaba empezando a estar coladita por él.
Decidimos ir a celebrarlo a un pub de la avenida de San Francisco, todos íbamos bastante contentos de por sí, alguno afectados de más y otros de menos.
James y yo íbamos bajo los efectos del cristal, hoy era mi día. Podía relajarme aunque sea un día.
Cuando entramos al pub había una estética neón con luces rosas y azules, taburetes de tubo al lado de la barra y pequeñas mesas con sofás tanto para dos personas como para diez, nos dirigimos a posta a la más grande ya que éramos ciento y la madre.
Me dediqué a comprar tabaco justo en el momento en el que estaba la camarera tomando nota, cuando terminé ella ya estaba en la barra dando la nota para preparar nuestra comanda, me acerqué a pedir lo mío.
-Hola, estoy en esa mesa de allá, yo quería un Jack Daniel's sólo por favor.
-Por supuesto cariño, enseguida lo tendrás. Mientras puedes esperar en la mesa. -dijo sin mirarme
Me fui directa a la mesa sin mirar por nadie, cuando llegué estaban todos de pie, nos habían puesto una cinta de Vips, teníamos bebidas ilimitadas y podíamos fumar ahí dentro, estaba de lujo.
La camarera viene con las copas de todos y yo me quedé embobada viendo a quien tenía enfrente de mí.
-¿Cindy? -Ajuste mis ojos a ella
Ella se dio la vuelta para mirar a quien la había reconocido, su cara pasa de tranquila a horrorizada, seguía teniendo una ceja y el labio roto.
-Hola, Jericho. -devolvio ella con una mueca- ¿Para ti el Jack Daniel's, cierto? -se acercó a mi- Ni una palabra, friki.
Asentí y dejó mi copa encima de la mesa, yo seguía mirándola anonadada, no creía que alguien de la élite estuviera aquí trabajando por las noches.
-¿A ti también te puedo tener para pedir? -dijo un técnico de sonido que creo que se llama Jason
-Cállate, Jason. -dije cuando vi la expresión de Cindy
-Me llamo Joseph. -dijo el subiendo los brazos en forma de afirmación
-Como sea, es una camarera. Ten un poco de respeto.
El rodó los ojos y yo guiñe el mío a Cindy haciendo que subiera su ceja sorprendida.
Con una sonrisa cómplice dio media vuelta y se fue a su trabajo.
-Jericho, ¿Sabías que ahí fuera hay tres paparazzi esperando para verte? -Dijo Terry sonriendo
-No me jodas. -me levanté de la silla para intentar ver
Escuchamos un chillido que se escuchaba con más intensidad cada vez que pasaban los segundos y yo dejé mi vaso encima de la mesa sonriendo
-AHHHHHH! -Gritaba Kat hasta que su cuerpo se fusionó con el mío- ¡No me lo puedo creer!
-Ni yo! ¡Acabo de tener mi primer concierto y casi me he tirado a James en el camerino!
-AHHHH! Demasiada información! -Dijo entusiasmada y asqueada al mismo tiempo- Ya era hora, joder.
-Tomate una copa anda, vendrás sedienta. -dije llevándola a la barra
-No tienes ni idea, pude verte sólo al final por qué mi madre estaba paranoica con la televisión que no entendía, tuve que ayudarla a poner todos los canales de nuevo y hay mil canales, Jericho. -me cogió de la camiseta dramáticamente- Miles!
-Dos Jack Daniels solos por favor! -dije a la camarera
-¿Entonces ha habido tema con James? -dijo sonriendo de lado
-Puede. -dije sonrojada al recordarlo
-Cuentame, TODO. -el todo lo dijo lentamente
-Aquí tenéis las bebidas chicas, buen provecho. -dijo Cindy con voz y cara de pocos amigos
Kat sigue con la mirada a Cindy, embobada de lo que acababa de ver, vuelve a mirar hacia mí y cuando ve que voy a dar un sorbo al vaso me da un manotazo fuerte
-¿¡Estas loca!? Podría estar envenenado, o peor! Podría llevar un escupitajo pijo con sabor a regaliz negro. -hizo el gesto de tener náuseas
-Kat, no seas así. -dije llamando su atención- es su trabajo, hay que respetar eso, fuera de aquí nos podemos llamar perras judías pero no aquí dentro.
¿Qué hace unos meses estábamos pegándome con ella? Si.
¿Qué ella era una bruja de pies a cabeza? Si.
¿Iba a tratarla como me trataría ella en mi trabajo? No.
¿Iba a cambiar algo de esto cuando ella esté fuera de trabajo? No.
Por muchos problemas que tengas no hay que llegar a ese extremo, trabajo es trabajo.
Para algunos es el sitio donde ser otra persona, ser feliz y tener paz, eso sí te gusta dónde trabajas claro.
Y mi paz se acababa cuando mi móvil veía llamadas de mamá, 18 llamadas pérdidas. Colgar.
Era normal que me llamara tantas veces seguidas pero lo que no fue normal es que llamaran a Kat. Sólo lo tenían como emergencia y ya me empezó a dar mala espina.
-¿Diga? -Contestó Kat neutral
Sus ojos se vuelven platos y se fijan en mí, sus cejas no paraban de moverse cada vez que escuchaba lo que le estaban diciendo.
-Un segundo. -apartó un poco el móvil de su boca- Es Maxi, dice que tu madre tiene problemas.
-¿Y eso es nuevo? -Me reí y bufé
-Serios problemas, Jericho. -surrura- Cree que le está dando algo.
-Cuelga. -dije
-¿Segura? -dijo preocupada
-Si, cuelga ya.
Colgó y antes de que pudiera decirme nada más de la conversación ya estaba camino a la barra para pedir.
El whisky nunca entró como si fuera agua tanto como hoy.
James
Dónde estaba sentado yo estaban hablando de fútbol, chicas y coches, ninguna novedad que deslumbrara el círculo que teníamos.
Terry y sus amigos y ayudantes de audición y montaje del concierto aparecieron por la sala, nosotros estábamos en una sala más privada, a vista de todos pero a larga distancia.
Todos empezamos a sacar nuestros pequeños vicios, unos sacaban cristal, cocaína, caballo...pero yo saqué marihuana, yo tuve suficiente con las líneas que consumí.
Saqué mi hierba y preparé todo lo esencial para hacerme el canuto.
Cuando ya lo prensé y enchufe sólo quedaba disfrutar de mi cuarta copa de whisky y la marihuana
-¿Alguien sabe donde está James? -escuche una voz familiar de fondo
Me di la vuelta para encontrarme a Kat, asustada con la mirada perdida
-¿Qué ocurre? -dije sonriendo
-Jericho está fuera de sí, literalmente.
En cuanto me dijo dónde estaba tarde segundos en llegar, estaba en la barra apenas pudiendo sostenerse en pie, la camarera rubia reía nerviosa sin saber que estaba diciendo
-Solo quiero que sepas que aunque por toda la mierda que me has hecho pasar -tragó un sorbo de su vaso- Algún día podré perdonarte.
-Vale, aquí es cuando me la llevo del bar. -dije cogiendo a Jericho y sonriendo a la camarera
La trasladé hasta el sitio más vacío que hay en la zona ahora mismo, el baño.
Jericho acarició mi cara como podía
-Hombre James! El hombre al que buscaba. -dijo sin apenas poder entender que había dicho
-Virgen santa, Jericho. -traté de cogerla al notar que se caía para los lados- ¿Qué ha pasado?
-Nada nuevo, ¿Qué tal si tú y yo nos ponemos al día con lo que dejamos a medias hoy? -Dijo subiéndose su falda de cuero haciendo que me enseñara sus brillantes muslos
-¿Maxi está aquí? ¿Tu madre? -me giré para salir a ver qué me podía encontrar fuera
-No paro de recordar lo de antes -acercó su boca a mí oreja- Como jugabas a estimular mi vagina con tu bulto, entrando y saliendo, entrando y saliendo -bajó lentamente su mano hacia mis partes bajas
-Jericho. ¿Que demonios te ocurre? -cogí su mano para pararla- cuéntame qué te pasa yo estoy aquí siempre, no importa qué.
Estremeció y arrugó su cara al ver que no iba a conseguir huir del problema tan fácil, ella quería olvidar lo que sea que la pasaba y yo no iba a dejar que huyera.
Su cara se arrugaba con lo que parecía lágrimas en sus delicados ojos verdosos
-Respira, Veloce. -atrapé mis manos en su pequeña cara- ¿Qué ha pasado?
-Maxi llamó, dijo que mi madre estaba mal y que necesitaba ayuda. -dijo intentando no llorar
-¿Quieres que vayamos? -dije atónito
-No. -dijo rápido- Sí. -volvio a rectificar- No quiero vivir con éste tipo de situaciones, James.
Estalló a llorar.
-Shhh. -apoyé mi frente en la suya- Mírame.
Levantó su cabeza
-Hoy es tu puto día, no vamos a dejar que nada ni nadie lo estropee. -dije sin saber que argumento dar- Vamos a salir de aquí, te vas a tomar tres cafés por lo menos, y vamos a ir hacia donde estén para ayudarlos, ¿Vale?
Con un suspiro inmenso asintió y lavó su cara de sus lágrimas y maquillaje corrido que tenía por la cara.
Cuando salimos del baño vemos que Kat estaba hablando con el hombre alto de espalda curtida, Jericho va directa hacia el cuando lo ve hablando con Kat
-¿Qué cojones haces aquí? -dijo Jericho arremetiendo contra él
-Niña, no vengo a causar problemas, necesito tu ayuda. -dijo Maxi abatido
-¿Qué pasa? -dijo ella echando su cabeza hacia atrás
-Tu madre se ha puesto muy violenta de repente. Dice que si no te puede ver no quiere vivir, que se iba a matar -respiró hondo- Yo pensé que era un farol pero de verdad que cogió un cuchillo y me amenazó con él.
-¿Conociendo tu historial por qué no la has parado? Un guantazo hacia mi madre sobra para tenerla dormida dos días. -dijo sin escrúpulos y mi piel se erizó al oír eso
-Jericho, yo quiero a tu madre, ¿Qué es lo que no entiendes? Quizás no somos perfectos el uno con el otro por qué créeme, que tu madre no es un ángel tampoco. -dio una pausa- ha consumido heroína por un tubo, más de la común, cuando me fui estaba temblando y no paraba de vomitar, por favor.
-¿Y si no voy? -dijo cruzada de brazos- No tengo por qué ayudaros.
-Tu madre ha tomado heroína para parar un caballo y la he dejado con un cuchillo mientras gritaba y lloraba lo mala madre que ha sido, ¿vas a dejarla así?
Y ahí estaba, el ataque emocional que siempre me arruina la puta vida.
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