Chip estaba en el supermercado con dos de sus amigos de ahí, y como siempre llevaba a Freddy con él. El menor estaba haciendo un trabajo mientras tanto, escribiendo varias cosas, de ves en cuando viendo a Chip y escuchando lo que decía con sus amigos.

—No escuches a ese wey, es chilango.—escuchó a Chip decirle a uno de sus amigos y luego sus risas.—estás pero bien pendejo, ¿Cómo me vas a preguntar qué si la quesadilla sin queso, wey?

—Yo si te agarraría a vergazos.

—La neta.

—A ver, pendejo, pregúntale a tu novio que piensa.—el otro dijo, por lo que Chip vio a su teléfono.

—Chiquito precioso.

Freddy lo miró.—¿Mmh?

—¿Tu crees que la quesadilla lleva queso, mi amorcito?

Freddy se quedó pensando en eso.
—Eeh. ¿Si? Es obvio, el nombre lo dice.

—¡¿Ves?! ¡Hasta el francés lo sabe!—El otro amigo exclamó, riendose los dos de su amigo.—Tu eres el pendejo aquí entre nosotros... Y el novio de Chip.

—¿A poco tu novio es francés, wey?

—Pues si, ¿No le ves la carita? Está bien precioso y chiquito.—Chip habló, sonriéndole ahora a Freddy.—no le hagas caso a estos dos, mi amor. Tu sigue con tu trabajito.

Asintió, volviendo a escribir.
A veces no entendía las peleas de Chip con sus amigos.