
0.2
-Estás seguro de que sea buena idea decirle?- pregunto a Mathieu.
-Es mejor decirle a que descubran- razona.
-Pero sabes que a los del Arsenal no les vendrá bien la noticia- recuerdo.
-Mira, les diremos que mantendremos todo profesional. Así no pasará nada- calma Mathieu.
-Ok, pues deseame suerte- digo.
-Suerte, lo harás bien. Iré a hablar con Arsène Wenger- me dice y ambos nos separamos.
Tomo a Sebastián de la mano y juntos caminamos a mi nueva oficina, oh vaya! Es muy grande para ser verdad. No puedo creer que ser tan joven y me den este puesto.
-Muy bien Sebastián, solo juega con estos mientras mamá trabaja bien?- sonrío a mi hijo y este se olvida de mi cuando ve sus juguetes.
Me organizo en mi nueva oficina y me pongo al corriente de todo estas finanzas. Viendo los sueldos de cada jugador y personal del Arsenal, es mucho que procesar.
Tocan mi puerta y una joven rubia de lentes entra -Oh, srta. Duran, soy Wendy Kent, su asistente- se presenta.
-Ah, hola Wendy, un gusto- sonrío.
-Awww, y ese niño es su hijo? Es muy lindo- aprecia a mi hijo.
Debía confesar, Sebastián se parecía cada día a Özil, malditos genes.
-Si, es mi hijo- respondo.
-Que lindo. Oh si, a lo que venía, el sr. Wenger la quiere ver- me avisa.
-Ok, gracias. Me puedes guiar a su oficina? Soy nueva en esto- pregunto y mi asistente asiente.
-Solo camine todo derecho y habrá un anuncio de su oficina- explica.
-Gracias, oye te molesta si lo cuidad?- pregunto.
-No, para nada!- me dice y yo camino a la oficina de Wenger.
Una vez que llego, toco y me dicen que pase. Mathieu ya se encontraba ahí. Maldito Debuchy.
-Srta. Duran, le puedo hacer unas preguntas?- dice el jefe Wenger.
-Ah si-
-Usted ahora mismo se encuentra en una relación con Debuchy?- pregunta lo que temía.
-Si señor- confieso.
-Ok bien- lo dejamos pensar -No quiero que esto salga al aire, manténganlo discreto- pide.
-Gracias por comprender monsieur Wenger- dice Mathieu.
-Espero grandes cosas de usted Debuchy- advierte por último y ambos salimos de su oficina.
-Lo ves? Estás condicionado- me preocupo.
-Carolina, todo saldrá bien- me dice.
Ambos nos despedimos y en cuanto entro a mi oficina un futbolista juega con mi hijo, nada más se voltea y se me detiene el corazón.
-Así que, aquí trabajas ahora ehh?- pregunta Mesut Özil.
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