treinta y siete
Seguí a mi esposo hasta que llegamos a nuestra habitación y ahí cerró la puerta, estando ahí solos simplemente mantuvo su mirada sobre mí
—No te quiero volver a ver cerca de él.— pidió
—Está borracho.— intenté justificarlo —Sé que estuvo mal, por eso le di una cachetada, pero es nuestro amigo.—
—Mi amigo no es.— dijo —_____, esto no se trata de un berrinche y lo sabes, sabes que no confío en él y después de esto mucho
menos.—
Me intenté acercar a él, pero dio dos pasos hacia atrás
—Prométeme que te alejarás de él.— condicionó
—Me siento como en una relación tóxica.— murmuré y me miró bastante mal —Me refiero a que he escuchado casos donde gente les prohíben tener amigos a sus parejas.—
—Es tóxico cuando no hay fundamentos, pero creo que en mi caso es totalmente valido.— discutió y negué —Ponte en mi lugar y entenderás mis razones, si a mí me hubiera besado alguien más y yo quisiera mantener contacto con ella me hubieras dejado.—
—Sé que lo que hizo está mal, pero no está sobrio.— reiteré
—El alcohol jamás debe ser excusa.— dijo —Yo bebí y vine a dormir, los demás también bebieron y no te besaron.—
En eso tenía razón, me estaba quedando sin argumentos, pero no quería que él volviera a esa discusión con Iván, no quería volver a ese ambiente incomodo entre ellos y menos sabiendo que sería por mi culpa
—Quiero que me entiendas, pero tú pareces no quererme entender.— murmuró al notar que no estaba respondiendo —Yo estoy dando bastante en este matrimonio, cuando te pido algo por primera vez me lo rechazas, ni siquiera quieres fingir que me dices "si me alejaré" aunque al final no lo hagas.—
—¿Sigues pedito?.— quise cambiar el tema y se cruzó de brazos —No quiero fingir que me alejaré de él, eso te dejaría más tranquilo, pero tampoco quiero mentirte.—
—Cuando nos casamos nos dijeron "jamás se duerman enojados", supe que se referían a que debíamos arreglar cualquier discusión antes de dormir.— recordó —Pero ahora prefiero que cada uno analice las cosas con la almohada y que con los pensamientos más fríos aclaremos las cosas mañana. Tal vez en este momento estoy mal al pedirte que te alejes de él, pero tú también estás mal al no pensar en los sentimientos de tu pareja, quizás sueno manipulador, pero déjame serlo por lo menos hoy.—
Me miró durante unos pocos minutos esperando respuesta a lo que acababa de decir, yo solo intentaba pensar en lo que él quería que le respondiera, ¿quería que le dijera que estaba de acuerdo con eso o quería que le dijera que debíamos resolverlo ahora?
Antes de que pudiera decir algo la puerta de la habitación se abrió y entró Osvaldo, él venía tambaleándose, él si venía muy borracho
—Carre me viene siguiendo por toda la casa men, está culero ver un enano corriendo detrás de mí cuando todo me da vuelta.— se quejó mientras abrazaba a mi esposo para que le diera soporte —¿Puedo quedarme con ustedes? me da miedo ese pendejo.—
Tanto Roier como yo empezamos a reír, al menos esto nos había quitado un poco de tensión en el ambiente
—¿Piensas que somos tus papás o que?.— se quejó Roier
—Si pendejo, su obligación es protegerme de los duendes que me siguen cuando me pongo pedo.— discutió en un tono bastante berrinchudo
—Pequeño Osvaldo, papá y mamá tienen problemas, si sigues aquí se van a divorciar y será tu culpa.— le dijo
Yo seguía riendo al ver esa escena, sin duda su amistad estaba salvando este matrimonio, o al menos por ahora
—Si se divorcian que sea después de esta noche.— pidió y caminó hasta acostarse en nuestra cama —No mames esta madre está bien grande, aquí caben 3 cabrones más.—
—No quiero que duerman tantos weyes en mi cama.— pidió él —Solo quiero a mi esposa.—
—Si quieren les dejo mi cuarto y me voy a dormir con Ama, ya ustedes después se traen a Filis.— ofrecí
—¿Ya ves cabrón? Mulán si resuelve, no pone excusas pendejas como tú.— siguió hablando Osvaldo mientras se tapaba con la cobija, yo reí
Estaba a punto de irme hasta que sentí que Roier tomó mi brazo evitando que me fuera
—Tenemos un tema pendiente.— susurró y asentí —No te vayas con nadie más, solo con Ama.—
—Como ordene mi esposo lindo.— sonreí y besé cortamente sus labios
—Ojalá así de comprensiva fueras para todo.— se burló, por fin tenía una pequeña sonrisa
—Ya dejen dormir.— pidió Osvaldo
Roier se quitó una de sus pantuflas y la tiró directamente a la cama, escuché que nuestro amigo se quejó así que supe que lo había golpeado. Aún faltaban dos días para que todos se fueran, ¿qué tan incómodo seguiría esto?
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