cuarenta y cuatro
Regresamos al hotel, yo mantenía mi mirada en el piso, no sabía en que concentrar mis pensamientos, pero quería dejar de pensar en como mi esposo había llamado "rasguño feo" a mi cicatriz
—Pedí algo para comer, estoy hambriento.— avisó Roier mientras entrabamos a la habitación —Me desperté a las 3 pm, pero me arreglé y estuve buscando que comer antes de salir a buscarte.—
—Está bien.— murmuré dejando mi bolso sobre el sofá que había ahí
—¿Te pasa algo? No hablas desde que dejamos a aquel chico.— se burló un poco —Por cierto, ¿Quién era?.—
—Emilio.— respondí solo a lo último —Es un chico que nos sigue y pues me vio sola, me invitó a comer con su familia y...—
—¿Conociste a la familia de un chico?.— preguntó —¿Debo ponerme celoso?.—
—Te envié mensaje avisándote que iría con la familia de unos chicos, hasta te envié la ubicación por si querías ir.— dije —¿Ni siquiera revisaste eso?.—
—Ayer me quedé sin batería y apenas lo puse a cargar, no lo revisé.— le quitó importancia
Ni siquiera le había importado saber a dónde había ido sola, pude haberme quedado más tiempo con aquella familia y quizás no supiera de mi
Caminé hasta la maleta que tenía y saqué un suéter para ponérmelo sobre el vestido, él me miró con duda
—Por dios, quítate eso, estamos a más de 32°.— soltó una pequeña risa
—Me siento más segura con esto.— murmuré —Llevaba tiempo sin pensar en...—
Puse una mano en mi pecho, quería decirle que su comentario me había traído de nuevo aquella inseguridad. Pero cuando estuve por hacerlo escuché que su celular empezó a sonar, él de inmediato fue a donde estaba para responder
Caminé hasta el balcón, ¿estuve mal al solo querer un primer día del año junto a mi esposo?, pensaba que pedirle que estuviera conmigo era lo mínimo...
—¿Qué ves?.— cuestionó llegando al balcón
—Desde aquí se ve el mar muy lindo.— sonreí un poco
—No tan lindo como mi Mulán.— habló abrazándome por la espalda —Me llamaron para decirme que mi comida vendría más tarde, ¿quieres que hagamos algo mientras esperamos?.—
—Quería que saliéramos juntos.— dije —Buscar alguna actividad, estamos de vacaciones, deberíamos disfrutarlo más en lugar de estar encerrados en el hotel.—
—Tú ya comiste, yo no.— se quejó sin soltarme —Esperemos a que llegue mi comida y después haremos lo que tú pidas.—
Asentí, tenía razón en eso, él también debía comer
—Mientras esperamos necesito hablar contigo.— pedí alejándome un poco para mirarlo directamente a los ojos —Es algo importante.—
—Si es tan importante, soy todo oídos.— sonrió mirándome atentamente
No sabía cómo empezar, pero debía entender que habían ciertas bromas que ya no me parecían correctas; primero lo del divorcio y después lo de mi cicatriz, aunque en eso último sabía que quizás no había sido broma, ¿y si realmente le molestaba eso en mi cuerpo? ¿y si más bien le daba asco?
—Bueno... es complicado para mí decirlo, sé que eres muy "bromista" con todo, pero hay algunos temas que no me gusta que toques porque los considero un poco más sensibles para mí, como el comentario que hiciste sobre mi...—
Nuevamente su celular sonó, estuvo a punto de ir, pero tomé su brazo
—Un segundo, por favor.— pedí
—Seguro es por lo de mi comida, voy rápido.— exclamó así que lo solté
Volví a mirar hacia la playa, por un momento miré a Emilio y su primo debajo. Ambos gritaban mientras hacían señas como si quisieran llamar mi atención, los miré atenta hasta que sacaron una especie de cartulina con el número telefónico de uno, reí sacando mi celular para llamarle
Esperé unos segundos hasta que respondió
—Señorita casada, vinimos a invitarla a usted y al señor casado a la fiesta.— era Emilio así que reí —Cuando vine a dejarte no te veías bien, así que lo hablamos y creo que esto puede animarte.—
—Deberían trabajar en movistar o algo así, son muy insistentes.— seguí riendo mientras aún los veía por el balcón
—Vamos, también trae a tu esposo y diviértanse.— animó —Disfruten su viaje, pero sin hacer sentir mal al otro.—
—Nosotros no...— me detuve al notar que Roier estaba regresando —Como sea, déjenme le pregunto si quiere ir y les aviso.—
—No vamos a estar aquí toda la tarde.— bromeó —Puedo pasarte la ubicación también.—
—Está bien.— exclamé —Tengo que colgar, probablemente es mejor que se vayan adelantando, les aviso si los alcanzamos.—
Y sin más terminé la llamada, noté que Roier me miraba bastante intrigado
—¿Tu nuevo amigo?.— cuestionó y asentí —¿Es de esos fans intensitos?.—
—Realmente creo que no, es algo apresurado para decirlo, pero siento que es de los primeros amigos que hago.— conté con una pequeña sonrisa —Ya sabes, la mayoría de mis amigos son gracias a ti o por el mundo de los streams, nunca tuve otros.—
—No necesitas amigos cuando estás casada.— alzó una ceja
—Con alguien con comportamientos tóxicos al parecer.— reí un poco —Sobre eso, te estaba diciendo que hay comentarios que dices que no me parecen correctos, creo que si queremos que esto siga funcionando debemos medir nuestras palabras. No me hagas daño y yo tampoco te lo haré.—
Incluso en este momento ya me daba pena recordarle aquel comentario, sabía que era importante, pero decirlo de nuevo me haría sentir un tanto ridícula
—Jamás te haré daño.— aseguró —Porque eres mi esposa y te amo con locura desde que apareciste en mi vida.—
Sonreí, aún no le había dicho sobre la fiesta, pero sería mejor esperar a que trajeran su comida y después pasar tiempo a solas. Nos merecíamos seguir disfrutando de nuestro matrimonio
Querido Roier, quien mucho ama, poco lastima.
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