𝗢𝟯𝗢. 𝖾𝗑𝖺𝗆𝗌
─ CAPÍTULO ─
TREINTA
❝EXAMENES❞
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LA RESPUESTA DE LA ASAMBLEA DE SUNAGAKURE llegó y con eso llegamos a un acuerdo para los exámenes. La primera prueba será llevada a cabo en Konoha y las otras dos en Suna.
Una vez aclarado eso, era el momento de que los hermanos regresen a su aldea.
──Bien, nos volveremos a encontrar en el examen. ─dijo mi hermano.
──Sí. ─Kankuro dio media vuelta dispuesto a irse.
Gaara y Temari se quedaron frente a nosotros.
──Si ocurre cualquier cosa, solo consúltennos, nosotros haremos algo, bebé llorón. ─le dijo la rubia a mi hermano.
Preferí enfocar mi atención en el pelirrojo.
──¿Te volveré a ver? ─preguntó.
──Estaré en la segunda fase del examen, así que pasaré a ver tu oficina, Kazekage-sama. ─le aseguré sacando un leve brillo en sus ojos.
──Te esperaré. ─me dio una última mirada para irse junto a Temari.
Delante suyo estaba un Kankuro desanimado.
──¿Seguro que no tienen una hermana? ─nos preguntó a los dos, negamos con la cabeza. ──. Que injusto.
Lloriqueo mientras caminaba.
──El colmo, siempre es igual. ─murmuró mi hermano.
──Karma~ ─lo miré burlonamente escondiendo mis labios con mi mano. ──. Por ser un idiota.
──Oh, cállate. ─empujo mi rostro con su mano para caminar devuelta a sus cosas.
──No te enojes, bebé-llorón. ─le dije el apodo que le puso la rubia. ──. Te dije que te iba a tocar peor que mamá.
Él no dijo nada, pues sabía que le comenzaba a gustar la rubia.
──No me gusta que estés muy unida con Gaara ─soltó de repente mientras nos dirigimos a casa.
──Sí no me meto lo que haces, ¿no crees que deberías de hacer lo mismo? ─pregunte aguantando mis ganas de leer. Preferí compartir tiempo con mi hermano, ya que gracias a los trabajos que hemos tenido no hemos salido.
──Sé que estás grande y tú decides tu vida, pero eso no significa que no me preocupe por ti. ─lo miré de reojo cuando se detuvo observando las nubes ser llevadas por el viento. ──. Gaara es el Kazekage y si se enteran que eres unida a él... ─se quedó en silencio con un rostro serio.
Lo miré de reojo por unos segundos para enfocar mi mirada los las leves hojas de los árboles que el viento se llevaba.
──No tienes que preocuparte, Shikamaru. ─sentí su mirada en mi. ──. Sí algún día alguien intenta algo, estoy completamente seguro de que no saldrá ileso. ─lo miré con seriedad. ──. No olvides quien es tu hermana. ─el viento sopló con fuerza despeinando mi cabello. ──. No soy princesa solo por linda.
Al decir lo último, mi sombra se materializó rodeando mi persona dando a entender quién era.
Un título así, es por algo.
Y él era muy pequeño para recordar.
BOSTECÉ. VER A LEE ENTRENAR SIN PARAR me cansaba más que cuando yo entrenaba.
──Lee, es suficiente. ─ordenó el sensei con una sonrisa. ──. Tengo un anunció que darles.
──¿Anuncio? ─preguntó Tenten bebiendo el agua que le brinde.
──¿Qué es sensei? ─cuestiono Lee acercándose con nosotros. ──. Acaso... ¡¿Nos dará entrenamientos dobles?!
Nosotros tres suspiramos pesadamente mirando asesinamente a Lee por eso.
──¡Gran idea, Lee! ¡Lo pensaré! ─con esas palabras bastaron para querer matar a Lee. ──. La noticia que les daré es de suma importancia. Además, lo han estado esperando por un largo tiempo.
Alcé una ceja al ver la tensión que estaba creando al mirar a sus pupilos con seriedad, causando que estos sudaran de frío.
──Fueron recomendados para los examenes chunin. ─solté de golpe rompiendo la tensión del momento.
──¡Saiko, yo quería decirlo! ─el sensei lloriqueo.
──¿Los exámenes chunnin? ─murmuró Tenten.
──... ─al Hyuga se le estabá reiniciando la enciclopedia.
Lee se quedó en silencio, hasta que su cabeza procesó la información.
──¡Los exámenes chunnin! ─gritó saltando por todo el campo. ──. ¡Por fin! ¡He estado esperando por esto!
Nosotros preferimos ignorarlo.
──Como dijo Saiko, los recomendé. ─Gai-sensei les entregó su solicitud. ──. Será dentro de tres días, en la academia. ─sonrió. ──. Es su momento de brillar como Saiko lo hizo hace años.
──Qué aburrido, por cierto. ─dije sin mucha importancia.
──Demuestren el fruto de su entrenamiento. ¡Dejen que la fuerza de la juventud exploté!
──¡Sí, Gai-sensei! ─gritó Lee llorando a mares. ──. ¡No lo voy a decepcionar!
──Oh, Lee... ─suspiré al ver como abrazaba a Lee para llorar con él.
──¿Algún consejo para pasar los exámenes, Saiko? ─preguntó Tenten pasando de ellos.
──Mmm. ─pensé en algo. ──. Ríndete.
Una gota de sudor se colocó por su cien.
──A mí me funcionó. ─me encogí de hombros ante su mirada.
──Pero no todos somos como tu, Nara. ─excusó el Hyuga. ──. Rendirnos no nos garantizara de convertirnos en chunnin.
──Tienes razón, Hyuga, rendirte no te convertirá en chunnin, pero te salvará tu vida. ─aclaré lo que es cierto. ──. ¿Quieren un consejo? Usen su cabeza en lugar de su fuerza. ─mi tono de voz serio hizo que todos me prestaran atención. ──. No son niños, así que no resuelvan las cosas a la fuerza. Tienen que analizar y pensar detalladamente. Tienen que escuchar, no oír.
Lo último los dejó confundidos.
──¿Qué significa eso?
──Sí ni siquiera conocen la diferencia, olviden que van a pasar la primera fase. ─sentencié dando media vuelta. ──. Suerte en su examen, a partir de mañana, seré sensor.
No podía decirle más que eso, la gran diferencia que había entre esas dos palabras. Escuchar, es prestar atención a cada palabra emitida, buscando y analizando con detalle para encontrar el verdadero sentido. En cambio, oír, es no prestarle atención a las palabras, solo enfocarse en los sonidos que producen.
Si logran escuchar, será fácil pasar.
LOS DÍAS PASARON Y FINALMENTE SE llevaron a cabo los exámenes chunnin.
La primera fase la presentó Shikamaru –inicialmente era mía, pero él me hizo el favor de hacerla por mi– junto a Temari.
Me enorgullece que mi equipo pasará sin dificultades. Tal parece que mi consejo los ayudó mucho.
Ahora, en la 2da fase, me "encargaba" de recibir a los que lograron llegar al puerto del Desierto Infernal en Sunagakure. Lo sé, correr por tres días es rotundo fastidio.
Al paso de las horas, los equipos fueron llegando o bueno, solo una parte de la gran mayoría. Todos estaban exhaustos de tanto correr, menos mi equipo que solo miraba a los demás como sí nada.
──¡Sakura! ¡Amigos! ¡Llegaron sanos y salvos! ─exclamó Lee con energías de sobra mirando a los demás cansados hasta morir.
──Como era de esperarse, los pupilos de Gai-sensei tienen mucha resistencia. ─comentó Ino mientras trataba de respirar mejor.
──El grupo de Asuma y Kurenai. ─murmuró el Hyuga mirando a ambos equipos. ──. Parece que los miembros principales de la prueba anterior no superaron la eliminación.
No les prestaba mucha atención a los equipos, me limitaba a leer mi libro. Al parecer Sukuna había comido su tercer dedo y ahora enfrentaba a Megumi.
──Etto... Disculpe. ─miré de reojo a una pequeña castaña de cabello corto de Suna. ──. ¿Usted es un sensor o dónde está su equipo?
──Su sensor. ─respondí continuando la lectura. ──. Bien, felicidades por pasar... bla, bla,... me da pereza decir una biblia. Así que, síganme en silencio
Ni siquiera los miré, di media vuelta abriendo aquella puerta para entrar al puerto. Podía escuchar los murmullos de la mayoría.
──Parece que la cansada es ella en lugar de nosotros.
──Me recuerda al de la 1ra prueba.
Murmullos por aquí, murmullos por acá y otros más. Pronto, sentí mi sombra tensarse levemente en modo de defensa.
──¡Hola! ─una voz casi me grito en el oído.
Me limité a mirarla de reojo para analizarla, y en cuestión de minutos, sabía por qué mi sombra se tensaba y salía a la defensiva.
──Mi nombre es Fuu, una kunoichi de Takigakure, ¿podemos ser amigas? ─Intentó tomar mi mano, pero mi sombra lo impidió. ──. ¡Wow! ¡¿Qué es esto?! ─acarició a la sombra con asombro misma que se alejaba y atacaba, pero la niña lo evitaba.
──Mi sombra me protege, así que no te recomiendo intentar tocarme si no quieres lastimarte. ─comenté regresando a mi lectura.
──Oh. ─hizo un mohín. ──. ¿Por qué la defiendes? Yo solo quiero ser su amiga.
Alcé una ceja al verla discutir con mi sombra, la cual, le respondía atacandola. Al parecer la pequeña Jinchuriki no era muy lista que digamos. Suspiré para aumentar el paso y seguir.
Tuve que aguantar oírla por un largo tiempo mientras la sombra me 'protegía', más bien parecía pelear con ella.
Pero al final, valió la espera para poder ir directo a mi habitación asignada donde me despoje de mi ropa para ponerme una camisa negra que le robe a mi hermano –mismas que me quedan grandes–, me llegaba hasta el muslo. Me acosté en la cama continuando con la lectura.
Estaba tan sumergida en mi lectura que no notaba los leves golpes de mi puerta hasta que escuche un "voy a entrar, con permiso". Alcé mi vista encontrando los ojos carmesíes de Kurenai.
──¿Sucede algo? ─pregunté dejando mi libro a un lado.
Ella negó con la cabeza.
──Solo vine a avisarte que la cena ya está servida en el comedor.
──Gracias, pero no tengo hambre por el momento. ─tome de nuevo mi libro para pasar la página. ──. Quizás, si me da hambre, bajo.
──Estuviste corriendo por días, ¿segura que no tienes hambre? ─preguntó levemente seria.
──Sí, gracias por preocuparte, pero en verdad no me apetece probar bocado. ─le aseguré.
Ella no parecía muy convencida.
──Está bien. ─dijo al final. ──. De igual modo te guardaré algo.
Suspiré cuando salió de mi habitación. Me acomodé en la cama para tener una mejor posición para leer tranquila, pero por una extraña razón no podía concentrarme en la lectura. Cerré mis ojos por unos segundos dejando de lado el libro. Me quedé observando el techo por unos minutos antes de levantarme e ir hacia el balcón.
Al abrir la puerta, el calor se sentía menos pues la noche estaba comenzando a salir dando paso a la fría oscuridad. No le di tanta importancia y me detuve al borde del barandal admirando el sol esconderse lentamente en el horizonte.
No sabia cuanto tiempo estuve así hasta que sentí una suave presión en mi cintura para a los segundos ver mi sombra entrelazarse con la arena iniciando un juego entre ellos. Pronto una presencia llegó a mi lado.
──Me dijeron que no has comido. ─giré mi cabeza viendo como dejaba dos platos de comida en la pequeña mesa que había afuera. ──. Así que pensé en comer juntos. ¿Te parece?
Escondí una sonrisa en uno de mis mechones de cabello.
──Claro, no veo ningún problema. ─acepte la invitación.
Gaara me abrió la silla para sentarme y después él tomó asiento en su lugar.
──¿Por qué no fuistes a comer? ─pregunto después de que agradeceríamos la comida.
Me encogí de hombros.
──Simplemente no tenía mucha hambre. ─comí un poco de molleja, por lo que veía a Gaara parecía gustarle. ──. ¿No tienes mucho trabajo?
Él me miró por unos segundos para regresar a su comida.
──Termine gran parte de ello. ─respondió. ──. Pero no te preocupes, para ti siempre tendré tiempo. ─acarició mi mano levemente.
Desvié mi mirada escondiendo mi tenue sonrojo.
──Mañana espero y puedas venir a mi despacho. ─lo miré ante sus palabras. ──. Me gustaría tener un poco de compañía.
──Claro. No tengo nada más que hacer. ─mi respuesta pareció alegrarlo.
El resto de la cena transcurrió de forma normal, cuando terminamos nos quedamos hablando de cosas irrelevantes, la verdad no nos importaba mucho lo que decíamos, ambos solo nos enfocabamos en pasar tiempo juntos. Hasta que la noche llegó y una tormenta de arena se presentó haciendo que ambos termináramos dentro de mi habitación.
──Creo que ya debería de irme a mi habitación. ─dijo mirando la tormenta por la ventana.
──Si quieres, puedes quedarte un rato más. ─propuse alejándome de él dejando los platos en la mesa del centro.
Sentí su mirada sobre mí, pero pronto sentí como se intensifico.
──No quiero molestar. ─giré mi cabeza observando como Gaara me recorría con la mirada. ──. ¿No sientes frío?
Ladeé mi cabeza sin entender de qué hablaba, llevaba una camisa de mangas que le robe a mi hermano fue entonces que capte a lo que se refería.
La camisa no tapaba más de dos centímetros arriba de mis muslos.
──Un poco, pero no es mucho. ─dije desviando mi mirada a otro lado mientras caminaba a mi cama para taparme con la frazada.
Él se quedó parado sin decir nada más, seguramente su leve sonrojo se lo impedía. Un silencio se presentó por unos cuantos segundos hasta que ambos nos relajamos y olvidábamos lo pasado.
──Saiko. ─me llamó, se miraba decisivo. ──. Te gustaría ten–
Se quedó en silencio cuando escuchamos un grito afuera del edificio, parecía provenir de entre la tormenta de arena. Ambos nos miramos por unos segundos antes de que me parara y fuera abrir la puerta, pero una mano me detuvo.
──¿Qué haces? ─preguntó sin soltar mi mano quedando frente a mi.
──¿No es obvio? Tengo que ir, estoy encargada de que los equipos sigan viviendo. ─respondí con clara obviedad.
──No puedo permitir que vayas vestida así.
Cuando dijo eso, caí en cuenta de que solo llevaba una camisa y no creo que eso sea muy profesional de mi parte.
──Lo había olvidado. ─susurré.
──Dejame ir. ─soltó mi mano. ──. Te veré mañana, ¿no?
──No lo dudes.
Él salió de mi habitación dejándome sola, cayendo en cuenta que el maldito Kazekage comienza a tenerme loca.
──Qué fastidio.
Solté dejándome caer en la cama.
Esta sin duda será una noche agitada.
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