─ CAPÍTULO ─
VEINTIDÓS

❝GODAIME❞

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      ESTABA SUMERGIDA EN LO PROFUNDO de la oscuridad, sintiendo todo mi cuerpo relajado y tranquilo.

Pero nada dura para siempre.

──¡NARA SAIKO! ¡SI NO TE LEVANTAS AHORA REGALARÉ TUS LIBROS!

Sin necesidad de más palabras, me levanté de un salto de mi cama al escuchar a mi madre amenazarme con mis apreciados libros. Daría la vida de mi hermano antes que mis libros.

Con pereza arreglé mi cama y me di una ducha rápida para bajar al comedor donde estaba mi familia esperando mi presencia para desayunar.

──Hasta que la señorita se digna a levantarse. ─dijo mamá sirviendo mi comida con mala cara.

──Yoshino, Saiko acaba de llegar de una misión de casi una semana. ─le recordó papá. ──. Es normal que se haya quedado dormida.

Y no mentía. Hemos estado haciendo misiones más que otras veces y sin un jounin de por medio, además de que ahora teníamos a Tenten como miembro del equipo ante la ausencia de Lee y que sus compañeros se retiraron de ser ninjas. Kento para atender el negoció familiar de su madre apoyando a su hermano a ser un ninja, mientras que Shiori prefirió alejarse del mundo ninja.

──Lo sé, pero es momento de comenzar a esforzarse más. ─contestó después de que todos agradecimos la comida. ──. Ayer le dijiste que hoy comenzarías a entrenarla más duro para que aprendiera el jutsu nuevo, ¿no?

──Cielos. Nada se te escapa. ─murmuró papá.

En toda la comida casi no di un bocado, no es porqué no tuviera hambre, más bien era sobre la situación en la que estábamos. Hace semanas que ocurrió el ataque y me carcomía el ocultarle a mi familia que ayude a los de Sunagakure a salir de la aldea.

──¿Sucede algo, Saiko? ─salí de mis pensamientos al escuchar a papá. ──. Casi no has comido.

──Saiko, más vale que termines todo. ─amenazó mamá con una cuchara de madera en mano. ──. Hoy ustedes tendrán que acompañar a su padre.

──Ya lo sé, no necesitas repetirlo cada minuto, mamá. ─respondió Shikamaru fastidiado.

Yo por mi parte no dije nada.

──Papá, ¿te puedo hacer una pregunta? ─pregunté mirando sus ojos, él estaba al frente mío.

──¿Qué es?

Hice un gesto al no saber cómo soltarla sin que me regañen.

──¿Crees que fue mala idea ayudar a salir de la aldea a un equipo de Suna?

Cuando terminé la pregunta, mamá casi se atragantaba con su comida mientras mi hermano le tendió un vaso de agua mirándome de reojo, papá por su lado se quedó a medio comer mirando mis ojos, como si me estuviera analizando, en esta ocasión no tenia mi usual cara de pereza, se notaba la seriedad en mis ojos.

──Saiko, ¿cómo te sientes acerca de aquel chico que ayudaste? ─iba a decir que eran tres, pero me corto. ──. No olvides que soy tu padre y nada me puedes ocultar.

Me quedé en silencio ante eso. Supongo que los ciervos no son muy confiables a veces.

──Es divertido pasar tiempo con alguien que comparte tus gustos. ─hablé mirando mi comida, solte una diminuta sonrisa al recordar los buenos momentos. ──. Me sentí tan bien de expresar mis gustos y enseñarles las maravillas que Konoha tiene y nosotros no apreciamos. ─me armé de valor y lo miré a los ojos.

──Ya veo. ─sonrió levemente. ──. Entonces debes hacer lo que quieras. Con lo que te haga sentir diferente y que te guste sentirlo.

Sonreí un poco sorprendiendo un poco a mi familia ya que no era mucho de sonreír, siempre tenía mi rostro perezoso.

En definitiva tenía a la mejor familia.

──Pero, ojo, Saiko. ─papá se puso serio. ──. Manten distancia.

──¿Distancia? ¿En serio? ─alcé una ceja en signo de interrogación.

──Ya escuchaste a papá. ─habló Shika comiendo de su comida. ──. No necesitas mucha distancia, con 50 metros basta.

──¿50 metros? ─cuestioné sin creer esa idiotez. ──. ¿No crees que es poco? ─dije con sarcasmo.

──100 metros es más que suficiente, Saiko. ─aclaró papá.

──Papá. ─solté un suspiró pesado llevando comida a mi boca.

Mamá soltó una leve risa ante lo celosos que eran los hombres de está casa.

──Ya esta comenzando esta etapa, ¿eh? ─comentó mamá. ──. Supongo que la platica esta cerca.

──¡Mamá!

       EL SOL ESTABA RELUCIENTE Y AQUELLO comenzaba a odiarlo por completo. Pasar el día con papá no era como imaginaba y más cuando comenzó a darme una charla sobre el liderazgo del clan Nara y darme el pergamino con jutsus nuevos.

Ahora teníamos que ir por unas cosas del clan que estaban en la torre Hokage porqué el nuevo Godaime había llegado el día de hoy y ya iba a comenzar a trabajar o algo así entendí, la verdad no le tanta importancia al asunto, solo iba caminando al lado de mi padre leyendo mi libro mientras Shikamaru iba al otro lado con su cara de fastidio.

──¿Emocionada por volver a ver a Lady Tsunade? ─preguntó papá mirándome de reojo.

──Es lo último que quiero. ─suspiré al recordar la última vez que la vi. ──. Dijo que la otra vez que la viera me iba a sacar sangre para ver si no ha habido cambios.

──No te lo tomes tan apecho, cariño. ─pasó su brazo por mis hombros acercando mi cuerpo al suyo. ──. Además, se fue de la aldea cuando tenías tres años.

Shikamaru solo escuchaba la conversación sin saber a que nos referíamos, no lo culpaba, Lady Tsunade me hacía chequeos por el suceso que ocurrió cuando madre estaba embarazada y él no recoedaba nada por el estilo.

──¡¿Debe de estar bromeando?! ─escuchamos un grito al final de las escaleras. ──. ¡¿Qué hay de Kakashi-sensei, Sasuke y cejas de azotador?!

──Ay, cierto. Los había olvidado. ─me tensé al escuchar esa voz tan familiar.

──Sí, ese debe ser Naruto. ─comentó mi hermano justo cuando llegamos notando que estaba en lo cierto.

──Shikamaru. ─el rubio lo miró.

──¿Qué estás haciendo aquí? No deberías estar en otro lado, arreglando tu cara.

──¿Y qué hay de ti? Por lo general estás durmiendo a está hora. ─se la regreso al conocerlo tan bien.

──Qué gracioso. ─soltó el pelinegro. ──. Papá nos pidió a Saiko y a mí que vinieramos con él, pero no preguntes la razón.

Naruto me vio a lo que le saludé con la mano manteniendo mi mirada en el libro para que Tsunade no me reconozca.

──Oigan, ¿ya se conocen? ─preguntó el rubio al ver a papá hablar con Lady Tsunade.

──Saludos, Lady Tsunade. A pasado el tiempo. ─saludo papá.

──Vaya que sí ha pasado el tiempo. ─sentí su mirada. ──. Tú eres la pequeña Saiko. ─palmeo mi cabeza. ──. Espero que sigan cuidando bien de los ciervos, saque buenas medicinas de esos cuernos.

──Ah, sí, los ciervos están bien. ─contestó papá. ──. Al igual que Saiko.

──Me alegra tanto y Saiko, esperare con gusto para sacarte sangre. ─paso por nuestro lado.

Palidecí internamente.

──¿Quién es la rubia? ¿Por qué mi padre le habla como si fuera su jefa? ¿Y para qué quiere sangre de Saiko? ─logre escuchar los murmullos de Shikamaru.

──¿No lo sabes? Ella es la Godaime Hokage. ─aquello me heló, sabía que ella iba a venir, pero no sabia que era el nuevo Hokage. ──. Y no es una chica. De hecho es una señora cincuentona.

Shikamaru se sorprendió.

──Los veo pronto. ─se despidió la rubia. ──. ¡Vamonos, Shizune! ─la nombrada la siguió.

──Sí, Milady. ─papá hizo una reverencia.

──¡Hasta luego, nos vamos al hospital! ─se despidió Naruto por igual. ──. Los veo luego, chicos. Ya verán la super técnica que desarrollé.

Simplemente los vi irse.

──¿En serio es la Godaime Hokage? ─preguntó Shikamaru y no me extraña con su mente tan cerrada acerca de las mujeres siendo shinobis.

──Cuidado, Shikamaru. ─le dijo papá acercándose a nosotros. ──. Esa mujer es uno de los ninjas más fuertes que conozco. No te dejes llevar por su apariencia.

──¿Sí? ─inquirió.

──Sí sabes que ella es una de los Tres Legendarios Sannin, ¿no? ─dije mirando a mi hermano. ──. Le dieron el título por una razón.

──Entiendo, pero no entiendo. ¿Una mujer Hokage? ─dijo, ni siquiera él mismo se entendía. ──. No creo que sea perjudicial, pero realmente es una buena idea.

Papá me detuvo antes de que le diera un librazo en la cabeza.

──Ay, por favor. Ya sabes como son. ─continuó hablando. ──. Jamás las podremos comprender. Nunca sabes a qué atenerte con ellas. La cosa más íntima las puede hacer enojar. ─juraría que mi imagen se presentó en su cabeza. ──. Y siempre están jugando con tu mente. Tratan de obligarte a hacer lo que quieren. Son un dolor de cabeza, básicamente.

Papá pasó su brazo por mi hombro impidiendo la muerte de su hijo.

──Escucha, Shikamaru. ─imitó la acción, pero con su otro brazo. ──. Recuerda que sin las mujeres, ni siquiera existiríamos. Y créeme que ellas hacen que seamos mejores hombres de lo que seríamos sin ellas. ─se separó de nosotros. ──. Además, hasta la más fuerte de ella no teme ser amable con el hombre que ama.

Para alguien que depende mucho de mamá, sus frases son muy poéticas.

──Algún día comprenderás lo que habló.

──No, gracias. ─se rehusó.

──Y por tu forma de pensar en las cosas, te tocará una peor que mamá. ─llevé mi mano a mis labios escondiendo una sonrisa burlona. ──. Karma~

──Ay, cállate, ¿quieres? ─me miró mal. ──. Mientras no sea una perezosa, no me importa lo demás.

──A las chicas nos gustan los chicos lindos, no vagos feos. ─miré a otro lado.

──Chicos. ─papá nos interrumpió. ──. Es mejor darnos prisa. Terminar nuestros asuntos y volver a casa. Ya saben como se pone su madre cuando nos atrasamos. ─lo miramos entrar a la torre sudando frío imaginando a mamá de mal humor. ──. Vamos, chicos.

──Bueno, si una mujer lo hizo cambiar a una mejor persona, no tengo interés en saber en como era antes. ─murmuró mi hermano.

──Xdos.

Antes de dar un paso, un ANBU me lo impidió.

──Nara Saiko, los consejeros exigen su presencia de inmediato.

Mi cuerpo se tenso un poco, pero no lo demuestre. Miré a mi padre diciéndole que estaría bien, él no le quedó de otra que suspirar levemente.

──Le diré a tu madre que llegarás tarde a comer.

──Gracias. ─pasé por su lado y antes de irme me tomó del hombro.

──Todo estará bien, Saiko. ─me brindó una cálida sonrisa.

Asentí con mi cabeza antes de adentrarme a la torre y dirigirme a la habitación donde ambos ancianos se la pasaban. Toqué y entre cuando ellos me lo permitieron.

──Con permiso. ─entré haciendo una reverencia. ──. ¿Me mandaron a llamar?

──Así es. ─habló el anciano. ──. Como podrás saber, los gennin han estado haciendo misiones sin un jounin a cargo.

──Esto es debido a que hemos enviado a jounins a misiones fuera de la aldea al igual que algunos chunin. ─continuó la señora. ──. También enviamos a gennin a misiones de acuerdo a sus capacidades.

──Hemos hablado y creemos que eres la más capacitada para hacer una misión de rango A por ti misma.

Me sorprendí al escuchar aquello. Prácticamente me darán una misión como si fuera un chunnin o incluso un jounin.

──Sunagakure ha declarado públicamente que Orochimaru fue el responsable de todo. ─informó el consejero. ──. Además, le han ofrecido su apoyo total a Konohagakure. Esto hace que no estemos seguros de su traición.

──Y cómo debes saber, no tenemos más opción que aceptar sus disculpas con el objeto de establecer poder en la región. 

Era claro que aún sin un Hokage oficial, las aldeas vecinas o algunas villas querían atacar al estar en desventaja.

──Hemos decidido que enviaremos el tratado de paz nuevamente para que sea firmado, también anunciaremos que ya fue elegido al Godaime Hokage.

──Nara Saiko, se te encomienda la misión de ir a Sunagakure para entregarles el pergamino de un nuevo tratado de paz, una alianza entre Suna y Konoha.

Esto no podía ser peor.

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