─ CAPÍTULO ─
OCHO

❝BIBLIOTECA❞

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      HABÍAMOS LLEGADO AL TERCER PISO SIN problema alguno. Lee dijo que no lo esperaremos así que como buenos amigos que somos le hicimos caso y entregamos nuestra solicitud.

──Lo siento, pero no puedo inscribirlos.

──¿Qué? ─preguntó Neji frunciendo su ceño.

──Me lo temía. ─tomé mi solicitud caminando al otro lado para recargar mi espalda contra la pared. ──. Sí somos un equipo de tres era más que obvio que esto no iba a ser individual.

Me dije a mi misma mirando el techo mientras que mi compañero seguía discutiendo con el hombre a cargo de las inscripciones.

──Esto es completamente absurdo. ─escuche al castaño. ──. Nuestro sensei dijo que era algo completamente individual. No me puede prohibir ingresar al lugar solo porque falta un integrante.

──Lo siento, así son las reglas. ─alzó su voz. ──. Si no es un equipo de tres integrantes, no pasarán.

El Hyuga suspiró enojado caminando hacía mi donde llevó sus manos a los bolsillos de sus pantalones recargando su espalda contra la pared.

──Voy a matar a Lee. ─dijo por lo bajo. ──. Por su culpa estamos aquí. Sin poder entrar.

──Y según tu no me necesitabas. ─recordé ganando una de sus malas miradas. ──. Karma~ ─dije mirando al frente.

Ahora debíamos esperar a que nuestro amigo llegará antes de que se hicieran las tres de la tarde y nos dejen fuera. De solo pensarlo me daba un dolor de cabeza al imaginar en cómo se pondría Gai-sensei si no llegáramos a participar.

Al paso de unos minutos sin noticias me decidí dar una vuelta por la academia. Me enderece dando media vuelta dispuesta a irme.

──¿A dónde vas? ─preguntó al verme.

──Cómo Lee no parece que vendrá pronto, iré a dar un vistazo a la biblioteca, hasta entonces. ─dije sin más comenzando mi camino.

──Ni se te ocurra quedarte dormida.

──No prometo nada. ─me encogí de hombros dando vuelta al pasillo.

Caminé por unos pocos minutos hasta ver aquellas puertas que me llevaban al paraíso. Una vez dentro pude ver las grandes estanterías repletas de libros de los cuales he leído más de la mitad.

Tenía suerte de que el sensei encargado no se encontrara justo ahora así que sin más me dirigí al pequeño pasillo de misterio buscando alguno que sea de mi agrado. Pero me desvíe y termine en la sección de aventura y un libro con portada colorida captó mi atención, parecía que se trataba de piratas. Lo tomé entre mis dedos leyendo el título.

──¿One piece? ─alcé una ceja.

El nombre no me sonaba, seguramente es uno de los libros nuevos que la biblioteca adquirió. Mi cuerpo se tensó cuando sentí la presencia de alguien a mis espaldas. Sin perder tiempo, tomé entre mi dedo un kunai lanzadolo hacía la persona.

Pero nunca le dio. El kunai fue detenido por una capa de arena que cubría el rostro del pelirrojo. Mi cuerpo se relajo al saber que no era alguien peligroso.

Creo.

──Ah, eres tú. ─dije sin mucha emoción regresando mi atención al libro.

Abrí el libro leyendo sobre un tal Gold Roger que hizo que los piratas zarparán al Grand Line en busca de su tesoro el One Piece, comenzando así la gran era de los piratas.

──A media saga se muere su hijo. ─me tensé al escuchar su voz a mi lado, cerca del oído.

Giré mi rostro quedando a escasos centímetros del suyo.

──No sé si lo sabías, pero es muy descortés y grosero que digas lo que sucede en el libro. ─no necesitaba alzar mi cabeza, él solo era más alto por un centímetro. ──. Y más cuando acabo de leer la primera página.

──Ni siquiera está terminado. ─dijo mirando mis ojos.

──¿De cuantos libros es la saga? ─cuestioné con interés.

──Actualmente existen ocho libros y el escritor está trabajando en el noveno. ─respondió con serenidad.

──Eso sí que me interesa. ─aparté la mirada de él para enfocarlo en el libro. ──. Supongo que tú ya los leíste, ¿no?

──Los últimos tres, no.

──¿Y dime? ¿Vale la pena desperdiciar mi tiempo en leerlos? ─inquirí, haciendo algo de platica.

──Tiene buenas peleas. Y es un misterio el One Piece. ─contesto con simpleza. ──. Aunque a mi punto de vista le hace falta más sangre.

──¿Sabes? No todo en la vida es sangre y dolor. ─lo miré a los ojos. ──. También existe el comer y dormir.

Se mostró un poco sorprendido, pero lo escondió. Supongo que creyó que iba a decir que el amor era indispensable en la vida, lo era, pero lo era más el comer y dormir.

──Me das curiosidad, Nara Saiko.

Pestañé antes de enfocar mis ojos en los suyos notando como estos me miraban atentamente.

──Eres diferente a los demás... puedo sentirlo. ─soltó de golpe analizando mi rostro. ──. Algo de ti me llama. Tu sangre... tal vez.

Pronto sentí como la arena intentaba tomar mi cintura, pero no logró su acción. Aquello hizo enojar a Gaara de cierta manera. Lo pude notar en su mirada.

──Cualquier cosa que intentes hacer, detente. ─hablé serena mirando sus ojos turquesas. ──. Sólo será inútil. ─di media vuelta. ──. Nos vemos después, Gaara.

Levanté mi mano en modo de despedida mientras guardaba el libro en mi porta-armas saliendo de la biblioteca. Camine pensando en las palabras del pelirrojo, también me comenzó a dar curiosidad el saber que intentaba hacer conmigo.

──Hasta que apareces.

Salí de mis pensamientos al escuchar la voz de Neji. Ni siquiera me había dado cuenta de en qué momento había llegado con él. Levanté mi cabeza notando que Lee se encontraba con un leve golpe en su pómulo.

──No se suponía que los golpes eran fingidos. ─cruce mis brazos mirando al chico.

──Él muy idiota fue detrás del novato Uchiha. ─comentó Neji mirando con reproche a Lee.

──Entonces, ¿te dio una paliza un novato más pequeño que tú? ─cuestione sin creerlo.

──Nada de eso. ─me miró orgulloso. ──. Parecía que sus habilidades no estaban a mi nivel ni las de su amigo rubio.

──¿Entonces?

──Gai-sensei se dio cuenta de la pelea y llegó a detenerla antes de usar el Omote Renge. ─dijo casi llorando y ahora entendía lo del golpe. Loto primario. ──. Tuvo que reprenderme a pesar de que le doliera, no se doblegó.

Solté un suspiró al verlo limpiar sus lágrimas.

──Será mejor entrar antes de que se cierren las inscripciones. ─aconseje tomando mi solicitud.

──En eso estamos de acuerdo, Nara. ─escuche la voz del Hyuga.

Nos acercamos al encargado mostrando nuestras solicitudes. Él anotó algo en una hoja para ponerle un sello a la solicitud.

──Listo. ─nos dio la hoja. ──. Ya están inscritos. Pasen por favor y suerte en su examen.

──La suerte es para los mediocres. ─dijo el castaño antes de entrar por la puerta.

Me limité a cruzar mis brazos siguiendo sus pasos con Lee a mi lado dejando al Hyuga en medio de ambos. Una vez que entramos por la puerta encontramos a una gran variedad de genni's que no dejaban de mirar hacía acá.

──Esto va a ser un fastidio. ─dije en voz para mi misma mirando a los lados. ──. Hay muchas personas para está estupidez.

──Presiento que esto será más emocionante de lo que creía. ─escuche a Lee feliz.

Al mirarlo de reojo pude ver un fuego salir de sus ojos.

──Hey, es Saiko-san. ─escuche un leve susurro, al mirar por el rabillo de mi ojo note a Chouji.

──Hay que saludarla. ─propuso la rubia.

──Ay, ¿cómo crees? Saiko ahora es nuestro enemigo. ─murmuró mi hermano. ──. De todos las personas presentes, Saiko es a la única que no deseo enfrentar. Y a su equipo menos. ─sus compañeros lo mirarón confudidos. ──. Diablos, qué fastidio.

──¿Eh? ─la rubia no dijo nada.

Moví mi cabeza haciendo que mis ojos se encontrarán con el equipo de mi hermano en una de las esquinas, a su lado estaba el equipo de la prima de Neji. En cuanto la Hyuga miró hacía acá apartó la mirada al no soportar la de su primo.

──Recuerda que el sensei dijo que no pusieras tus problemas de clan sobre el examen. ─le hablé caminando hacía un lugar donde no había muchas personas en una de las mesas apartadas.

Me senté encima recargando mi espalda en la pared sacando el libro de mi porta-armas sintiendo a mi equipo acercarse a mí. Comencé a hojear el libro cayendo levemente en las garras de su trama. Ignoraba algunas miradas sobre nosotros, en especial una que no dejaba de sentir hacia mi persona.

A los minutos el equipo de Kakashi entró por la puerta y en menos de cinco segundos, los nueve novatos se juntaron en un grupo haciendo un gran escándalo siendo la atención de todos. Hasta que un chico de lentes se acercó a ellos hablando de quién sabe qué cosas que no me interesaban. Sólo vi que sacó algunas tarjetas extrañas.

Me llamó un poco la atención el haber creído escuchar los nombres de Lee y Gaara a petición del Uchiha. Pronto deje de escuchar, y ellos de hablar dejando un silencio en toda la habitación.

Hasta que alguien soltó un enorme grito.

──¡Mi nombre es Uzumaki Naruto! ─nos señaló a todos. ──. ¡Y voy a vencerlos a todos ustedes, "ttebayo!

Si antes las miradas se clavaban como alfileres en los novatos, ahora eran kunai's enterrados en sus rostros. Parece que mi hermano va a tener que lidiar más de lo que imagino gracias a su amigo.

──Creo entender porqué dejaron de permitir a los novatos por cinco años. ─dije sentada encima de la mesa con mis piernas cruzadas.

──Ya perdió todas sus agallas. ─comentó Neji a mi lado izquierdo, justo a un lado de Lee.

──Él tiene pasión. ─aclaró Lee mirando al rubio.

──Creo que no lo intimidaste tanto como creíste, ¿eh, Lee? ─soltó el Hyuga.

Solté un leve suspiró dando vuelta a la página continuando con mi lectura. Ahora el protagonista está en busca de un barco y llegó a una isla donde se encontró con un mentiroso narizón. Leía, haciendo aún lado aquella mirada que no me había dejado de sentir en todo el rato, y creía saber quién era el dueño.

Estaba segura que si levantaba mi mirada me encontraría con esos ojos color turquesa, tan fríos como el hielo y más peligrosos que la oscuridad.

Y por alguna razón, algo dentro mío atrae a lo peligroso.

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Maratón ¹'⁵