─ CAPÍTULO ─
TRES

❛PEQUEÑO MONSTRUO❜

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Sumida en mi lectura ignoraba la voz del sensei explicando el funcionamiento del chakra. No le veía el caso prestar atención a cosas que ya me sabia de memoria, aprendí leyendo con los libros de la academia de mi hermano y prácticamente son los mismos que tengo hoy en dia.

La decisión que Minato tomo fue que pasaría solo la mitad del año, para cuando eso ocurriera él ya me habría entrenado un poco y cuando llegara a mediados del año presentara el examen de graduación, si aprobaba me pasaran de año y mi entrenamiento sería más duro.

Yo acepte, cualquier decisión que él tome por mi, siempre estaré de acuerdo. Después de todo él es lo único que tengo y la persona que más confío, claro que dejando de lado a Kushina-neesan que desde que mi hermano la salvo de algunos ninjas me ha estado cuidando como una pequeña hermana. Y lo agradezco, gracias a ella conozco algunas cosas de mujeres, normalmente yo parecía hombre porque mi hermano no tenía mucho conociendo sobre como cuidar a una niña.

Hasta el dia de hoy llevo puesto su ropa de cuando iba a la academia, solo que hizo algunos arreglos para que no me quedara tan grande. El pantalón lo corto para que me llegara a la rodilla al igual que la camisa de red que me llega hasta el ombligo, lo único que sigue intacto es la chaqueta. A decir verdad me gusta llevar su ropa, es cómoda y no me importa parecer hombre, ya que mi cabello es corto más arriba de mi hombros. Esto era porque mi hermano no quiso llevarme a una estética y el mismo me corto el cabello. Después de eso se llevo una gran golpiza de la pelirroja por desgraciarme mi cabello largo y bien cuidado que ella tanto se esmero por que mantuviera así.

──Bien. Ahora todos saldremos a el patio y haremos practicas de shuriken. ─ante esas palabras quite mi vista del libro poniéndola en Ikki.

Los demás gritaron eufóricos porque ya se habían aburrido de solo escuchar a el sensei. Mientras todos corrían emocionados yo me limite a caminar a paso lento sin ninguna prisa.

──Los ire llamando para que hagan la prueba. ─mire a los primeros en pasar, eran cinco shuriken y cinco blancos, la mayoría no lograba atinar a ninguno y algunos solo lograban darle a el tronco y no al blanco. ──Namikaze Kata.

Con mi libro en mano me puse en el lugar correspondiente, tome los shuriken con mi mano derecha y en un segundo los lance.

──4/5. Esa es la mejor calificación hasta hora. ¡Felicidades Kata! Puedes regresar a tu lugar. ─con mi vista en el libro camine. Mientras ignoraba a las niñas ardidas por ser mejor que ellas.

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Sentada en el columpio esperaba a mi hermano llegar por mi, ya estaba tarde y eso me extrañaba.

──Kata. ─alce mi vista encontrando a un platinado en lugar de mi hermano.

──Sakumo-san. ─él embosó una sonrisa.

──Tu hermano me pidió cuidar de ti, tuvo una misión de último minuto. ─no me sorprendí, no era la primera vez.

──Entiendo. ─me levante del columpio. ──Significa que me quedaré contigo hasta que el vuelva.

──Solo será por dos días. ─comentó mientras caminábamos. 

No me incomodaba en lo absoluto quedarme con Sakumo, él me ha cuidado un par de veces incluso llegue siendo como su pequeña hija. Cuando nací él y su esposa me cuidaban cuando Minato estaba en la academia, después ellos tuvieron un hijo y lamentablemente su esposa falleció. Conozco a el monstruo de su hijo, lo he cargado y alimentado en varias ocasiones.

Al llegar a su casa en la sala se podía ver a un pequeño de tres años jugar con algunos shuriken y kunais de plásticos o eso creía mientras llevaba un chupón, su mascara estaba en su cuello.

──Kakashi, mira quien se quedara con nosotros unos días... ─al escuchar la voz de su padre el pequeño miro hacia nuestra dirección. ──¡Kakashi esos no son de juguetes! ─gritó mientras corría para quitarle unos shuriken y kunais que eran de verdad.

Sakumo llego a tiempo de que él se hiciera daño. Sin embargo a el pequeño no le importo y su vista se centró en mi.

──Gata~ ─dijo alzando sus brazos al verme, al ser pequeño le dificultaba decir mi nombre por lo cuál se quedo con "Gata" en lugar de Kata.

──Hola pequeño monstruo. ─lo cargue mientras me sentaba en el piso. ──Alguien ha estado comiendo mucho últimamente. ─comenté al sentirlo más pesado. ──Kakashi estás hecho un cerdo. ─dije alzando mis brazos haciendo que quedara en los aires provocando una risa. ──No es para que te rias. ─con sus manitas me comenzaba a pellizca mis mejillas.

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Llevaba horas afuera de la casa entrenando mi taijutsu con un tronco que Sakumo tenía. Tenía en mente entrenar el control de chakra después del taijutsu.

No se cuanto pasó desde que me puse a entrenar el control del chakra, lo único que tengo claro es que ya había oscureció. Entre a la casa y fui directo a la habitación donde duermo para tomar un baño ya que estaba sudada y con tierra.

Cuando salí de bañarme mi puerta fue abierta dejando entrar a el pequeño monstruo con sus ojitos llorosos.

──¿Qué te paso a ti? ─pregunte mirándolo.

──Mhe chayi~. ─dijo alzando sus brazos en señal que lo encargara. Esta vez llevaba su mascara.

──¿Te caíste? ─pregunté cargandolo.

──Thii~ ─escondió su cabeza en mi cuello.

──¿Quieres que te lea algo? ─y como si fuera lo que quería desde un principio, se limpio sus lagrimas y sonrió debajo de la mascara.

──¡Shi~! ─rodé mis ojos sabiendo que solo actuaba para que le leyera un poco.

──Si pregunta de donde heredaste la afición a leer, tu solo ignoralos. ─me senté en la cama.

Estos serán unos días pesados. ─pensé mirando a el pequeño platinado.

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