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❀❘ 044

DEJA DE RESPIRAR.

Cuando la marea subía, la situación se volvía mucho más caótica. Ahora, justo ahora, se decidía el destino de este barco. Si en verdad Falco podría transformarse en un titán hundiendo este barco. Aunque para la señora Azumabito no era un problema, no le importaba que se hunda el barco con tal de expiar sus pecados. Varios barcos se alejaban junto a la tripulación, excepto quienes iban a la guerra, porque gracias a la insistencia de Lily, accedieron a apoyar.

— Bien, es ahora. — dijo la castaña sosteniendo la mano de Gabi. — ¡Cuando quieras, Falco!

El menor asintió y exhaló, motivándose a sacar la forma de ave que quería en el primer intento. La prima de Reiner notó que Lily estaba algo ansiosa, su mano estaba algo fría y áspera, pero también temblaba. Falco finalmente lo hizo, se hizo daño con una navaja y el barco no pudo soportar el peso. El agua salió por todos lados tras la explosión y comenzaba a moverse. Lily sacó su brazo del rostro y lo vió, con la esperanza de que Falco no se vuelva loco o siga en su misma forma que antes.

— ¡Arghh! — la castaña sintió su corazón oprimirse, él lo logró.

— ¡Andando! ¡Annie! — la señora Azumabito y Yelena veían desde la lejanía al barco que comenzaba a hundirse, todavía con algunos tripulantes abordo por la falta de barcos. Pero ellos aceptaron su muerte.

Falco extendió sus alas y el equipo requerido cayó sobre su espalda para marchar, finalmente subieron sobre él y este movió sus alas. Ya era hora, se dirigían al lugar donde Yelena les indicó... Sin dudas lo harían, irán a apoyarlos hasta sus último alientos.

Uno tras otro, las fuerzas aéreas de Marley iban cayendo en picada. Los misiles del titán bestia llevaban a la perdición a sus fuerzas. El titán de Zeke Jaeger estaba colgando del titán de su hermano, Eren, y de desde ahí se encargaba de alejar a toda amenaza.

Sin embargo, no confíen que saldrán victoriosos. Como tú lo dijiste, nos encargaremos de hacer que no respires otra vez.

Un avión en malas condiciones llegaba desde el cielo hacia el infierno. Un jodido y hermoso piloto que veía como el combustible se iba en cuestión de segundos.

— ¡Mierda! ¡La máquina está casi muerta! — informó Onyankopon.

— ¡Debemos saltar! — sugirió el nuevo y último comandante de la Legión.

— ¡Onyankopon, de prisa!

— ¡Aún no! ¡Debemos llegar encima del titán fundador! — dijo Soojin. — ¡Dale con todo, Onyankopon!

— ¡A la orden, capitana Soojin! — dijo. — ¡Sujétense bien, haré un aterrizaje forzoso! ¡Asegúrense de saltar cerca del titán fundador!

El avión comenzó a irse de un lado a otro, el titán bestia se había percatado de la amenaza que presentaba ese hidroavión y por eso le lanzaba varios misiles de roca destruidas.

— ¡Maldito mono! — maldijeron los primos.

— ¡Ahí está! — informó Bruno. — ¡El titán bestia está ahí! ¡Llegamos!

— ¡Hay que saltar! — el rubio de ojos azules se asomó a la puerta y miró a la lejanía la destrucción masiva que formó su mejor amigo. — ¡Vamos!

La Legión dió un salto, dejando a Onyankopon atrás, aún desde el cielo recibían proyectiles de roca. Reiner se cortó la mano y se transformó en el titán acorazado para atacar al bestia. Pieck también se transformó y con su enorme hocico agarró los explosivos para llevarselos en camino a su cuello.

Armin vió desde las alturas la enorme figura de su amigo, Eren Jaeger. Rápidamente se acercó junto a Jean y Bruno hacia el cuerpo de Reiner. Ya habían acabado con el titán bestia, pero no había nadie dentro, como un cascarón vacío que Soojin abrió.

— Como lo pensé. Zeke escondió su cuerpo como el titán martillo de guerra. — habló Armin.

— Perfecto. Sólo hay que buscar un cuerpo de un metro con 20 centímetros entre este montón de huesos que miden más de 60 metros. — opinó Jean. — ¡No te pases, Armin! ¡Es obvio que no tenemos alternativa!

— ¡Ya lo sé! — el rubio se giró hacia sus compañeros y los miró. — ¡Voy a explotar este lugar en un minuto! ¡Aléjense junto al titán carguero!

— ¡Pero Armin...! — Mikasa se preocupó.

— ¡Eren está esperando! ¡Este ataque no lo matará! — ¡Si exploto estos huesos, sabremos la ubicación de Zeke!

— ¡Pase lo que pase, no nos des importancia y explota este lugar de una vez! — gritó Bruno.

«Si no eres capaz de sacrificar algo valioso, no puedes cambiar al mundo...» – pensó el rubio mientras que recordaba que sí o sí debía dejar todo atrás, y otra vez, sin despedirse de Lily.

Y mientras pensaba, fue sujetado del cuerpo por una enorme lengua que lo envolvió como paquete y metió la punta de su lengua hasta por su boca. Mikasa se percató de esto y no dudó en ir por él. Sin embargo, los antiguos portadores de los titanes no la iban a dejar tranquila.

— ¡¡Reiner, están llegando!! — los titanes se abalanzaron sobre él, pero Mikasa y Bruno lo apoyaron con un bombardeo de lanzas relámpago.

— ¿Qué son ellos? No parecen tener inteligencia... — dijo Jean.

— Parecen estar evaluando la situación para atacar. — habló Soojin desde las alturas.

— ¡¿Y qué pasa con Armin?! ¿Aún sigue vivo? — preguntó Connie.

— ¡Sigue vivo! — gritó la pelirroja en voz alta. — ¡Lo prometió por Lily, está vivo! ¡Además, ya habríamos muerto si se hubiese transformado!

— Lo que significa que lo capturaron sin herirlo. — dijo el capitán. — Pero estamos rodeados de muchos titanes como para salvarlo. Él sabrá qué hacer, por eso lo eligieron como Comandante de la Legión. Así que tranquila, Mikasa... No te alteres.

Si las miradas mataran, el titán que se comió a Armin ya estaría mil metros bajo tierra.

Eso es imposible, capitán. Sé lo que son esos enemigos, son los nueve portadores de los titanes pasados... — habló Pieck con su hocico titánico. — No sé si tienen conciencia, supongo que puede revivirlos con el poder del titán fundador. Un ejército de Titanes creados para luchar.

— Eso es... Imposible de vencer.

Sí... Por eso, no puedo dejarlos hacer algo imprudente. Eren no es mi amigo...

Pieck salió corriendo por el enorme y largo cuello de Eren junto a los explosivos, los demás la vieron con asombro por su repentina acción contradictoria.

— Esa bastarda.

— ¡Pieck!

Los explosivos rodearon el cuerpo de Eren y la azabache salió de su nuca para ir a activar las bombas.

— ¡Desaparece, pesadilla de mierda! — gritó muy pronto, porque un antiguo portador del titán martillo atravesó su cuerpo con un tridente. — ¡Noo!

— ¡Pieck! — gritó Soojin.

— ¡Soojin, aléjate! — Bruno tomó el cuerpo de su novia y la cargó para llevársela a un lado. El antiguo portador del titán mandíbula había atacado a Reiner. — ¡Arghh!

— ¡Bruno! — ambos cayeron sobre un enorme hueso rodando, hasta que el Becker casi cae, pero de no ser por Soojin, en verdad moriría. — ¡Bruno! ¡Brunito, sujétate! ¡No te sueltes! ¡Irghh! ¡Vamos, funciona horrible máquina de mierda!

La pelirroja sintió que algo pasaba con su equipo, no podía subir su cuerpo hacia arriba.

— ¡Soojin, Bruno! ¡Cuidado! — Levi vió que ambos estaban por ser capturados por un titán, usó todas sus fuerzas por salvarlos.

Cuando la menor vió al titán tras escuchar la advertencia de su primo, realmente sintió miedo de morir, pero también de perder a Bruno. Su corazón latía fuertemente y soltó un grito.

— ¡Ahhhhh! — Levi puso su cuerpo en medio y mordieron su pierna. — ¡Noo, capitán!

— ¡Reiner, Mikasa! — ambos llegaron as y ubicación y cargaron con ellos para llevarlos hacia la cima.

Soojin se levantó y abrazó a Bruno llorando, él la consoló y besó su frente. Levi se había liberado, tosiendo un poco de sangre. La pareja volvió a levantarse, siendo Soojin la única que se quedó para arreglar su equipo de maniobras a golpes.

— ¡Connie! — Jean se había asomado para darle un corte en la boca al titán que casi se lo come. — ¡Connie, reacciona de una vez!

Todos aún seguían en aprietos. Mikasa se levantó como toda una guerrera y princesa, gritando fuertemente.

— ¡Vamos! ¡Yo soy muy fuerte! ¡El resto no importa!

— ¡Amiga, actúas como una lo-loca! — la Ackerman escuchó la voz de alguien a la lejanía. — ¡Te ayudaremos! ¡Salten hacia aquí!

Soojin abrió los ojos y boca en grande y no dudó en tirarse desde la cima para caer sobre este peluche volador.

— ¡Lily! — la reunión de ambas era muy conmovedora, incluyendo a Bruno en el abrazo. — ¿Por qué estás aquí? ¡Annie, me hiciste una promesa, bastarda!

— Deja de llamarme así. — se quejó. — Ella insistió, por qué esperabas tanto de mí, una desconocida.

— ¡...! — la pelirroja se calmó, escuchando como Reiner se quejaba de Annie por traer a los niños.

— Puede volar, no nos quedaba más opción que venir. — comentó a la castaña con una sonrisa. — Me alegra mucho haber venido en el momento exacto...

— ¿Qué pasó con el barco?

— Se hundió. Pero la señora Azumabito nos permitió ir dejándola a ella, algunos ingenieros y Yelena. — explicó Gabi. — ¡Hay que devolverle su amabilidad deteniendo el Retumbar!

— Ya lo oíste, Mikasa.

— Entonces, ¿cómo está Armi-...? — la rubia miró a Lily verla con una mirada fulminante. — No. ¿Cómo está Pieck?

— Armin fue capturado por los titanes, su vida peligra. — dijo Mikasa.

Lily sintió un n fuerte latido en su corazón, tomándola por sorpresa.

— Debe estar por el coxis. Annie, Lily, ayúdennos a recuperar a Armin.

— Tus amigos aman ser capturados, ¿verdad? Claro, lo traeré de vuelta.

— ¡Lo haremos! — dijo la joven Weigel, tomando de las manos a Mikasa que también estaba preocupada por la vida de su mejor amigo de la infancia. — Pero, ¿qué haremos con Pieck? ¿Piensa destruir el lugar? ¿Qué pasará con Armin?

— Haremos ambas cosas. — ordenó Levi. — Un grupo irá por Armin para que pueda usar si poder de titán, el otro irá por Eren y lo haremos simultáneamente.

— Capitán...

— No estamos en posición de preocuparnos por Eren. No... Nunca lo estuvimos.

— Pe-Pero...

— ¡¿“Pero” qué?! — gritó Connie. — ¡Hubiésemos muerto de no ser por este milagro volador!

— Cierto... Sin haber hecho nada.

— Jean...

— Mikasa. — llamó Soojin. — Olvídalo, ahora nuestra preocupación es Armin y nadie más. Eren es un caso perdido. Había muchas cosas que queríamos decirle, pero ahora no podemos. Por mi culpa, el capitán ya no puede luchar. Nos enfrentamos al titán fundador, ¿en verdad crees que podremos hacerlo con calma?

— Mikasa... Debemos matar a Eren.

...

— ¡Mikasa! — Lily la sostuvo de la camisa y la acercó a ella con mirada suplicante. — ¡Por favor, hay que rescatar a Armin!

— Sí...

Gabi apretó la mandíbula antes de darle al público su confesión.

— Cuando la cabeza de Eren salió volando... — todos la vieron. — Yo le disparé con un rifle anti-titán antes de que haga contacto con Zeke. Cuando lo hice, algo salió de su columna, como un cienpiés gigante que se conectó a él

— ¿Qué? Asco.

— Ese es el titán fundador. — negó. — No... Es la verdadera naturaleza del poder de los titanes. La podríamos ver de nuevo si lo decapitamos...

Acabaron con el titán bestia, pero no con los antiguos portadores del titán martillo de guerra que ahora tenían arcos y flechas.

— ¡Falco! — gritó Lily advirtiéndole del peligro. — ¡Ten cuidado con los proyectiles! ¡Debes acelerar!

«¡A la orden, señorita Lily» – tal y como dijo ella, el titán volador de Falco aceleró juntando sus alas mientras que caía en picada y esquivaba las flechas.

Lily y toda la Legión se sujetó de las mayas sobre el lomo de Falco. La castaña abrió los ojos con dificultad, la mirada punzante de Eren podía matarla de un ataque al corazón. Se alejó de aquellos pensamientos e informó que podían saltar.

— ¡Saltemos para rescatar a Armin! — gritó Reiner. — ¡Gabi, capitán Levi, quédense con Falco, nos respaldan después!

— ¡Sí!

Soojin, Bruno, Jean y Reiner descendieron de los cielos. Braun se cortó la palma de su mano para transformarse en el titán acorazado.

— ¡Chicos, no mueran! — gritó Connie.

Las batallas entre los titanes y la Legión estaban marcadas. Lily confiaba en la capacidad de Soojin, siendo la segunda mujer más fuerte de la humanidad. Por como se veían las cosas, realmente usaban a todos como jueguetes, incluso a Bertholtd.

— Incluso a ti te usan... — susurró la castaña.

— ¡Ah! ¡Es ese! — señaló Mikasa. — ¡El cara de cerdo!

— ¿Cuál? — preguntó Annie.

— ¡Ese! ¡Esa cosa secuestró a Armin!

— ¿Dónde?

— ¿Cuál de los nueve Titanes sería? ¿Carga? ¿Bestia?

— ¡Probablemente Mandíbula!

— ¡Eso no ayuda! — la rubia la agarró de los brazos y le gritó que se tome las cosas más en serio, ella respondió que realmente lo hacía.

— ¡Ese es el único que huye! — gritó Connie. — ¡¿Qué rayos es?!

— ¡Es un Okapi!

— ¡No sé qué es eso!

— ¡Falco, vamos a acorralar a ese cerdo o lo que sea! ¡Hay que hacerlo mientras siga en el coxis! — dijo Lily.

— ¡Ayudemos a Armin!

Un destello se aproximó, mostrando la enorme figura del titán hembra entrando en batalla. Sus respaldos eran Mikasa, Lily y Connie, apoyando para no dejarle toda la carga sobre ella.

Lily vió a un titán muy extraño que estaba por atraparla, sujetó sus cuchillas fuertemente y apretó los dientes con toda la furia del mundo.

— ¡Sácate de camino, titán de mierda! — ambas cuchillas cortaron su brazo en un espiral, yéndose a sus ojos para rebanarlos e ir a su nuca.

— ¡Lily! — Mikasa mató al siguiente titán que detectó a su amiga. Ambas vieron al enorme cerdo que estaba escapando del lugar.

Lily no dejó pasar la oportunidad, tomando impulso para sujetarse con los ganchos en la palma de la titán hembra.

— ¡Annie! — ella comprendió lo que quería hacer, comenzó a impulsar su mano y la arrojó lo más lejos que pudo.

Antes de que pudiese llegar, dos titanes más le cubrieron la nuca. Ella enfureció y mató a los dos de un solo corte veloz.

— ¡Ve! — se gritó a ella misma. — ¡Ni siquiera tú podrás alejarme de Armin para siempre, maldito bastardo!

Otro titán parecido al acorazado se asomó, era casi del mismo tamaño que el de Reiner.

— ¿Armadura? Mis hojas no le harán nada... — encerraron a Lily en una mano, pero este titán también pateó la cabeza del acorazado. — ¡Annie!

Ella la defendió. Lily volvió a dirigir su mirada al cerdo, se estaba dirigiendo a Bertholtd, esa ya era mucha carga.

— ¡No lo hagas, Lil! — dijo Connie.

Ahora realmente estaban rodeados.

Por otro lado, Armin de alguna manera podía ver todo el esfuerzo que hacían sus amigos por rescatarlo.

— ¡Despierta...! ¡¡Despierta!! — se gritó. — ¡¿No lo ves?! ¡Todos se esfuerzan por salvarte, estorbo! ¡Connie! ¡Jean! ¡Soojin! ¡Bruno! ¡El capitán Levi! ¡Annie! ¡Reiner! ¡Pieck! ¡Gabi! ¡Falco! ¡Mikasa...! ¡Y también mi amada Lily! ¡Todos ellos! ¡¿No lo ves?! ¡Van a morir por tu culpa! ¡Levántate, pedazo de basura! ¡Inútil, idiota! ¡¡Te aborrezco!! ¡Siempre lo hice! ¡Nunca hiciste nada más que traicionarme! ¡La vida que me dieron! ¡Las expectativas! ¡Las responsabilidades! ¡TODO!

Poco a poco todo lo que estaba y no estaba bajo su cuerpo se volvía arena.

— ¡Mueve las piernas! ¡Te dije que las nuevas! ¡No sabes cuánto deseo... Que dejes de respirar!

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