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❀❘ 033

JAEGERISTAS.

La noche llegó más rápido de lo que había creído. Soojin abrió la puerta de la habitación y la castaña entró, todos estaban aquí reunidos. Bruno palmeó suavemente el sillón y le indicó que podía sentarse junto a él. Le hizo y caso y pasó frente a Armin sin dedicarle una sola mirada. El rubio se sintió un poco mal, pero ella se sintió peor.

— Han arrestado a todos los voluntarios. Jamás imaginé que el Comandante Pixis llegaría a tal extremo. — dijo la castaña para tener que acabar con este silencio.

— ... La Legión de Exploración tenía una relación cercana con ellos. Es por eso que decidieron no contarnos nada. — contestó el rubio levantando la mirada del piso para verla cara a cara.

Lily apretó los labios y desvío la vista. En serio, le incomodaba mucho aguantar esto. Con todo el tiempo que pasó, pensaba que él ya se había enamorado de otra chica. Annie, por ejemplo. Escuchó de la propia Hitch que él escapaba para verla y se quedaba ahí por horas. Sí, probablemente ya no tenía interés en ella. Después de todo, ¿por qué seguiría enamorado de ella después del rechazo? Se arrepiente mucho de haberlo hecho.

Agarró la tela de su vestido blanco y su abrigo rosa palo que compró de segunda mano hace un par de años.

— Supongo que no habían muchas opciones. — contestó Jean. — Hasta que Zeke no explique bien su plan, estaremos en peligro. Además, Eren de pronto se unió a él. Me pregunto de qué habrán hablado. Es algo que sólo ellos saben.

— Oigan... — llamó Connie. — Díganme lo que pensaron cuando vieron a Eren. Lo sentí muy diferente. Ese tipo no es el Eren que todos conocemos. Si decidió dejarnos de lado para irse con su medio hermano, entonces...

— ¿“Entonces”? — preguntó Mikasa. — ¿Qué es lo que planeas?

— Tenemos que prepararnos para matarlo si es necesa...-

— ¡No lo voy a permitir! — respondió de inmediato.

— ¿Significa que apoyas al enemigo, Mikasa? — preguntó.

Mikasa volteó para bajar la mirada al piso sin responderle.

— Él jamás nos haría daño. Eren nos aprecia más que a nadie en este mundo. Ustedes deberían saberlo. — Lily la miró disimuladamente. — Tal vez por eso se volvió agresivo, con todos, menos con nosotros. Sus sentimientos son demasiado fuertes.

— No es verdad. — la azabache miró a Jean. — Escucha Mikasa, el Eren de antes siempre te mantenía lejos de la batalla, no le importaba qué tan fuerte seas, pero ahora envío a Armin a destruir el fuerte Slava, te obligó a ir a la batalla. A nosotros también nos obligó a pelear.

— Lo hizo porque confía en todos nosotros. Además, sin nosotros, no hubiera logrado nada.

— Y Sasha seguiría con vida, ¿no? — preguntó Connie mirando a la ventana. — Mikasa, ¿qué crees que hizo ese idiota al enterarse de que Sasha murió? ¿Crees que lloró?

— Connie, ya no sigas. — detuvo Bruno.

— Solamente se rió. — Armin y Mikasa se impresionaron. — ¿Por qué? ¿La muerte de Sasha le pareció divertido? Explícame, Mikasa. ¿Por qué se reiría con eso? Jean, Bruno... Ustedes también lo vieron.

— Connie, a todos nos duele la muerte de Sasha. — habló Lily. — Pero dime, ¿estás seguro de que escuchaste bien a Eren? Digo... No es que intente defenderlo, pero Mikasa tiene razón al decir que realmente nos aprecia a todos.

— O así solía ser. — habló Soojin levantándose. — Lo siento, pero con todo lo que pasó, ya no puedo confiar en nadie más que ustedes. — Bruno la miró sorprendido, ella apartó la mirada y se acercó a la puerta. — Me voy.

Lily se levantó para ir tras Soojin, pero Bruno le detuvo del brazo.

— Está furiosa. Será mejor que la dejes ser. — Lily volvió a sentarse y pasó una mano por su cabello por la frustración.

Soojin escuchó lo último que dijeron para alejarse al fin. Bajó por las partes bajas del edificio, ahí había un guardia que supervisaba el lugar. No hizo nada al respecto, no era un “aliado”. 

— Oye, tú. No puedes pasar. — habló. — Será mejor que te...-

Soojin sacó algo de su bolsillo y lo extendió en su cuello. Está sensación no la sentía desde hace tantos años. Sabía el problema que se estaba armando ella sola, pero era la única manera. Agarró la sangre en su mejilla y se limpió torpemente. Entró al lugar y vió a Eren mientras estaba sentado en su cama.

— Oye, exhibicionista. — Eren la fulminó con los ojos. — Hice lo que me pediste. ¿Qué más necesitas para confiar en mí?

— Liberarme.

— Todo a su tiempo, imbécil. — habló. — Seguramente Floch y los demás ya han filtrado información de tu encierro. Mañana estallará la bomba, tranquilo. Saldrás de acá en menos de lo que canta un gallo.

Eren miró atentamente a la muchacha más baja que él. La sangre en su rostro la hacía ver como hace varios años, cuando fue secuestrado por Rod Reiss.

— ¿Extrañas cortar cuellos?

— ¿Esto? — preguntó señalando su rostro. — Me equivoqué de mano. Iba a sobornarlo con dinero, pero cuando me percaté, ya estaba muerto. — sacó del otro bolsillo una bolsita con dinero.

— Tienes una rara adicción con los cuellos. — confesó. — Siempre llevas una navaja contigo.

— No es una adicción, en ese lugar es un: Te matan o matas. — dijo. — Y esto... Es un recuerdo de mi padre.

Luego de esto, terminaron de charlar sobre los avances en el plan de Eren, Soojin se hizo cargo del cadáver que dejó junto a otro soldado que ocuparía su puesto por el cambio de horario. Tuvo que hacerlo pasar por costal de provisiones y se lo lo llevaron a otro lugar.

Ya pasó un día. La castaña llegó al lugar indicado con Bruno a su costado mientras corrían. La oficina del supremo Zackly explotó en una bomba. Les informaron que los civiles estaban haciendo protestas con carteles y planean hacer un vandalismo en la sede. Al parecer, la información filtrada por Floch, Louise y otros soldados más incómodo a los civiles que querían que Eren Jaeger salve y dirija al imperio eldiano.

Lily se acercó a los Policías y miró el cuerpo del supremo, estaba muerto. Una mujer agarró un abrigo y cubrió su cuerpo.

— ¿Hay más personas dentro?

— Sí, pero la unidad de rescate irá por ellos, no son demasiados. — dijo la mujer. — Gracias por venir.

— ¡Consagren sus corazones! ¡Nuestra ira ha sido escuchada! — gritó un civil. — ¡Llegó la hora de luchar!

Y con este, se armó el desastre mientras todos repetían la misma frase una y otra vez: — ¡Consagren sus corazones!

Inmediatamente, convocaron a los miembros de la Legión involucrados y a la Policía Militar. Armin dijo que unos soldados de la Legión estaban fuera de la sede cuando no tenían nada qué hacer ahí. Alguien entró de golpe a la puerta, dejando al Comandante de la Policía Militar con las palabras en la boca.

— ¡Esto es una emergencia! ¡Señores, Eren Jaeger ha escapado de su celda! — informó. Lily abrió los ojos más que impresionada.

— ¡Reúnan a todos los soldados a su cargo! ¡Búsquenlo de inmediato! ¡Rápido! — ordenó.

— Incluyendo a Kang Soojin y a Floch Fuster, más de 100 soldados han desaparecido de sus celdas junto a sus vigilantes. — habló el Comandante. — Todos nosotros creemos que decidieron liberar a Eren.

Lily apretó sus labios. No podía creer que Kang Soojin había desaparecido de esa forma. ¿Por eso estaba tan diferente con ella y Bruno? No parecía ser la misma... Le era difícil pensar que ella pudo haberlas traicionado.

— No cabe la menor duda de que ellos asesinaron al comandante supremo. La facción Jaegerista representa una gran amenaza. ¿Sabes cuál es su objetivo, Hange?

— Poner en contacto a Zeke y Eren Jaeger. Posteriormente, reformarán todas las divisiones militares. La prueba de su determinación es la muerte del supremo Zackly. La legión de exploración no estaba al tanto de esta información.

— Es porque nosotros sabíamos bien lo que ocurriría si se lo contábamos a la legión. Miren lo que ocurrió, incluso una de nuestros soldados más fuertes en la humanidad, Kang Soojin, escapó junto con esos Jaegeristas. Comandante Hange, ¿cómo piensa hacerse responsable?

— Aceptaré cualquier castigo que me den. Sin embargo, que me expulsen sería la decisión más insensata. Además, puede que haya más Jaegeristas infiltrados en las líneas militares.

— Es cierto. — habló un capitán. — Puede que haya más de ellos aquí, Incluso mientras charlamos. Pero, por ahora, se les prohíbe tomar cartas en este asunto.

— Pero, señor-

— ¡La legión de exploración no siempre puede hacer lo que se le antoje! — le gritó a Hange.

— ¡Es suficiente! — gritó el comandante Pixis. — ¡Han llegado un par de visitantes! ¡Hange, ¿quiénes conocen el paradero de Zeke Jaeger?!

— El capitán Levi y 30 soldados más que lo vigilan. — respondió. — Tres encargados en suministros... y por último yo, señor.

— En ese caso, traigan a esos tres. — dirigió su mirada a el comandante de la Policía Militar. — Nile, ¿la residencia de la reina es segura?

— Ya verificamos su estado, pero lo haremos de nuevo.

— Comandante Pixis. — llamó Armin. — El único que puede dirigirnos después de la muerte del comandante supremo, es usted. Dígame, ¿tiene un plan en mente?

— Pues... — levantó los brazos. — Nos rendiremos.

Lily y todos los demás no asimilaron sus palabras. ¿El comandante Pixis, rendirse? ¿Así nada más?

— Si hay enemigos dentro del ejército, no podremos hacer nada. — dijo. — Nuestras propias decisiones hicieron que nuestros soldados nos abandonen. Es la verdadera razón de nuestra derrota.

— ¡Imposible! ¿Nos rendiremos después de que mataron al supremo? — preguntó Lily.

— Conozco a Zackly desde hace mucho tiempo. Lo único que deseaba ese hombre es vivir y morir por la revolución. Además, yo dudo mucho que las víctimas caídas quisieran que el precio de sus muertes fueran la caída de Eldia.

— ¿Insinúa que se va a someter a los hermanos Jaeger, señor? — volvió a preguntar.

— No nos someteremos. Usaremos el paradero de Zeke para negociar con los Jaegeristas. Vigilaremos el experimento del retumbar y demostraremos la supervivencia de Eldia. — aclaró. — No obstante, pasaremos por alto la muerte del supremo. Ese será nuestro plan. Lo haremos para evitar la muerte de cientos de soldados en un conflicto interno.

Lily bajó la mirada viendo como en el interior sabían que era una muy mala idea. Su plan le revolvía el estómago como los cables de fierro en el equipo de maniobras.

— Es un precio muy bajo. Muy bien soldados, a trabajar.

Lily miró de reojo a la "visitante" de la que hablaba el Comandante hace rato. Madame Kiyomi Azumabito de la tierra de Hizuru. Vinieron hace un tiempo para colaborar con Eldia, pero sólo lo hacían por los beneficios que les traería el Retumbar. Si no funcionaba, sus inversiones en esta isla serían en vano. Lily fue sujetada de la muñeca por Bruno, se la estaba llevando de ahí. Tendrían que reunirse solos para investigar por su cuenta. Ella aún confiaba en ella, quería creer que tenía un plan secreto debajo de sus mangas.

— Bruno... — susurró deteniéndose. — Sé que hay algo que está mal en todo esto, lo presiento.

— Yo también lo creo, Lil. — dijo volviendo a caminar mientras la joven lo seguía. — Soojin sería incapaz de hacernos esto. Nosotros tres somos realmente inseparables, estoy seguro que ese maldito de Eren la amenazó para que se uniera a él. Estoy seguro.

— Espera, no saques conclusiones de esa manera. Sabes que Soojin puede manejar una simple amenaza, dudo que haya sido eso. — suspiró y miró al piso. — No puedo entender el pensamiento de mi mejor amiga, ¿cómo es que nunca me di cuenta de lo que ocurría? Si tan solo lo hubiera notado desde un principio, podría haberle dicho que...-

— Digo lo mismo. — bajó la mirada con un leve sonrojo, causando que Lily lo mire. — Ella siempre...

Lily sonrió de boca cerrada y le dió un golpe suave con su codo, el chico se agarró la nuca con nervios y apartó la vista de esa cara tan picarona que se traía Lily.

— Soojin tiene suerte de que alguien tan bueno como tú esté enamorado de ella. — dijo. — Cuando todo esto termine, dile lo que sientes.

— Nunca encontré el momento adecuado para decirle, está claro que sólo me ve como un amigo... — se sonrojó.

— Si no lo haces, se te podrían adelantar y quitártela. Sabes que Soojin es muy guapa a pesar de su mal carácter. Siempre encuentras a un pretendiente detrás de ella por lo hermosa que es.

— Pero ella hace lo posible por espantarlos. Siempre lo hace, dice que nunca se sintió atraída por nadie. — dijo. — Ella nunca capta las señales que le transmito... Y cuando te veía a ti y a Armin, me imaginaba a mí y a Soojin en la misma situación romántica que ustedes...

— ¡Silencio, Bruno...! — le tapó la boca mientras él reía suavemente.

Lily enrojeció y desvío la mirada. Las palabras de Armin en ese tiempo rondaron su cabeza una vez más. O la vez en que el pobre chico estaba borracho y ella tuvo que llevarlo a su habitación.

Bruno sonrió un poco al ver a su mejor amiga tan nerviosa. La joven sacudió la cabeza y miró al frente. "Touché", pensó el muchacho.

— La vamos a encontrar, lo juro. — dijo ella volviendo al tema. — Le daré un buen golpe por huir sin decirnos nada. — llevó una mano al pecho.

Bruno la agarró de la mano y entrelazó sus dedos de metal con los dedos de la muchacha. — Vamos a acabar con esta guerra y finalmente seremos libres.

— Sí.

Finalmente llegaron a la planta baja en donde se reunirían. Ahí ya estaban todos los demás reunidos.

— ¿Tenemos que ayudar a Eren a pesar de que haya matado al comandante supremo? — preguntó Connie.

— Todavía no se ha confirmado que él fue el responsable. — contradijo la azabache Ackerman.

— Oye Mikasa, baja la voz. Sabes que se escucha que pertenecemos a los Jaegeristas.

— Mikasa, ¿de qué lado estás? Sé sincera.

— Ya te dije que Armin y yo estuvimos a punto de morir. Ni así lo entiendes, Connie.

— Ya basta. — llegó Hange. — Es como dijo el Comandante Pixis. Pelear entre nosotros solo nos llevará a la derrota.

— ¿Entonces no tiene ningún problema en que nuestro futuro está en manos de Eren y Zeke?

— No, eso no es nada bueno. Aunque tuvieran éxito, Zeke y Yelena saben que no quedarían libre de sospechas, por eso tomaron sus precauciones. Debemos considerar que están preparados. Para que no nos vuelvan a ver la cara de tontos, debemos saber las intenciones de Zeke. — los miró. — Y por supuesto, me encantaría que todos mis sospechas estén equivocadas.

— ¿Algo le preocupa, comandante? — preguntó Lily.

— Yelena les dió trabajo a los prisioneros de Marley en lugares muy extraños. — dijo. — Por ejemplo, un restaurante. Hacia ahí es donde nos dirigimos primero. Iremos a investigar a todos los voluntarios.

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