❀❘ 032
➤ VOLUNTARIOS.
❀❘ tres años antes.
Era de noche, el viento soplaba y los barcos se acercaban. Estaban cayendo directo a su trampa, sólo era cuestión de esperar a la señal.
Eren se transformó en titán desde el mar y levantó el gran barco enemigo que venía desde Marley. Caminó hasta dejarlo cerca de su Comandante al mando y su capitán. Mejor dicho, los soltó sin importarles, como un trapo feo.
— ¡Hooola, amigos de Marley! ¿Cómo están? ¡Sean bienvenidos a la Isla Paradis! — saludó la energética castaña con parche. — ¡Es un placer, me llamo Hange! ¡Y estoy aquí para recibir a todos nuestros amigos de Marley que llegaron del otro lado del mar! Adelante, ¿no gustan tomar una tacita de té?
La castaña soltó una sonrisa por lo bien que se lo tomó la Comandante.
— ¡Por cierto, se preguntarán qué fue lo que pasó con los visitantes que llegaron antes que ustedes! ¡Pues ahora somos muy buenos amigos! — dijo acercándose a Levi. — ¿No es verdad, querido Nicolo?
El capitán Levi tenía amenazado a un rubio bien peinado de origen marleyano. Lo usaban como un rehén, pero se supone que ya casi llegaban a un acuerdo.
— ¡Capitán! ¡No se preocupe por mí, dispárele a estos demonios! — le gritó sin importarle las amenazas.
— ¡¿Q-Qué estás diciendo, querido Nicolo?! — preguntó muy nerviosa la Comandante.
— Lo que dijo es que no quiere asociarse a tu drama barato, cuatro ojos. — habló Levi.
— ¡Escuchen bien, demonios! ¡Marley no se rendirá ante ustedes, sangres sucias! — gritó el capitán del barco mientras les apuntaba a Hange y Levi con su arma de fuego. — ¡No nos sentaremos a beber orina de cerdo con ustedes!
— ¿Están seguros? ¿En serio van a ser tan groseros? ¿Por qué no mejor se fijan en el titán que tienen detrás de ustedes? — dijo lo último canturreando.
El hombre de inmediato volteó para divisar el titán que mencionó la mujer con parche. Detrás de ellos estaba el titán que los trajo hasta la orilla del mar. El capitán no se rindió antes sus enemigos y volvió a apuntarles con su arma.
— ¡No nos rendiremos ante los demonios! — gritó. — ¡Aquí tienen un saludo por parte de Marley!
Se oyó un disparo. Lily cerró los ojos y rogó porque fuera a otra persona, lo mismo pensaban sus compañeros. El cuerpo cayó sobre la cubierta del barco, manchando el piso con su sangre. Lily abrió los ojos por lo muy sorprendida que estaba. Una mujer extremadamente alta y rubia le disparó a su capitán en la cabeza.
— ¿Qué significa esto, Yelena? — le preguntó un camarada de Marley.
— Tiren sus armas. — ordenó ella. Otros hombres con el mismo uniforme aparecieron detrás de los marleyanos y les apuntaron.
— Obedezcan. — habló un hombre de un tono de piel muy oscuro.
La mujer se quitó el casco militar y dejó verse el rostro sonrió y se presentó formalmente.
— Hola, Hange. Agradezco su invitación, es un honor. Ahora, ¡bebamos café! — volteó para admirar al gigante que tenía a sus espaldas. — Por fin te conozco, Eren.
La castaña sostuvo firmemente su arma y bostezó ligeramente. Ver a Sasha bien dormida le pegó sueño. Soojin agarró del cabello, sin brusquedad, a las dos castañas con coleta y las hizo despertar del sueño.
— Aún no se pueden dormir. Luego tendremos un par de horas para descansar. — dijo.
— ¿Qué opinas, Soo? — habló Bruno curioso. — ... Sobre esa mujer.
— No confío en ella. — afirmó.
— Me pregunto cuáles serán sus intenciones. — preguntó Jean a un lado de la pelirroja. — No importa si son aliados o enemigos, no podemos bajar la guardia.
— Pero... Es increíble que tengamos la suerte de obtener información de ellos. — dijo Armin.
— Sí, somos realmente afortunados. — habló Eren desde un costado. — Fue por suerte que pude bloquear el aterrizaje del enemigo. Si fuera por Marley, tendríamos muchos más enemigos que estos. Tenía que hacer algo al respecto.
Al día siguiente hubo un reunión de altos mandos.
— … Así concluyen las demandas de Zeke Jaeger. — terminó por decir la Comandante. — Con el fin de asegurar la supervivencia del pueblo Eldiano, quien está...–
— ¡¿Cómo pueden creer semejante estupidez?! — gritó un policía.
— ¡Hablamos del titán Bestia, el transformó a los habitantes de Rakago! ¡Provocó pánico dentro de las murallas! ¡Y por poco aniquila a toda la Legión de Exploración! ¡No podemos negociar con ese monstruo!
— El principal y único objetivo de Zeke Jaeger es la recuperación del titán Fundador. Como no lo consiguió por la fuerza, ahora intenta hacerlo de una forma más diplomática. — dijo el Generalísimo Zackly.
— El enemigo también debe tenerlo en claro. — habló el Comandante Pixis. — Antes que nada, deberíamos escuchar las palabras de ese hombre.
— De acuerdo con Zeke, existe un plan secreto capaz de resolver todos los problemas de los eldianos. Y las únicas condiciones que se requieren para llevarlo a cabo, son tener al titán Fundador y a otro de sangre real. — dijo. — Con ambos, el mundo podría salvarse. Sin embargo, Zeke solo va a revelar su plan cuando tengamos esas condiciones.
— Qué pérdida de tiempo.
— Parece que nos están viendo como a unos imbéciles.
Eren se levantó de golpe al recordar algo, provocándole curiosidad a sus compañeros y superiores.
— Todo lo que dijo es verdad. — afirmó. — Lo recuerdo. Fue sólo una vez que... activé el poder del titán Fundador. Y fue en el instante en que tuve contacto con un titán de sangre real. Ese titán, fue la primera esposa de mi padre. Hablo de de Dina Fritz. Por lo tanto, Zeke, el hijo de Dina, debió descubrir algo. El logro encontrar una forma de evadir. El pacto de renuncia a la batalla, esa es nuestra última esperanza. Despertará a los titanes de las murallas, y con ellos hará retumbar la tierra. Así, arrasarán con todo a su paso.
— Tsk. ¿Por qué carajos te guardaste esa información hasta ahora? — le preguntó el capitán Levi.
— Porque quería mantener a Historia a salvo. — la rubia se sorprendió. — No iba a permitir que la transformaran sólo por esta información incierta. Admito que lo que hice fue imprudente de mi parte. Lo lamento.
— Después hablaremos del tema.
— No obstante, si lo que acabas de decir es verdad, el plan secreto de Zeke tiene sentido.
— ¿Están locos? ¿Entonces van a confiar en ellos?
— Tiene razón, es demasiado arriesgado permitir a esos soldados permanecer en nuestra isla.
— Lo mejor sería acabar con ellos.
— No, no podemos hacer eso. Si queremos proteger a la isla de los buques del pueblo Marleyano, necesitamos la ayuda de esos voluntarios. — respondió Hange. — Y también de sus comunicaciones por radio.
El siguiente movimiento fue traer a más de los enemigos a la Isla Paradis. Para eso, necesitábamos la comunicación de Yelena para que puedan caer en la trampa. Esta vez, Armin se encargaría.
La flota que logró sobrevivir nadó hasta la orilla del mar, pisando el territorio enemigo.
— Hola, bienvenidos a la asquerosa Isla de los malditos demonios, disfruten su estadía. Espero que les guste sorber meados de cerdo. Pueden declinar la invitación, pero nos quedaremos con sus barcos. — dijo el capitán. — Tendrán que volver a sus casas nadando.
Luego de un par de días, Yelena lles presentó algo que desconocían. La famosa gastronomía de Marley, preparada únicamente por Nicolo.
— ¿Qué es esta comida? — preguntó Connie.
— ¿Qué es esto? ¿Se come?
— Todo apesta a pescado. — dijo Mikasa. Lily se acercó a ella y escuchó las palabras de Yelena.
— ¿Es su primera vez comiendo mariscos? Nicolo es todo un maestro de la gastronomía marleyana.
— Eso es. Si no quieren comer no lo hagan, eldianos. — murmuró. — Está comida no es para–
Sasha ya había dado un gran mordisco a un langostino sin piedad. El sabor le era realmente delicioso. Ni un segundo pasó cuando la comida preparada por Nicolo empezó a ser devorada por Sasha.
— ¡Qué delicia! — la castaña al lado de Armin estaba más que asombrada por lo que veía, sabiendo que esa conducta en ella no era nada nuevo. Sasha dió un último mordisco y empezó a llorar. — ¡Nicolo, tú...! ¡Eres un genio!
— ... — él estaba sorprendido de que la mujer eldiana haya transmitido tanta alegría con sólo probar su comida. — O-Oye, no comas con la boca abierta.
Kang Soojin agarró una pata del cangrejo y masticó lentamente para luego sacar la carne interna.
— Mmm... ¿De dónde conozco a este animal? — se preguntó.
Lily agarró un pedazo y comió para darle una oportunidad al sabor. Diablos, Sasha no exageraba, casi. Esto realmente era delicioso para ella. Armin y Mikasa vieron como comía con una sonrisa.
Lily le dió una ojeada a Armin. Parecía comer bien. Por distraerse viéndolo, él consiguió notar que estaba siendo observado. Cuando él volteó, no pudo evitar ver los labios de Lily, comenzó a reír un poco.
— ¿Qué ocurre? ¿Tengo algo en mi rostro? — le preguntó confundida. Él asintió y volteó para verla de frente.
— Tienes algo de comida en la mejilla. — señaló. Lily tomó su otra mejilla y la limpió con su mano.
— ¿Ya está? — volvió a preguntar.
— No, permíteme darte una mano. — se acercó de repente a ella y tomó su mejilla. El movimiento inesperado de Armin dejó indefensa a Lily, sintió el pulgar de Armin limpiar la comida que se quedó de adorno en su mejilla.
Y como siempre, Bruno siendo el primer testigo del aroma a romance entre ellos dos. Kang Soo seguía comiendo, y de repente ella notó que el joven Becker estaba distraído.
— Bruno, ¿no vas a comer? — preguntó. — Si no lo haces, Sasha te quitará el plato antes de que te des cuenta.
La pelirroja agarró un plato de arroz con marisco y se lo entregó en sus manos, dejando a Bruno muy sorprendido y avergonzado.
— Ten, come. — habló.
El chico se sonrojó por ella. Su corazón comenzó a latir rápidamente mientras volvía a ser el mismo de antes. Y junto a él, también volvía su lengua liberal con total confianza.
— Podría enamorarme de ti...
— No seas idiota. — le codeó suavemente. — Come de una vez, se te va a enfriar.
❀❘ en la actualidad.
Lil sostuvo su cabeza y miró adelante frente a ellos. Soojin aún permanecía ahí sin moverse mientras la lluvia la mojaba, a su otro costado estaba Bruno quien le dejó otra cantidad de pan que el mismo le preparó. Sasha apreciaba más que nadie cuando Bruno cocinaba pequeños postres para todos, ella se comía la mitad. El castaño claro se agachó y acarició la lápida de Sasha, estaba tan triste por tu partida. Miró por último a Nicolo que aún no dejaba de llorar.
— ¡Oye! ¡Eres un marleyano, ¿no es así?! ¿Quién te dió permiso de estar aquí? — preguntó el policía apunto de golpear a Nicolo, pero Bruno lo detuvo con su brazo de metal.
Lily se acercó a él para ayudarlo a levantarse.
— Ya basta. — ordenó. — No lo golpee, él viene con nosotros. — el hombre se soltó y se acomodó el uniforme.
— ¡Estos marleyanos ya me tienen harto! — soltó una queja y se fue.
Jean y Connie llegaron junto a ellos y ayudaron a Nicolo.
— ¿Te encuentras bien? — Nicolo rechazó la ayuda de Lil.
— Maldición. No puedo entenderlo, ni mucho menos aceptarlo. — el rubio levantó la mirada y los vió. — Díganme, ¿Sasha de verdad está muerta? ¿Por qué? ¿Cómo dejaron que esto sucediera?
Mikasa fue la última en llegar junto a ellos y preguntó lo mismo que Lil.
— Escuché que una niña subió al dirigible. Es demasiado estúpido para ser cierto.
— No era cualquier niña. Formaba parte del ejército. — respondió Soo al fin. — Era candidata a guerrero.
— Yo bajé la guardia. Lo lamento. — se disculpó Jean. — Debí estar más atento ante esa posibilidad.
— ¿Por qué te disculpas conmigo? Yo solo le preparé de comer. — miró a Bruno. — Nosotros...
— Sasha apreció más que nadie tu comida, Nicolo. — dijo el nombrado con su mano de metal en sus hombro.
— Gracias por hacerla feliz. — agradeció él.
— ¿Cómo te sientes, Connie? — le preguntó el rubio.
— Sasha y yo éramos como hermanos gemelos. Siento que perdí a mi otra mitad. — habló.
Escucharon unos pasos aproximarse, Lily reconocía a la niña que estaba con él. Sasha la había salvado hace años cuando atacaron el pueblo de la niña.
— Kaya. — llamó. — Señor Blouse...
— Buenas'. Ustedes conocían a mi morrilla, ¿no? — preguntó para luego ver a la castaña y a la pelirroja. — Liliana y la Soojin, qué alegría verlas otra vez.
— Nos da gusto verlo gozar de buena salud, señor Blouse. — dijo la más baja. — Lamentamos de todo corazón la muerte de su hija.
Kaya corrió para abrazar a Lily mientras comenzaba a llorar, la castaña acariciaba su cabeza para consolarla. La madre de Sasha se acercó a la tumba de su hija mayor y cayó de rodillas para llorarle. El ambiente seguía igual de triste y sombrío como el clima.
— Señor Blouse. — habló Nicolo. — Soy un prisionero marleyano. Se me permitió trabajar aquí como cocinero. Su hija disfrutó mi comida más que nadie en el mundo. — los señores Blouse y Kaya captaron su atención. — Si lo desean, me gustaría que puedan probar mi comida.
— 'tonces la casa invita, ¿verdad? — extendió su mano para estrecharlo.
— Claro que sí. Sean bienvenidos de venir cuando gusten. — dijo tomando la mano del señor Blouse.
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