➤ EL MAR. (season three finale)

El sonido de los titanes siendo aplastados en Trost dejó de oírse cuando la nieve comenzaba a acumularse sobre los techos. Cuando la nieve empezó a derretirse, la Legión anunció que ya no quedaban titanes dentro de la muralla María. Cuando se rehabilitaron los elevadores, y empezaron a pavimentar las carreteras, ya se veían flores y mariposas de todos los colores. El gobierno le permitió a los refugiados volver a sus hogares, cuando ya había pasado un año desde que atacaron al distrito Trost.

Por fin se le permitió a la Legión de Exploración volver a salir, regresar a sus vidas de expedición para recorrer nuevos territorios. Y también sería la primera expedición en la que conocerían aquello que tanto soñó el rubio de ojos azules. Su teoría iba a salir a la luz hoy mismo.

Todos en la legión se prepararon para salir a explorar los alrededores y comprobar ese sueño tan increíble que tenía Armin, salir de los muros y ver esa masa de agua salada.

Lily vió lo diferente que eran ellos con respecto a ese tema. Armin era alguien que veía lo que había más allá de los titanes, las cosas maravillosas que te ofrecía el mundo. Algo que les arrebataron hace mucho tiempo, la libertad. Ese deseo tan profundo por querer salir a conocer esas tierras, cualquiera se sentiría conmovido.

Por otro lado, estaba Lily. Desde que su mejor amigo murió, agarró un miedo profundo a los titanes y todo lo que esté relacionado con el exterior. Con tan sólo ver algo desconocido y aterrador ante sus ojos, le causaban escalofríos. Lily era alguien más del montón, quería entrar a la Policía Militar para poder vivir una vida larga dentro de los muros. Sin salir, sin tener que exponerse al peligroso mundo. Estar sana y sin ningún rasguño, eso era lo que quería para su futuro. Pero si no hubiera sido por Ymir, que también veía por la seguridad de Historia, tal vez nunca hubiera visto que podía hacerle frente a sus temores y conocer ese lado que jamás creyó tener. Ser capaz de afrontar su miedo a los titanes. Aún les tiene miedo, miedo a morir. Pero eso la hacía más fuerte. Al parecer, las palabras del instructor Shadis fueron ciertas.

Pasaron por tantas cosas, juntos... como equipo. Lily llevó a una niña en brazos mientras la defendía de un titán. Se disfrazó de Historia, sabiendo lo que esos viejos verdes podrían hacerlo... Y gracias a sus tratamientos con un especialista, pudo superar ese trauma. Salvó a Jean y Armin de ser devorados, eligiéndolos a ellos por encima de su venganza por Jack. Se enfrentó a Bertholdt, quien era el "principal" responsable de la vida tan indigna que les tocó tener. Y lo que aún no sabía era lo que le sucedió a Marco.

Todas esas cosas la hicieron otra persona. El miedo, la tristeza, la alegría, la furia... Todo la cambió. Lily tenía que aprender más, pero ahora estaba conforme con su nueva vida que ni siquiera soñó en tener. Salir ni siquiera se le cruzó por la mente, pero aquí estaba. Está de pie, con miedo, pero aún de pie.

El amanecer era algo muy hermoso. Sus ojos se sentían más iluminados con lo que veía. Se preguntaba, ¿cómo era ver todo desde el cielo? Ver absolutamente todo con ese par de alas libertadoras.

Desvío la vista hacia Armin. Él veía el cielo con una gran sonrisa de oreja a oreja, se notaba su entusiasmo. El corazón de Lily saltaba de verlo tan contento, era como un niño de 9 años. Cuando el rubio notó que estaba siendo observado, vió primeramente a Lily por curiosidad. No saben lo rápido y ágil que ella apartó la mirada como si nunca lo hubiera visto, eso causó una alegría más grande en Armin al ver que estaba siendo observado por la chica que ama. Se preguntaba si era merecedor de esa mirada tan linda que tenía la muchacha.

La brisa en su cara le traía paz y tranquilidad. Este sentimiento de libertad recorría todo su cuerpo, le comenzó a gustar.

Vieron una señal de humo roja más adelante, había un titán cerca del perímetro. Todos se detuvieron y se acercaron con sus compañeros.

— Miren allá. — señaló Sasha.

Frente a ellos estaba un pequeño titán atrapado en la tierra. Estando así, era obvio que no podría moverse. Eren se acercó y tocó su frente. Floch le advirtió que era algo peligroso. Eren sólo dijo que era alguien a quien enviaron al paraíso...

El viaje continuó, ya no estaban tan lejos de su destino marcado.

Pasaron por un gran muro. Eren dijo que desde ahí lanzaron a sus camaradas, los eldianos que se convertían en temibles titanes. Y que más allá estaba... El sueño de su mejor amigo.

Escalaron junto a sus caballos, era como escuchar el río a la distancia. Una masa de agua brillaba más adelante. La luz del sol se acercaba a sus rostros, iluminándolos. Justo delante estaba el mar.

Armin no podía estar más que impresionado por lo que veía. Era tan... Hermoso, magnífico... Mágico. Todo lo que leyó en el libro de su abuelo era verdad, el mar era real... Sus sueños, todo era tal y como lo decía en su libro.

No tardaron en ir a sentirlo con sus propios pies, el tacto de algo húmedo como el agua de mar. Tenía una gran cantidad de cosas chiquitas y bonitas por ahí. Lily sintió curiosidad, así que se quitó los zapatos y remangó sus pantalones para ir a sentirlo también. No iba a mentir, obviamente tenía algo de miedo de que el agua venga y se aleje.

Cuando la primera ola vino, ella retrocedió de inmediato por instinto. Armin notó su acción, lo que le causó ternura en él. Rió y se le acercó a ella para ir los dos juntos. Le extendió la mano para que tenga más confianza en acercarse. Ella vió lo que hizo, sonrió ampliamente y tomó su mano con delicadeza.

El agua estaba fría. La segunda ola apareció, ella volvió a retroceder, soltando las manos de Armin. Él estaba por reír de la ternura, pero no quiso que se sienta mal.

— Tranquila. — le dijo. — Es normal tener miedo. No te pasará nada mientras estés conmigo, lo prometo.

El corazón de Lily pedía a gritos volver a agarrar sus manos y sentir esa calidez. Ella lo sostuvo y caminó unos pasos junto a él. Se fijó en algo muy peculiar en el agua, parecía ser un pequeño insecto que se escondía en la arena. Con algo de miedo, agarró a ese pequeño insecto y comenzó a moverse. Por el miedo comenzó a jugar con él en sus manos, estaba por caer al mar si no lo sostenía bien.

— ¿Cómo le llaman a este insecto tan extraño? ¿Por qué se esconde bajo la arena? — le preguntó a Armin.

— ¿Mmm? Eso es un...- — Lily no se percató que la tercera ola venía, Armin quiso decirle, pero la ola ya la tumbó. — ¡Cuidado!

— ¡Ahh! — la ola la dejó boca arriba, mojando toda su ropa y llevándola a la orilla. Él corrió para ir a socorrerla. Ella inmediatamente se reincorporó y llevó ambas manos a sus ojos. — ¡Mis ojos! ¡Esta agua es muy salada!

— ¿Es-Estás bien? — preguntó acercando su rostro al de ella. Con ambas manos la sujetó mientras que ella aún los mantenía cerrados. — Déjame ver, no te muevas.

— ¿En serio está tan salada? — preguntó Connie. Agarró agua y se lo tiró a Sasha a la cara.

— ¡Ahhh! ¡Mis hermosos ojos! ¡Lily tiene razón, está salada! — gritó la chica patata por el dolor.

Jean lo probó de igual forma. Gritó por el asombro al comprobar que realmente estaba salado.

Armin comenzó a soplar el rostro de la castaña. Bruno veía desde la distancia lo cursi que eran esos dos, como la pareja más tierna que haya visto en la vida. Volteó para ver a Kang Soojin acercarse como si nada al mar, no le temía a un poco de agua. Bruno se remojó el rostro, realmente le dolía.

— Soo, m-me duelen los ojos... — dijo el chico acercándose a ella, o al menos, por donde recordaba verla. — ¿Puedes soplar mi rostro?

— ¿Qué? — preguntó ella evidentemente molesta. — Qué molesto. Límpiate con la camisa.

Bruno sintió un flechazo golpear su cabeza, y la palabra: "estúpido" resonaba como eco. La pelirroja se arrodilló para ver las olas de un tamaño más grande, agarró algo que vió entre las olas, era un piedra naranja con patas y pinzas, lo cargó y este comenzó a moverse e intentar picarla. Hange agarró un poco de agua y jugó como una niña, llevó los brazos a su cuello y sonrió.

— ¡Yujuu! ¿En verdad esto es agua salada? — preguntó.

— Capitán, ¿no va a meterse? — le preguntó su prima menor.

— No.

— Oh, ¿qué es esto, Soojin? — Hange se acercó a ella para ver lo que se movía en su mano.

— Hey, suelta eso, Soojin. Puede ser venenoso. — le ordenó Levi.

Lily abrió los ojos, Armin sonrió y le preguntó si ya estaba mejor. Ella asintió ligeramente con el rubor en todo su rostro. El rubio vió de reojo algo blanco, como una piedra. La tomó y el agua escapó de sus dedos, era lo más lindo que vió en la vida. Lily notó que Mikasa saltó al sentir algo en sus pies, Armin también volteó para ver que estaba bien. La azabache al notar que el rubio y la castaña estaban juntos, sonrió. Ellos le devolvieron la sonrisa de igual forma.

— Eren, tenías razón. — dijo el rubio. — Existe un enorme lago de agua salada que no se puede vaciar por completo. No me equivocaba.

— ... No. — dijo él sin verlos. — Es enorme.

— Mira esto, Eren. Al otro lado de las murallas...-

— Está el mar. — interrumpió el de ojos verdes, ocasionando que el rubio deje de hablar. — Y más allá del mar está la libertad. Toda mi vida creí que era cierto... Pero no lo es. Más allá del mar está el enemigo. Todo es como lo vi en los recuerdos de mi padre. — volteó a verlos con un rostro nada alegre.

La castaña sintió que la felicidad de Armin se iba apagando tras oír al de ojos verdosos. Eren señaló con un dedo lo que había más a allá del océano y soltó sus últimas palabras.

— Díganme... Si matamos a todos los enemigos del otro lado, ¿podremos ser libres?

Es verdad...

Nadie nos puede garantizar que la libertad llegará algún día. Tal vez estaremos con vida para presenciarlo, tal vez estemos muertos antes de eso... O tal vez esa libertad nunca llegará para nosotros.

Lo que sabemos, es que aún hay una guerra por terminar. No podremos descansar hasta que está guerra llegue a su fin.

Es verdad... Existen personas que son realmente crueles. No todos tenemos una vida tan linda y pacífica.

A veces, las personas no son lo que parecen, las apariencias engañan y nos dicen que cuidemos nuestras espaldas.

Las personas en las que creíamos como nuestros aliados pueden llegar a ser la peor escoria que pisó la tierra...

Las personas que menos esperas se van sin avisar, dejando un vacío profundo en nuestros corazones... Era alguien muy importante para nosotros, nos duele...

Otros regresan de su prisión, de una manera inesperada... No sabemos si sentirnos felices y molestos por sus presencias de vuelta en nuestras vidas...

Queremos llorar. Soltar todo el dolor interno y sentirnos bien, como siempre... No debemos retroceder a nuestros ideales...

La venganza ocupa un espacio enorme en nuestros corazones. Nos manchamos las manos para poder cumplir esos cometidos y no tener que sentir ese vacío y odio... Por el bien de nuestra nación y nuestros familiares, es por ellos que hacemos esto...

Ese sentimiento tan oscuro puede cambiar a los demás sin darnos cuenta. La luz se puede apagar, porque no es eterna. Ya no conocemos a esas personas... Dejan de ser lo que eran y se convierten en alguien completamente diferente...

La presión de no poder controlarlo nos lleva a cometer suicidio, todo para escapar de esas responsabilidades y no sentir que explotamos lentamente. Nos sentimos inservibles y dejamos de pelear...

Y los que intentan continuar de pie, terminan lastimados a causa de las acciones de estas personas... Sin embargo, siguen creyendo en ellos, sin importar las amenazas...

Todo lo que nos pasa, cada paso, cada suspiro, cada segundo de nuestras vidas, ocurre por una sola razón. "Porque Dios lo quiso así. Pensando que la vida podría ser mucho más interesante de esta manera".

Hasta que está guerra no se termine, no podremos ser libres, ni mucho menos descansar en paz al morir... Si alcanzamos la suerte de algunos, podremos guiar y proteger a los que amamos... DESDE EL CIELO.